miércoles, 30 de octubre de 2024

CLAVES AMERICANAS, CAMBIOS Y ORGULLOSOS DE EDUCAR

ESPERO QUE NO...
¿Podrá Trump aumentar su voto latino?
Andrés Oppenheimer
Uno de los mayores misterios de la campaña para las elecciones del 5 de noviembre en Estados Unidos es por qué el candidato republicano, Donald Trump –que diariamente insulta a los indocumentados y ha dicho que los inmigrantes “están envenenando la sangre de nuestro país”–, ha ido ganando terreno entre los votantes hispanos en los últimos años.
Para ser claros, Trump no lidera las encuestas entre los votantes hispanos, como lo afirma falsamente todo el tiempo. Una encuesta reciente de votantes hispanos de The
New York Times y Siena College muestra que Trump está recibiendo el 37% del voto latino a nivel nacional, contra un 56% de la vicepresidenta y candidata demócrata, Kamala Harris.
Pero Trump ha aumentado su margen de apoyo entre los hispanos en alrededor de 9 puntos porcentuales desde las elecciones de 2016. Harris, por el otro lado, está obteniendo alrededor de 12 puntos porcentuales menos del voto latino que el que recibió la candidata demócrata Hillary Clinton en 2016.
Los portavoces de la campaña de Harris dicen que muchos latinos que no siguen regularmente las noticias no están al tanto de sus declaraciones que deshumanizan a los inmigrantes y promueven el odio racial. Y también dicen que muchos latinos no están tomando en cuenta el probable impacto del plan de deportaciones masivas de Trump, que según ellos podría implicar arrestos indiscriminados de latinos en las calles.
Trump ha venido escalando su discurso antiinmigrante en días recientes, insistiendo en su falsa afirmación de que la mayoría de los indocumentados son criminales y que han “invadido” este país. De hecho, varios estudios han demostrado que los indocumentados cometen menos crímenes violennera tos que los estadounidenses. Y las cifras oficiales muestran que el número de cruces fronterizos no autorizados se ha desplomado en un 70% este año. “Estas personas son animales”, dijo Trump en un mitin de campaña el 28 de septiembre, refiriéndose a los indocumentados. Sí, el candidato republicano había dicho el 16 de diciembre que los inmigrantes “están envenenando la sangre de nuestro país”, un término que popularizó el líder nazi Adolf Hitler.
Ernesto Castañeda, director del Centro de Estudios Latinoamericanos y Latinos de la American University, dice que una de las razones por las que muchos latinos apoyan a Trump es porque no creen que esté hablando de ellos cuando lanza sus diatribas contra los inmigrantes. “Algunos dicen: ‘No está hablando de mí. Está hablando de otros, de los inmigrantes malos. Yo soy un inmigrante bueno’”, me dijo Castañeda. Eso es peligroso, claro, porque una vez que se legitima el odio racial contra un grupo étnico, se normalizan el odio contra todas las minorías y la discriminación racial, agregó.
Además, muchos latinos en distritos republicanos están tan ansiosos por integrarse a sus comunidades que adoptan las posturas pro-Trump de sus vecinos. Algunos hispanos “creen que la mejor made ser aceptados como estadounidenses es votar por Trump. Piensan que eso aumentará su sentido de pertenencia”, me dijo Castañeda. Los partidarios de Trump dicen que el aumento del apoyo latino al expresidente se debe a que a los hispanos les fue mejor bajo el gobierno de Trump, aunque las estadísticas económicas no respaldan esa afirmación.
Los hispanos están levemente mejor hoy que durante los años de Trump, según un estudio comparativo del Poynter Institute. La tasa de desempleo de los latinos se ha reducido a casi la mitad desde el principio del gobierno de Biden, según datos oficiales. Trump también afirma que los indocumentados les están quitando puestos de trabajo a los hispanos establecidos desde hace mucho tiempo. Sin embargo, según la Cámara de Comercio de EE.UU., hay una enorme escasez de trabajadores para cubrir los puestos que los estadounidenses y los residentes legales no quieren realizar.
Probablemente, la principal razón detrás del aumento del voto latino para Trump sea que el Partido Demócrata ha dado por sentado el voto latino. Los demócratas saben que ganarán fácilmente en los principales estados con población hispana, como California y Nueva York, y que perderán Florida y Texas. Por eso no gastan muchos recursos tratando de cortejar a los votantes hispanos, aunque podrían ser un factor decisivo en estados indecisos, como Nevada o Arizona.
Si las encuestas están en lo cierto y más latinos se inclinan por Trump, será un caso extraño de una minoría que apoya a un candidato que los insulta regularmente y aviva el odio racial, además de no haber hecho nada para mejorar su situación económica. Pero eso es lo que hacen los populistas carismáticos: son muy buenos para convencer a la gente de votar en contra de sus propios intereses.

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Naturaleza beligerante de los partidos políticos
Pablo de San Román

La legitimad política de los cambios estructurales puede inducirnos a una pregunta que, por la volatilidad de principios con que vivimos, resulta particularmente actual: ¿en qué consiste pertenecer a un partido político? ¿Consiste en vernos contenidos? ¿En vernos representados? ¿En sentirnos respetados? ¿Qué configura nuestro sentido de pertenencia política?
Pertenecer a un partido político no es nada de esto. No es sentirse apreciado, valorado, integrado. Estos son, más bien, síntomas de si estamos en el lugar y en el grupo correctos. Quizás hoy pertenecer a un partido signifique algo distinto: signifique conflictuar, debatir, discutir, problematizar. Vislumbrar un camino compatible con la crítica y el disenso. No hablamos de cualquier camino. No resulta algo indistinto. En política los rumbos prefiguran transformación. Inquietud frente al estado de cosas. Los partidos surgieron como consecuencia de movimientos que procuraron una realidad más justa, más equitativa y más digna. Cuando los partidos políticos se crearon representaron, más que nada, un dilema ético.
En su versión más moderna, los proyectos políticos prefiguran tres cosas: cómo pensar una realidad mejor, cómo hacer para alcanzar esa realidad, y cómo transformar las relaciones de poder (materiales, sociales y culturales) para lograr el cometido. Representan un modelo. ¿Pero qué significa realmente un modelo? ¿Qué conciben los dirigentes cuando proponen un modelo?
Aunque podríamos debatir largamente, con certeza coincidiríamos en tres aspectos: cambios estructurales y distributivos (como edificar una sociedad productiva y distributivamente más justa), cambios jurídicos (cómo transformar las leyes vigentes para aly terar las relaciones de poder), y la instrumentación política de esos cambios. Así nacieron los primeros partidos. Grupos sociales más o menos organizados que con el tiempo constituyeron un sistema de participación. Un modo para acceder y cambiar la dirección ideológica del Estado.
Los partidos políticos no son entonces espacios en los que predomine la contención personal sino, más bien, la premura de la acción. Iniciativas dirigidas, a veces pérfidamente, a conquistar el poder. En política, esta no es cualquier acción. No supone cualquier cometido, sino aquel destinado a concretar lo que creemos. A dirigir nuestras conductas por medio de la convicción.
En los partidos políticos las peleas conllevan una intencionalidad. Los debates son con intención. Si no, constituirían meras pantomimas. La intención es lo que define la identidad ideológica las expresiones que configuran nuestras creencias. Aquellas que, por medio del partido, pensamos que se pueden materializar. Quien pertenece a un partido, entonces, más que sentirse contenido lo que seguramente encontrará es tensión. Una tensión significativa y muchas veces incómoda. Y, junto a eso, una rara sensación de compromiso frente a lo que pensamos podemos transformar.
Cada cual sabrá hoy qué es lo que necesita nuestra sociedad para ser mejor. Qué es lo que necesitamos para modificar las estructuras vigentes y, con suerte, generar condiciones propicias para el desarrollo. Lo que es seguro es que, cualquiera sea esa dirección, no será sin una apreciable cuota de valor

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Orgullosos de educar
El Colegio María de Guadalupe de General Pacheco, Tigre, se alzó con el World’s Best School Prize 2024 dentro de la categoría Colaboración con la comunidad.
Promover las mejores prácticas de escuelas de todo el mundo es el objetivo de estos premios impulsados por T4 Education en alianza con Accenture, American Express y la Fundación Lemann de Brasil. Es la primera escuela de nuestro país en alcanzar este galardón internacional, acompañado de 10.000 dólares, que el colegio destinará a la compra de computadoras.
Ubicado en una zona de alta vulnerabilidad social, donde el 73% de los jefes de familia no completaron el nivel secundario, el colegio nació a partir del apoyo escolar que María Paz Mendizábal brindaba en un barrio que, por entonces, era un basural. Junto con Roberto Souviron, en 2012, comenzaron con los tres primeros grados de primaria y cuatro años más tarde inauguraron el secundario; en 2019 egresaría la primera camada, y en 2023 sumarían el jardín de infantes.
Hoy, unos 115 docentes y profesionales acompañan a 700 estudiantes que asisten a jornada completa desde el primer grado, con un modelo innovador e inclusivo.
Los estudiantes secundarios egresan como bachilleres con especializaciones en administración, medio ambiente, programación o producción audiovisual.
El reconocimiento internacional fue para los programas de orientación vocacional, mentoría e inclusión laboral dirigidos a jóvenes de hasta 25 años que hayan terminado el secundario. Con el apoyo y la articulación virtuosa entre empresas, universidades, ONG, voluntarios y familias se busca contribuir al desarrollo de habilidades que faciliten la posterior inserción laboral.
Este modelo persigue el empoderamiento de estudiantes provenientes de contextos vulnerables y alcanza un alto nivel de compromiso comunitario en la construcción de puentes entre la escuela, la vida laboral y el acceso a universidades.
El impacto de los referidos programas sobre un segmento de la sociedad que preocupa como el de los llamados “ni-ni” –jóvenes que no estudian ni trabajan– viene mostrando sus beneficios, ya que redujo ese porcentaje del 21% al 13%.
Cuando la educación logra dar respuesta a los retos que plantea el presente, el futuro se ilumina y la voz de los que hacen se amplifica para contagiar e inspirar a otros. Ese es sin duda el más valioso de los premios.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA    

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