En un año pasan muchas cosas.. El miércoles a la noche, la colectividad judía celebra la llegada de un nuevo año con el consiguiente deseo de que el nuevo año sea bueno y dulce. Qué cosas pasaron en el año que nos deja? Muchas..muchas, tanto en el país como en el mercado inmobiliario, en nuestra compañía y en nuestras vidas..
El mercado inmobiliario está en alza por dos factores:
- Por un lado por la falta de opciones a la que la gente les crea.
- Por el otro, la percepción de que las propiedades están baratas y van a subir, sobre todo con un dólar quieto y aun con inflación. En medio de esto las aprobaciones son tortuosas, los compradores exigentes y los contratistas no siempre cumplen con nuestras expectativas.. Y en medio de esto estamos nosotros y nuestras vidas, nuestras familias, nuestros amigos y nuestras ganas de cambiar y crecer.
El judaísmo en estos días nos propone un doble juego. Pedimos un año lleno de cosas buenas, pero para eso nos comprometemos a hacer nosotros esas cosas buenas.. Pedimos también salud y prosperidad, lo que nos obliga a cuidar y ayudar a ser prósperos a aquellos que nos rodean. Pedimos amor y comprensión, lo que nos obliga a amar y entender a las personas con las que nos cruzamos y a intentar amarlas, sinceramente y convencidos, más allá de los rencores acumulados que tengamos o las broncas viejas que tengamos guardadas.
Sumo algunos deseos personales: que podamos ver crecer felices a nuestros hijos, que podamos juntarnos en un abrazo gigante, que Argentina sea un lugar más justo, que se acabe la violencia, en el mundo en general y en particular en Israel, con una paz sostenible, sin más víctimas de ningún bando y con los secuestrados en sus casas. Y un último deseo: que mantengamos la llama del deseo, de hacer cosas nuevas y de seguir soñando.
Que este año despierte lo mejor de nosotros. Que este año sea el mejor de nuestras vidas.
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