domingo, 30 de agosto de 2020

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Pantallas y pandemia. La viralidad de las mentiras verdaderas
El aislamiento, con sus fundamentos biológicos, aceleró de manera determinante la cotidianidad del mundo digital, pero también visibiliza otras prácticas, como el papel que cumple lo falso para soportar el rigor de la realidad

A estas alturas de la pandemia, es evidente que el distanciamiento social profundizó como nunca nuestra relación con las pantallas conectadas a Internet, así como también que esas pantallas son una imprevisible casa de espejos para nuestras ansiedades.
Sin ir más lejos, cada día circulan por ellas cifras de infectados y muertos, teorías paranoicas y hechos científicos. Pero ¿podría asegurarse, en la angustiante necesidad de darle sentido al caos, qué parte de todo aquello es cierto y qué no lo es? ¿Acaso el encierro, la incertidumbre y el vínculo demasiado profundo con las redes no son perfectamente capaces de volver más seductoras a ciertas mentiras que a determinadas verdades?
Peter Sloterdijk - Sin salvación: Tras las huellas de Heidegger
Peter Sloterdijk: ¿Qué sucedió en el Siglo XX?
El escritor y periodista Jorge Carrión (Tarragona, 1976) no se equivoca al repetir que "la biología está acelerando la digitalización del mundo". Es la idea más precisa en su último libro, Lo viral, y su punto de partida es claro: si somos acosados y aniquilados por el Covid-19, ¿por qué no pensar en lo que se propaga viralmente y su relación con nuestra exacerbada vida digital?
Para esto, Carrión usa el andamiaje de un "diario falso" a través del cual recolecta datos. Entre ellos, el que sirve como eje del libro: "El concepto viralidad, tal como lo entendemos hoy, surgió en los años noventa en el ámbito del marketing. De la biología pasó entonces a la retórica corporativa: el objetivo de un anuncio, de una campaña de publicidad o de un producto es propagarse, contagiarse, infectar las conciencias del máximo número posible de compradores".

Cómo internet revolucionó nuestra vida y nuestra mente, según ...


Sobre el "concepto viralidad", entonces, Carrión ensaya comparaciones, a veces, demasiado rebuscadas, como cuando afirma que Platón, Mahoma o Jesucristo fueron "influencers", una presunción colorida, sin duda, aunque ninguno haya coincidido nunca con la lógica aséptica de las afinidades del gran capital (y en el caso de Jesucristo, no haya siquiera influenciado a la decisiva muchedumbre que votó en favor de Barrabás ante Poncio Pilato). Más revelador, en cambio, es cuando Carrión va hacia la "retórica corporativa" y sus posibilidades bajo la pandemia. ¿El "teletrabajo" obliga al simulacro de una vida "en directo"? ¿Es esta una nueva página para ese gran mapa que el italiano Alessandro Baricco construye en su libro más reciente, The Game, su "ensayo topográfico" sobre Internet?
Jorge Carrión | Lo viral | Coronavirus | Libros a mí
Antes de contestar, Carrión despliega las cifras de sus propios seguidores y retuits en Twitter, y ubica la "cuestión corporativa" en una curiosa campaña publicitaria de sí mismo, basada en considerar si merece publicar sus ideas, celebrar la difusión de sus columnas periodísticas y anunciar su próximo libro en defensa de las librerías de papel (en este terreno comercial, su gran oponente es el novelista Paolo Giordano, el italiano que cerró varios contratos tras escribir sobre el coronavirus y la matemática en el Corriere della Sera).
Nada de esto, sin embargo, desluce el hecho de que "la biología está acelerando la digitalización del mundo". Y si esta es la idea más precisa en Lo viral lo es porque, en esencia, nos recuerda que las necesidades humanas marcan la pauta del progreso técnico. El filósofo alemán Peter Sloterdijk (Karlsruhe, 1947) lo explica en uno de sus libros, Sin salvación. Tras las huellas de Heidegger: si hay hombre, es solo porque "la técnica lo produjo a partir de la prehumanidad". En otras palabras, la transformación de la humanidad es también la transformación de la técnica, sea esta analógica o digital, y ya sea que necesitemos armas, vacunas o incluso amor. Respecto a lo inquietante de esta última posibilidad, Carrión anota en su diario: "El pasado día de San Valentín, millones de personas le dijeron a Alexa (la asistente virtual de Amazon) que la amaban".
Lo viral: un ensayo sobre la viralidad digital y el impacto del ...
La paradoja, tal vez, sería que la técnica no sólo satisficiera esta demanda humana de amor viral, sino que la superara. Eso es lo que cuenta, por ejemplo, Otra historia de amor, breve novela de Juan Terranova (Buenos Aires, 1975) en la que un hombre, después de conocerla en Tinder, se enamora de María, una androide que resulta "más linda que en las fotos, con un cuello largo y una piel hermosa".
Juan Terranova on Twitter: ""Otra historia de amor", una novela ...
En esta historia, la coexistencia entre humanos y máquinas -de la que ha habido más de un ejemplo en la literatura reciente- da un salto cualitativo definitivo: construidos como hombres o mujeres, los androides conviven entre nosotros de un modo masivo y sigiloso, y al hacerlo trabajan, sufren, piensan y desean como nosotros. Pero ¿qué efecto tendría el amor en esta coexistencia?
Juan Terranova hace su propio inventario del amor
La astucia de la novela está en representar el amor como el suplemento inevitable del odio, y es por eso que entre seres imperfectos y objetos perfectos la atracción y la repulsión, la entrega y los celos, el respeto y la humillación, y el sexo y la castidad se mezclan con el mismo ritmo caótico de cualquier otro vínculo real entre individuos reales. Otra historia de amor sugiere así que aún si los androides asimilaran nuestra mente, esta humanidad sintética (capaz, también, de amar) encontraría ahí su condena. Las necesidades de nuestra vida marcan la pauta del progreso técnico, pero ni las máquinas más perfectas son inmunes al virus del espíritu humano.
Entre "noticias falsas", "diarios falsos" y "amores falsos", vale la pena explorar otro producto estrenado durante la pandemia, Family Romance LLC, la última película de Werner Herzog (Múnich, 1942), cuya trama ya no gira sobre la viralización de las mentiras, sino sobre el modo en que lo falso, en una cultura que glorifica las apariencias, es el único modo de soportar lo verdadero.
Werner Herzog: el cineasta que no cedió ante Hollywood
Basada en una empresa japonesa que ofrece "experiencias simuladas" de cualquier tipo, a Herzog le basta con mostrar a una madre soltera que contrata a un falso padre para su hija para iluminar el punto clave: sin las mentiras que aceptamos y usamos a conveniencia, el pleno rigor de nuestra realidad sería inaguantable.
Esta intuición de Herzog vale para pensar el sentido mismo del arte, por supuesto, pero también para desnudar el hecho de que en una era de noticias, vínculos e ideas falsas viralizadas como verdaderas, sólo alguien muy inocente ante la inteligencia humana podría creer que somos engañados, siempre, contra nuestra voluntad.

SIN SALVACIÓN
Peter Sloterdijk
Akal
Trad.: Joaquín Chamorro
Mielke
270 págs./$3035


LO VIRAL
Jorge Carrión
Galaxia Gutenberg
176 páginas
$ 845



N. M y S. D.

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