Una investigación estableció una relación entre su último cuadro y su muerte
Un investigador dice haber descubierto la locación exacta donde el artista pintó Raíces de árboles, obra en la que estuvo trabajando el mismo día en que se pegó un tiro
La postal que resultó clave para el hallazgo
ÁMSTERDAM.– Hace ciento treinta años, Vincent van Gogh se despertó en su habitación del albergue de Auvers-sur-oise, al norte de París, y salió con un bastidor a pintar, como hacía habitualmente. Esa noche, volvió al albergue con la herida de bala que resultaría mortal. Murió dos días después, el 29 de julio de 1890.
Los académicos siempre han especulado sobre la secuencia de hechos de ese día que terminó en tragedia, y ahora el investigador Wouter van der Veen dice haber descubierto una de las principales piezas de ese rompecabezas: la locación exacta donde Van Gogh pintó Raíces de árbol, su último cuadro. El hallazgo es un aporte crucial para entender cómo fue el último día de trabajo del artista.
“Ahora sabemos lo que estuvo haciendo ese último día” antes del disparo, dice Van der Veen, director científico del Instituto Van Gogh, una organización sin fines de lucro creada para preservar la diminuta habitación del artista en el Albergue Ravoux, una posada de Auvers-sur-oise. “Ahora sabemos que se pasó el día trabajando en esta pintura”, señala Van der Veen.
El investigador descubrió que Raíces de árbol fue pintado en la Rue Daubigny, la calle principal que atraviesa Auvers-sur-oise. Y no solo eso: las nudosas raíces y tocones siguen ahí, a la vista de todos, al pie de una estribación del camino, a apenas 150 metros del Albergue Ravouz, donde Van Gogh pasó los últimos 70 días de su vida.
Los investigadores del Museo Van Gogh de Ámsterdam avalan el hallazgo, y su directora, Emilie Gordenker, viajó para el acto inaugural de develamiento del sitio, que se realizó este martes.
Louis van Tilborgh, investigador del Museo Van Gogh, dijo en una entrevista que el hallazgo fue “una interpretación que al parecer resultó cierta”.
Van der Veen dice haberse topado con el hallazgo mientras estudiaba unas fotos antiguas de Auvers de alrededor de 1905 que le había prestado Janine Demuriez, una francesa de 94 años, gran coleccionista de postales históricas. En una de esas postales, podía verse a un ciclista detenido junto a una abrupta estribación de la Rue Dauvigny, donde claramente se observan las raíces.
Van der Veen dice que durante su cuarentena en Estrasburgo, Francia, tenía esa foto del ciclista como fondo de pantalla de su computadora, hasta que de pronto algo hizo clic en su cabeza: la imagen de la postal siempre le hacía pensar en el cuadro Raíces de árbol. Entonces abrió la imagen digital del cuadro, y las comparó, una al lado de la otra.
La postal “no es un documento secreto que nadie puede encontrar”, dice Van der Veen. “Mucha gente vio esa foto y ya reconoció el motivo de las raíces. Estaba oculto a plena vista”.
Como no podía moverse de Estrasburgo por la cuarentena, Van der Veen llamó a Dominiquecharles Janssens, propietario del Instituto Van Gogh, que estaba en Auvers, y le pidió que se acercara a inspeccionar el lugar.
“Diría que entre el 45 y el 50 por ciento sigue igual”, comenta Janssens, en referencia a la maraña de raíces. “A veces talan algunos de los árboles, y estaba todo cubierto de hiedra, pero se la sacamos”.
Van Gogh tuvo que haber recurrido muchas veces la Rue Daubigny, para ir hasta la iglesia del pueblo, donde en junio de 1890 pintó La iglesia de Auvers-sur-oise, y también para aventurarse entre los trigales circundantes, donde en julio pintó Trigal con cuervos, comenta el investigador.
Como el artista no solía fechar sus obras, existe un viejo debate sobre su última obra. Muchos creen que fue Trigal con cuervos, una idea que se instaló por la película de 1956 de Vincent Minnelli Sed de vivir, donde Kirk Douglas interpreta al artista, que enloquece mientras pinta ese cuadro, para luego quitarse la vida.
Andries Bonger, que ha escrito sobre las circunstancias que rodearon la muerte de Vincent van Gogh y que fue cuñado de Theo van Gogh, hermano de Vincent, señala en una de sus cartas: “La mañana de su muerte, había pintado una escena forestal, llena de sol y de vida”.
En 2012, el Museo Van Gogh publicó un estudio de Van Tilborgh y Bert Maes donde los autores sostienen que la carta se refiere a Raíces de árbol, una pintura inacabada que integra la colección del museo. Actualmente, es la atribución ampliamente aceptada por los académicos y estudiosos del arte.
Por la incidencia de la luz en el motivo del cuadro, Van der Veen dice creer que van Gogh observó su modelo en las últimas horas de sol, entre las 5 y las 6 de la tarde. Eso implica que el artista probablemente se pasó el día entero pintando.
Van der Veen agrega que la nueva evidencia cuestiona la teoría propuesta por Steven Naifeh y Gregory
White Smith en su biografía Van Gogh: la vida, de 2011. Allí los autores sostienen que Van Gogh no se suicidó, sino que se habría emborrachado y habría discutido con dos muchachos que lo terminaron matando por accidente, a pocos pasos del Albergue Ravoux. El libro que contiene la investigación de Van der Veen sobre Raíces de árbol también fue lanzado este martes en Francia, y pronto estará disponible en inglés en formato digital.
“Ahora que sabemos que estuvo pintando todo el día, no queda tiempo para que haya ocurrido eso otro”, dice Van der Veen.
Naifeh responde que es imposible determinar el momento en que fue pintado un cuadro por la incidencia de la luz. “No es una fotografía, es una pintura”, retruca Naifeh. “Van Gogh era un poco abstracto en su pintura, y además introduce todo el tiempo un montón de elementos pictóricos que son de su invención”, dice Naifeh, y agrega que por lo tanto es imposible asegurar si pintó la luz que veía o si simplemente la creó sobre la tela.
De hecho, Naifeh dice que el actual hallazgo termina de confirmar su teoría del asesinato. “El hecho de que haya estado afuera pintando todo el día, y no un cuadro cualquiera, sino algo importante, es síntoma de que ni siquiera estaba deprimido”, dice Naifeh. “Había sido un día productivo, normal, y eso es contradictorio con la idea de un suicidio”.
En ese punto, Van der Veen está de acuerdo. “Confirma lo que vieron y dijeron la mayoría de los testigos de aquel día: que su comportamiento en sus últimos días era normal, que no hubo ni la menor señal de una crisis”.
Sin embargo, Van der Veen sostiene que Van Gogh se suicidó, y esa es también la postura oficial del Museo Van Gogh.
N. S.
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