miércoles, 12 de agosto de 2020
LA PÁGINA DEL DR. JUAN CARLOS DE PABLO,
¿Lo peor está por venir o ya pasó?
Juan Carlos De Pablo
¿ Cómo lo sabe?, les preguntaba milton Friedman a sus alumnos, cuando alguno de ellos afirmaba algo. Él quería que los estudiantes diferenciaran entre lo que sabían, lo que suponían y lo que deseaban. Aquí y ahora repito la misma pregunta cuando alguien, sin más, afirma que en materia económica lo peor está por venir.
Tampoco se puede afirmar lo contrario, pero no se pueden ignorar algunos datos. Tanto las estimaciones privadas como públicas, como los testimonios que uno recibe trabajando como consultor y conferenciante, muestran que abril de 2020 fue el mínimo en materia de producción. Lógico: si en abril pasado “todo” estuvo cerrado, y a partir de mayo algunas empresas volvieron a operar, la producción agregada aumentó. Es cierto, pasamos del tercer subsuelo al segundo… pero no al cuarto.
La realidad es heterogénea, así que la mejora del indicador agregado incluyeaquienescontinuaroncayendo; y también es cierto que la realidad de cada uno de nosotros combina stocks yflujos.unvendedordecuchillospuede haber vivido mejor en abril, cuando no fabricó ni vendió nada, pero tenía ahorros, que en mayo, cuando vendió algo pero ya no tenía ahorros.
La flexibilización de la cuarentena, que desde hace varias semanas aumentó tanto por derecha como por izquierda, apunta a la recuperación delavidaeconómica.¿problemaspor delante?todoslosquequieran.¿nuevas recaídas? Imposible descartarlas.
Mi punto es que la toma de decisiones, que siempre es prospectiva, tiene que basarse en diagnósticos realistas. El Gobierno tiene que contribuir concentrando la ayuda en los sectores y regiones más afectados, al tiempo que deja de emitir señales que a los seres humanos lo único que hacen es complicarnos la vida y aumentarnos los miedos. Sabiendo que a medida que la situación se siga normalizando, la cuestión de la credibilidad en su gestión será un tema cada día más importante.
Cada uno de nosotros tiene que concentrarse en la lucha diaria, apostando a que lo peor ya pasó. Porque si esto es así, pero uno se paraliza pensando en que lo peor está por venir, le regala el aumento de la demanda a los competidores, un lujo que nadie se puede dar.
¿Cuánto de todo lo que digo depende del anunciado arreglo de la deuda pública? Algo, pero no mucho; porque la razón última de la recuperación, dentro y después de la cuarentena, radica en el motorcito que tenemos dentro de nosotros los seres humanos, que la seguimos peleando.
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