Nico Landa, un orfebre de la canción popular
Una canción puede ser el más maravilloso de los misterios. Un cuento musical que, en su forma más tradicional, dura tres minutos y que, en su forma más perfecta, se nos mete bajo la piel para toda la vida. Los hits reproducen ese fenómeno individual, pero en una escala colectiva. Están los hits internos, esos que por alguna circunstancia particular o un recuerdo compartido impactan en las emociones de un grupo (de la escuela, del trabajo, de nuevos amigos que conociste en un viaje) o de una pareja, y que forman parte de un código para iniciados. Están los hits pasajeros, de un lugar y de un momento. Y están los hits eternos, esos que perduran para siempre en el imaginario colectivo. Si bien es importante llegar a un escenario como el del Teatro Colón, para una canción que se pretende popular, la real consagración es llegar al tablón.
Hace tres semanas, recibí un mensaje de Whatsapp de Nico Landa, un músico a quien admiro y quiero mucho. “Salgo a matar o morir con esta canción”, me decía. A la primera escucha la imaginé cantada por multitudes, como si hubiera sido diseñada para llegar a las hinchadas. Y desde entonces no puedo dejar de canturrearla. No se imaginen un coro desaforado, ni ruido de ambiente futbolero, ni siquiera un guiño: no hay nada prefabricado.
“Me lo dijo ella”, así se llama esta balada uptempo, adhesiva al mango, que remite al género melódico de los 70, con algo de los leitmotivs de telenovelas con la firma del Paz Martínez y una épica atorranta y costumbrista en sintonía con la poesía de Jorge Serrano, de Los Auténticos Decadentes. “¿Sabés lo que es un hit?”, me dijo Nico por chat. “Una canción que ya conocías, pero nueva.”
A Nico Landa lo entrevisté por primera vez hace casi 20 años, para Rolling Stone. “Con Los Animalitos tenemos un compromiso con la absoluta falta de prejuicios: música libre en su máxima expresión”, me dijo en un banco de la plaza Roma, de Tucumán y Leandro N. Alem, cuando acababa de editar el primer disco del grupo, que incluía una colaboración con Andrés Calamaro (“Vendrá la muerte y tendrá tus ojos”) y una versión a ritmo de cumbia de “Y cómo es el”, de José Luis Perales.
Antes de fundar Los Animalitos, Nico teloneó a los Ramones con Mala Suerte y tocó y fue mánager de Los Auténticos Decadentes. “Cuando llegó el momento de Mi vida loca hablé mucho con la compañía para convencerlos de que éramos la próxima gran cosa y a partir de ese disco íbamos a empezar a girar por el mundo”, le contó a Fernando Sánchez para Titanes en el hit, la biografía coral de los Deca. Sus relatos de aquella época podrían construir un libro propio (¡Ya lo haremos!).
A Nico Landa lo entrevisté por primera vez hace casi 20 años, para Rolling Stone. “Con Los Animalitos tenemos un compromiso con la absoluta falta de prejuicios: música libre en su máxima expresión”, me dijo en un banco de la plaza Roma, de Tucumán y Leandro N. Alem, cuando acababa de editar el primer disco del grupo, que incluía una colaboración con Andrés Calamaro (“Vendrá la muerte y tendrá tus ojos”) y una versión a ritmo de cumbia de “Y cómo es el”, de José Luis Perales.
Antes de fundar Los Animalitos, Nico teloneó a los Ramones con Mala Suerte y tocó y fue mánager de Los Auténticos Decadentes. “Cuando llegó el momento de Mi vida loca hablé mucho con la compañía para convencerlos de que éramos la próxima gran cosa y a partir de ese disco íbamos a empezar a girar por el mundo”, le contó a Fernando Sánchez para Titanes en el hit, la biografía coral de los Deca. Sus relatos de aquella época podrían construir un libro propio (¡Ya lo haremos!).
Mientras tanto, lean: “Ya de muy chico era muy libre, sin filtro, miedo a nada, un tiro al aire. Estaba completamente loco y mezclaba mi vida personal con los Decadentes, que era prácticamente toda mi vida. Vivíamos juntos, nos íbamos de vacaciones juntos, pasábamos Navidad juntos. Todos juntos todo el tiempo. Cuando empecé a agarrar guita me fui de viaje a Kingston para andar por ahí, conocer los estudios de Marley, hinchar las pelotas. Me comía el mundo de un bocado. En vez de decir «me voy de joda a Los Angeles» les decía «voy a ver si consigo una gira». Yo me iba de joda pero, de paso, lo iba a ver a Thomas Cookman, el manager de los Cadillacs en Los Angeles. Yo estaba reloco pero tenía una visión y mucho amor por los Decadentes, entonces le vendía un buzón a cualquiera. Eran mis amigos, era mi laburo, vivía de eso. Y así, fumando porro en ojotas y pateando escritorios, le saqué un millón y medio de dólares a una compañía de discos. De película.”
Durante años, la bio de Twitter de José Bellas, referente del periodismo de rock local, decía “Puedo arruinarte un asado hablándote de Screamers, Cold Sun o Nico Landa.” ¿Por qué? “Muchas veces los músicos no saben explicar la música que hacen: parece que la música les saliera de un repollo. En el caso de Nico es distinto. Lo conocí en el 98 y tenía muy claro lo que quería. Es una persona que sueña con la música. A veces llega a ese sueño, a veces no. El título de su disco anterior, El amor es un accidente, salió de una charla que tuvimos. Para mí es un honor”.
Fascinado con la psicodelia del litoral y su conexión paraguaya, Nico Landa construyó una obra como autor de canciones que merece ser revisitada o, sencillamente, descubierta. Personaje mágico, chamán de la creación, mientras prepara un proyecto de boleros, tiene una nueva joya entre sus manos. Se llama “Me lo dijo ella”, y forma parte de un discazo, Hasta la alegría siempre, disponible en streaming desde este viernes y que tendrá edición en vinilo. Como si fuera el bronce, ese ya es un premio.
Colaboró con Calamaro y David Byrne, fue manager de Los Decadentes y tiene un hit entre manos: “Me lo dijo ella”
H. I.
Durante años, la bio de Twitter de José Bellas, referente del periodismo de rock local, decía “Puedo arruinarte un asado hablándote de Screamers, Cold Sun o Nico Landa.” ¿Por qué? “Muchas veces los músicos no saben explicar la música que hacen: parece que la música les saliera de un repollo. En el caso de Nico es distinto. Lo conocí en el 98 y tenía muy claro lo que quería. Es una persona que sueña con la música. A veces llega a ese sueño, a veces no. El título de su disco anterior, El amor es un accidente, salió de una charla que tuvimos. Para mí es un honor”.
Fascinado con la psicodelia del litoral y su conexión paraguaya, Nico Landa construyó una obra como autor de canciones que merece ser revisitada o, sencillamente, descubierta. Personaje mágico, chamán de la creación, mientras prepara un proyecto de boleros, tiene una nueva joya entre sus manos. Se llama “Me lo dijo ella”, y forma parte de un discazo, Hasta la alegría siempre, disponible en streaming desde este viernes y que tendrá edición en vinilo. Como si fuera el bronce, ese ya es un premio.
Colaboró con Calamaro y David Byrne, fue manager de Los Decadentes y tiene un hit entre manos: “Me lo dijo ella”
H. I.
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