martes, 10 de octubre de 2023

EDITORIAL Y SECUNDARIO SIN APRENDIZAJE


Prostitución: no pagar por violar

En vez de pretender regular las vejaciones, urge empezar a producir un cambio cultural profundo en defensa de la integridad de todas las personas por igual
Hace poco más de un año, Alika Kinan, víctima de trata de personas en nuestro país y una de las pocas que lograron que se condenara judicialmente a quien abusó de ella, decía a un medio madrileño una frase acaso insuperable para definir este tipo de degradación humana :“Los hombres tienen que tomar conciencia de que no se puede pagar por violar”. En opinión de Kinan, el comercio de la prostitución conforma un delito económico que daña y ultraja la dignidad humana. No se equivoca.
Recientemente, se ha vuelto a saber en nuestro país de un viejo pedido de la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina (Ammar) para impulsar una ley que despenalice el trabajo sexual y se reconozcan derechos laborales, es decir que se dé carácter de empleo formal a la prostitución.
En varias oportunidades nos hemos referido al tema desde estas columnas. Legalizarla no es la salida. La prostitución no debería existir. Si subsiste es porque las mujeres –y también muchos hombres– se dedican a ella por falta de opciones. No existe voluntad cuando hay sometimiento. Ni aun las personas que dicen ejercerla voluntariamente lo hacen en plena libertad, ya que admiten que la practican al solo efecto de poder subsistir o mantener a quienes de ellas dependen.
Le asiste toda la razón a Kinan cuando asegura que la salida de semejante aberración tiene que provenir del compromiso de todos. Si hay personas que se prostituyen es porque el Estado no ha sabido o no ha podido dar las garantías para que nadie tenga que usar su cuerpo degradándolo como mercancía. La pobreza, el destrato hacia las víctimas, la constante estigmatización a que se las somete no se resuelven con una ley que ampare y regule la prostitución, sino evitando que mujeres, hombres y niños caigan en las garras de estos nefastos traficantes, de estos delincuentes que comercian con los cuerpos y con la dignidad de las personas.
En nuestro país, desde 2009, se han dictado 354 sentencias condenatorias por trata de personas con fines de explotación sexual . Paralelamente, desde esa fecha hubo 467 sentencias condenatorias por el delito de trata de personas, de las cuales el 75,80% fueron por explotación sexual, según datos de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex), elaborados en el contexto del Día Internacional contra la Explotación Sexual y el Tráfico de Mujeres, Niños y Niñas, que se recuerda cada 23 de septiembre, en conmemoración de la ley 9143, primera norma dictada en el mundo contra la prostitución infantil, promulgada en la Argentina en 1913 y cuyo autor fue Alfredo Palacios.
Cada tanto –aunque no con la frecuencia que sería necesaria para acabar con este vil negocio– circulan noticias sobre allanamientos que ponen fin a prostíbulos donde tienen como rehenes a mujeres a las que se somete salvajemente. Muchas de esas veces, nos enteramos también de que no pocos vecinos de esos prostíbulos sabían de su existencia, pero que, por distintas razones en las que domina el terror a denunciar, se abstenían de comunicarlo. Resulta un pánico entendible, ya que, en numerosos casos, autoridades políticas, policiales y judiciales a las que habría que poner sobre aviso forman parte de ese nefasto entramado delictual. Nadie dice que la tarea sea sencilla, pero urge encarar un cambio profundo. Situaciones de pobreza extrema como la que estamos viviendo son caldo de cultivo para que crezca el sometimiento sexual.
“Yo estoy absolutamente a favor de que las mujeres podamos decidir sobre nuestros propios cuerpos. Por eso estoy en contra de la prostitución. Porque ahí ya no decidimos nosotras sobre nuestros cuerpos”, asegura Kinan, dando vuelta el falaz argumento en el que se apoyan quienes buscan organizar el delito en lugar de combatirlo. No sirve de nada llegar tarde. Hay que prevenir.
De la extrema necesidad material y de la falta de ayuda para no caer en esas prácticas ominosas se aprovechan quienes, mediante engaños, presiones, extorsiones y conculcación de derechos como la propia libertad, se convierten en virtuales dueños de la vida ajena para extraer un rédito económico. No hay prostituta sin cliente. No hay víctima sin victimario.
Insistir en regular la prostitución es el peor de los caminos, es darles a los explotadores la herramienta legal para quedar impunes y seguir negándoles a las víctimas la posibilidad de encontrar una salida para sus vidas que no sea, precisamente, poniéndose en riesgo física y psicológicamente.
Regularizarla implicaría, además, que el Estado siga estando ausente de la solución de fondo y que, como casi siempre ocurre con la desesperación por la propia supervivencia humana, termine tendiendo parches inservibles que solo contribuirán a extender el flagelo.
Cada parche que se intenta sumar solo contribuye a profundizar el flagelo

&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&


Secundario sin aprendizaje


Las noticias en el plano educativo son tan desalentadoras como las que a diario nos devuelve el escenario económico. Lamentablemente, estas últimas podrán eventualmente revertirse a mayor velocidad, mientras que la cuestión educativa impacta de lleno en más de una generación y también condiciona seriamente el futuro.
En el orden nacional, de cada 100 estudiantes que en 2011 comenzaron primer grado, más de 600.000 niños, solo 61 completaron la secundaria en el tiempo esperado, esto es sin repetir y sin abandonar, para concluir en 2022. Solo el 13% llegó a tiempo y con niveles satisfactorios en Lengua y Matemática.
Las dos jurisdicciones con mejores índices en 2022 fueron la ciudad de Buenos Aires (29%) y Río Negro (18%). Formosa, Santiago del Estero y Corrientes, apenas 5%.
Los datos surgen del informe “Índice de resultados escolares: ¿cuántos estudiantes llegan al final de la secundaria en tiempo y forma?”, elaborado por Argentinos por la Educación, organización de la sociedad civil con independencia político-partidaria. Ese estudio utilizó datos del Relevamiento Anual y de las pruebas Aprender 2022 de la secundaria, y destaca un retroceso respecto de los tramos anteriores 2005-2016 y 2009-2020.
La proporción de estudiantes que completaron la secundaria muestra un aumento en 20 de las 24 jurisdicciones. Si bien el 61% la concluyó, se observa una fuerte dicotomía: son numéricamente más los que llegan, pero está claro que lo hacen habiendo aprendido menos.
Si bien el informe no discrimina entre trayectorias en establecimientos de gestión pública o privada, señala una fuerte relación entre los resultados escolares y el nivel socioeconómico de los estudiantes, registrándose en Santiago del Estero el promedio más bajo y en la Capital Federal el más alto. Solo el 21,5% de quienes completan a tiempo la secundaria alcanzan los aprendizajes esperados en Lengua y Matemática, con una caída de 12,6% respecto de los resultados de 2019.
La escuela no solo enseña habilidades. Para muchos es sinónimo de una comida al día y también sienta experiencias de socialización que contribuyen a superar condiciones de marginalidad. Cada año, unos 360.000 estudiantes interrumpen su trayectoria escolar en nuestro país y luego de la pandemia las estimaciones de Educar 2050 hablan de un millón de alumnos en peligro de perder su vínculo con la escuela. Los riesgos asociados a este escenario son apabullantes.
Urge insistir sobre la importancia de poner a la educación en el centro del debate público. Gobernadores y varios candidatos están de acuerdo en comprometer sus mejores esfuerzos en esa dirección, pero debemos ser los ciudadanos quienes no cejemos en nuestro reclamo. De las propuestas educativas y de su consenso depende el futuro de la Nación.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.