Una historia clínica, clave para saber qué pasó con un desaparecido
En el expediente judicial figura que el comisario mayor Francisco Centurión quería usar el informe médico de Lucas Escalante para plantar pruebas falsas
Gustavo Carabajal
Acasi un año de la última vez que Lucas Escalante y Lautaro Morello fueron vistos con vida por última vez, la investigación por la desaparición del primero de ellos y el homicidio de su amigo tiene siete policías bonaerenses acusados; tres de ellos, por encubrimiento, y cuatro, por la presunta participación en ambos crímenes.
A excepción de la investigación por la denominada Masacre de Wilde, en la que fueron condenados siete efectivos, no existen muchos más casos con tantos integrantes de la policía bonaerense acusados por dos homicidios. Aunque Lucas Escalante nunca apareció, para la Justicia existen indicios de que habría sido asesinado. En la carátula del expediente judicial en el que se investiga la desaparición de Lucas, se lee: “Escalante Lucas, sobre averiguación paradero, con presunción de fallecimiento”.
Cuatro de los efectivos de la fuerza de seguridad provincial acusados son oficiales jefes, uno de ellos se desempeñaba como comisario mayor de Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) Quilmes y el otro, como comisario inspector, era el interventor en la seccional de Bosques, con jurisdicción en la zona en la que ambos jóvenes desaparecieron. El Ministerio Público del Departamento Judicial Quilmes pidió que dos de los cuatro jefes policiales acusados, identificados por fuentes judiciales como Luis Zaracho y Sergio Argañaraz, sean sometidos a juicio oral debido a que se los consideró presuntos responsables de encubrimiento agravado, ocultamiento y destrucción de pruebas.
El comisario mayor Zaracho se desempeñaba como titular de la DDI Quilmes, mientras que Argañaraz era el comisario inspector designado como interventor de la seccional de Bosques, donde quedó radicada la denuncia por averiguación de paradero de Lautaro y Lucas, el 9 de diciembre pasado.
Pero estos no son los únicos jefes policiales acusados por su presunta vinculación con el homicidio de Lautaro y la desaparición de Lucas. El comisario mayor Francisco Centurión, quien estuvo a cargo de la División Narcotráfico de Lomas de Zamora y del Departamento de enlace de la policía bonaerense con Interpol, aparece más complicado que sus colegas.
El fiscal de Berazategui Daniel Ichazo consideró que, a partir de pruebas e indicios detallados en 19 páginas de la resolución de 120 fojas en las que se dictó la prisión preventiva del jefe policial, habría sido presunto responsable del “homicidio agravado para procurar la impunidad, para sí o para otro”.
Centurión tiene tres procesamientos con prisión preventiva en su contra. Además de las resoluciones por su presunta responsabilidad en la participación secundaria en el homicidio de Lautaro, fue acusado como supuesto coautor de la desaparición y el presunto asesinato de Lucas.
El tercer procesamiento fue por la supuesta comercialización de vales de nafta que estaban destinados para cargar combustible en los móviles de la fuerza de seguridad provincial que debían ser utilizados para patrullar la zona de Florencio Varela. La resolución que confirmó la prisión preventiva del jefe policial había sido dictada por la Cámara de Apelaciones y Garantías de Quilmes.
Los vales para nafta
Lucas y Lautaro fueron vistos con vida por última vez el 9 de diciembre pasado cuando, supuestamente, el primero de ellos pasó a buscar a su amigo a tres cuadras de su casa, en Florencio Varela, para ir a festejar el triunfo del seleccionado argentino sobre el conjunto de Países Bajos, por los cuartos de final del Mundial de fútbol de Qatar.
A partir del seguimiento de las cámaras de seguridad y los mensajes que Lucas mandó a dos amigos, los investigadores determinaron que la noche que desapareció buscaba que alguien lo acompañara a la casa del mencionado Cristian Centurión a buscar vales para cargar combustible que le entregaría el hijo del comisario mayor.
“Pero, qué onda, ¿cómo es la movida, qué es nafta gratis? ¿Por qué tiene eso? ¿Porque compró mucha nafta o porque le dieron vales de cortesía?”, le preguntó por mensaje el amigo al que Lucas le pidió que lo acompañara.
“No, no. El padre trabaja en la policía, pero en un cargo muy alto y le dan nafta. A mí me pasa siempre $15.000 en vales. Bueno, con eso zafo. Ahí me acordé, el padre trabaja en el lugar ese que persiguen a los narcos y eso tiene un nombre en la policía. Seguro que vos sabés”, respondió Lucas. Debido a que el amigo al que le mandó esos mensajes no lo acompañó, Lucas se comunicó con Lautaro y lo pasó a buscar a dos cuadras de su casa.
Se estableció en el expediente queLucas y Lautaro llegaron con vida a la quinta de los Centurión. Allí los habrían matado. El cuerpo de Lautaro fue hallado una semana después, abandonado e incinerado, a pocos metros del cruce de la ruta 53 y la obra de ampliación del Camino del Buen Ayre.
En cambio, el destino de Lucas actualmente constituye un misterio. De nada sirvió la propuesta de recompensa de más de $5.000.000 que el gobierno nacional ofreció para quien aportara datos que permitieran encontrar a Lucas. No obstante, después de casi un año, para la Justicia existe una presunción de fallecimiento.
“El 10 de diciembre de 2022, aproximadamente a las 20, el acusado identificado como Francisco Alejandro Centurión con el concurso de al menos Maximiliano Centurión y Cristian Centurión, en el interior del domicilio situado en la calle 1538 N° 628, esquina ruta 53 de Florencio Varela, ejerciendo violencia privaron de su libertad personal a Lucas Escalante, quien había llegado el día anterior junto con Lautaro Morello al domicilio mencionado, a fin de retirar vales de nafta que le obsequiaría Cristian Centurión. En esa circunstancia se produjo el homicidio de Lautaro Morello por parte de Cristian y Maximiliano Centurión”, sostuvo el fiscal en su acusación contra el comisario mayor.
Según consta en las pruebas incorporadas en el expediente, después del 10 de diciembre pasado, el mencionado jefe policial modificó sus hábitos y costumbres: apagó su teléfono celular para evitar que lo rastrearan mediante el sistema de geolocalización y dejó de usar su vehículo particular para comenzar a moverse a bordo de un Toyota Etios asignado al Departamento Enlace con Interpol que Centurión comandaba.
La investigación tuvo un cambio de impronta a partir del momento en que se hicieron cargo los detectives de la División Homicidios de la Policía Federal, luego de una reunión que mantuvieron los familiares de Lautaro y su abogado, Carlos Guillermo Diéguez, con el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández.
“Queda en evidencia con las pruebas arrimadas que Francisco Centurión asumió una participación activa en los hechos analizados y primordialmente accionó para que Lucas no sea encontrado luego de la muerte de Lautaro. Así se infiere la sobrevida de Lucas a partir de haberse activado su celular el 12 de diciembre, por lo contrario, de no ser así su cuerpo tendría que haber aparecido junto al de Lautaro”, describió el fiscal Ichazo en los lineamientos de su acusación.
A partir del análisis de las pruebas y de los cruces de las comunicaciones que realizaron los integrantes del entorno del jefe policial se estableció que este ejerció su influencia dentro de la fuerza de seguridad provincial para coordinar con algunos funcionarios el desvío de la investigación y entorpecer la pesquisa. No pasaron inadvertidas para el fiscal una serie de anotaciones halladas en uno de los allanamientos en un domicilio del comisario mayor Centurión, en las que se refería a dos bidones de nafta y hacer pasar la muerte de Lucas como el desenlace de un supuesto brote psicótico que habría sufrido. Nadie explicó, hasta el momento, cómo fue que el jefe policial acusado obtuvo la historia clínica de Escalante, en la que figuraba que tenía antecedentes psiquiátricos.
Además, entre los documentos hallados en uno de sus domicilios había detalles sobre el country El Carmen, donde vive Hilario Escalante, el padre de Lucas, y datos sobre la familia de la víctima y los vehículos que usaban.
En el ítem “16” de uno de los documentos encontrados en poder del comisario mayor Centurión, se consignó: “Evaluar un brote psicótico de Lucas y el desenlace fatal informe y testimonio al médico psiquiatra y psicólogo, informe psiquiátrico y psicológico de Lucas”.
Para el representante del Ministerio Público, dicho documento “permite suponer que Francisco Centurión no solo ya conocía el desenlace fatal, además tenía documentación e información sensible sobre él, lo que demuestra un particular interés por la intimidad de Lucas y su círculo familiar”.
La red de engaños
Los jefes policiales sobre los que habría ejercido su influencia el mencionado comisario mayor tienen requerimientos para que sean sometidos a juicio oral por presunto encubrimiento y destrucción de pruebas.
Uno de los cuestionamientos que la Justicia le hizo al comisario inspector Argañaraz fue que no aplicó las medidas necesarias para realizar un allanamiento en el momento en que la familia de Lucas le entregó un mensaje de audio del joven desaparecido, en el que le decía a un amigo que esa noche se encontraría con el hijo de un comisario que le daría vales de combustible que se usan para los móviles policiales.
Mientras que Zaracho fue mencionado en su declaración indagatoria por Argañaraz, quien lo señaló como uno de los jefes policiales que le habrían ordenado desviar la investigación. A estos dos jefes policiales se sumó en las últimas horas la imputación contra el comisario inspector del escalafón administración Juan Manuel Britos, que habría comprado cinco chips de telefonía celular que habrían sido utilizados por Centurión para ordenar una serie de maniobras con el objetivo de borrar pruebas y favorecer la situación procesal de su hijo Cristian y su sobrino Maximiliano.
No obstante, se ignora hasta ahora cuál habría sido el móvil de ambos homicidios. Se sabe que Lautaro estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado. Se presume una venganza por una supuesta disputa entre Centurión y el padre de Lucas. Aunque, por el momento, nadie rompió el pacto de silencio.
Siete policías bonaerenses están bajo investigación por el homicidio de Lautaro Morello y la desaparición y presunta muerte de Lucas Escalante
Cuatro de los uniformados están acusados por esos crímenes y los otros tres, por encubrimiento
Tres comisarios figuran entre los implicados en el caso
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Detenidos por la banda que vendió cocaína envenenada
Son seis acusados de lavar dinero de Mameluco Villalba
A partir de una investigación que comenzó en febrero de 2020 con las muertes de 24 personas que consumieron cocaína envenenada en la zona de San Martín y Loma Hermosa, los efectivos de la Policía Federal apresaron a seis sospechosos de lavar dinero proveniente de la venta de droga de la banda que operaba en los puestos de venta en los que se comercializaron las dosis mortales.
La detenciones fueron concretadas por los detectives de la Dirección General de Operaciones Antidrogas en la Hidrovía, desbarataron la red de lavado de dinero que montó la organización a través de la instalación de locales de pagos de impuestos y servicios en la zona de Puerta 8, Lanzone y 9 de Julio.
En las últimas horas, la jueza federal de San Martín, Alicia Vence, ordenó 59 allanamientos en dichos locales y las detenciones de un grupo de sospechosos, señalados como los encargados de lavar dinero que se recaudaba de los distintos puestos de venta de drogas.
Según fuentes de la investigación, los detenidos recurrían al cambio de moneda nacional por moneda extranjera, compra de vehículos e inversiones inmobiliarias, en un escalón superior a los simples responsables de narcomenudeo. Los sospechosos recibían órdenes de los hijos de Miguel Ángel Villalba, alias Mameluco, señalado como el presunto jefe de la banda que comercializó la cocaína envenenada.
Los allanamientos incluyeron los mencionados locales de pago de impuestos, estaciones de servicio y agencias de venta de automóviles. Durante los operativos, los investigadores secuestraron $ 5.000.000, US$50.000; 10.000 euros, en efectivo. Además, los efectivos de la Policía Federal hallaron armas, estupefacientes y vehículos de alta gama. Este procedimiento, había sido un continuación de la Operación Droga Salvaje, que terminó con la detención de uno de los hijos de Mameluco.
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
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