Alertan que crecerá la informalidad laboral
Los expertos ven una caída de los empleos registrados
Luján Berardi
La construcción es uno de los rubros que más sufren la baja del empleo
La contracción del empleo asalariado formal, el crecimiento de los autónomos y una mayor informalidad son las tendencias que se profundizarán en el mercado laboral tras la recesión, de acuerdo con especialistas. Desde octubre de 2023 se perdieron 40.000 empleos formales y se registraron más de 50.000 nuevos trabajadores independientes, a lo que se suma la baja de 30.000 empleados públicos desde la asunción de Javier Milei, según un informe de Ecolatina. Los expertos creen que el ajuste se está dando más por caída del salario que por menos empleo.
En un contexto de recesión que afecta a todos los rubros de la economía y que se suma a los recortes que impulsa el Gobierno para mantener el superávit fiscal y externo, el mercado laboral es uno de los rubros que más sufren las consecuencias de la caída del consumo, junto con la inflación.
La contracción del empleo, la transición a trabajos autónomos (con la consecuente reducción de los puestos de trabajo asalariados) y el aumento del sector informal son algunos de los puntos claves que apuntan a un ajuste del mercado que, según los especialistas, son inescindibles de la caída salarial. Estos factores, estiman, se sostendrían a lo largo del año, incluso frente a la reforma laboral que impulsa el oficialismo a través de la “Ley de bases”, que se tratará en Diputados a partir de este lunes.
Según un informe de la consultora Ecolatina, desde octubre del año pasado se perdieron 40.000 puestos de trabajo formales. Además, se registraron más de 50.000 nuevos trabajadores independientes y un descenso de igual magnitud en la cantidad de asalariados privados, que se explica casi totalmente por la parálisis en el sector de la construcción y el incremento en el costo de esta actividad. A eso se suman 30.000 asalariados públicos menos, luego de que el Gobierno pusiera como uno de sus ejes principales el recorte en el sector.
En cuanto a las perspectivas para el resto del año, Sebastián Menescaldi, director de EcoGo, aseguró que va a regir una menor intensidad laboral: “Quizá los ingresos se defienden, quizá los puestos de trabajo se defienden, pero lo que se va a ver es, dentro del trabajo formal, muchas suspensiones, es decir, va a bajar la cantidad de horas trabajadas”, opinó.
Respecto del ámbito informal, agregó que también se va a ver una menor cantidad de trabajo, a pesar de que este segmento es el que más aumentó en los últimos años. “Uno hace el ajuste en el hogar. Se va a contratar menos veces al jardinero, se va a llevar menos veces el auto al lavadero. Si se pensaba en refaccionar la casa, no se va a hacer; si se pensaba en pintar, no se va a hacer”, ejemplificó.
Así, el ajuste del mercado laboral, que por el momento pasa por los salarios, va a empezar a centrarse en la intensidad laboral, con menor cantidad de horas trabajadas y más suspensiones: “Eso se va a reflejar en una fuerte caída de los ingresos”, aseguró.
Rocío Bisang, de la misma consultora, se refirió a esta dupla de “precio-cantidad”, y explicó que no es una cuestión dicotómica, sino que, en el contexto de recesión, se retroalimentan: la caída del empleo presiona el salario a la baja, y la caída del salario real implica, a su vez, menores niveles de consumo, que repercute en el descenso del empleo.
“Existen rigideces que hacen que no sean tan intercambiables entre sí (la legislación laboral no es particularmente flexible, hay sindicatos, paritarias, etc.). En general, una caída del empleo se lee como más nociva, porque genera una mayor conflictividad social –hay costos de entrada y salida entre empleos, gente que se cae del mercado laboral, etc.–, pero no son independientes”, sostuvo.
Caída del ingreso
Con este análisis, la especialista contó que hoy se ve una fuerte caída en los ingresos de las familias y que la baja en el empleo, en comparación, no parece ser tan marcada todavía, aunque también dijo que empieza a darse un traspaso del empleo registrado al sector autónomo.
“Los sectores más afectados son el empleo público y la construcción (con menor obra pública), que se van a ver definitivamente golpeados, pero va a tener mayor impacto en los bienes y servicios de consumo no esenciales”, resaltó.
El tipo de cambio también es un factor que impacta directamente sobre este mercado. Como explica el último informe de Analytica, si el precio del dólar es variable, las crisis pueden derivar en correcciones de precios relativos, que reducen los salarios, pero ayudan a contener el nivel del empleo, por lo que el ajuste sería por precio (salario real) y no por cantidad (puestos de trabajo). Por otro lado, si se mantiene fijo el tipo de cambio, la situación sería a la inversa: “Por tal razón, con tipos de cambio flexibles, los indicadores laborales son mejores, incluido el ingreso per cápita familiar, tanto medido en dólares oficiales como ‘libres’”, destaca.
Juan Luis Bour, de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), se refirió al tema y aclaró que, dado el shock en el tipo de cambio, como sucedió en 2022 y agosto de 2023, el primer impacto se dio en los salarios, que hoy corren por debajo de la inflación.
“La caída del empleo es inmediata solo en algunos sectores (construcción, quizá también bienes y servicios), pero no en el resto, que espera un rebote de la economía. Además, la caída del salario real es caída de costo laboral que financia, en parte, la retención de empleados”, enfatizó. Esto implica mayor ajuste en salario real y menor en empleo.
A su vez, sostuvo que en estos meses se verá una menor contratación de empleados por la contracción de la demanda. Muchos trabajadores pasarán a la informalidad, la industria frenará contrataciones y habrá cierres en varios sectores. “Los salarios se deberían empezar a recuperar muy de a poco con la baja de la inflación, a medida que rebota la actividad”, añadió, pero remarcó que para esto se necesitan mejoras de productividad y reformas para abrir la economía.
Ahora, el Gobierno impulsa la “Ley de bases”, que incluye una reforma laboral acotada que logró dictamen de comisión en la Cámara de Diputados y este lunes se tratará en el recinto. El proyecto plantea, entre otras cuestiones, la posibilidad de que los empleadores regularicen vínculos laborales que comenzaron antes de que entre en vigor la ley, así como la extensión del período de prueba y facilidades para las pymes, entre otros aspectos.
“Estamos en un período recesivo. Más allá de lo que se modifique, difícilmente introduzca un aumento en el nivel de empleo de la economía, porque si no hay demanda, no hay necesidad de contratar nuevo personal, más allá de que existan mayores facilidades o haya un régimen laboral que da más certidumbre”, opinó Claudio Caprarulo, de Analytica, sobre el posible impacto que pueda tener la aprobación del proyecto.
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Dujovne: hay que subir a 68 años la edad jubilatoria
El exministro cree que evitaría una mayor alza del gasto
El ministro de Hacienda durante el gobierno de Mauricio Macri Nicolás Dujovne afirmó que hay que aumentar la edad jubilatoria a 68 años por el aumento de la expectativa de vida y el gasto que implica para el Estado. Además, sugirió considerar los casos de maternidad en las mujeres, donde no hay aportes. “Generaría un ahorro considerable”, explicó.
El exfuncionario macrista disertó en el Foro Económico NOA, organizado por la fundación Federalismo y Libertad de Tucumán, y habló sobre el sistema previsional. “La Argentina tiene que modificar la edad de retiro, que hoy es de 65 años la de los hombres y de 60 la de las mujeres”, comenzó Dujovne. Fue en ese sentido que mencionó la diferencia de cinco años que existe entre hombres y mujeres. “Si miramos la esperanza de vida de las mujeres, es mucho más elevada que la de los hombres. En el mundo, ya prácticamente no hay países que tengan la diferencia de cinco años. La Argentina es de los que más diferencia tienen, cuando casi todos están yendo a la igualdad de retiro”, justificó.
Tras ello, dijo que desde la última amplia modificación del sistema previsional, en 1993, la expectativa de vida aumentó tres años. “Mínimo [la edad de jubilación] tendría que ser 68 [para hombres] y 63 [para mujeres], manteniendo todo igual, pero yo unificaría en 68”, aseguró. Luego, marcó la maternidad en las mujeres, período en el cual no hay aportes: “En el caso de las mujeres, probablemente se podrían tener en cuenta los períodos de maternidad, en los cuales además no hubo aportes, para corregir la edad de retiro”.
Y añadió: “Eso generaría un ahorro considerable. En el caso de los hombres se puede hacer de cuatro meses por año y en las mujeres, de a un año por año. Si hacemos esto, la Argentina puede pasar de un gasto previsional agregado de 8 o 9 puntos del PBI a 4 o 5 y con mejores jubilaciones. Si no lo hacemos, vamos a un gasto previsional de 14 puntos en 10 años”.
Dujovne habló sobre la crisis en el sistema jubilatorio y de que todos los gastos los cubre el Estado nacional. “En muchos casos [los jubilados] no tienen otra fuente de sustento que el sistema previsional, por lo que tiene que proveer un mínimo de recurso que guarde alguna relación con lo que la persona ha generado a lo largo de su vida activa”, sostuvo. “Es el principal gasto de la administración nacional. Hoy la seguridad social está desequilibrada por muchos motivos. Si no renovamos el sistema previsional, vamos a ir a una inviabilidad fiscal”, advirtió.
La contracción del empleo asalariado formal, el crecimiento de los autónomos y una mayor informalidad son las tendencias que se profundizarán en el mercado laboral tras la recesión, de acuerdo con especialistas. Desde octubre de 2023 se perdieron 40.000 empleos formales y se registraron más de 50.000 nuevos trabajadores independientes, a lo que se suma la baja de 30.000 empleados públicos desde la asunción de Javier Milei, según un informe de Ecolatina. Los expertos creen que el ajuste se está dando más por caída del salario que por menos empleo.
En un contexto de recesión que afecta a todos los rubros de la economía y que se suma a los recortes que impulsa el Gobierno para mantener el superávit fiscal y externo, el mercado laboral es uno de los rubros que más sufren las consecuencias de la caída del consumo, junto con la inflación.
La contracción del empleo, la transición a trabajos autónomos (con la consecuente reducción de los puestos de trabajo asalariados) y el aumento del sector informal son algunos de los puntos claves que apuntan a un ajuste del mercado que, según los especialistas, son inescindibles de la caída salarial. Estos factores, estiman, se sostendrían a lo largo del año, incluso frente a la reforma laboral que impulsa el oficialismo a través de la “Ley de bases”, que se tratará en Diputados a partir de este lunes.
Según un informe de la consultora Ecolatina, desde octubre del año pasado se perdieron 40.000 puestos de trabajo formales. Además, se registraron más de 50.000 nuevos trabajadores independientes y un descenso de igual magnitud en la cantidad de asalariados privados, que se explica casi totalmente por la parálisis en el sector de la construcción y el incremento en el costo de esta actividad. A eso se suman 30.000 asalariados públicos menos, luego de que el Gobierno pusiera como uno de sus ejes principales el recorte en el sector.
En cuanto a las perspectivas para el resto del año, Sebastián Menescaldi, director de EcoGo, aseguró que va a regir una menor intensidad laboral: “Quizá los ingresos se defienden, quizá los puestos de trabajo se defienden, pero lo que se va a ver es, dentro del trabajo formal, muchas suspensiones, es decir, va a bajar la cantidad de horas trabajadas”, opinó.
Respecto del ámbito informal, agregó que también se va a ver una menor cantidad de trabajo, a pesar de que este segmento es el que más aumentó en los últimos años. “Uno hace el ajuste en el hogar. Se va a contratar menos veces al jardinero, se va a llevar menos veces el auto al lavadero. Si se pensaba en refaccionar la casa, no se va a hacer; si se pensaba en pintar, no se va a hacer”, ejemplificó.
Así, el ajuste del mercado laboral, que por el momento pasa por los salarios, va a empezar a centrarse en la intensidad laboral, con menor cantidad de horas trabajadas y más suspensiones: “Eso se va a reflejar en una fuerte caída de los ingresos”, aseguró.
Rocío Bisang, de la misma consultora, se refirió a esta dupla de “precio-cantidad”, y explicó que no es una cuestión dicotómica, sino que, en el contexto de recesión, se retroalimentan: la caída del empleo presiona el salario a la baja, y la caída del salario real implica, a su vez, menores niveles de consumo, que repercute en el descenso del empleo.
“Existen rigideces que hacen que no sean tan intercambiables entre sí (la legislación laboral no es particularmente flexible, hay sindicatos, paritarias, etc.). En general, una caída del empleo se lee como más nociva, porque genera una mayor conflictividad social –hay costos de entrada y salida entre empleos, gente que se cae del mercado laboral, etc.–, pero no son independientes”, sostuvo.
Caída del ingreso
Con este análisis, la especialista contó que hoy se ve una fuerte caída en los ingresos de las familias y que la baja en el empleo, en comparación, no parece ser tan marcada todavía, aunque también dijo que empieza a darse un traspaso del empleo registrado al sector autónomo.
“Los sectores más afectados son el empleo público y la construcción (con menor obra pública), que se van a ver definitivamente golpeados, pero va a tener mayor impacto en los bienes y servicios de consumo no esenciales”, resaltó.
El tipo de cambio también es un factor que impacta directamente sobre este mercado. Como explica el último informe de Analytica, si el precio del dólar es variable, las crisis pueden derivar en correcciones de precios relativos, que reducen los salarios, pero ayudan a contener el nivel del empleo, por lo que el ajuste sería por precio (salario real) y no por cantidad (puestos de trabajo). Por otro lado, si se mantiene fijo el tipo de cambio, la situación sería a la inversa: “Por tal razón, con tipos de cambio flexibles, los indicadores laborales son mejores, incluido el ingreso per cápita familiar, tanto medido en dólares oficiales como ‘libres’”, destaca.
Juan Luis Bour, de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), se refirió al tema y aclaró que, dado el shock en el tipo de cambio, como sucedió en 2022 y agosto de 2023, el primer impacto se dio en los salarios, que hoy corren por debajo de la inflación.
“La caída del empleo es inmediata solo en algunos sectores (construcción, quizá también bienes y servicios), pero no en el resto, que espera un rebote de la economía. Además, la caída del salario real es caída de costo laboral que financia, en parte, la retención de empleados”, enfatizó. Esto implica mayor ajuste en salario real y menor en empleo.
A su vez, sostuvo que en estos meses se verá una menor contratación de empleados por la contracción de la demanda. Muchos trabajadores pasarán a la informalidad, la industria frenará contrataciones y habrá cierres en varios sectores. “Los salarios se deberían empezar a recuperar muy de a poco con la baja de la inflación, a medida que rebota la actividad”, añadió, pero remarcó que para esto se necesitan mejoras de productividad y reformas para abrir la economía.
Ahora, el Gobierno impulsa la “Ley de bases”, que incluye una reforma laboral acotada que logró dictamen de comisión en la Cámara de Diputados y este lunes se tratará en el recinto. El proyecto plantea, entre otras cuestiones, la posibilidad de que los empleadores regularicen vínculos laborales que comenzaron antes de que entre en vigor la ley, así como la extensión del período de prueba y facilidades para las pymes, entre otros aspectos.
“Estamos en un período recesivo. Más allá de lo que se modifique, difícilmente introduzca un aumento en el nivel de empleo de la economía, porque si no hay demanda, no hay necesidad de contratar nuevo personal, más allá de que existan mayores facilidades o haya un régimen laboral que da más certidumbre”, opinó Claudio Caprarulo, de Analytica, sobre el posible impacto que pueda tener la aprobación del proyecto.
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Dujovne: hay que subir a 68 años la edad jubilatoria
El exministro cree que evitaría una mayor alza del gasto
El ministro de Hacienda durante el gobierno de Mauricio Macri Nicolás Dujovne afirmó que hay que aumentar la edad jubilatoria a 68 años por el aumento de la expectativa de vida y el gasto que implica para el Estado. Además, sugirió considerar los casos de maternidad en las mujeres, donde no hay aportes. “Generaría un ahorro considerable”, explicó.
El exfuncionario macrista disertó en el Foro Económico NOA, organizado por la fundación Federalismo y Libertad de Tucumán, y habló sobre el sistema previsional. “La Argentina tiene que modificar la edad de retiro, que hoy es de 65 años la de los hombres y de 60 la de las mujeres”, comenzó Dujovne. Fue en ese sentido que mencionó la diferencia de cinco años que existe entre hombres y mujeres. “Si miramos la esperanza de vida de las mujeres, es mucho más elevada que la de los hombres. En el mundo, ya prácticamente no hay países que tengan la diferencia de cinco años. La Argentina es de los que más diferencia tienen, cuando casi todos están yendo a la igualdad de retiro”, justificó.
Tras ello, dijo que desde la última amplia modificación del sistema previsional, en 1993, la expectativa de vida aumentó tres años. “Mínimo [la edad de jubilación] tendría que ser 68 [para hombres] y 63 [para mujeres], manteniendo todo igual, pero yo unificaría en 68”, aseguró. Luego, marcó la maternidad en las mujeres, período en el cual no hay aportes: “En el caso de las mujeres, probablemente se podrían tener en cuenta los períodos de maternidad, en los cuales además no hubo aportes, para corregir la edad de retiro”.
Y añadió: “Eso generaría un ahorro considerable. En el caso de los hombres se puede hacer de cuatro meses por año y en las mujeres, de a un año por año. Si hacemos esto, la Argentina puede pasar de un gasto previsional agregado de 8 o 9 puntos del PBI a 4 o 5 y con mejores jubilaciones. Si no lo hacemos, vamos a un gasto previsional de 14 puntos en 10 años”.
Dujovne habló sobre la crisis en el sistema jubilatorio y de que todos los gastos los cubre el Estado nacional. “En muchos casos [los jubilados] no tienen otra fuente de sustento que el sistema previsional, por lo que tiene que proveer un mínimo de recurso que guarde alguna relación con lo que la persona ha generado a lo largo de su vida activa”, sostuvo. “Es el principal gasto de la administración nacional. Hoy la seguridad social está desequilibrada por muchos motivos. Si no renovamos el sistema previsional, vamos a ir a una inviabilidad fiscal”, advirtió.
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
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