martes, 1 de octubre de 2024

OFICIALISMO Y EL PERFIL




Patricia Bullrich juega en tándem con Karina Milei para limitar a Mauricio Macri y negocia el ensamble con libertarios en Buenos Aires
Sin renunciar a Pro, la ministra de Seguridad teje una línea interna en La Libertad Avanza mientras gana espacios y suma méritos ante el Presidente y su hermana; la situación económica definirá el vínculo con el exmandatario
Matías Moreno
Patricia Bullrich se convirtió en el ariete de Karina Milei y Santiago Caputo, guardianes del relato y de la identidad del Presidente, para reducir la influencia de Mauricio Macri, jefe de Pro. Por un lado, en el nuevo tablero de poder. Pero sobre todo, en el esquema de toma de decisiones del oficialismo. La pulseada de fondo es por la conformación de las listas electorales de 2025.
“Patricia nos ayuda a marcarle la cancha a Macri; los amarillos no tienen que dormirse pensando que ya está cerrado el acuerdo [para compartir un frente electoral]”, admiten en el núcleo duro del mileísmo. De hecho, Bullrich y Karina Milei ultiman por estas horas la negociación para unificar los bloques de La Libertad Avanza y Pro Libertad en la Legislatura bonaerense.
El martes está prevista una reunión en la Casa Rosada para terminar de definir la fusión entre la bancada que conduce Agustín Romo, un colaborador fiel de Caputo, y el grupo de Florencia Retamoso, cercana a Bullrich. Además de los cinco bullrichistas, sumarían al marplatense Guillermo Castello (Libre) o Jazmín Carrizo (BA Libre), que responde a Carolina Píparo. De esta manera, los libertarios apuestan a empardar a Pro como primera minoría de la oposición contra Axel Kicillof.
Agustín Romo, Javier Milei y Daniel Parisini.
La jugada no sólo es un mensaje de los libertarios a Macri, quien machaca con que no cogobierna con Milei y advierte que el alineamiento de los bloques legislativos de Pro a los proyectos impulsados por Casa Rosada ya no será automático. Es, también, una bendición de la mesa chica del Presidente hacia Bullrich, que se diferencia de Macri y promete un apoyo incondicional a la agenda reformista del Gobierno “sin titubeos”.
La ministra de Seguridad se jacta de representar a los votantes de Juntos por el Cambio que le dieron el triunfo en la interna con Horacio Rodríguez Larreta y validaron su propuesta de shock, sin gradualismos. Por eso, está cómoda con la apuesta “a todo o nada de Milei”. Incluso defendió con uñas y dientes la postulación del controvertido juez federal Ariel Lijo para la Corte Suprema.
Javier Milei y Patricia Bullrich
Después de que protagonizara un fuerte cruce en las redes sociales con el expresidente por la votación del nuevo Código Urbanístico en la Legislatura porteña –se acusaron de mentir o encubrir “pactos espurios”–, la ministra de Seguridad volvió a recibir un espaldarazo de Milei durante el acto partidario que encabezó el jefe del Estado en Parque Lezama, la zona cero de su frenético ascenso en la política.
El Presidente le agradeció que lo haya apoyado en el balotaje después de que quedara tercera en los comicios generales y que haya aceptado volver a calzarse el traje de ministra de Seguridad. Pero también elogió su gestión para poner orden en las calles, combatir la delincuencia y terminar con los piquetes. Y sus reiteradas menciones a la figura de Bullrich alimentaron las versiones sobre la posibilidad de que sea una de las apuestas electorales del oficialismo en 2025.
La ministra se mueve con extrema cautela. No la entusiasma la idea de desembarcar en el Congreso. Pero ya no le cierra la puerta a la chance de competir en los comicios del año próximo si el Presidente la necesita para garantizar un triunfo en la Ciudad, tierra santa de los Macri. En diálogo con Radio Rivadavia, Bullrich insistió este domingo en que no aspira a volver a ocupar una banca en el Congreso y que preferiría preservar un rol ejecutivo. No obstante, dijo que ella forma de un “equipo” y que su lugar dependerá de la decisión del “director técnico”, en alusión a Milei.
Bullrich y Valenzuela, en Villa Bosch
Desde hace meses, Bullrich teje una línea interna dentro de La Libertad Avanza, pero no saca los pies de Pro. Si bien no ocupa ningún puesto en la estructura orgánica (por decisión de Macri), aún mantiene diputados nacionales o legisladores porteños dentro de las bancadas amarillas. En paralelo, comenzó a aunar fuerzas con los referentes libertarios en la provincia de Buenos Aires. Su principal socio para ese plan es Diego Valenzuela, intendente de Tres de Febrero y esposo de Daniel Reich, la senadora bonaerense que presidía el partido Pro en la provincia hasta que fue desplazada anticipadamente por Cristian Ritondo, lo que Bullrich calificó como un “golpe de Estado” del macrismo.
Esta semana estaba previsto un acto con referentes de la primera sección electoral, al que iban a asistir el armador bonaerense Sebastián Pareja y el diputado nacional José Luis Espert, a quien Milei apalanca como candidato en Buenos Aires. Pero como el evento coincidía con la marcha por el inminente veto a la ley de financiamiento universitario, optaron por postergar el acto para la semana próxima. Por ahora, Karina Milei y Pareja apuestan a cerrar acuerdos individuales para poblar las listas del oficialismo en 2025. Es decir, le esquivan a la propuesta de Macri de avanzar con la discusión de un pacto estructural para conformar una alianza.
Encuentro de libertarios y dirigentes de Pro cercanos a Bullrich. En la foto, Florencia Retamoso (segunda desde la izquieda) y, junto a la ministra, Valenzuela y Pareja
Después de ganar el balotaje frente a Sergio Massa, Milei había incorporado a Bullrich y al radical Luis Petri, integrantes de la fórmula presidencial de JxC en 2023. Ahora, los armadores libertarios pretenden seducir a dirigentes de Pro que sean competitivos en Buenos Aires para que den el salto al campamento de La Libertad Avanza en las elecciones de medio término.
Por caso, hubo conversaciones con el diputado Diego Santilli, quien apuesta a postularse el año próximo con la meta de volver a disputar la gobernación en 2027. Espert y Valenzuela –incluso Pareja– también se anotan en esa carrera. “Si quieren jugar con nosotros, tienen que venir ahora”, avisan desde el sector libertario.
Si bien presionan y dilatan explorar cualquier acuerdo integral con Macri a la espera de que la eventual reactivación económica blinde la competitividad de la oferta de Milei en las urnas, admiten que el expresidente retuvo casi toda la estructura orgánica de Pro. Por ende, no descartan de plano una convergencia y especulan con la coyuntura económica y social. Es un incógnita por ahora si Bullrich tendrá garantizados lugares para sus fieles en las listas de LLA o deberá presionar a los dueños de la lapicera: los Milei. Por ahora, espera y acumula crédito antes de mover sus fichas.


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Rodrigo de Loredo, un jefe de bloque en medio de la crisis del radicalismo

Gabriela OrigliaDe Loredo deberá maniobrar para evitar una fractura en la bancada
El cordobés Rodrigo de Loredo es uno de los rostros de la última crisis del radicalismo. Jefe del bloque de la UCR en la Cámara de Diputados de la Nación, intenta hacer pie sobre tres baldosas: quienes pretenden un perfil de oposición moderada y centrista; quienes sostienen una voz crítica frente a los desbordes institucionales y el ajuste sin contemplaciones del presidente Javier Milei, ligados a Martín Lousteau y Gastón Manes, y aquellos que intuyen inevitable una alianza con los libertarios para evitar dividir la oferta electoral no peronista y así defender, conquistar territorios o, simplemente, sobrevivir.
Intentar un equilibrio no parece sencillo. De Loredo criticó duramente a los cinco miembros de su bloque que visitaron y se fotografiaron sonrientes junto a Milei y, un día después, cambiaron su voto para apoyar el veto presidencial que bloqueó el aumento para los jubilados. Pero después rechazó la decisión de la Convención Nacional de la UCR de suspender la afiliación de esos legisladores, así como abrir una investigación que podría derivar en su expulsión.
“La decisión tomada es inédita, de una gran irresponsabilidad y parcialidad selectiva. No es la primera vez que miembros del bloque votan de manera diferente. Ni en Diputados ni en el Senado. No tiene ningún efecto directo sobre el bloque de diputados nacionales de la UCR. Cualquier decisión sobre la conducta de los diputados que integran nuestro bloque será tomada entre los pares, buscando siempre los consensos y sin posturas sesgadas dentro de un partido que incluye pluralidad de miradas”, escribió De Loredo en su cuenta de X.
La mención a los senadores que votan en contra de su bloque no fue casual. Fue un tiro por elevación a Lousteau, el presidente del Comité Nacional de la UCR, que en el Senado había votado en soledad contra la Ley Bases. Lousteau fue uno de los que fustigaron a los diputados Martín Arjol, Luis Picat, José Federico Tournier, Mariano Campero y Pablo Cervi por reunirse con Milei y luego bloquear el aumento a los jubilados. “Antes no se veía esta pornografía, esta inmundicia”, dijo el senador.
De Loredo y Lousteau se movían como aliados hasta no hace mucho. Casi tres años atrás, el cordobés fue ungido titular de uno de los dos bloques radicales (UCR-Evolución) con apoyo del senador, que encabeza el espacio Evolución Radical. Y en diciembre del año pasado se convirtió en jefe del bloque radical unificado, nuevamente con el apoyo de Lousteau, pero sumando el respaldo de los gobernadores radicales.
Eran más que aliados para la foto. Cuando, el año pasado, De Loredo fue candidato a intendente de la ciudad de Córdoba (perdió por ocho puntos frente a Daniel Passerini, de Hacemos por Córdoba), distintas fuentes apuntaron la colaboración económica en su campaña de Lousteau y Emiliano Yacobitti, entonces diputado nacional y actual vicerrector de la UBA. De Loredo se contactó con para indicar: “Al margen de quién lo diga, eso es absolutamente falso”.
La noche de la derrota, rodeado en el escenario por referentes radicales como Lousteau, Gerardo Morales, Alfredo Cornejo, Gustavo Valdés y Luis Petri, pero también los entonces macristas Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, De Loredo cerró su faena electoral con una frase que aún divierte a aliados y rivales: “Los hice venir al pedo”.
Aspiraciones y mentores
Por estos días, De Loredo reparte la semana entre el Congreso y sus viajes por el interior de Córdoba, para no perder presencia y seguir alimentando su ambición de ser gobernador en 2027. Antes tendrá que definir los tantos con su actual socio en Córdoba, el senador nacional Luis Juez, quien tiene la misma aspiración. Juez guarda un buen vínculo con Milei.
Esa sociedad, imposible años atrás, fue fruto de una carambola de la política. A mediados de 2021, Juntos por el Cambio (JxC) no logró un acuerdo en Córdoba y cuatro listas se enfrentaron en la interna. De Loredo rompió con Mario Negri y Ramón Mestre, que tenían el aval de Mauricio Macri, y terminó aliado con Juez, con el apoyo de Lousteau, Bullrich y, a la distancia, Rodríguez Larreta.
Esa batalla, que partió aguas en el radicalismo y Pro, le dio a De Loredo más visibilidad nacional, incluso que cuando fue designado por Macri titular del Arsat, en diciembre de 2015. Tenía solo 35 años y ningún pergamino en el sector de tecnología satelital, pero era yerno del entonces ministro de Comunicaciones y de Defensa de Cambiemos Oscar Aguad.
El mismo vínculo lo obligó a renunciar en 2018. Fue cuando Macri prohibió las contrataciones de familiares de ministros, tras el escándalo por los contratos del entonces titular de Trabajo Jorge Triaca.
De Loredo –hoy, de 44 años– se recibió de abogado en 2005 (fue medalla de oro en la Universidad Nacional de Córdoba) y está en pareja con Carolina Aguad desde que iban al secundario. Compartieron estudios, se casaron en 2007 y tienen cuatro hijos. Ella es funcionaria del Tribunal Oral Federal Nº 2 de Córdoba. Él se presenta como fundador del estudio Aguad y Asociados.
Tutelado por su suegro, De Loredo empezó a militar en la UCR en el sector liderado por Ramón Bautista Mestre, intendente de Córdoba entre 1983 y 1991, gobernador entre el 95 y el 99, y ministro del Interior de la Alianza. Pero enfrentó en más de una oportunidad a su hijo, Ramón Javier Mestre, intendente de Córdoba entre 2011 y 2019.
A nivel nacional, en línea con una larga tradición del radicalismo (y el peronismo) cordobés, De Loredo no mantuvo un alineamiento con ningún referente.
A nivel local, su ascenso fue veloz y estridente. Fue presidente de la Juventud Radical y dos veces legislador provincial, aunque renunció a su segundo mandato para ir a Arsat. Desde su banca cultivó un perfil confrontativo con el peronismo local y el kirchnerismo nacional, donde desplegó sus dotes de orador.
Como hoy en el Congreso nacional, De Loredo buscó siempre distinguirse por su estilo de comunicación, más audaz que el de muchos de sus correligionarios. Un día llevó una torta al recinto y la cortó sobre su banca para explicar el reparto de un bono de los empleados de la empresa eléctrica provincial (EPEC); otra vez lució un “chaleco anti bla-bla”, contra las “mentiras” del entonces gobernador José Manuel de la Sota; se tiró en paracaídas para presentar un libro; rifó un auto para costear una campaña, y dio entrevistas sentado en La Cañada.
Son algunas de las ideas que aplicó para ganar visibilidad. En enero de este año, incluso, sus asesores miraron sorprendidos un spot de campaña de Donald Trump casi idéntico en las formas y música a uno propio, dos años anterior.
A su alrededor lo definen como “obsesivo” y “detallista”, y destacan que estudia cada tema a tratar. También es frecuente escuchar a varios que lo tildan de “soberbio”.
Milei y la interna radical
Con Milei tuvo un cruce cuando, en febrero, caída la primera ley ómnibus, De Loredo se quebró durante una entrevista. Fue mientras destacaba el esfuerzo que había hecho su bloque para reformar o sostener algunos de los artículos de la ley que el Presidente, en medio de la sesión, decidió retirar del debate. Milei, a través de terceros en la red social X, lo fustigó. El cordobés respondió que lo tenían sin cuidado “las estupideces, agravios e insultos” del mandatario. Meses después acompañó la Ley Bases y afirmó que, para hacerlo, fingió “demencia” ante los dichos del libertario.
Ahora busca un perfil propio dentro de la UCR. En su enfrentamiento con Lousteau, tiende lazos con los gobernadores. Su aspiración –además de ser gobernador de Córdoba– es “encabezar un radicalismo distinto al de Buenos Aires, que hable del interior productivo”. Subraya las diferencias –“cada vez mayores”, sostienen en su círculo– con el senador porteño. Va levantando el tono en esa disputa. Está “definitivamente divorciado” de Evolución, insisten.
Para navegar la tormenta que le proponen Lousteau y Manes, De Loredo ancla sus apoyos en las otras dos tribus del bloque radical. Afirma contar con al menos una veintena de correligionarios dispuestos a sostener su conducción. Allí conviven diputados que responden a los gobernadores radicales Cornejo (Mendoza), Carlos Sadir (Jujuy), Gustavo Valdés (Corrientes) y Leandro Zdero (Chaco) y referentes partidarios de distintas provincias, como Karina Banfi, Martín Tetaz y Gabriela Brouwer de Koning.
Con estos apoyos, De Loredo evitó que fueran expulsados los cinco diputados conversos. También, que lo desplazaran a él de la conducción de la bancada. Y hasta se animó a plantear un controvertido método para definir las votaciones a futuro: las decisiones se tomarán por mayoría, antes de cada sesión, y las minorías deberán acompañar. El sector de Manes y Lousteau lo rechaza.
“No echamos a nadie del bloque por un sentido de responsabilidad, pero tampoco le andamos rogando a nadie que se quede. De manera que aquellos que no se sientan cómodos con la postura que mayoritaria y democráticamente tome el bloque del radicalismo pueden hacer lo que quieran”, advirtió De Loredo. La fractura parece inminente.
Pese a la advertencia, el cordobés se define un opositor “dialoguista, constructivo”. Apoya en general las reformas que impulsa Milei, pero no acompaña “su desapego por lo institucional” y tampoco que vaya “en contra de las universidades, de los jubilados”. Días atrás, Juan Galli, un abogado muy cercano a él, fue designado subsecretario legal de la Secretaría General de la Presidencia, que comanda Karina Milei. Los deloredistas rechazan de plano que su jefe pueda cambiar su posicionamiento frente al Gobierno.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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