La trufa blanca italiana: un tesoro en riesgo por el calentamiento global
El cazador de trufas Carlo Marenda sostiene una trufa blanca encontrada por su perro Buk en un bosque de la campiña de Langhe en Treiso, cerca de Alba, noroeste de Italia
Símbolo de la excelencia culinaria italiana, el hongo se encuentra en peligro. El cambio climático está alterando su hábitat y poniendo en riesgo su supervivencia
Enrique Villegas
En lo profundo de un espeso bosque en la región de Piamonte, al noroeste de Italia, comienza la búsqueda de la trufa blanca de Alba, con perros emocionados zigzagueando y cavando en la tierra húmeda. El tesoro culinario es cada vez más escaso, socavado por el cambio climático. “¡Ve a buscarlo! ¿Dónde está?” así Carlo Marenda, un cazador de trufas a tiempo parcial, llama a Gigi y Buk, canes de siete meses y 13 años de las razas Spinone Italiano y Lagotto Romagnolo, apreciados por su agudo sentido del olfato.
Las hojas de otoño crujen bajo el peso de las botas que se hunden en el suelo fangoso. Debajo de un pintoresco viñedo en la ladera de una colina, no lejos de Alba, los senderos serpentean a lo largo del Rio della Fava, cruzando un terreno húmedo ideal para el cultivo de trufas. Buscada por gourmets y chefs destacados de todo el mundo, la trufa blanca de Alba, la más prestigiosa del mundo, es un hongo subterráneo que crece en simbiosis con ciertos árboles de madera dura adhiriéndose a sus raíces. Su intenso y refinado aroma, una mezcla de heno, ajo y miel, permite a los perros de caza detectarla, aunque a veces la trufa esté enterrada hasta un metro de profundidad.
Iniciado en la caza de la trufa cuando tenía cinco años por un amigo de la familia, Carlo Marenda, de 42 años, fundó en 2015 la asociación “Save the Truffle”, junto con Edmondo Bonelli, investigador en ciencias naturales. Un octogenario solitario “trifulau”, llamado Giuseppe Giamesio, conocido como “Notu” y último descendiente de una familia con una tradición centenaria trufera, fue quien le reveló sus secretos y le legó sus perros justo antes de su muerte en 2014. El mensaje fue un testimonio: “Si queremos evitar la desaparición de la trufa, debemos proteger los bosques, dejar de contaminar los cursos de agua y plantar nuevos árboles ‘truferos’”.
Con información de AFP
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.