martes, 18 de agosto de 2020

BANDERAZOS,


Una cobertura aviesa y que busca irritar
Pablo Sirvén | Fundación Konex
Pablo SirvénCapturaLos videograph apuntaron contra la convocatoria
Fue la guerra de los carteles contra los videograph. “La marcha del contagio” resultó la leyenda más persistente que usó C5N en su cobertura de la movilización contra el Gobierno. Pero había otras no menos ofensivas: “Patricia Bullrich, la profeta del odio”, “Buscando al virus en el Obelisco” y “La oposición invita a violar el aislamiento”, entre varias más. Algunos manifestantes contraatacaban con sus “no a la reforma judicial”, “Cristina chorra” y “gobierno de payasos”, expresados a viva voz o en carteles que enarbolaban cuando veían que las cámaras de la señal ultra-k los apuntaba.
Luego de los forcejeos con el equipo de C5N en la movilización del 9 de julio, ayer la Policía de la Ciudad dispuso un fuerte cordón preventivo por sí era necesario defender a los cronistas del canal de noticias de Cristóbal López y Fabián de Sousa de los humores que empezaban a encresparse de vuelta. El móvil de C5N igual recibió huevazos y algunos de sus cronistas fueron duramente increpados por individuos que gesticulaban o hacían fuck you cuando pasaban frente a cámara. Crónica TV también denunció agresiones de manifestantes. Ezequiel Guazzora, el militante que va a molestar a las puertas de las radios, tuvo que ser custodiado por unos cuantos policías mientras recibía insultos de todo tipo.
Las marchas multitudinarias en varias ciudades de la Argentina se reducían para Página 12 a “un pequeño grupo de personas” alrededor del Obelisco. En el también oficialista Canal 9, otro videograph se preguntaba “¿Cuál es el motivo de la protesta?”.
Desde que una vez se le ocurrió a 6,7,8 cubrir un cacerolazo en la Plaza de Mayo en tiempos de la segunda presidencia de Cristina Kirchner, los concurrentes a movilizaciones contra gobiernos peronistas saben que los cronistas hiperoficialistas irán a buscarlos no para escucharlos, sino para someterlos a interrogatorios aviesos y burlas. Es algo que no suele ocurrir en los actos peronistas. Sería algo inconcebible que un cronista de TN, por ejemplo, se internara dentro de esa muchedumbre y empezara a provocar a algunos de los concurrentes con preguntas impertinentes o mofas. Lisa y llanamente, lo molerían a palos.
Cynthia García, en una de aquellas ocasiones, debió ser evacuada cuando los ánimos se recalentaron con sus interrogatorios de profesora implacable de mesa examinadora que busca aplazar a su alumno. Ese modo ha sido perfeccionado y acentuado en estos años por C5N. No se acercan con respeto, sino que buscan provocar, confundir y hacer trastabillar a la mayor cantidad posible de asistentes. ¿Debe un manifestante en una marcha opositora responder a estas requisitorias que solo pretende dejarlo mal?
Además, buscan claramente aquellos personajes con flancos débiles que puedan resultarles más “rendidores” y que acaso no son los más representativos del grueso de los concurrentes.
Al respecto, quien escribe este artículo hizo el doble ejercicio de caminar varias cuadras por Santa Fe, Cerrito, 9 de Julio y algunas calles laterales, para un rato más tarde seguir la cobertura de los hechos por C5N. Nada que ver una experiencia con la otra: en el primer caso, vi caravanas de autos y cantidad de personas que se dirigían pacíficamente hacia el Obelisco, muchas de ellas agitando sus banderas y sin proferir consignas agresivas, evitando aglomerarse y todos con sus respectivos tapabocas. En la esquina del Teatro Cervantes, Hernán Lombardi y Beto Brandoni daban el ejemplo acordonados y manteniendo distancia. Al aire libre, el riesgo es muy bajo, con adecuadas prevenciones.
Fue sintonizar C5N y ver una película muy distinta: personas irritadas, buscando sacar lo peor de ellos. Seguramente, como a cualquier manifestación, habrán concurrido algunas personas de ideas extremas y otras que no saben expresar cabalmente por qué están allí. ¿Acaso son presentables todos y cada uno de los manifestantes a los actos peronistas? ¿Tiene sentido una cobertura con ese grado de recorte tan fraudulento solo para conformar a la propia audiencia militante? ¿Cómo les puede extrañar que sean mal recibidos por no pocos manifestantes sabiendo que van allí solo a molestarlos y a dejarlos mal parados?
Julián Guarino dijo desde estudios, sin que se le moviera un solo músculo de la cara: “C5N es el canal que muestra de la forma más transparente posible lo que está pasando y eso en gran medida es un mérito que tiene este canal, sus accionistas”. ¿Sus accionistas? Nadie le pide tanto.
“Preguntale si extraña a Bonadio”, acicateó Pablo Duggan al cronista Lautaro Maislin para que presionara más al ocasional concurrente que se detuvo a conversar. “No quiero jueces ni de un lado ni del otro”, respondió. Duggan habló del “odio de clase”. Desde Twitter, el inefable Diego Brancatelli resumía: “Son un asco”.
Anoche, Aníbal Fernández ante el Gato Sylvestre reconocía que la marcha había sido importante, pero que si el peronismo quería, podía movilizar diez veces más personas. He ahí la cuestión: que la oposición esté ganando cada vez más la calle de manera inorgánica y espontánea es lo que más intranquiliza ahora al oficialismo.

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