Ataques de López Obrador a Milei
Andrés Oppenheimer
Cuando leí que el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, me llamó “fascista, fascista, fascista” en su conferencia de prensa del lunes, me pareció muy gracioso, considerando mi historia personal y mis constantes críticas a las dictaduras tanto de izquierda como de derecha. Pero el insulto de López Obrador fue un ejemplo perfecto de cómo los populistas de todos los colores políticos, de López Obrador a Donald Trump, están tratando de confundirnos. Quieren desviar el debate político de la defensa de la democracia y centrarlo en etiquetas ideológicas obsoletas.
López Obrador, Trump y otros populistas quieren hacernos creer que el mundo está dividido entre “fascistas” y “socialistas”, como si no hubiera nada en el medio. Así, no solo polarizan aún más a nuestras sociedades, sino que oscurecen el hecho de que la verdadera disyuntiva en el siglo XXI no es entre derecha e izquierda, sino entre democracia y autocracia. La diatriba de López Obrador contra mí se produjo después de mi entrevista con el presidente liberal libertario Javier Milei. El presidente mexicano afirmó que yo induje a Milei en una entrevista a atacarlo.
“El que lo entrevista (a Milei) es facho, facho, facho. Entonces, lo entrampó, siento yo, porque iban con ese propósito... Tengo 20 años o más que no coincido con él, o no coincidimos. Entonces hay antipatía recíproca”, dijo López Obrador en su conferencia de prensa mañanera. De hecho, la pregunta que le hice a Milei sobre López Obrador fue casi tangencial, y estaba entre varias otras sobre temas internacionales durante la entrevista de casi una hora con el Presidente. Tras más de media hora de nuestra conversación, le pregunté a Milei por su reacción ante la afirmación de López Obrador, pocos días antes de las elecciones de noviembre en la Argentina, de que era un “facho conservador”. Milei me respondió: “Es un halago que un ignorante como López Obrador hable mal de mí. Me enaltece”.
En esa misma entrevista, Milei me dijo que el presidente colombiano, Gustavo Petro, era “un asesino terrorista comunista”, refiriéndose al pasado de Petro como miembro del grupo guerrillero M-19. Petro había criticado anteriormente a Milei durante la campaña presidencial de la Argentina, comparándolo con el difunto dictador militar Jorge Rafael Videla. El presidente mexicano suele atacar a los periodistas que no lo alaban, calificándolos de “conservadores”, “fifis” o cosas peores.
El insulto de López Obrador contra mí me pareció ridículo, teniendo en cuenta que me fui de mi Argentina natal de joven, en 1976, cuando una dictadura militar de derecha tomó el poder, y escribí en los medios internacionales contra ese régimen desde el principio. Posteriormente, escribí cientos de columnas y varios libros en los que critiqué las dictaduras de Cuba, Venezuela y Nicaragua, así como el intento de Trump de acabar con la democracia estadounidense al tratar de revertir ilegalmente su derrota electoral de 2020.
Curiosamente, aunque López Obrador se proclama “izquierdista”, no ha ocultado su simpatía por Trump. En 2023 expresó públicamente su apoyo a Trump en las batallas legales de este último, y realizó una inusual visita a Washington para reunirse con Trump durante la campaña presidencial estadounidense de 2020, que fue interpretada por muchos como una muestra de apoyo al entonces presidente de Estados Unidos. El presidente mexicano también ha sido un aliado de los dictadores de Venezuela y Cuba. En 2023, López Obrador condecoró al dictador cubano Miguel Díaz-Canel con la Orden del Águila Azteca, la medalla más alta de México para extranjeros.
Todo esto me lleva de regreso a mi punto principal: no nos dejemos llevar por los intentos de los populistas por confundirnos usando vetustas etiquetas políticas. En el mundo actual, en el que China dice ser un país “comunista”, pero no da derechos a sus trabajadores, lo que la convierte más bien en un “capitalismo sin derecho de huelga”, los conceptos de derecha e izquierda han perdido gran parte de su significado. La verdadera división política hoy está entre la democracia y la dictadura. Ahora, más que nunca, debemos recordar que no existe tal cosa como un dictador bueno y que, como dice el viejo refrán, “el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente”.
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
El poder revolucionario de la inmigración
Maximiliano Gregorio-Cernadas Diplomático de carrera y miembro del Club Político Argentino
Políticas arteras perfeccionadas durante los últimos 80 años produjeron que abunde en la sociedad argentina gente que no trabaja ni aspira a hacerlo o ignora cómo, un emblema de su decadencia con profundas implicancias, pues el costo político del populismo para que algunos vivan mejor trabajando menos a costa del resto exige a unos ceder derechos y libertades; a otros, canjear sumisión por subsistencia, y a todos, naturalizar la corrupción que financia el sistema.
La herencia recibida por el Gobierno es de una elocuente gravedad: empresarios prebendarios, gremialistas ociosos, jubilados sin aportes, piqueteros, ñoquis, planeros, punteros, desocupados y trabajadores informales, para quienes está íntimamente quebrada una relación sana entre trabajo y remuneración. Más allá de que sea imprescindible iniciarlo, sería ilusorio pretender alijar a corto plazo este bien trincado lastre, pues es muy lucrativo, culturalmente arraigado y arduo de medir en períodos presidenciales.
Entre los factores más estimulantes de un giro drástico –inversiones, innovación, infraestructura, instrucción–, el más autónomo para concretar, en corto plazo, a un costo razonable, con un impacto contundente y más eficaz como fuite an avant (huida hacia adelante) del atolladero que atravesamos, es la inmigración masiva de mano de obra, capaz de reeditar lo que se logró cuando un país casi deshabitado y escaso de trabajadores consiguió revertirse mediante un aluvión de millones de personas laboriosas e ingeniosas que, además y como si fuera poco, transformó al país de un caudillismo cerril en una democracia.
La cuantiosa inmigración espontánea de los países limítrofes ha aportado en las últimas décadas tantas soluciones como problemas a los males argentinos. Por su parte, varios países desarrollados exhiben indicios claros de agotamiento general, inseguripiritual dad, envejecimiento poblacional, jóvenes calificados que emigran, fatiga económica, reclutamientos forzados, agravamiento de tensiones étnico-sociales y, sobre todo, desazón acerca del futuro, especialmente entre sus sectores más dinámicos. La Argentina no debe desaprovechar una vez más este propicio alineamiento de los astros, pues dispone de todo lo que la coyuntura mundial persigue desesperadamente: paz, alimentos, energía, trabajo, tierras, recursos, clima templado, una Constitución hospitalaria, una sociedad diversa y afecta a lo extranjero y, sobre todo, la fama planetaria de ser un refugio acogedor para exiliados, perseguidos y menesterosos de todo el mundo.
Por supuesto que semejante empresa exigiría una organización meticulosa y onerosa, pero su rédito sería inmediato y pródigo en capitales, ideas, conocimientos y hábitos virtuosos, pues aunque el país desborda de capacidad ociosa, adolece de una escasez física y esde mano de obra capaz de movilizar ese potencial y detonar la demanda interna de un mercado acotado y poco competitivo.
Pero, además y en particular, una inmigración masiva de gente laboriosa y ávida de libertad provocaría la revolución política que requiere el país para romper el círculo vicioso que la atenaza: liberar a las masas del yugo del clientelismo político y de sus socios corporativos que lucran de la subocupación y la marginalidad. El célebre mandato alberdiano de “gobernar es poblar”, acaso el más icónico y movilizador ideal de la argentinidad política, involucra convocar una vez más a esa genial alianza de apremiante actualidad entre personas libres y laboriosas, una conjunción letal contra cualquier populismo y una apuesta audaz pero revolucionaria para proyectar una nueva Argentina
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.