domingo, 7 de abril de 2024

LA HISTORIA DETRÁS DE LA HISTORIA Y EL MEDIO ES EL MENSAJE


¿Plata dulce? El cruce de los Andes para comprar más barato
— por Gabriela Origlia
Los economistas argentinos –que son muchos, tal vez por los vericuetos de la historia local– dedican horas, cursos, cálculos de econometría y hasta algunas mancias para “adivinar” si el tipo de cambio (la relación entre el peso y el dólar) está en equilibrio o si presenta algún sesgo que estimula o dificulta exportaciones e importaciones. Sin embargo, el secreto no lo tiene este grupo de profesionales. Hay que recurrir para más exactitud a quienes trabajan cruzando mercadería en los pasos de frontera.
Los “paseros” podrán describir los ciclos del tipo de cambio en función de cuánto trabajan. Los más viejos, posiblemente ya retirados, recordarán que a fines de los 70 había fervor de los argentinos por los juegos de sábanas, los radiograbadores y los televisores que compraban en Brasil. Aquellos tiempos terminaron reflejados en la película Plata dulce, de Fernando Ayala, que se estrenó en 1982, a poco de que el entonces ministro de Economía, José María Dagnino Pastore, anunciara un desdoblamiento cambiario.
En los 90, el destino Uruguayana fue superado por Miami. Los argentinos se paseaban por los shoppings comprando ya no solo sábanas y toallas, sino que un grupo –hasta entonces no familiarizado– comenzó a hablar con naturalidad de H&M, Forever 21, GAP, Victoria’s Secret o Tommy Hilfiger.
A mediados de 2010, los tours de compras enfilaron para Chile, donde una economía abierta, sin aranceles de protección para determinados sectores, permitió renovar computadoras, teléfonos móviles y televisores. Las cámaras de industriales y comerciantes locales pidieron, incluso, que se pusieran restricciones porque había quienes traían mercadería para vender aquí y era “competencia desleal”. Los que siguieron llegando a Miami, seguían trayendo ropa y los souvenirs –en vez de un llavero de la Estatua de la Libertad– eran packs de remeras o bombachas.
Es verdad que la compra de ropa en el exterior merece un apartado: en la Argentina la indumentaria es más cara que en otros países. Hace unos días un informe de la consultora Miglino y Asociados aseguró que una canasta de 12 prendas de mujer a nivel local tenía el mayor precio en comparación con las mismas en Estados Unidos, Japón, Francia, España, Italia, México y Brasil. Aun con dólar alto y un plus fuerte de carga impositiva, conviene llevar la valija vacía y completarla en outlets de afuera.
Volviendo a los cruces de frontera, entre ciclo y ciclo de “plata dulce”, en general, hubo uno de “plata amarga”. Los “paseros” saben lo que es pasar packs de cervezas, champú o azúcar hacia las ciudades fronterizas de Bolivia, Chile o Paraguay. El último pico de actividad no fue hace tanto: desde la salida del Covid-19 hasta septiembre pasado se habló de la “provincia 25”. Era el resultado del aumento de la recaudación de Ingresos Brutos en las distritos de fronteras que mostraban números 10 puntos porcentuales por encima de sus pares.
Una devaluación de 51% y un crawling peg (ajuste gradual del tipo de cambio) del 2% mensual, con una inflación –que aun bajando– ronda 10% volvió a hacer que los argentinos que pueden armaran valijas y aprovecharan el fin de semana extralargo de Semana Santa para cruzar los Andes y renovar notebooks, celulares, zapatillas, neumáticos y hasta latas de atún.
El fenómeno es chico, focalizado, según coinciden los especialistas y lo confirman los números. Pero ninguno se anima a proyectar cuánto y cómo puede crecer. La microeconomía no hace más que reflejar lo que pasa en la macro. Aunque el ministro de Economía, Luis Caputo, insiste en que no acelerará la devaluación del tipo de cambio oficial, hay preocupación en el mercado, que entiende que aunque todavía el precio es competitivo ya no mantiene el nivel de diciembre.
Para el equipo de Caputo no hay por qué inquietarse mientras el Banco Central siga acumulando reservas, menos aun cuando en pocas semanas comienza el ingreso de dólares de la cosecha. Un informe del Ieral de la Fundación Mediterránea admite que, aun con una inflación de dos dígitos en marzo, el tipo de cambio real multilateral todavía tiene colchón respecto del nivel previo a la devaluación de diciembre.
Pero, a la vez, alerta que en términos reales el nivel se acerca a la referencia considerada de equilibrio, la de julio de 2019. “Suponiendo para marzo una inflación mensual de 12,5%, se tiene que este mes el tipo de cambio real multilateral estaría todavía 30,9% por encima (más competitivo) de noviembre de 2023( antesde la de valuación ), pero ya perforando hacia abajo la referencia de julio de 2019 (menos competitivo que entonces)”.
El oráculo de los “pasadores”, por ahora, muestra que el peso está “fuerte”. Ya están mirando el almanaque para ver el próximo fin de semana largo. Si no hay cambios en la paridad del peso con el dólar, tendrán mucho trabajo otra vez.
Los “paseros” son protagonistas de un nuevo ciclo potenciado por el encarecimiento en dólares del mercado argentino: cruzan mercadería en la frontera

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Milei también les gana a los K con los documentales
Pablo Sirvén
Kreplak se autoflagela con el episodio más traumático del gobierno anterior, el Covid; Santiago Oría le da épica al libertario con sus videos
Pinosolanasyoctaviogetino, a caballo de los años sesenta y setenta, fueron los cronistas que documentaron a un peronismo deseante de romper las cadenas de la proscripción y de acelerar el regreso triunfante de Juan Domingo Perón a la Argentina tras 17 años de forzoso exilio. Nicolás Kreplak, ministro de Salud bonaerense, se ubica en las antípodas de aquellos al tirarle un salvavidas de plomo al kirchnerismo, por su decisión de estrenar un film que intituló Pandemia: gestionar lo desconocido.
Solanas y Getino hacían vibrar a los militantes que veían esos documentales apasionados a escondidas, en funciones clandestinas en unidades básicas, no pocas veces interrumpidas por alguna redada policial. Todo era épico: realizadores y espectadores se sentían protagonistas de una misma hazaña.
Lo de Kreplak, en cambio, parece un insólito acto de autoflagelación: sin que nadie se lo pida, exhuma el episodio más traumático del cuarto gobierno kirchnerista: la llegada del Covid, que, más allá de la abnegada entrega incondicional del personal sanitario, resultó una pesadilla decon trás de otra que difícilmente alguien quiera recordar: 130.000 muertos, una cuarentena eterna, los forcejeos y atrasos con los distintos tipos de vacunas, los colegios cerrados y el ágape cumpleañero de la entonces primera dama, en la residencia presidencial de Olivos. SiKreplak va a contar todo, flaco favor hará a su fuerza, y si, en cambio, presenta una versión edulcorada, provocará un tsunami de enojos y abucheos interminables. Para colmo, su producción se estrenará el jueves de la semana próxima, exactamente un día después de que el exministro de Salud de la Nación Ginés González García comparezca en indagatoria ante a la Justicia por el vacunatorio vip.
Además, no podría haber elegido momento más inoportuno para su estreno, ahora que la Argentina sufre una fuerte epidemia de dengue. Como ministro de Salud provincial, ¿no sería mejor que en vez de hacer revisionismo se abocara a tiempo completo a atender la problemática actual, que ya produjo más de 180.000 casos y 129 muertos? ¿Acaso la pobreza creciente no hay un sinfín de patologías en el conurbano como para enfocarse en su tarea del presente y dejarles el pasado a los historiadores?
“Médico clínico, sanitarista y militante” es su carta de presentación en la red social X. No es para menos, su inclinación hacia lo audiovisual viene unida al adoctrinamiento. Sus dos producciones anteriores, La insubordinación de los privilegiados, sobre las desiguales coberturas de salud, y El porvenir de la vida en común, sobre la salud mental, tienen buen ritmo y nivel de producción, que se malogran cuando asoma el relato K, lo que las hace completamente descartables para quienes no profesan ese ideario. Axel Kicillof tiene participaciones estelares en cada título y en el tráiler del nuevo documental se lo puede ver en conversación con Kreplak, no ya en el modesto Clio en el que hizo la campaña, sino dentro de un vehículo más confortable y amplio.
Como si esto fuera poco, el funcionario está detrás de Sputnik Bar, en La Plata (nombre que homenajea a la vacuna rusa, con fenomenales faltantes de su segunda dosis). Allí se imparten seminarios con profesores del porte de Amado Boudou y Artemio López.
Aun siendo tan diferentes, La república perdida (1983), de Miguel Pérez, y Tierra arrasada (2019), de Tristán Bauer, ambos documentales saludaban nuevas etapas: el primero, a la restauración de la democracia; el segundo, al “Volvimos mejores”, de Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa, que terminó siendo un fiasco total.
Santiago Oría es el realizador que sigue a sol y sombra a Javier Milei. Lo liberal le viene en la sangre, desde su bisabuelo que trabajó para varios gobiernos, de Roque Sáenz Peña a Ramón Castillo, y de su abuelo Jorge Oría,queacompañócomocandidato a vice en la fórmula presidencial que encabezó en 1983 Álvaro Alsogaray. Oría admira a Pino Solanas, no por su ideología, en las antípodas de la suya, sino por la manera potente de encarar su cine político. De hecho, le ha copiado la división en capítulos de algunas de sus producciones, a los que les pone sugestivos nombres. Ya trabajando para Milei, dirigió el mediometraje Pandenomic (tal como se llama uno de los libros del actual presidente) y la más ambiciosa película de dos horas, que tituló Javier Milei, la revolución liberal, y que relata el vertiginoso ascenso del libertario. Ambos trabajos son muy superiores al spot del 24 de marzo que hizo sin presupuesto y muy rápido. A pesar de la polémica por su contenido, o gracias a ella, tiene más de diez millones de views sumando distintas plataformas.
Oría potencia la épica de Milei. Kreplak, con los ojos en la nuca, hunde un poco más al kirchnerismo.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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