jueves, 30 de mayo de 2024

LUDOPATÍA EN ADOLESCENTES Y SISTEMA PENAL CON SENTIDO COMÚN


El impacto del juego online
Verónica Dobronich

En la era digital en que vivimos, el acceso a la tecnología y a internet ha traído numerosas oportunidades pero también desafíos preocupantes, como el creciente problema de la ludopatía entre adolescentes y jóvenes, y su impacto en el bienestar emocional de esta población vulnerable. Los juegos de azar en línea se han vuelto fácilmente accesibles para personas de todas las edades. Plataformas de apuestas deportivas, casinos en línea, póker virtual y otras formas de juego están disponibles con unos pocos clics, lo que facilita que los jóvenes participen en actividades de apuestas sin restricciones.
Los adolescentes y los jóvenes se encuentran en una etapa crucial de su desarrollo, en la que están experimentando una serie de cambios físicos, emocionales y psicológicos. En este período de transición de la infancia a la adultez, se enfrentan a una serie de desafíos únicos que los hacen especialmente vulnerables a desarrollar problemas de ludopatía. Una de las características distintivas de la adolescencia y la juventud es la búsqueda activa de identidad. Los jóvenes están en constante exploración de quiénes son, qué les gusta y qué los define como individuos. Este proceso de autodescubrimiento puede llevar a una sensación de inseguridad y confusión, ya que intentan encontrar su lugar en el mundo y definir su identidad en un contexto social y cultural en constante cambio.
Además, los adolescentes y los jóvenes son propensos a buscar emociones fuertes y nuevas experiencias. Experimentan una intensa curiosidad y deseo de aventura, lo que los lleva a buscar actividades que les proporcionen gratificación instantánea. El juego en línea, con su fácil accesibilidad y la promesa de emociones intensas, se presenta como una opción atractiva para satisfacer esta necesidad de emoción y riesgo. Adolescentes y jóvenes también pueden verse influidos por factores socioeconómicos y culturales que aumentan su vulnerabilidad ante al juego en línea. En muchos casos, la falta de supervisión de adultos y la disponibilidad de dispositivos pueden exponer a los jóvenes a una amplia gama de experiencias en línea, incluidos los juegos de azar, sin las restricciones adecuadas.
La cultura del consumismo y la gratificación instantánea que prevalece en la sociedad contemporánea puede contribuir a la adopción de comportamientos adictivos entre los jóvenes. La publicidad agresiva de las plataformas de juego en línea, que a menudo promocionan premios tentadores y bonificaciones de bienvenida, puede influir en la percepción de los jóvenes sobre el juego como una actividad lucrativa y emocionante, sin advertirles sobre los riesgos asociados.
Además, la presión para alcanzar el éxito y la prosperidad económica en una sociedad cada vez más competitiva puede impulsar a algunos jóvenes a buscar soluciones rápidas para mejorar su situación financiera. La ilusión de ganar grandes sumas de dinero con el juego en línea puede resultar irresistiblemente atractiva para aquellos que buscan una salida rápida de sus problemas financieros o una forma de alcanzar el estatus y el reconocimiento social.
Por otro lado, el desarrollo tecnológico acelerado y la omnipresencia de internet en la vida cotidiana de los jóvenes pueden crear una sensación de omnipotencia y anonimato en el mundo digital. Esta sensación de desapego de las consecuencias reales puede llevar a los adolescentes y jóvenes a asumir mayores riesgos en línea, incluida la participación en actividades de juego sin considerar las posibles repercusiones en su bienestar emocional y financiero.
Es fundamental que se tomen medidas preventivas y de intervención para abordar este problema creciente. Escuelas, padres y profesionales de la salud deben trabajar juntos para educar a los jóvenes sobre los riesgos del juego en línea y promover hábitos de juego responsables desde una edad temprana. Es importante que se brinde apoyo y tratamiento a aquellos jóvenes que ya están luchando contra la adicción al juego. Los programas de intervención deben incluir terapia individual y familiar, y acceso a grupos de apoyo donde los jóvenes puedan compartir sus experiencias y recibir ayuda de personas que comprenden su situación.
La vulnerabilidad de los adolescentes y jóvenes frente al juego en línea es el resultado de una interacción compleja de factores individuales, sociales, económicos y culturales. Es fundamental abordar estos factores de manera integral para ayudar a los jóvenes a desarrollar habilidades de afrontamiento saludables y tomar decisiones informadas sobre su participación en actividades de juego en línea.
El problema es grave y requiere una acción inmediata. Es crucial abordar no solo los aspectos físicos y financieros de la adicción al juego, sino también su impacto en el bienestar emocional, para proteger a nuestros jóvenes del peligroso ciclo de la ludopatía y ayudarlos a vivir vidas plenas y saludables.

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“A grandes delitos, grandes condenas”
Gustavo Posse

Una nota publicada recientemente por da la nacion cuenta de una sorprendente importación desde la hermana república de Chile: menores con antecedentes delictivos traídos para ser usados por bandas del conurbano aprovechando la inimputabilidad (¿impunidad?) del sistema argentino para quienes delinquen con menos de 16 años. En una democracia, el bien común debe primar sobre la lucha por el poder. Si bien discrepo con muchas iniciativas del actual gobierno, celebro el debate sobre la edad de imputabilidad delictiva, enfocándolo en la gravedad del delito y no solo en la edad del autor.
Hace 16 años, en este diario (https://www.lanacion.com.ar/sociedad/imputables-a-los-13-anosnid1047719), propuse soluciones para evitar la impunidad y la colaboración del Estado, por su inacción, con el inicio de carreras delictivas en menores.
Según el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, en 2022 se registraron 12.500 hechos delictivos con participación de menores de edad en la Argentina. De estos, el 60% fueron delitos contra la propiedad, el 20% delitos contra las personas y el 20% restante fueron otros tipos de delitos (narcotráfico, violencia familiar, etcétera). Es importante destacar que estos datos solo reflejan los delitos denunciados, por lo que la cifra real podría ser mayor.
Hay que ser pragmáticos: superemos los prejuicios ideológicos y apelemos al sentido común. Los menores, influidos por los medios y las redes sociales, maduran antes que en 1921, cuando se promulgó el Código Penal. Propongo que se reduzca la edad de imputabilidad a los 14 años, de modo que no estén obligados los jueces de menores a liberar personas peligrosas con prontuarios extensos solo por una cuestión de edad.
La carrera delictiva se impulsa por la impunidad aprovechada por bandas de mayores y por la situación del sistema carcelario. Según el Observatorio de la Violencia, la tasa de homicidios dolosos en menores de 18 años aumentó un 30% entre 2020 y 2022. La mayoría de estos homicidios se produce en el marco de enfrentamientos entre bandas o grupos rivales.
Propongo que, si un menor, con asistencia de un gabinete psicomédico-pericial, demuestra ser consciente de haber desarrollado una acción delictiva grave y valora sus consecuencias, sea derivado a granjas escuela con educadores adentro y personal penitenciario afuera, sumando custodia perimetral. Nadie comienza matando. Los delitos menores pueden desembocar en tragedias. Por eso, como intendente de San Isidro, firmé hace años un convenio con el Obispado, la Fiscalía y la Defensoría General, con el apoyo de las universidades de San Andrés y Girona, para lancaso zar el programa de Justicia Juvenil Restaurativa, inspirado en la experiencia de Cataluña, que logró bajar sustancialmente la tasa de delitos menores.
Creo en el sistema inglés: “A grandes delitos, grandes condenas”. El nuestro es perverso. Según un estudio del Ministerio de Justicia de la Nación, la tasa de reincidencia entre los menores que han pasado por el sistema penal actual es del 40%. Esto significa que 4 de cada 10 menores que cometen un delito vuelven a hacerlo después de pasar por el sistema penal. Propongo institutos para menores y variantes de cárceles para los mayores con un sistema integral de capacitación en oficios, hoy tan demandados en el mercado. Así, las cárceles cumplirán su función constitucional de recuperación y no de castigo, con un sistema profesional de control a los internos que evite liberaciones indiscriminadas.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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