Tras negociaciones contra reloj, el Gobierno logró destrabar la Ley Bases
Con una intervención de último minuto, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, venció las resistencias de la oposición dialoguista; se podrán tratar los proyectos la semana próxima
Gustavo Ybarra
Tras una jornada cargada de tensión y negociaciones de último minuto, el Gobierno logró anoche un acuerdo para destrabar la resistencia de varios senadores de la oposición dialoguista y tendrá los dictámenes de comisión que habilitarán los proyectos de Ley Bases y de reforma fiscal. Una vez cumplimentado este paso, lo que ocurrirá hoy, el oficialismo podrá convocar a sesión para la semana próxima, con el objetivo de tratar ambas iniciativas.
La situación terminó de destrabarse luego de que el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y la vicepresidenta Victoria Villarruel se reunieron en la Cámara alta con los senadores José María Carambia (Por Santa Cruz), Guadalupe Tagliaferri (Pro-Capital) y el peronista disidente Edgardo Kueider (Unidad Federal-Entre Ríos). Los tres terminaron poniendo sus rúbricas en disidencia parcial, y así el proyecto de Ley Bases alcanzó la mayoría necesaria para obtener dictamen.
Al proyecto de reforma fiscal le faltaba una firma, que voceros oficiales aseguraban que estaría concretándose en las próximas horas. Según pudo saber la nacion, resultó clave la promesa del Gobierno de cobrar Ganancias en forma diferencial en la Patagonia (ver aparte). La decisión de que estén los dos dictámenes juntos fue lo que llevó a postergar su presentación oficial.
Otro paso clave para terminar con las últimas resistencias fue la decisión del Gobierno de concederle al santacruceño la modificación que venía reclamando en la ley de minería. Carambia pedía la inclusión en la Ley Bases de una cláusula que elevara las regalías en boca de mina que podrán percibir las provincias. El Gobierno aceptó subir esos aportes del 3% actual al 5%. Al final, el cambio fue introducido como una modificación del proyecto de reforma fiscal.
En el caso de Tagliaferri, la senadora de Pro había reclamado cambios en el blanqueo, como la eliminación de los testaferros, que fueron cumplimentados a medias, por lo que terminó firmando en disidencia parcial. Priorizó en su decisión el hecho de que había logrado su objetivo de mejorar la ley, en particular en relación con el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), en donde logró que el Gobierno aceptara que se atendiera a la cadena de valor productiva local de los proyectos que se acogen al beneficio y la eliminación de la cláusula que consideraba nula, de nulidad absoluta, las legislaciones provinciales que se opusieran al programa que impulsa el Poder Ejecutivo.
Dupla negociadora
La intervención de Francos y Villarruel terminó por dar un giro de 180 grados a una situación que se había complicado a media tarde, cuando el oficialismo intentó forzar la firma del dictamen sin tener asegurados los respaldos necesarios y terminó forzado a pasar el plenario de comisiones a cuarto intermedio.
Es que para ese momento Carambia había anunciado poco antes de que comenzara la reunión y por nota que, disconforme porque no le habían las modificaciones que había reclamado, presentaría “oportunamente” un dictamen en minoría.
Minutos después, ya durante el plenario de comisiones, el radical Martín Lousteau (Capital) terminó de asestarle el golpe de gracia a lo que se perfilaba como un nuevo fracaso del Gobierno. Al reiterar sus críticas a la iniciativa, dijo que los cambios aceptados por el Ejecutivo eran “meramente cosméticos” y confirmó que seguiría el mismo camino que el patagónico.
Hasta ese momento, las posturas de Carambia y Lousteau cerraban la puerta a la posibilidad de que el proyecto de Ley Bases pudiera tener dictamen, ya que quedaba empantanada al no alcanzar que se pronunciara, a través de uno o varios despachos, la mitad más uno de los 17 miembros de la Comisión de Legislación General. También participan del debate las comisiones de Asuntos Constitucionales y de Presupuesto y Hacienda.
Enterados de que el proyecto no tendría la luz verde, otros senadores decidieron retacear su firma, a la espera de que se aclare el panorama. Así fue como tampoco sumaron su apoyo durante el plenario Guadalupe Tagliaferri (Pro-Capital), el radical Maximiliano Abad (Buenos Aires) ni el peronista disidente Edgardo Kueider (Unidad FederalEntre Ríos).
Frustrado su intento de lograr el avance de la Ley Bases, el oficialismo terminó por pasar a cuarto intermedio el plenario. Poco después, comenzó una reunión de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, en la que se discute el proyecto de reforma fiscal.
En ese encuentro, que duró poco más de media hora, el oficialismo anunció el cambio en la ley de minería que venía reclamando Carambia, tras lo cual el presidente de la comisión, el oficialista Ezequiel Atauche (Jujuy), también debió pasar a cuarto intermedio la reunión ante la incertidumbre sobre si estarían las firmas para darle dictamen a la reforma fiscal.
Todo cambió en la hora posterior a lo que parecía un nuevo fracaso. Así, el oficialismo logró que firmaran el dictamen de Ley Bases los oficialistas Atauche, Bartolomé Abdala y Juan Carlos Pagotto y los radi- cales Rodolfo Suárez, Mariana Juri, Pablo Blanco, Víctor Zimmermann, Flavio Fama y Eduardo Vischi.
Por Pro pusieron su rúbrica Luis Juez, Tagliaferri y Beatriz Ávila, a los que se sumaron los peronistas disidentes de Unidad Federal Kueider y Alejandra Vigo, y Juan Carlos Romero (Cambio Federal-Salta) y los provinciales Carambia, Sonia Rojas Debut (Frente Renovador de Misiones) y Mónica Silva (Juntos Somos Río Negro).
Así, quedó confirmado que las provincias gobernadas por fuerzas políticas provinciales –como Misiones y Río Negro– dieron su visto bueno a los proyectos oficiales.
Además, el Gobierno consiguió destrabar la Ley Bases tras el cambio en el gabinete que, con la llegada de Francos a su conducción, prometía una actitud más negociadora y menos rupturista que la que hasta ahora venía imponiendo la administración libertaria.
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Un giro en Ganancias permitió el apoyo de los patagónicos
El Gobierno accedió a que el impuesto se cobre de forma diferencial en esa región
Tras una jornada cargada de tensión y negociaciones de último minuto, el Gobierno logró anoche un acuerdo para destrabar la resistencia de varios senadores de la oposición dialoguista y tendrá los dictámenes de comisión que habilitarán los proyectos de Ley Bases y de reforma fiscal. Una vez cumplimentado este paso, lo que ocurrirá hoy, el oficialismo podrá convocar a sesión para la semana próxima, con el objetivo de tratar ambas iniciativas.
La situación terminó de destrabarse luego de que el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y la vicepresidenta Victoria Villarruel se reunieron en la Cámara alta con los senadores José María Carambia (Por Santa Cruz), Guadalupe Tagliaferri (Pro-Capital) y el peronista disidente Edgardo Kueider (Unidad Federal-Entre Ríos). Los tres terminaron poniendo sus rúbricas en disidencia parcial, y así el proyecto de Ley Bases alcanzó la mayoría necesaria para obtener dictamen.
Al proyecto de reforma fiscal le faltaba una firma, que voceros oficiales aseguraban que estaría concretándose en las próximas horas. Según pudo saber la nacion, resultó clave la promesa del Gobierno de cobrar Ganancias en forma diferencial en la Patagonia (ver aparte). La decisión de que estén los dos dictámenes juntos fue lo que llevó a postergar su presentación oficial.
Otro paso clave para terminar con las últimas resistencias fue la decisión del Gobierno de concederle al santacruceño la modificación que venía reclamando en la ley de minería. Carambia pedía la inclusión en la Ley Bases de una cláusula que elevara las regalías en boca de mina que podrán percibir las provincias. El Gobierno aceptó subir esos aportes del 3% actual al 5%. Al final, el cambio fue introducido como una modificación del proyecto de reforma fiscal.
En el caso de Tagliaferri, la senadora de Pro había reclamado cambios en el blanqueo, como la eliminación de los testaferros, que fueron cumplimentados a medias, por lo que terminó firmando en disidencia parcial. Priorizó en su decisión el hecho de que había logrado su objetivo de mejorar la ley, en particular en relación con el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), en donde logró que el Gobierno aceptara que se atendiera a la cadena de valor productiva local de los proyectos que se acogen al beneficio y la eliminación de la cláusula que consideraba nula, de nulidad absoluta, las legislaciones provinciales que se opusieran al programa que impulsa el Poder Ejecutivo.
Dupla negociadora
La intervención de Francos y Villarruel terminó por dar un giro de 180 grados a una situación que se había complicado a media tarde, cuando el oficialismo intentó forzar la firma del dictamen sin tener asegurados los respaldos necesarios y terminó forzado a pasar el plenario de comisiones a cuarto intermedio.
Es que para ese momento Carambia había anunciado poco antes de que comenzara la reunión y por nota que, disconforme porque no le habían las modificaciones que había reclamado, presentaría “oportunamente” un dictamen en minoría.
Minutos después, ya durante el plenario de comisiones, el radical Martín Lousteau (Capital) terminó de asestarle el golpe de gracia a lo que se perfilaba como un nuevo fracaso del Gobierno. Al reiterar sus críticas a la iniciativa, dijo que los cambios aceptados por el Ejecutivo eran “meramente cosméticos” y confirmó que seguiría el mismo camino que el patagónico.
Hasta ese momento, las posturas de Carambia y Lousteau cerraban la puerta a la posibilidad de que el proyecto de Ley Bases pudiera tener dictamen, ya que quedaba empantanada al no alcanzar que se pronunciara, a través de uno o varios despachos, la mitad más uno de los 17 miembros de la Comisión de Legislación General. También participan del debate las comisiones de Asuntos Constitucionales y de Presupuesto y Hacienda.
Enterados de que el proyecto no tendría la luz verde, otros senadores decidieron retacear su firma, a la espera de que se aclare el panorama. Así fue como tampoco sumaron su apoyo durante el plenario Guadalupe Tagliaferri (Pro-Capital), el radical Maximiliano Abad (Buenos Aires) ni el peronista disidente Edgardo Kueider (Unidad FederalEntre Ríos).
Frustrado su intento de lograr el avance de la Ley Bases, el oficialismo terminó por pasar a cuarto intermedio el plenario. Poco después, comenzó una reunión de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, en la que se discute el proyecto de reforma fiscal.
En ese encuentro, que duró poco más de media hora, el oficialismo anunció el cambio en la ley de minería que venía reclamando Carambia, tras lo cual el presidente de la comisión, el oficialista Ezequiel Atauche (Jujuy), también debió pasar a cuarto intermedio la reunión ante la incertidumbre sobre si estarían las firmas para darle dictamen a la reforma fiscal.
Todo cambió en la hora posterior a lo que parecía un nuevo fracaso. Así, el oficialismo logró que firmaran el dictamen de Ley Bases los oficialistas Atauche, Bartolomé Abdala y Juan Carlos Pagotto y los radi- cales Rodolfo Suárez, Mariana Juri, Pablo Blanco, Víctor Zimmermann, Flavio Fama y Eduardo Vischi.
Por Pro pusieron su rúbrica Luis Juez, Tagliaferri y Beatriz Ávila, a los que se sumaron los peronistas disidentes de Unidad Federal Kueider y Alejandra Vigo, y Juan Carlos Romero (Cambio Federal-Salta) y los provinciales Carambia, Sonia Rojas Debut (Frente Renovador de Misiones) y Mónica Silva (Juntos Somos Río Negro).
Así, quedó confirmado que las provincias gobernadas por fuerzas políticas provinciales –como Misiones y Río Negro– dieron su visto bueno a los proyectos oficiales.
Además, el Gobierno consiguió destrabar la Ley Bases tras el cambio en el gabinete que, con la llegada de Francos a su conducción, prometía una actitud más negociadora y menos rupturista que la que hasta ahora venía imponiendo la administración libertaria.
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Un giro en Ganancias permitió el apoyo de los patagónicos
El Gobierno accedió a que el impuesto se cobre de forma diferencial en esa región
Delfina Celichini
Nuevas versiones en la redacción de la Ley Bases y el paquete fiscal comenzaron a circular ayer por la mañana entre los celulares de los senadores de la oposición dialoguista. En su intento por llevar los proyectos al recinto la semana próxima, el Gobierno concedió a los patagónicos una modificación clave: elevar la base imponible del impuesto a las ganancias para la región austral del país.
Se trata de un cambio sustancial si se considera que era algo en lo que, hasta ahora, la Casa Rosada era reticente a ceder aunque fue, al cabo de la jornada, una muestra anticipada de que el oficialismo estaba dispuesto a hacer para avanzar con la demorada sanción de la Ley Bases.
El incremento del 22% del mínimo no imponible para La Pampa, Río Negro, Neuquén, Chubut y Santa Cruz implica que la base del tributo para los contribuyentes de estas provincias pasará de $1,8 a $2,2 millones para solteros, y de $2,2 a $2,6 millones para casados con hijos. Técnicamente, no se cambiaron los montos de las escalas, sino que se prevé un aumento en los descuentos por conceptos como cargas de familia, entre otros. Además, se dejó la posibilidad de que se puedan deducir el 100% de los intereses de los créditos hipotecarios.
Para Tierra del Fuego, en tanto, el oficialismo accedió a sostener la exención impositiva –donde se incluye el impuesto a las ganancias– estipulada en la ley 19.640. No fue un gesto que pasara inadvertido para los senadores fueguinos.
En cuanto a Chubut, anoche restaba un llamado a esa provincia, cuyo gobernador es Ignacio Torres, para que el oficialismo se asegurara el apoyo al paquete fiscal.
Horas antes, la reticencia era, paradójicamente, un lugar común entre los senadores patagónicos. “No voy a votar un impuesto a la clase media cuando con estos montos en la Patagonia llegas justo a fin de mes”, confió a un senador de esta región que tiene un voto clave en la discusión en el plenario de comisiones.
Los legisladores del sur del país desconfiaban de la intención del Gobierno, al que acusan de estar buscando los votos en Diputados para revertir las modificaciones que puedan sufrir la Ley Bases y el paquete fiscal en el Senado.
Las modificaciones en Ganancias se convinieron ante la cada vez más cierta posibilidad de que persistiera la dilación del debate en comisiones. La incubación de un amotinamiento se gestó la semana pasada, cuando el santacruceño Carambia se ausentó el día que el oficialismo pretendía dictaminar. Lo mismo pasó con la neuquina Lucila Crexell, quien dio el presente por la mañana pero tras el cuarto intermedio se convirtió en inhallable.
La administración libertaria necesita reimplantar el gravamen para completar su programa económico, que incluye la promesa de eliminar el impuesto PAIS, las retenciones y el gravamen a los débitos y créditos bancarios (impuesto al cheque).
También se combina con la necesidad de acelerar la aprobación de los proyectos para exhibir robustez política a los mercados y a los organismos multilaterales de crédito, principalmente al Fondo Monetario Internacional (FMI).
A diferencia de la intransigencia de unos meses atrás, el Poder Ejecutivo estuvo –en esta oportunidad y bajo la impronta del nuevo jefe de Gabinete, Guillermo Francos– dispuesto a resignar contenido con tal de lograr una primera victoria parlamentaria.
En su cruzada contra Ganancias, a los patagónicos los acompañan los 33 kirchneristas y los senadores de Unidad Federal, Edgardo Kueider (Entre Ríos) y Carlos Mauricio “Camau” Espínola (Corrientes).
En total, sumaban hasta ayer 43 adhesiones, cinco menos de las 48 necesarias para voltear el tributo con dos tercios del cuerpo.
Antecedentes
La modificación del impuesto a las ganancias se había apurado al calor de la campaña electoral de 2023, cuando el ministro-candidato Sergio Massa encolumnó a la CGT detrás de su postulación por Unión por la Patria (UP). En aquel momento, Javier Milei era diputado y apoyó la rebaja del mínimo no imponible del gravamen, con el criterio de que toda reducción de impuestos contaría con su voto.
Pero una vez en el gobierno, Milei impulsó nuevamente la suba de Ganancias, a tal punto que la administración libertaria la incluyó en el paquete fiscal que ahora discute el Congreso. Con el dictamen de anoche, esa pretensión quedó descartada, pero no para todos los trabajadores sino únicamente para los patagónicos
Nuevas versiones en la redacción de la Ley Bases y el paquete fiscal comenzaron a circular ayer por la mañana entre los celulares de los senadores de la oposición dialoguista. En su intento por llevar los proyectos al recinto la semana próxima, el Gobierno concedió a los patagónicos una modificación clave: elevar la base imponible del impuesto a las ganancias para la región austral del país.
Se trata de un cambio sustancial si se considera que era algo en lo que, hasta ahora, la Casa Rosada era reticente a ceder aunque fue, al cabo de la jornada, una muestra anticipada de que el oficialismo estaba dispuesto a hacer para avanzar con la demorada sanción de la Ley Bases.
El incremento del 22% del mínimo no imponible para La Pampa, Río Negro, Neuquén, Chubut y Santa Cruz implica que la base del tributo para los contribuyentes de estas provincias pasará de $1,8 a $2,2 millones para solteros, y de $2,2 a $2,6 millones para casados con hijos. Técnicamente, no se cambiaron los montos de las escalas, sino que se prevé un aumento en los descuentos por conceptos como cargas de familia, entre otros. Además, se dejó la posibilidad de que se puedan deducir el 100% de los intereses de los créditos hipotecarios.
Para Tierra del Fuego, en tanto, el oficialismo accedió a sostener la exención impositiva –donde se incluye el impuesto a las ganancias– estipulada en la ley 19.640. No fue un gesto que pasara inadvertido para los senadores fueguinos.
En cuanto a Chubut, anoche restaba un llamado a esa provincia, cuyo gobernador es Ignacio Torres, para que el oficialismo se asegurara el apoyo al paquete fiscal.
Horas antes, la reticencia era, paradójicamente, un lugar común entre los senadores patagónicos. “No voy a votar un impuesto a la clase media cuando con estos montos en la Patagonia llegas justo a fin de mes”, confió a un senador de esta región que tiene un voto clave en la discusión en el plenario de comisiones.
Los legisladores del sur del país desconfiaban de la intención del Gobierno, al que acusan de estar buscando los votos en Diputados para revertir las modificaciones que puedan sufrir la Ley Bases y el paquete fiscal en el Senado.
Las modificaciones en Ganancias se convinieron ante la cada vez más cierta posibilidad de que persistiera la dilación del debate en comisiones. La incubación de un amotinamiento se gestó la semana pasada, cuando el santacruceño Carambia se ausentó el día que el oficialismo pretendía dictaminar. Lo mismo pasó con la neuquina Lucila Crexell, quien dio el presente por la mañana pero tras el cuarto intermedio se convirtió en inhallable.
La administración libertaria necesita reimplantar el gravamen para completar su programa económico, que incluye la promesa de eliminar el impuesto PAIS, las retenciones y el gravamen a los débitos y créditos bancarios (impuesto al cheque).
También se combina con la necesidad de acelerar la aprobación de los proyectos para exhibir robustez política a los mercados y a los organismos multilaterales de crédito, principalmente al Fondo Monetario Internacional (FMI).
A diferencia de la intransigencia de unos meses atrás, el Poder Ejecutivo estuvo –en esta oportunidad y bajo la impronta del nuevo jefe de Gabinete, Guillermo Francos– dispuesto a resignar contenido con tal de lograr una primera victoria parlamentaria.
En su cruzada contra Ganancias, a los patagónicos los acompañan los 33 kirchneristas y los senadores de Unidad Federal, Edgardo Kueider (Entre Ríos) y Carlos Mauricio “Camau” Espínola (Corrientes).
En total, sumaban hasta ayer 43 adhesiones, cinco menos de las 48 necesarias para voltear el tributo con dos tercios del cuerpo.
Antecedentes
La modificación del impuesto a las ganancias se había apurado al calor de la campaña electoral de 2023, cuando el ministro-candidato Sergio Massa encolumnó a la CGT detrás de su postulación por Unión por la Patria (UP). En aquel momento, Javier Milei era diputado y apoyó la rebaja del mínimo no imponible del gravamen, con el criterio de que toda reducción de impuestos contaría con su voto.
Pero una vez en el gobierno, Milei impulsó nuevamente la suba de Ganancias, a tal punto que la administración libertaria la incluyó en el paquete fiscal que ahora discute el Congreso. Con el dictamen de anoche, esa pretensión quedó descartada, pero no para todos los trabajadores sino únicamente para los patagónicos
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