jueves, 30 de mayo de 2024

SERVICIOS Y SURTIDORES




Cambian subsidios en luz y gas y habrá más subas
Aumentarán desde junio para hogares de ingresos medios y bajos
Sofía DiamanteEl objetivo es pasar de un esquema de subsidios generalizados a otro focalizado
A partir de junio, los usuarios de ingresos medios y bajos (categorías N2 y N3) tendrán subvencionado un porcentaje menor de su consumo de luz y gas. Esto implicará que sufrirán un aumento en sus facturas. Será parte de un período de transición hasta que el Gobierno implemente la Canasta Básica Energética (CBE), un nuevo esquema de subsidios que reemplazará el actual. La CBE tendrá en cuenta los ingresos del hogar, la cantidad de miembros y la zona bioambiental del país. Así lo dispuso el Ministerio de Economía ayer a través del decreto 465/2024, que estableció un plazo de seis meses para aplicar el nuevo régimen.
Decidido a cambiar la manera en que se subsidia la energía, el Ministerio de Economía dio el primer paso para implementar la canasta básica energética (CBE). Además, a partir de junio reducirá las subvenciones en luz y gas a los segmentos de ingresos medios y bajos, lo cual implicará subas en las tarifas.
El objetivo es pasar de un esquema de subsidios generalizados a otro focalizado, en el que se tendrán en cuenta los ingresos del hogar, la cantidad de miembros y la zona bioambiental del país en que se viva. Así lo dispuso Economía ayer, a través de la publicación del decreto 465/2024, que estableció un plazo de seis meses para aplicar la CBE, hasta el 30 de noviembre, con posibilidad de extenderlo por seis meses más.
Actualmente, los usuarios residenciales están divididos en tres grupos: los de altos ingresos (N1), los de bajos ingresos (N2) y los de ingresos medios (N3). Mientras que el primer grupo recibe pocos subsidios, los de ingresos bajos y medios, en el caso de la electricidad, pagan en promedio menos del 5% de lo que cuesta la generación. En el Gobierno confirmaron que a partir del mes próximo nacion habrá un ajuste de estos valores tanto en luz como en gas. Sería la primera quita de subsidios para los hogares N 2 y N 3( los aumentos anteriores se dieron por recomposición de ingresos de las empresas distribuidoras y transportistas). En estos días, por lo tanto, se espera la publicación de una resolución de la Secretaría de Energía que tendrá impacto en la actual forma de subsidiar la energía. En el caso de la luz, se espera que se reduzca el bloque de consumo subsidiado que tienen los N3, que en electricidad es entre 400 kwh y 650 kwh por mes, dependiendo la provincia y la época del año. Cuando el hogar se excede de ese límite, paga un costo mayor por la generación eléctrica (lo mismo que pagan los N1).
Para los usuarios de ingresos bajos (N 2), que actualmente no tienen límitesde consumo subsidiado, se espera también que haya una modificación y pasarán a un esquema similar al que tienen los hogares de ingresos medios (N3), aunque con un bloque de subsidio mayor. Similares criterios se usarán para los usuarios de gas.
El Gobierno también eliminó el tope máximo establecido para aumentar las facturas de luz y gas, que tenía un límite porcentual atado al coeficiente de variación salarial (CVS) del año anterior. En 2023, el CVS fue de 152,7%. En concreto, la administración pasada había establecido que los aumentos totales de los usuarios N2 no podían superar el 40% del CVS del año anterior (61,08%) y para los usuarios N3, el impacto en la factura del componente de generación eléctrica no podía superar el 80% del CVS del año anterior (122,16%).
“Déjense sin efecto los límites del impacto en factura que genere la corrección del componente energía fijado como porcentaje del CVS del año anterior, contenidos en el artículo 2º del citado decreto N° 332/22”, dice el artículo 3° del decreto publicado ayer.
Luego anticipa que “los criterios de inclusión en cada uno de los niveles de segmentación previstos podrán ser revisados y modificados por la autoridad de aplicación [la Secretaría de Energía]”.
En el mismo sentido, el decreto señala que el Gobierno podrá establecer nuevos criterios de exclusión en la segmentación de subsidios “a partir de indicadores de exteriorización patrimonial que indirectamente manifiesten nivel de ingresos”.
En otras palabras, para minimizar los errores de ingresos no declarados, el Gobierno propuso que si el usuario cumple con alguna de estas condiciones no podrá acceder al subsidio, como ser titular de una aeronave; tener al menos un auto con una antigüedad menor a cinco años o dos autos con una antigüedad menor a 10 años; tener un plan de medicina prepaga no vinculada al empleo en relación de dependencia (total o por derivación); haber visitado países no limítrofes en los últimos cinco años; tener consumos en tarjeta de crédito superiores a cinco salarios mínimos (SMVM), lo que equivale a $1,1 millones, o compra de moneda extranjera en al menos uno de los últimos tres meses.
Reordenamiento
La Secretaría de Energía dijo que al hogar se le quitará el subsidio si alguno de los miembros cumple con al menos uno de los atributos de exclusión.
“En época de escasez y de ajuste de los recursos del Estado, es necesario rever y reordenar los subsidios de manera progresiva para contribuir al equilibrio fiscal sin descuidar la ayuda a usuarios vulnerables”, dijo la Secretaría de Energía en la red social X.
Para determinar los ingresos totales del grupo conviviente del usuario de gas o electricidad, el Ministerio de Economía tomará en cuenta las declaraciones realizadas en el Registro de Acceso a los Subsidios a la Energía (RASE), bajo la gestión económica de Sergio Massa.
El Gobierno dijo que analizará esos ingresos y los cruzará con las bases del Sistema de Identificación Nacional Tributario y Social (Sintys) y otras fuentes de información a cargo de la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología, para cotejar los datos. No se trata de una tarea sencilla, como admitió esta misma Secretaría de Energía cuando criticó las falencias de la segmentación durante el gobierno anterior. Por eso se determinó un período de transición de seis meses para implementar la CBE, con posibilidad de extenderlo a un año.
El objetivo de la CBE es que el Estado subsidie a los usuarios residenciales cuando el costo de esa canasta supere un porcentaje de los ingresos, que la Secretaría de Energía definirá. Se espera que sea alrededor del 10% de los ingresos (5% por gas y 5% por la electricidad). En esos casos, el Estado hará una transferencia directa al beneficiario, mediante una tarjeta virtual o CBU, o mediante un descuento en la factura.

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El sábado vuelven a aumentar los precios de los combustibles
Impactarán la actualización de un impuesto y el dólar
Sofía Diamante

El Gobierno volverá a subir el impuesto a los combustibles líquidos (ICL) y al dióxido de carbono (IDC) desde este sábado, lo que tendrá un efecto directo en el precio de las naftas y el gasoil. Así los dispuso el Ministerio de Economía a través del decreto 466/24, firmado por Luis Caputo y por el exjefe de Gabinete Nicolás Posse.
Luego de haber postergado el aumento del tributo el mes pasado para atenuar el impacto en la inflación en mayo, Economía decidió aplicar la suba correspondiente el próximo mes, aunque diferirá una parte de la actualización para julio. “Que con el fin de estimular el crecimiento de la economía garantizando un sendero fiscal sostenible, resulta razonable diferir parcialmente los efectos de los incrementos que resultarían aplicables a partir del 1º de junio de 2024 para la nafta sin plomo, la nafta virgen y el gasoil”, dice el decreto.
Los precios de los combustibles aumentaron 110% desde que asumió Javier Milei, repartido en cinco incrementos de 38%, 27%, 6,5%, 7,5% y 4,6%. La suba se explica por el alza del tipo de cambio, que tiene un impacto directo en la estructura de costos dolarizados de la industria, y por la actualización del impuesto a los combustibles, que estaba congelado por el gobierno anterior desde 2020.
Desde el 1º de junio, si las empresas trasladan la suba de los impuestos, las naftas y el gasoil subirían al menos 1,2%. Las compañías –YPF, Shell, Axion y Puma Energy– podrían, además, trasladar la devaluación mensual de 2% que aplica el Banco Central.
El litro de nafta súper de YPF en la ciudad de Buenos Aires cuesta actualmente $837, mientras que la premium vale $1033. El gasoil súper cuesta $883, mientras que el diésel premium, $1123.
“Por lo que se entiende del decreto 466/24, en el caso de las naftas el incremento de ambos impuestos estaría en el orden de 8% y en el gasoil se incrementaría en un 11%. Nada que ver con el 20% que se esperaba. Igual, la sugerencia es esperar hasta que salga la tabla con los detalles en la AFIP”, dijo Guillermo Lego, gerente general de la Confederación del Comercio de los Hidrocarburos de la República Argentina (Cecha), la cámara que agrupa a las estaciones de servicio. Trasladado al precio final, la suba del impuesto tendría un impacto de al menos 1,2%.

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