El Reloj Cu Cú es uno de los emblemas turísticos de la ciudad. Fue construido por un grupo de ingenieros alemanes que vivía en la ciudad. Se inauguró el 25 de mayo de 1958, y en esa época fue uno de los relojes más grandes del mundo.
Está ubicado en la intersección del Boulevard Sarmiento y la avenida Uruguay, a 200 metros del puente-galería Uruguay sobre la ruta 20.
Sobre él se tejieron historias y leyendas urbanas y turísticas, y es un paseo obligado para los visitantes. Integra el patrimonio turístico del denominado centro viejo de la ciudad, junto a la Iglesia Nuestro Sagrado Corazón de Jesús construida en 1980 a su lado por iniciativa del sacerdote dehoniano Carlos Marella.
El templo de estilo post moderno, donde resaltan las líneas rectas y los ángulos, tanto en exterior como en el interior, incluidas sus pinturas y esculturas, suman al sector valores artísticos arquitectónicos y religiosos.
La iglesia fue diseñada y construida por el prestigioso arquitecto cordobés Miguel Ángel Roca en el año 1978. Se pensó en un hecho icónico más que religioso, de afuera no parece un templo católico, lo que genera expectativa. Sus raras formas construidas en hormigón y vidrio exteriores no condicen con el sencillo interior, se merece visitarla.
Pero volviendo al reloj Cu Cú en la década de los años 60 fue la clásica postal de las parejas que pasaron su luna de miel en Villa Carlos Paz.
Su estructura posee un sistema de engranajes que hace accionar su campana, y se abra la casita para que salga el Cu Cú cada hora exacta y cada media hora.
En cualquier época del año se puede observar grupos de turistas aguardando la salida del pájaro cucú con sus cámaras de fotos o teléfonos celulares para capturar el momento.
La caja del reloj y el pájaro Cu Cú fueron realizados artesanalmente y son una verdadera obra de arte, mide 7,5 metros de alto. Todo su mecanismo funciona por un motor eléctrico que acciona de manera automática todos sus componentes.
Fue reformado el entorno en varias oportunidades, y para la temporada 2018/19 se le agregó una fuente de agua y un muro verde de fondo.
Su historia es muy interesante. Carl Hans Plock, era profesor de Logística y Metodología en la Universidad Nacional de Córdoba y fundó en Villa Carlos Paz una pequeña empresa de relojes cucú, rememorando aquella época de juventud en Neumenhar. (Alemania) con IRCA, Industria de Relojes, Controles y Aparatos SRL
También habían llegado a la ciudad dos ingenieros aeronáuticos, compatriotas de Plock, Ulrich Schnaak y Karl Wedemeyer. Formaban parte del grupo Focke Wulf de Alemania y Schnaak se asoció con Plock en la fábrica de relojes; en tanto, Wedemeyer emprendió por su cuenta la creación de cadenas de péndulos (con el tiempo construiría una máquina automática para realizar dicha tarea).
La fábrica de Schnaak y Plock construyeron su primer reloj el 7 de abril de 1952. Con el tiempo llegaron a tener 35 empleados. Las ornamentaciones eran talladas artesanalmente por familias alemanas que vivían en la región
Para que un reloj de esas características funcionara a la perfección, dependía de engranajes dentados de alta precisión, imposibles de conseguir en Argentina.
Entonces pensaron en fabricarlas, pero casualmente Plock recibió la visita de dos amigos, Heinz Ostertag y Karl Diehl de Nuremberg, que estaban viviendo en Buenos Aires. Diehl, tenía una fábrica de relojes despertadores en Nuremberg, donde fabricaba más de 1000 despertadores por día. Se resolvió utilizar la producción de los engranajes de la fábrica de Diehl. Finalmente, la pequeña empresa carlospacense-alemana término construyendo relojes cucú en cantidad. También fabricaron relojes electrónicos para automóviles, específicamente para modelos de la empresa Kaiser.
En 1957, Carlos Gasser formaba parte de un centro vecinal, y le preguntó a Plock si podía construir un reloj cucú gigante, el más grande del mundo. Plock no dudó y accedió junto a un arquitecto a la construcción del reloj de 7.5 metros de altura.
La construcción se hizo sobre un esqueleto de hormigón armado donde se apoyaron los ladrillos, que luego fueron cubiertos con piedra laja. El tallado fue realizado por Mario L. Casolla, un italiano que tenía una heladería sobre el boulevard Sarmiento.
Toda la maquinaria se construyó en el taller de Plock, las ruedas dentadas, que tienen unos 60/70 cm de diámetro fueron fresadas en Córdoba. El Cu Cú original fue tallado por el mismo Plock (1 metro de largo), pero fue robado en los años noventa y reemplazado por otro construido por un artesano.
Las cifras del cuadrante de las horas las realizó en el taller de carpintería del italiano Inoccente Persello. Para el “gong” de las campanas se utilizó un riel y un martillo. Todo diseñado en conjunto y supervisado por Karl Wedemayer.
Para la inauguración del reloj Cu Cú la esposa de Plock hizo estallar una botella de champagne en la base del reloj mientras los fuegos artificiales se desplegaban en el cielo serrano.
Villa Carlos Paz logró tener el reloj Cu Cú más grande del mundo, haciéndose eco del acontecimiento periódicos y revistas mundiales. Revista Life de New York público una página especial.
¿Cómo se llega?
Desde el centro de la ciudad se puede llegar por varios circuitos. Cómo el reloj Cu Cu está ubicado en el centro Viejo, en la banda Norte de la ciudad, hay que cruzar el río San Antonio por algunos de los puentes. El Carena que une la Avenida 9 de Julio y se camina hasta el Boulevard Sarmiento. El Peatonal que hace el mismo recorrido. El puente Cassaffousth que une las calles Alberdi y Bialet Massé y finaliza en el Reloj, o por el puente Galería Uruguay que también finaliza en el Cu Cu.
El reloj Cu Cu es un monumento público y su acceso es libre y gratuito.
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