Por primera vez en cinco años, YPF bajará desde hoy el precio de los combustibles
DECISIÓN. La reducción será del 1% en las naftas porque Economía aplicará un alza en el impuesto a los combustibles; el gasoil costará un 2% menos; las demás firmas acompañarán
Sofía DiamanteLos precios de la nafta bajarán 1% desde hoy, pese a que en lo que va del año aumentaron un 340% en los surtidores
Por primera vez en más de cinco años, y luego de que el precio de los combustibles subiera 340% en el último año, YPF anunció que aplicará una baja en sus valores de nafta y gasoil a partir de hoy, que sería mayor, dijeron en la empresa, si no fuera porque el Ministerio de Economía aplicó un aumento en los impuestos a los combustibles líquidos, que siguen atrasados. En concreto, el precio de las naftas en el surtidor bajará 1% y el del gasoil, 2%. Las estaciones de servicio Shell, Axion y Puma Energy acompañarán la medida.
“Quiero realizar un acuerdo justo con los consumidores. Nadie tiene que subsidiar a nadie. Ni nosotros a los consumidores ni los consumidores a nosotros. En consecuencia, si el precio del crudo internacional sube, el precio de los combustibles localmente va a subir. Si el precio baja, vamos a bajar”, dijo Horacio Marín, presidente y CEO de YPF, en referencia a la cotización Brent del barril de petróleo, que se toma de referencia en la Argentina y que en el último mes cayó casi 6%.
En un comunicado, la petrolera informó que la baja en los precios hubiese sido de 4% promedio para las naftas y 5% en gasoil, pero que en el surtidor se verá reflejada una caída de 1% y 2%, respectivamente, debido a la devaluación del 2% mensual y a la suba de los impuestos a los combustibles, que presionan sobre los costos de la compañía.
“Esta decisión se toma, fundamentalmente, en el marco de una caída de la cotización internacional del crudo Brent, que forma parte de la estructura de precios de todos los combustibles a nivel mundial. En los últimos ocho meses, YPF encontró un equilibrio entre los precios internacionales y los precios locales en surtidor que permite, de ahora en más, que estos últimos se suban o bajen en función de valor del crudo Brent y la evolución de los componentes de costo local”, explicó la petrolera con control estatal.
Nuevos precios
De esta forma, los nuevos valores de YPF en la ciudad de Buenos Aires (CABA) pasarían a ser: el litro de nafta súper, de $1059 a $1048; la premium, de $1309 a $1296; gasoil súper, de $1084 a $1062, y la premium, de $1334 a $1307.
En el último año, el precio de los combustibles subió 340% en CABA, muy superior a la inflación interanual, en torno a 236%. Esto se debió a dos razones principales. En primer lugar, al objetivo de YPF de cerrar la brecha de costos entre el barril criollo y el de paridad de exportación. El año pasado, mientras las productoras vendían el barril interno a un precio promedio de US$61, el valor de exportación era US$72. Era una brecha de 18%.
Actualmente, según datos del sector, mientras que el barril criollo se comercializa a US$68, el de exportación está por debajo de US$70 (el Brent menos el 8% de retenciones que se cobran a las exportaciones de petróleo). De hecho, a mediados de mes, el Brent tocó un piso US$69 y ahora cotiza a US$72.
“Con los aumentos sostenidos que se vienen haciendo del impuesto al combustible, del tipo de cambio y en los costos de nuestras operaciones (con inflación en pesos superando la devaluación), efectuar una baja de precios en surtidor debido solo a una reducción en la cotización del crudo va a requerir alzas cuando el crudo también suba, es decir, un acople al mercado internacional. Además, hay que entender si no resulta muy prematura esa baja de precios, ya que no se sabe si la reducción del precio del crudo se extenderá en el tiempo. Esta iniciativa de bajar precios significa un doble esfuerzo para la industria,pues se absorbe también la suba del 1% del impuesto y del 2% del crawling peg”, dijeron en otra de las empresas refineras, sorprendida por la decisión de YPF, pero que igual confirmó que va a acompañar.
La segunda razón detrás del aumento de 340% en los precios de los combustibles se debe a que el Gobierno aumentó los impuestos al combustible líquido (ICL) y al dióxido de carbono (IDC), que la administración anterior dejó sin actualizar durante 10 trimestres consecutivos, desde julio de 2021. Estos impuestos deberían actualizarse cada tres meses según la inflación acumulada del trimestre anterior, como se estableció en el decreto N° 501, de mayo de 2018.
En 2021, los impuestos a los combustibles explicaban un 30% del valor en surtidor. En enero de 2024, luego del congelamiento que aplicó el gobierno anterior, solo pesaban un 3%. Ahora, con los sucesivos aumentos aplicados desde febrero, explican el 18% del precio en surtidor, según cálculos de Gustavo Lopetegui, exsecretario de Energía.
Junto con el impuesto PAIS, el de los combustibles fue el que más creció en recaudación en el último año, permitiéndole al Ministerio de Economía compensar la caída de ingresos de otros tributos vinculados a la actividad económica. En agosto, último dato oficial, la recaudación del impuesto a los combustibles creció 357% nominal (35% real), según cálculos de la consultora Outlier.
La situación, sin embargo, no es la misma para naftas que para gasoil, explican en el sector. “Las naftas siguen estando atrasadas. Recordemos que en la Argentina, históricamente, fueron más caras que el diésel y hoy la situación es inversa”, dijo un empresario refinero.
Otros factores que también impactan en el valor del surtidor son la devaluación mensual de 2% del tipo de cambio; el aumento de los precios de los biocombustibles; la inflación sobre costos de operación, logística y proyectos, y los impuestos.
Más aumentos
De hecho, todavía quedan por aumentar del ICL y del IDC la inflación acumulada del primer y segundo trimestre del año, lo que implicaría una suba en torno a $139 para las naftas y de $86 para el gasoil, según cálculos de Guillermo Lego, gerente de la Confederación de Entidades de Comercialización de Hidrocarburos y Afines (Cecha).
Para octubre, sin embargo, el Gobierno estableció una suba de $10,79, lo que representaría un incremento en el precio de la nafta del surtidor de 1,02%. En gasoil, el aumento sería de $9,55, con lo cual la suba sería de 0,88%, que se verá compensada con la baja del Brent.
“El tema de la baja del Brent merece análisis, pero hay que tener en cuenta todos los factores a la hora de evaluar acciones y también entender dónde aterrizan las variables en los próximos días”, dijo Lego
$1059
EL LITRO DE SUPER
Es lo que costará en las estaciones de servicio de la Ciudad de Buenos Aires tras la baja
1%
BAJA DE PRECIO
Es la caída que mostrará desde hoy el litro de nafta. Hubiera sido mayor, pero Economía subirá los impuestos
6%
CAIDA DEL PETRÓLEO
Es lo que cayó el Brent en el último mes y disparó la decisión de YPF de reducir los precios de los combustibles
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
El Gobierno subió el gasto: entregó dinero al PAMI y a planes de empleo
Alza. El aumento de las partidas supera el billón de pesos, pero la ampliación de la caja autorizada no pone en riesgo el déficit cero
Por primera vez en más de cinco años, y luego de que el precio de los combustibles subiera 340% en el último año, YPF anunció que aplicará una baja en sus valores de nafta y gasoil a partir de hoy, que sería mayor, dijeron en la empresa, si no fuera porque el Ministerio de Economía aplicó un aumento en los impuestos a los combustibles líquidos, que siguen atrasados. En concreto, el precio de las naftas en el surtidor bajará 1% y el del gasoil, 2%. Las estaciones de servicio Shell, Axion y Puma Energy acompañarán la medida.
“Quiero realizar un acuerdo justo con los consumidores. Nadie tiene que subsidiar a nadie. Ni nosotros a los consumidores ni los consumidores a nosotros. En consecuencia, si el precio del crudo internacional sube, el precio de los combustibles localmente va a subir. Si el precio baja, vamos a bajar”, dijo Horacio Marín, presidente y CEO de YPF, en referencia a la cotización Brent del barril de petróleo, que se toma de referencia en la Argentina y que en el último mes cayó casi 6%.
En un comunicado, la petrolera informó que la baja en los precios hubiese sido de 4% promedio para las naftas y 5% en gasoil, pero que en el surtidor se verá reflejada una caída de 1% y 2%, respectivamente, debido a la devaluación del 2% mensual y a la suba de los impuestos a los combustibles, que presionan sobre los costos de la compañía.
“Esta decisión se toma, fundamentalmente, en el marco de una caída de la cotización internacional del crudo Brent, que forma parte de la estructura de precios de todos los combustibles a nivel mundial. En los últimos ocho meses, YPF encontró un equilibrio entre los precios internacionales y los precios locales en surtidor que permite, de ahora en más, que estos últimos se suban o bajen en función de valor del crudo Brent y la evolución de los componentes de costo local”, explicó la petrolera con control estatal.
Nuevos precios
De esta forma, los nuevos valores de YPF en la ciudad de Buenos Aires (CABA) pasarían a ser: el litro de nafta súper, de $1059 a $1048; la premium, de $1309 a $1296; gasoil súper, de $1084 a $1062, y la premium, de $1334 a $1307.
En el último año, el precio de los combustibles subió 340% en CABA, muy superior a la inflación interanual, en torno a 236%. Esto se debió a dos razones principales. En primer lugar, al objetivo de YPF de cerrar la brecha de costos entre el barril criollo y el de paridad de exportación. El año pasado, mientras las productoras vendían el barril interno a un precio promedio de US$61, el valor de exportación era US$72. Era una brecha de 18%.
Actualmente, según datos del sector, mientras que el barril criollo se comercializa a US$68, el de exportación está por debajo de US$70 (el Brent menos el 8% de retenciones que se cobran a las exportaciones de petróleo). De hecho, a mediados de mes, el Brent tocó un piso US$69 y ahora cotiza a US$72.
“Con los aumentos sostenidos que se vienen haciendo del impuesto al combustible, del tipo de cambio y en los costos de nuestras operaciones (con inflación en pesos superando la devaluación), efectuar una baja de precios en surtidor debido solo a una reducción en la cotización del crudo va a requerir alzas cuando el crudo también suba, es decir, un acople al mercado internacional. Además, hay que entender si no resulta muy prematura esa baja de precios, ya que no se sabe si la reducción del precio del crudo se extenderá en el tiempo. Esta iniciativa de bajar precios significa un doble esfuerzo para la industria,pues se absorbe también la suba del 1% del impuesto y del 2% del crawling peg”, dijeron en otra de las empresas refineras, sorprendida por la decisión de YPF, pero que igual confirmó que va a acompañar.
La segunda razón detrás del aumento de 340% en los precios de los combustibles se debe a que el Gobierno aumentó los impuestos al combustible líquido (ICL) y al dióxido de carbono (IDC), que la administración anterior dejó sin actualizar durante 10 trimestres consecutivos, desde julio de 2021. Estos impuestos deberían actualizarse cada tres meses según la inflación acumulada del trimestre anterior, como se estableció en el decreto N° 501, de mayo de 2018.
En 2021, los impuestos a los combustibles explicaban un 30% del valor en surtidor. En enero de 2024, luego del congelamiento que aplicó el gobierno anterior, solo pesaban un 3%. Ahora, con los sucesivos aumentos aplicados desde febrero, explican el 18% del precio en surtidor, según cálculos de Gustavo Lopetegui, exsecretario de Energía.
Junto con el impuesto PAIS, el de los combustibles fue el que más creció en recaudación en el último año, permitiéndole al Ministerio de Economía compensar la caída de ingresos de otros tributos vinculados a la actividad económica. En agosto, último dato oficial, la recaudación del impuesto a los combustibles creció 357% nominal (35% real), según cálculos de la consultora Outlier.
La situación, sin embargo, no es la misma para naftas que para gasoil, explican en el sector. “Las naftas siguen estando atrasadas. Recordemos que en la Argentina, históricamente, fueron más caras que el diésel y hoy la situación es inversa”, dijo un empresario refinero.
Otros factores que también impactan en el valor del surtidor son la devaluación mensual de 2% del tipo de cambio; el aumento de los precios de los biocombustibles; la inflación sobre costos de operación, logística y proyectos, y los impuestos.
Más aumentos
De hecho, todavía quedan por aumentar del ICL y del IDC la inflación acumulada del primer y segundo trimestre del año, lo que implicaría una suba en torno a $139 para las naftas y de $86 para el gasoil, según cálculos de Guillermo Lego, gerente de la Confederación de Entidades de Comercialización de Hidrocarburos y Afines (Cecha).
Para octubre, sin embargo, el Gobierno estableció una suba de $10,79, lo que representaría un incremento en el precio de la nafta del surtidor de 1,02%. En gasoil, el aumento sería de $9,55, con lo cual la suba sería de 0,88%, que se verá compensada con la baja del Brent.
“El tema de la baja del Brent merece análisis, pero hay que tener en cuenta todos los factores a la hora de evaluar acciones y también entender dónde aterrizan las variables en los próximos días”, dijo Lego
$1059
EL LITRO DE SUPER
Es lo que costará en las estaciones de servicio de la Ciudad de Buenos Aires tras la baja
1%
BAJA DE PRECIO
Es la caída que mostrará desde hoy el litro de nafta. Hubiera sido mayor, pero Economía subirá los impuestos
6%
CAIDA DEL PETRÓLEO
Es lo que cayó el Brent en el último mes y disparó la decisión de YPF de reducir los precios de los combustibles
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
El Gobierno subió el gasto: entregó dinero al PAMI y a planes de empleo
Alza. El aumento de las partidas supera el billón de pesos, pero la ampliación de la caja autorizada no pone en riesgo el déficit cero
Diego Cabot
Mediante una decisión administrativa, se autorizó más gasto. A diferencia de otras veces, no se financia con emisión, sino con una partida llamada “aplicaciones financieras”, una suerte de ahorro contable.
Algún día tenía que pasar. El presidente Javier Milei puso la billetera sobre la mesa y autorizó un incremento del gasto que, aunque superó el billón de pesos, no pone en riesgo el superávit fiscal, la columna vertebral de su plan de gobierno.
Antes de entrar en los números, lo que hizo el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, secundado en la firma por el ministro de Economía, Luis Caputo, es ingresar en la caja dinero de impuestos que no estaba presupuestado, mover partidas de una oficina del Estado a otra y finalmente, y sobre todo, autorizar mayor gasto en algunas áreas.
Ahora bien, autorizar más gasto no quiere decir emitir para pagar esos desembolsos. En este caso, por ejemplo, mayoritariamente se cubren con “aplicaciones financieras”, una partida que, para ilustrar y sin caer en cuestiones técnicas, es una suerte de ahorro para proveer liquidez al Poder Ejecutivo.
Ahora sí, a ponerle cifras. Mediante la decisión administrativa 910 se autorizó un incremento de recursos por $43.165 millones, lo que significa alrededor de 0,05% más respecto de los recursos vigentes antes de esta norma. Por su parte, los gastos tuvieron un aumento de $891.890 millones, o, lo que es lo mismo, un 0,9% de aumento.
“Este incremento surge como resultado de mayores autorizaciones para 27 programas presupuestarios por $1.069.545 millones (un billón), y reducciones en 8 programas por $177.655 millones. Como consecuencia, el resultado financiero del presupuesto de la administración pública nacional arroja una desmejora de $848.725 millones, lo que implica un incremento del 11,2% del déficit, que pasa a ser de $8.451.754 millones”, dice un informe de la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP).
Por su parte, para financiar el déficit, las fuentes financieras se incrementan en $33.362 millones y las aplicaciones financieras disminuyen en $815.363 millones.
Lo primero que hay que decir es que el principal cheque se lo llevó el Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados, con $718.549 millones. Una aclaración importante: presupuestariamente, el PAMI no existe, ya que es un programa dentro de este instituto. Pero este dinero, claramente, está destinado a la obra social para jubilados y pensionados nacionales.
El segundo programa en importancia que también tuvo financiamiento extra es uno que funciona dentro del Ministerio de Capital Humano, que lidera Sandra Pettovello. Se trata de Acciones de Empleo, un sistema que maneja la Secretaría de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, que aumentó su presupuesto en $220.003 millones.
Para poner en perspectiva el desembolso, esta nueva autorización de gasto implica una suba de 34,4% del crédito vigente hasta antes de la decisión administrativa.
De hecho, no es la primera que recibe, ya que inició el año con una caja de $199.738 millones y ya tenía autorizados $638.684 millones. Como se dijo, ahora cuenta con 34% adicional.
Dentro de Capital Humano hay otros incrementos más. El Instituto Nacional del Teatro sumó $1500 millones –representa el 30% del crédito vigente–; el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social, $512 millones; el Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales, $402 millones, y la Biblioteca Nacional tendrá $101 millones más para gastar.
Poca infraestructura
En el mundo de la obra pública hay poco y nada. El único que tendrá algo más para gastar es el Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento (Enhosa), que manejará una partida adicional de $25.468 millones, lo que significa un incremento de 31,7% para el programa Asistencia TécnicoFinanciera y Desarrollo de Infraestructura para el Saneamiento.
Para la Jefatura de Gabinete hay buenas y malas. Entre los que sumaron está el Registro Nacional de las Personas (Renaper), que mejoró su caja en $ 16.790 millones, algo así como 16% más de lo que tenía.
Dentro de la Jefatura hubo otra partida que sumó. Es la de Control Ambiental, que tiene una mejora de $21.127 millones. Ahora bien, dentro de los que alcanzó la motosierra se cuenta al secretario de Turismo, Daniel Scioli. Al exmenemista y también exkirchnerista le quitaron $70 millones que antes tenía disponibles en la partida de Promoción Turística.
Hay algunas empresas públicas que también fueron asistidas. Por caso, el Correo Argentino sumó $15.000 millones, mientras que también se giraron $10.000 millones para Fabricaciones Militares Sociedad del Estado. Finalmente, la Fábrica Argentina de Aviones General San Martín se hizo de $1000 millones adicionales.
El Ministerio de Economía, cuyo titular es uno de los firmantes, reforzó su crédito por $24.779 millones, principalmente para el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, para afrontar gastos en personal.
El despacho del Presidente también sumó algo de dinero. La partida Conducción del Poder Ejecutivo Nacional tenía $68.036 millones para el año, de los que ya gastó el 37,7% del total. Sumó $119 millones más, un vuelto frente a cifras billonarias
Algún día tenía que pasar. El presidente Javier Milei puso la billetera sobre la mesa y autorizó un incremento del gasto que, aunque superó el billón de pesos, no pone en riesgo el superávit fiscal, la columna vertebral de su plan de gobierno.
Antes de entrar en los números, lo que hizo el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, secundado en la firma por el ministro de Economía, Luis Caputo, es ingresar en la caja dinero de impuestos que no estaba presupuestado, mover partidas de una oficina del Estado a otra y finalmente, y sobre todo, autorizar mayor gasto en algunas áreas.
Ahora bien, autorizar más gasto no quiere decir emitir para pagar esos desembolsos. En este caso, por ejemplo, mayoritariamente se cubren con “aplicaciones financieras”, una partida que, para ilustrar y sin caer en cuestiones técnicas, es una suerte de ahorro para proveer liquidez al Poder Ejecutivo.
Ahora sí, a ponerle cifras. Mediante la decisión administrativa 910 se autorizó un incremento de recursos por $43.165 millones, lo que significa alrededor de 0,05% más respecto de los recursos vigentes antes de esta norma. Por su parte, los gastos tuvieron un aumento de $891.890 millones, o, lo que es lo mismo, un 0,9% de aumento.
“Este incremento surge como resultado de mayores autorizaciones para 27 programas presupuestarios por $1.069.545 millones (un billón), y reducciones en 8 programas por $177.655 millones. Como consecuencia, el resultado financiero del presupuesto de la administración pública nacional arroja una desmejora de $848.725 millones, lo que implica un incremento del 11,2% del déficit, que pasa a ser de $8.451.754 millones”, dice un informe de la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP).
Por su parte, para financiar el déficit, las fuentes financieras se incrementan en $33.362 millones y las aplicaciones financieras disminuyen en $815.363 millones.
Lo primero que hay que decir es que el principal cheque se lo llevó el Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados, con $718.549 millones. Una aclaración importante: presupuestariamente, el PAMI no existe, ya que es un programa dentro de este instituto. Pero este dinero, claramente, está destinado a la obra social para jubilados y pensionados nacionales.
El segundo programa en importancia que también tuvo financiamiento extra es uno que funciona dentro del Ministerio de Capital Humano, que lidera Sandra Pettovello. Se trata de Acciones de Empleo, un sistema que maneja la Secretaría de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, que aumentó su presupuesto en $220.003 millones.
Para poner en perspectiva el desembolso, esta nueva autorización de gasto implica una suba de 34,4% del crédito vigente hasta antes de la decisión administrativa.
De hecho, no es la primera que recibe, ya que inició el año con una caja de $199.738 millones y ya tenía autorizados $638.684 millones. Como se dijo, ahora cuenta con 34% adicional.
Dentro de Capital Humano hay otros incrementos más. El Instituto Nacional del Teatro sumó $1500 millones –representa el 30% del crédito vigente–; el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social, $512 millones; el Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales, $402 millones, y la Biblioteca Nacional tendrá $101 millones más para gastar.
Poca infraestructura
En el mundo de la obra pública hay poco y nada. El único que tendrá algo más para gastar es el Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento (Enhosa), que manejará una partida adicional de $25.468 millones, lo que significa un incremento de 31,7% para el programa Asistencia TécnicoFinanciera y Desarrollo de Infraestructura para el Saneamiento.
Para la Jefatura de Gabinete hay buenas y malas. Entre los que sumaron está el Registro Nacional de las Personas (Renaper), que mejoró su caja en $ 16.790 millones, algo así como 16% más de lo que tenía.
Dentro de la Jefatura hubo otra partida que sumó. Es la de Control Ambiental, que tiene una mejora de $21.127 millones. Ahora bien, dentro de los que alcanzó la motosierra se cuenta al secretario de Turismo, Daniel Scioli. Al exmenemista y también exkirchnerista le quitaron $70 millones que antes tenía disponibles en la partida de Promoción Turística.
Hay algunas empresas públicas que también fueron asistidas. Por caso, el Correo Argentino sumó $15.000 millones, mientras que también se giraron $10.000 millones para Fabricaciones Militares Sociedad del Estado. Finalmente, la Fábrica Argentina de Aviones General San Martín se hizo de $1000 millones adicionales.
El Ministerio de Economía, cuyo titular es uno de los firmantes, reforzó su crédito por $24.779 millones, principalmente para el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, para afrontar gastos en personal.
El despacho del Presidente también sumó algo de dinero. La partida Conducción del Poder Ejecutivo Nacional tenía $68.036 millones para el año, de los que ya gastó el 37,7% del total. Sumó $119 millones más, un vuelto frente a cifras billonarias
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
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