miércoles, 2 de octubre de 2024

VISITA A LA ARGENTINA, Nayib Bukele


El ajuste, la seguridad y los vetos, temas de la reunión Milei-Bukele
El Presidente recibió a su par de El Salvador en la Casa Rosada; firmaron convenios en materia económica y de energía nuclear
Jaime RosembergTras la reunión, Bukele y Milei saludaron desde la Casa Rosada 
Cuatro meses después de recibir al presidente Javier Milei en su residencia de San Salvador, Nayib Bukele devolvió el gesto y ayer llegó minutos después de las 15 a la Casa Rosada.
La visita duró cerca de dos horas. El encuentro con Milei, que lo esperaba desde las 14, en visita de Estado, confirmó la sintonía política e ideológica cimentada durante aquel primer encuentro, cuando Bukele asumió su segundo mandato.
El entendimiento se vio reforzado, dos semanas después, con la visita a El Salvador de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, admiradora confesa del plan de combate contra la delincuencia que Bukele puso en marcha durante su primer período de gobierno.
En la reunión, Bukele contó, por caso, que “cuando llegó al poder tenía un solo diputado” y que “le vetaban todo, no podía hacer ningún cambio”.
La seguridad también formó parte de la conversación ampliada entre ambos presidentes y los ministros participantes.
El presidente salvadoreño también comentó que estaba trabajando en otra obsesión en común con Milei: lograr el “déficit cero” en las cuentas públicas.
Milei le recomendó, entonces, “recortar los mismos sectores que en la Argentina”, y Bukele le retrucó que ya estaba “bien encaminado” en esa búsqueda. En el terreno político, ambos hablaron de la construcción de poder desde “partidos nuevos”, otra coincidencia.
Pasadas las 17, y una vez culminada la reunión, ambos se asomaron al balcón de la Casa Rosada, desde donde saludaron a los simpatizantes que a esa hora se encontraban en la Plaza de Mayo, sumados a una nutrida presencia de miembros de la comunidad salvadoreña en el país. “¡Saquen a (Nicolás) Maduro de Venezuela!” y “¡Viva la libertad, carajo!” fueron dos de las consignas coreadas por los manifestantes, mientras una buena parte del gabinete argentino y la delegación salvadoreña se mostraban sonrientes.
“Hemos venido trabajando no solo en planes policiales y algunas estrategias que se pueden y deben aplicar en el territorio, sino que también tenemos conciencia plena de que vamos a generar unos nuevos códigos procesales penales para que los Estados latinoamericanos puedan por fin derrotar a las organizaciones criminales”, aseveró luego Gustavo Villoro, ministro de Seguridad y Justicia.
El funcionario precisó que en El Salvador se activó “un protocolo de guerra en contra de un Estado criminal”.
“Eso no sucede acá, pero el plan de control territorial es algo que puede ser aplicado a cualquier país de América Latina”, agregó el ministro de Seguridad.
Ambos países también firmaron convenios en materia económica, de energía nuclear, formación diplomática, gestión sostenible del agua y en los ámbitos de la cultura y el deporte.
Llegado el jueves por la noche al país, Bukele tuvo como primera actividad oficial el tradicional homenaje a José de San Martín, al colocar la ofrenda floral en el monumento al prócer, en la plaza que lleva su nombre, en Retiro. Lo acompañó la canciller Mondino.
“Somos muy amigos, esperemos profundizar en una agenda extensa, en energía nuclear, comercio, seguridad; hay muchos temas”, había dicho Bukele a los periodistas al culminar la ceremonia y antes de trasladarse a la Casa Rosada para el encuentro con el Presidente.
Luego de ingresar por la explanada de la calle Rivadavia, Bukele fue recibido por el presidente argentino en el Salón de los Bustos. Posaron brevemente para los fotógrafos en el Salón Blanco, antes de ingresar al despacho presidencial para el encuentro a solas. Contrastó la sonrisa permanente del salvadoreño con la seriedad de Milei durante la breve sesión fotográfica.
Bukele se convirtió así en el tercer mandatario extranjero en ser recibido por Milei en lo que va de su mandato, después de Santiago Peña (Paraguay) y Luis Lacalle Pou (Uruguay), aunque en los casos anteriores se trató de reuniones oficiales.
Desde temprano comenzaron los preparativos en la Casa Rosada para la llegada del mandatario salvadoreño.
Los ministros fueron llegando de a uno, encabezados por el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y la mayoría participó de un encuentro previo a la foto.
Lo mismo hizo la diputada nacional Lilia Lemoine, habitual maquilladora del Presidente en eventos significativos. Cuando Milei y Bukele ingresaron a su charla privada, los ministros y la delegación salvadoreña se saludaron en el Salón Sur.
Los presidentes volvieron a mostrar su sintonía anoche, cuando ambos compartieron una cena en la quinta presidencial de Olivos.
Hoy, el presidente salvadoreño cerrará su periplo por Buenos Aires con sus visitas al Senado y a la Cámara de Diputados.
Quedó en duda la visita de cortesía a la Corte Suprema de Justicia, que ayer todavía no había sido confirmada.

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El espejo salvadoreño: hermetismo y cambios en las encuestas
Bukele llegó a Buenos Aires el jueves, pero no se conoció qué hizo hasta la aparición de ayer
Julieta Nassau
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, llegó a la Argentina dos días después de cruzarse con Javier Milei en Nueva York, en la Asamblea General de la ONU, donde el Presidente le pidió cambiar sus turnos como oradores para evitar cruzarse con el presidente iraní.
Allí, desde uno de los estrados más famosos del mundo, los dos presidentes lanzaron críticas al organismo multilateral. La sintonía de sus agendas también quedó demostrada con las reuniones que tuvieron –por separado– con el magnate Elon Musk, con quien intercambiaron elogios y hablaron sobre inteligencia artificial, un tema que ambos priorizan.
Bukele dejó El Salvador para ver a Musk en Austin el 20 de septiembre y desde entonces poco se sabe de sus actividades. Los periodistas en El Salvador se preguntan –sin obtener respuestas– qué hizo en Estados Unidos entre aquella reunión y su discurso en la ONU, cuatro días después.
Del mismo modo, se supo que el mandatario centroamericano –admirado por los dirigentes de derecha de la región por su eficaz y cuestionada “guerra contra las pandillas”– llegó a la Argentina el jueves pasado, pero no hubo foto de esa llegada, como suele indicar el protocolo de un viaje oficial. Tampoco se conoció qué hizo los primeros cuatro días, en los que fue visto en un lujoso hotel de Recoleta, debido a que mantenía una agenda “privada” en la que alguna vez llamó la “ciudad más bonita del mundo”.
El hermetismo que rodea al mandatario centroamericano no es una novedad para los medios de El Salvador, donde el acceso a la información oficial fue desapareciendo a medida que el poder de Bukele se expandía. El presidente obtuvo un segundo mandato –a pesar de que la Constitución prohíbe la reelección consecutiva– con un arrasador triunfo en febrero pasado, cuando también consiguió una mayoría absoluta en la Asamblea Nacional (el Parlamento), mientras que la semana pasada logró completar una Corte Suprema con jueces afines al Ejecutivo
Sergio Arauz, presidente de la Asociación de Periodistas de El Salvador (APES) y subjefe de redacción del sitio de noticias El Faro, dice a que la información la nacion sobre el viaje de Bukele a la Argentina llegó a los medios salvadoreños por las redes sociales y las noticias desde la Argentina.
En ese sentido, menciona que el acceso a la información pública es “casi nulo” en el país, con la cooptación por parte del “bukelismo” del instituto que velaba por ese derecho, y las dificultades para acceder a fuentes oficiales. Los voceros del gobierno en general no responden a los periodistas “que incomodan” cuando les realizan preguntas; incluso a veces los descalifican o los bloquean en las redes sociales. El argumento más común que usa el gobierno a la hora de limitar la información es el de la seguridad nacional.
Al inicio de las actividades oficiales en la Plaza San Martín, en un evento que fue transmitido por cadena nacional en El Salvador, Bukele habló sobre su vínculo con Milei: “Somos grandes amigos, estoy seguro de que vamos a lograr cosas muy buenas”, dijo. En total, se firmaron siete convenios, que abarcan temas desde la economía hasta la cultura y que se suman al acuerdo alcanzado en junio sobre seguridad, según dijeron en una conferencia de prensa la canciller salvadoreña, Alexandra Hill, y el ministro de Justicia y Seguridad, Gustavo Villatoro. Bukele no tenía prevista ninguna cita oficial con la prensa durante su paso por Buenos Aires.
La sintonía entre Bukele y Milei también se ve reflejada en su relación con los medios. Mientras en El Salvador los periodistas denuncian restricciones en el acceso a la información pública, el presidente libertario estableció límites a ese derecho a través de un decreto. Además, ambos mandatarios y sus funcionarios han hostigado y acusado a periodistas y medios públicamente, tal como alertó la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP). En esa línea, con motivo de la reunión bilateral, la directora para las Américas de Amnistía Internacional llamó a que “se reviertan el deterioro de la libertad de expresión y la tendencia al cierre del espacio cívico en la Argentina y El Salvador”.
“La situación de la prensa se ha degradado en El Salvador. Ha habido persecución, hay evidencias de espionaje y seguimiento a periodistas, acoso sistemático a cualquier voz incómoda, y en este momento lo que reina es un temor generalizado, en las organizaciones de derechos humanos, la prensa y en la sociedad en general”, dice Arauz.
Según una encuesta del Instituto Universitario de Opinión Pública (Iudop) publicada en junio, el 85,3% de los salvadoreños “identifican algún nivel de probabilidad de que una persona o institución pueda sufrir consecuencias negativas por expresarse de forma crítica sobre el gobierno y el presidente”, seis puntos más que hace un año, mientras que seis de cada diez personas dijeron tener más cuidado al compartir su opinión política.
Una serie de investigaciones periodísticas revelaron la compra de 34 propiedades y fincas de café y de caña de azúcar por más de 9 millones de dólares por parte de la familia Bukele durante su primer mandato y la filtración de audios de su exfuncionario y amigo Alejandro Muyshondt –quien murió mientras estaba preso–, que expusieron una trama de espionaje y corrupción dentro del gobierno. El investigador Oscar Picardo, director del Centro de Investigaciones en Ciencias y Humanidades de la Universidad José Matías Delgado de El Salvador, dice a que estos la nacion escándalos podrían impactar en la aprobación de Bukele. Es que creció rápidamente en la política salvadoreña con su eslogan “el dinero alcanza cuando nadie se lo roba”, por lo que las revelaciones sobre actos de corrupción en su gobierno derriban su mensaje central

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