miércoles, 3 de junio de 2020

ENCUENTROS INSÓLITOS Y MUY INTERESANTES,


Aquel olor a pan en su piel: encuentro en un palacio francés
Antes de salir me miré al espejo. Tenía cara de tedio, mi camisa blanca y blazer de terciopelo negro no lograban mejorar mi ánimo. Ir a una fiesta no es mi mejor ocupación. Pocas veces lo hago, pero era un compromiso inexcusable. Me quedaría una hora. A veces, en aquellos escenarios, hasta mis amigos mas queridos y respetados también abrazan aquellos rasgos fútiles que me producen apatía, desgano y blandura.
Pan | Entre Lunas
El confinamiento de la alegría en una reunión de muchas personas a veces me angustia, una fobia a aquella levedad que parece desenmascarar los atributos mas triviales de los presentes. Sí, sé que la vida necesita también de todo aquello, lo sé.
Al llegar a la puerta, una fila de personas esperaba para entrar. Allí estaba ella. Parecía nórdica, de piel muy blanca, ojos luminosos y la más bella nariz. Nunca vista. Estaba sola. Entró delante mío. Aprovechando el tumulto, me incliné apenas sobre su cuello y sentí olor a pan, a horno, a fermento de masa madre con dejo de humo de leño de manzano con almizcle.


No conocía aquella casa, un palacio francés de doble escalera; ella subió por la derecha, mientras se miraba en un espejo. Una enorme araña iluminaba tenuemente los escalones y su vestido índigo. Su luz, reflejos y porte eran intimidantes. En el descanso paré a mirar las gotas de cristales, opalinas y ornamentos de porcelana blanca encendidas de luz ámbar. Al llegar a la parte superior me detuve por última vez a mirarla desde la altura. Su belleza residía en su escala, falta de equilibrio, una afrenta a la prudencia, ponderaba la desproporción y lograba darle al hall un aire majestuoso.
Cuadros David Hockney Pop Art Canvas En Bastidor 50x60 - $ 1.330 ...
Subí los últimos escalones con apuro. Quizás encontraría alguien con quien conversar, debía esmerarme. Si no, como tantas otras veces, quedaría somnoliento en un sillón, recitando vagamente a Poe o soñando con las montañas nevadas de mi sur, llenas de búhos blancos y silencio.
Cortina De Terciopelo Liso Beige Tela Importada - $ 4.990,00 en ...
La noche -entre pesadas cortinas de terciopelo, enormes floreros de calas y cuadros de David Hockney- parecía mas prometedora de lo que había anticipado. Una señora corpulenta vestida de negro al lado de una ventana parecía un plumero, se reía a carcajadas con un señor que, parado, comía de un plato y esgrimía su tenedor como un director de orquesta. Deambulé por los salones y volví sobre mis pasos saludando a personas que no veía nunca, por falta de afición.
Hermosos arreglos florales con calas para celebraciones | Arreglos ...
La encontré en un pasillo, caminaba osadamente y temeraria. Le pregunté por aquel perfume aristocrático que sentí en su cuello. Me tomó la mano y me la olió como si fuera una trufa; al dejarla caer me dijo: "Hueles a ajo". Sacó de su cartera una antología de poesía francesa y comenzamos a caminar. En el trayecto, tomé una botella de vino y dos copas. Ella se sujetó a mi brazo y fuimos directamente a la escalera. Nos sentamos allí, en el último escalón, desde donde se veía aquel bellísimo artefacto luminario.
Descontexto: Hoy: Lanzamiento de A la Misteriosa, de Robert Desnos ...
Mientras ella me leía A la misteriosa, de Robert Desnos, comencé a tararear el allegretto de la Séptima sinfonía de Beethoven. Al escuchar la melodía sonrió y descendió un escalón, resbalando sobre sus nalgas, y al quedar yo más arriba, dispuso su torso entre mis piernas.
Edvard Munch, cuadros expresionistas, pintor noruego.
Descendimos uno a uno los descansos como en un tobogán, entre lecturas, algún beso y la mirada augusta de los invitados. Ya en el ultimo escalón, nos fuimos caminando por la noche temprana.
Ah, el deseo.... Nunca más le sentí el olor a pan. Era noruega, Gunbritt.

F. M.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.