jueves, 20 de agosto de 2020

CARLOS M. REYMUNDO ROBERTS ANALIZA Y OPINA,


Ojo, ojo, ojo, que se viene el botón rojo
Foro Desayuno | La Argentina imposible – ACDE
Carlos M. Reymundo Roberts
Los gobiernos suelen ser víctimas de sus palabras, sus eslóganes, sus latiguillos. Para Macri, por ejemplo, el año empieza en enero y termina en junio; borró el segundo semestre. Los “brotes verdes” resultaron ser las trepadas del dólar, y, como Natalia Denegri, demandó a Google para que rija el derecho al olvido con lo del “mejor gabinete de los últimos 50 años”. Cristina tiene unas 5000 frases célebres, y además sigue en la línea de producción; mis favoritas son “la soja es un yuyo”, “soy una abogada exitosa” y “me equivoqué con Alberto”. Perdón, esta última no sé si ya la dijo.
Esta introducción viene a cuento de que el Presidente, cuyo desdén por el peso de las palabras es solo menor al que siente por el mundo de las ideas, acaba de incorporar la figura del “botón rojo”: o me respetan la cuarentena, nos advirtió, o “siempre tendré a mano el botón rojo para volver atrás”, a la fase 1. No sé cuántos lo escucharon porque, efectivamente, los argentinos hemos decidido seguir el curso de los acontecimientos desde la calle; por mis pagos, en el conurbano, los bichos raros hoy no son los que rompen el aislamiento, sino los que se quedan en sus casas. Después de cinco meses de un encierro que destruyó psiquis, familias, relaciones, trabajos y economías, yo le hubiese recomendado a Alberto que más que asustarnos con el botón rojo convenía ilusionarnos con el botón verde. Pero al profesor le gusta tornarse maestrito y amenazar con la regla en la mano. “No me obsesioné con la cuarentena”, dijo ayer; nosotros sí, jefe. La emoción apenas contenida con que anunció que en el país se producirá pronto la vacuna revela, me parece, su alivio: la solución tenía que venir desde afuera. Una universidad inglesa, un consorcio internacional, un financista como Slim; con perdón de Alberto, nos viene a rescatar el capitalismo. La otra interpretación que viene pululando en las redes es que la historia es circular: el peronismo vuelve a vacunarnos.
El BOTON ROJO - Posts | Facebook
Puesta a rodar, la figura del botón de pánico como dispositivo para desandar la historia puede ser riesgosa para el propio Presidente. ¿Y si la que lo activa es Cristina? ¿Si opta por retroceder a fase 1 y sacarle el poco poder que le dio? Afortunadamente, está ocupada en otras cosas; otras cosas más importantes, dicho esto con todo respeto por la investidura presidencial. Lo que la entretiene por estos días es su trabajo como dictadorzuela del Senado. Allí apuró, anteanoche, la sanción de la llamada “ley Cristóbal”, o ley de reparación patrimonial, por la cual se consagra la apropiación de dinero del Estado como mecanismo de financiación de inversiones. Lo que no haga ella para recomponer los activos de Moratoria López lo hará Rodríguez Larreta, al permitirle participar del millonario negocio de las apuestas online; bien por Horacio, que no se deja ganar en generosidad. La señora también está impulsando en el Senado, con especial premura, la reforma judicial, más conocida como ley de amnistía, y el apartamiento de dos molestos camaristas federales, Bruglia y Bertuzzi, que intervienen en uno de los expedientes en los que está involucrada. Mucho más molesta es la jueza Biotti, que mediante un fallo ordenó frenar ese desplazamiento de los camaristas. Se habla de un conflicto de poderes, pero Cristina lo único que hizo fue ignorar el pedido de la jueza; cero conflicto.
Si repasamos entonces la actividad de la Cámara alta, las tres cuestiones que tiene entre manos en este momento competen a Cristina o a los amigos de Cristina dueños de medios que trabajan para Cristina. Qué genios los romanos, que cuando crearon el Senado, hace unos 2800 años, ya tenían previsto esta diversa gama de prestaciones.
Con Alberto dedicado a tiempo completo a la cuarentena, y Cristina a sus cosas, me pregunto quién se ocupa de asuntillos como la economía. No quisiera distraer a los Fernández, pero hay dos datos inquietantes; por lo menos, inquietantes para mí, que siempre fui un poco asustadizo: que el dólar blue siga subiendo después del acuerdo con los bonistas, y que las
Suenan las alarmas: las reservas están cerca de la lona
reservas del país sigan bajando. Los dos están totalmente vinculados, por supuesto. Parece que en cualquier momento ni siquiera se podrán comprar los 200 dólares mensuales. Suenan las alarmas: eso quiere decir que las reservas están a medio centímetro de la lona. Para Kulfas, que me resulta bastante sensato, no queda otra que exportar (de ahí vienen los dólares). Pero hasta ahora, el sector exportador más dinámico, después de los granos, es el de personas.
El profesor dice que la gente se relajó. En eso tiene razón. Mucha gente se relajó y pasado mañana, desoyendo sus amenazas, saldrá a las calles a protestar. No tengo del todo clara la consigna del 17-A, porque algunos ya están escribiendo en sus barbijos “no a la impunidad”; otros clamarán por más seguridad; otros, por trabajo; otros, por menos cuarentena. A último momento se bajaron de la convocatoria golfistas, tenistas y ciclistas, que desde ayer dejaron de ser un peligro para la sociedad; y no se sabe qué hará el remero olímpico Ariel Suárez, multado esta semana por haber puesto en riesgo las aguas y los peces del río Luján.
Multa para Suárez y aliento y perdón para Cristóbal. Como muestra basta ese botón.

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