China se convierte en la fábrica de billetes frente a un mes crucial
Llegarán en barcos por temor a que falte plata en los cajeros; La Libertad Avanza tiene más detalles del plan para cambiar la moneda
Pablo Fernández BlancoLos camiones de caudales están con dedicación plena
Sergio Massa y el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, están frente a un problema de proporciones gigantescas. El aumento de la inflación y el apetito electoral del oficialismo amenazan con provocar la falta de billetes en el país. Es la única manera de explicar por qué el nuevo explosivo argentino se está fabricando en las imprentas de la China Banknote Printing and Minting Corporation (CBPM).
Desde Asia viene la plata para abastecer los cajeros automáticos en el mes de la elección y en el del eventual ballottage. El Gobierno mandó a imprimir 2000 millones de papeles de $2000. Toda una bendición de la nueva comunión diplomática: el papel sanitarista y peronista, con las figuras de Cecilia Grierson y de Ramón Carrillo, llegará de forma abundante desde el país conducido por Xi Jinping, con quien el kirchnerismo busca establecer cada vez más vínculos.
Hay datos novedosos. A diferencia del billete de $2000 que está hoy en la calle, el nuevo tendrá hilo de seguridad (el mismo que usa el papel de US$100) y saldrá carísimo. No menos de US$117 por millar. Tiene razón Cristina Kirchner: el sistema capitalista más exitoso es el de China, como dijo el 6 de mayo de 2022 en Chaco.
El número de billetes que se le encargó a China para inundar las calles en la Argentina es abrumador. Representa casi el triple de la capacidad anual de producción de Casa de Moneda, la imprenta local que en ocasiones normales podría abastecer con holgura la necesidad de plata en el país.
El dinero importado es la contracara del “plan platita” de Massa. Se necesita tanta plata que no solo llegará por avión, cómo es habitual, sino que también se usarán barcos, habitualmente destinados para cargas mayores.
Dos navíos con dinero amarrarán en el puerto de Buenos Aires el 4 y el 5 de noviembre próximos con 380.000 millares de papeles. La situación, sin embargo, no permite esperar tanto. Por eso, un avión de DHL se adelantará y llegará al país esta semana con 98.000 millares de billetes.
Detrás de esa montaña, hay cosas más graves. Por caso, muestra de manera gráfica la inundación de pesos que desbordarán las calles cada vez más a partir de este mes. Es muy probable que una buena cantidad de ese dinero se destine a comprar dólares, por lo que habrá mayor presión sobre el tipo de cambio.
De acuerdo con la experiencia reciente, esa olla a presión explotará el día después de las elecciones. El lunes 23 de octubre será para muchas cosas más importante que el día previo, cuando se hagan los comicios.
La paradoja envuelve al Gobierno. Aunque, por un lado, le sobran billetes -si se ve desde el punto de vista de la inflación-, por el otro, le faltan. A tal punto que Casa de Moneda tiene problemas para cumplir los contratos de suministro de billetes con el Banco Central.
Hay situaciones que si no fuesen dramáticas, podrían resultar graciosas. Hasta la semana pasada, había 800 millares de billetes argentinos repartidos en China, España y Brasil. En parte, eso se debe a que la imprenta del Estado tiene problemas para que su propio accionista le apruebe las importaciones. Es decir, Economía y el Banco Central no les dan los dólares.
El cepo cuesta. Por los problemas para conseguir autorizaciones de importación, un cargamento de papel para hacer billetes estuvo un mes parado en Aduana. Una parte se arruinó.
Los avatares del equipo económico recrudecen en un momento de máxima tensión en la cúpula. El miércoles pasado, Massa resolvió de forma unilateral dar marcha atrás con una decisión del Banco Central que afectaba a Mercado Pago, entre otras billeteras virtuales. El problema es que el Banco Central no está en manos del ministro de Economía, sino de Miguel Pesce, su presidente.
Pesce explotó de furia contra la decisión de Massa. Estuvo irascible durante algunos minutos y les pidió explicaciones a algunos directores. Entre otros, llamó a Pablo Carreras Mayer, que responde al ministro.
Al menos dos directores del BCRA se fueron a dormir esa noche y la del día siguiente, sin tener la certeza de que Pesce continuaría en el cargo.
Anteayer, Pesce empezó a resolver el tema con espíritu peronista. Le encargó estudiarlo a una comisión.
Llama la atención que la principal apuesta de Massa sea, también, la de Bullrich. De hecho, las últimas medidas del Gobierno levantaron la moral en Juntos por el Cambio.
Carlos Melconian huyó el viernes por la noche de la inundación en Nueva York, donde estuvo viendo fondos de inversión, bancos e intelectuales. Tenía motivos para el apuro. En tres días, su itinerario marcaba que debía salir de allí, aterrizar en Buenos Aires, pasar por Avellaneda para ver a Racing en el clásico y volar a Santiago del Estero para acompañar a Patricia Bullrich en el primer debate presidencial.
El ministro de Economía en caso de que Bullrich sea presidenta también está alcanzado por las paradojas. Según el resultado del debate, podría terminar esta noche lamentado, o festejando, junto a una hincha de Independiente (la propia Bullrich).
Melconian, Rodolfo Santángelo y Enrique Szewach forman parte de la tríada que nutrió a Bullrich de ideas económicas para el debate. Irá hoy con un norte definido: no hará menciones a propuestas o eslóganes de Milei como dolarización o motosierra, sino que apuntará frontalmente a poner en palabras simples su oferta al electorado. Dirá que irá de punta contra la inflación, reanudará el crédito, eliminará la incertidumbre y hará que las cosas valgan lo mismo por mucho tiempo.
El depositario de esas críticas será el ministro de Economía, Sergio Massa. Melconian, ocurrente en analogías políticas, echó a correr esta semana su última creación. Dice que Massa lleva un kilo de helado a 20 cuadras.
El helado es muy costoso, pero no está claro que llegue porque se puede derretir antes. La comparación apunta a la enorme cantidad de recursos que el ministro puso en la calle en los últimos días. La baja de ganancias, por ejemplo, se notará a partir del 1 de noviembre, cuando el dinero valdrá menos por la inflación. Será, además, un esfuerzo peligroso y sin sentido político si no logra colarse en el ballottage.
Dolarización con novedades
Las últimas decisiones de Massa confirman lo que Milei ya tiene decidido: ir hacia la dolarización. Emilio Ocampo trabaja en esa línea desde hace tiempo, pero aceleró el paso un mes y medio atrás. Tiene un equipo central compuesto por economistas, contadores y abogados para implementar el cambio de régimen monetario. Luego, hay otro grupo de consulta satelital.
El ascenso del dólar, en el calendario inicial del equipo libertario, no implicará la muerte inmediata del peso. El plan consiste en congelar desde el primer día la cantidad de pesos y a partir de allí establecer un nuevo tipo de cambio a valores de mercado. Luego, se dolarizaría el sistema financiero.
El fin del peso, en caso de que ocurra, depende de la velocidad con la que la gente canjee sus billetes. Un ejemplo: quien vaya a tomar un café que cuesta US$3, podrá pagarlo con dólares o con pesos al tipo de cambio equivalente, porque las cuentas serán en la moneda norteamericana.
Ocampo tiene bajo su mando otro tema ignominioso. Son los pasivos remunerados del Banco Central. Es un tema importante para las personas de a pie, porque del otro lado de esa discusión está quien ahorra en el sistema bancario y el depositante, en general.
Hoy, el Central está en un estado que se asemeja a la insolvencia, porque sus deudas son mayores que sus activos. Hay un esquema conceptual cada vez más instalado en el equipo de Ocampo. Para salir del atolladero de las Leliq, hay que capitalizar al Banco Central. La dolarización no alcanza.
En ese punto empieza a tallar el Ministerio de Economía: en el escenario que imagina Milei y su mesa más reducida, sería el encargado de garantizar un programa que conduzca al superávit fiscal y que la gente crea que eso durará en el tiempo.
Un Estado con recursos puede capitalizar a la entidad monetaria. Eso, que en la situación actual argentina está envuelto en una atmósfera quimérica, es el gran sueño del equipo libertario. Hay gente trabajando para cumplirlo.
Esta semana hubo reuniones clave para empezar a discutir un plan concreto de reducción del gasto público. El equipo de Milei se juntó, por ejemplo, con funcionarios del Banco Mundial que estudian desde hace tiempo en el tema. También hubo acercamientos a economistas vinculados con Juntos por el Cambio, pero que se mueven con autonomía. La cuestión fiscal no sabe de grietas o de tercios.
En cualquier caso, el Banco Central, entonces, tendrá un nuevo destino. Mantendrá funciones de regulación, pero perdería la posibilidad de imprimir dinero. Algo con características similares al Banco de España.
Ocampo adquirió mayor estelaridad pública luego de que Milei lo anunciara como futuro presidente del organismo monetario en caso de que gane las elecciones. La noticia sorprendió a todo el mundo, salvo al propio Ocampo, que tenía esa confirmación desde hacía meses. De hecho, el líder libertario se limitó a enviarle un mensaje de Whatsapp para avisarle que había dado a conocer lo que ya estaba resuelto.
La definición de la conducción del Banco Central aclaró el terreno para tomar otro tipo de decisiones. Darío Epstein, que había estado trabajando en una alternativa para enfrentar los pasivos remunerados del Central, soltó el tema. Epstein, sin embargo, se dedica ahora a una de las cosas que mejor le salen.
¿Es posible guardar un secreto que está a la vista de todos? La ciudad de Buenos Aires parece ser testigo de eso. Esta semana se hizo una reunión reservada con personajes influyentes del mundo financiero internacional en Recoleta, aunque casi nadie lo notó. Es infrecuente que lleguen al país en esa proporción y con tanta estelaridad. Hubo gente de JP Morgan y Jefferies, por caso.
Se trató de una exposición itinerante. El epicentro fue el Sofitel, pero un grupo elegido debía trasladarse hasta el quinto piso del Ministerio de Economía, donde los recibió el viceministro Gabriel Rubinstein. La cita estaba pautada a las 15 del miércoles.
Una hora y media más tarde, debían estar en el piso 8 de Bartolomé Mitre al 430. Son las oficinas porteñas del Banco Provincia. Los esperaba Agustín Alvarez, subsecretario de Finanzas de Axel Kicillof.
En el Sofitel hubo dos platos fuertes en el piso 18. Carlos Melconian abrió el encuentro a las 9 del último martes. Lo hizo en nombre del “equipo económico de Juntos por el Cambio”.
A las 14.30 les tocó a Gustavo Neffa y al propio Epstein, invitados por la bandera de La Libertad Avanza. Epstein y Neffa debieron responder preguntas sobre si tendrán la gobernabilidad necesaria para avanzar en reformas, cuál será el equipo de Milei, cómo piensan bajar el déficit y los detalles de la dolarización. Siempre se filtran consultas psicológicas sobre la personalidad de Milei. Los inversores quieren saber cómo es.
¿Por qué 20 de los bancos y fondos de inversión encararon el viaje a Buenos Aires con la expectativa de egresados que van a Bariloche? La respuesta es más sencilla de lo que parece. Hoy, los precios en el país están de remate, y podrían bajar aún más según el resultado de las elecciones. En otros términos, sería un buen momento para comprar.
Hay algunas muestras de eso. Xerox empezó en las últimas semanas a analizar la posibilidad de dejar su negocio aquí en manos de una gestión local. Del otro lado encontró interesados con documento argentino. Hay más versiones sobre salidas en empresas relacionadas con la tecnología que dependen de las importaciones.
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Pisa el freno el crecimiento de un sector estratégico
En marzo producía 649.000 barriles diarios de petróleo y hoy la actividad cae a 632.000
Sergio Massa y el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, están frente a un problema de proporciones gigantescas. El aumento de la inflación y el apetito electoral del oficialismo amenazan con provocar la falta de billetes en el país. Es la única manera de explicar por qué el nuevo explosivo argentino se está fabricando en las imprentas de la China Banknote Printing and Minting Corporation (CBPM).
Desde Asia viene la plata para abastecer los cajeros automáticos en el mes de la elección y en el del eventual ballottage. El Gobierno mandó a imprimir 2000 millones de papeles de $2000. Toda una bendición de la nueva comunión diplomática: el papel sanitarista y peronista, con las figuras de Cecilia Grierson y de Ramón Carrillo, llegará de forma abundante desde el país conducido por Xi Jinping, con quien el kirchnerismo busca establecer cada vez más vínculos.
Hay datos novedosos. A diferencia del billete de $2000 que está hoy en la calle, el nuevo tendrá hilo de seguridad (el mismo que usa el papel de US$100) y saldrá carísimo. No menos de US$117 por millar. Tiene razón Cristina Kirchner: el sistema capitalista más exitoso es el de China, como dijo el 6 de mayo de 2022 en Chaco.
El número de billetes que se le encargó a China para inundar las calles en la Argentina es abrumador. Representa casi el triple de la capacidad anual de producción de Casa de Moneda, la imprenta local que en ocasiones normales podría abastecer con holgura la necesidad de plata en el país.
El dinero importado es la contracara del “plan platita” de Massa. Se necesita tanta plata que no solo llegará por avión, cómo es habitual, sino que también se usarán barcos, habitualmente destinados para cargas mayores.
Dos navíos con dinero amarrarán en el puerto de Buenos Aires el 4 y el 5 de noviembre próximos con 380.000 millares de papeles. La situación, sin embargo, no permite esperar tanto. Por eso, un avión de DHL se adelantará y llegará al país esta semana con 98.000 millares de billetes.
Detrás de esa montaña, hay cosas más graves. Por caso, muestra de manera gráfica la inundación de pesos que desbordarán las calles cada vez más a partir de este mes. Es muy probable que una buena cantidad de ese dinero se destine a comprar dólares, por lo que habrá mayor presión sobre el tipo de cambio.
De acuerdo con la experiencia reciente, esa olla a presión explotará el día después de las elecciones. El lunes 23 de octubre será para muchas cosas más importante que el día previo, cuando se hagan los comicios.
La paradoja envuelve al Gobierno. Aunque, por un lado, le sobran billetes -si se ve desde el punto de vista de la inflación-, por el otro, le faltan. A tal punto que Casa de Moneda tiene problemas para cumplir los contratos de suministro de billetes con el Banco Central.
Hay situaciones que si no fuesen dramáticas, podrían resultar graciosas. Hasta la semana pasada, había 800 millares de billetes argentinos repartidos en China, España y Brasil. En parte, eso se debe a que la imprenta del Estado tiene problemas para que su propio accionista le apruebe las importaciones. Es decir, Economía y el Banco Central no les dan los dólares.
El cepo cuesta. Por los problemas para conseguir autorizaciones de importación, un cargamento de papel para hacer billetes estuvo un mes parado en Aduana. Una parte se arruinó.
Los avatares del equipo económico recrudecen en un momento de máxima tensión en la cúpula. El miércoles pasado, Massa resolvió de forma unilateral dar marcha atrás con una decisión del Banco Central que afectaba a Mercado Pago, entre otras billeteras virtuales. El problema es que el Banco Central no está en manos del ministro de Economía, sino de Miguel Pesce, su presidente.
Pesce explotó de furia contra la decisión de Massa. Estuvo irascible durante algunos minutos y les pidió explicaciones a algunos directores. Entre otros, llamó a Pablo Carreras Mayer, que responde al ministro.
Al menos dos directores del BCRA se fueron a dormir esa noche y la del día siguiente, sin tener la certeza de que Pesce continuaría en el cargo.
Anteayer, Pesce empezó a resolver el tema con espíritu peronista. Le encargó estudiarlo a una comisión.
Llama la atención que la principal apuesta de Massa sea, también, la de Bullrich. De hecho, las últimas medidas del Gobierno levantaron la moral en Juntos por el Cambio.
Carlos Melconian huyó el viernes por la noche de la inundación en Nueva York, donde estuvo viendo fondos de inversión, bancos e intelectuales. Tenía motivos para el apuro. En tres días, su itinerario marcaba que debía salir de allí, aterrizar en Buenos Aires, pasar por Avellaneda para ver a Racing en el clásico y volar a Santiago del Estero para acompañar a Patricia Bullrich en el primer debate presidencial.
El ministro de Economía en caso de que Bullrich sea presidenta también está alcanzado por las paradojas. Según el resultado del debate, podría terminar esta noche lamentado, o festejando, junto a una hincha de Independiente (la propia Bullrich).
Melconian, Rodolfo Santángelo y Enrique Szewach forman parte de la tríada que nutrió a Bullrich de ideas económicas para el debate. Irá hoy con un norte definido: no hará menciones a propuestas o eslóganes de Milei como dolarización o motosierra, sino que apuntará frontalmente a poner en palabras simples su oferta al electorado. Dirá que irá de punta contra la inflación, reanudará el crédito, eliminará la incertidumbre y hará que las cosas valgan lo mismo por mucho tiempo.
El depositario de esas críticas será el ministro de Economía, Sergio Massa. Melconian, ocurrente en analogías políticas, echó a correr esta semana su última creación. Dice que Massa lleva un kilo de helado a 20 cuadras.
El helado es muy costoso, pero no está claro que llegue porque se puede derretir antes. La comparación apunta a la enorme cantidad de recursos que el ministro puso en la calle en los últimos días. La baja de ganancias, por ejemplo, se notará a partir del 1 de noviembre, cuando el dinero valdrá menos por la inflación. Será, además, un esfuerzo peligroso y sin sentido político si no logra colarse en el ballottage.
Dolarización con novedades
Las últimas decisiones de Massa confirman lo que Milei ya tiene decidido: ir hacia la dolarización. Emilio Ocampo trabaja en esa línea desde hace tiempo, pero aceleró el paso un mes y medio atrás. Tiene un equipo central compuesto por economistas, contadores y abogados para implementar el cambio de régimen monetario. Luego, hay otro grupo de consulta satelital.
El ascenso del dólar, en el calendario inicial del equipo libertario, no implicará la muerte inmediata del peso. El plan consiste en congelar desde el primer día la cantidad de pesos y a partir de allí establecer un nuevo tipo de cambio a valores de mercado. Luego, se dolarizaría el sistema financiero.
El fin del peso, en caso de que ocurra, depende de la velocidad con la que la gente canjee sus billetes. Un ejemplo: quien vaya a tomar un café que cuesta US$3, podrá pagarlo con dólares o con pesos al tipo de cambio equivalente, porque las cuentas serán en la moneda norteamericana.
Ocampo tiene bajo su mando otro tema ignominioso. Son los pasivos remunerados del Banco Central. Es un tema importante para las personas de a pie, porque del otro lado de esa discusión está quien ahorra en el sistema bancario y el depositante, en general.
Hoy, el Central está en un estado que se asemeja a la insolvencia, porque sus deudas son mayores que sus activos. Hay un esquema conceptual cada vez más instalado en el equipo de Ocampo. Para salir del atolladero de las Leliq, hay que capitalizar al Banco Central. La dolarización no alcanza.
En ese punto empieza a tallar el Ministerio de Economía: en el escenario que imagina Milei y su mesa más reducida, sería el encargado de garantizar un programa que conduzca al superávit fiscal y que la gente crea que eso durará en el tiempo.
Un Estado con recursos puede capitalizar a la entidad monetaria. Eso, que en la situación actual argentina está envuelto en una atmósfera quimérica, es el gran sueño del equipo libertario. Hay gente trabajando para cumplirlo.
Esta semana hubo reuniones clave para empezar a discutir un plan concreto de reducción del gasto público. El equipo de Milei se juntó, por ejemplo, con funcionarios del Banco Mundial que estudian desde hace tiempo en el tema. También hubo acercamientos a economistas vinculados con Juntos por el Cambio, pero que se mueven con autonomía. La cuestión fiscal no sabe de grietas o de tercios.
En cualquier caso, el Banco Central, entonces, tendrá un nuevo destino. Mantendrá funciones de regulación, pero perdería la posibilidad de imprimir dinero. Algo con características similares al Banco de España.
Ocampo adquirió mayor estelaridad pública luego de que Milei lo anunciara como futuro presidente del organismo monetario en caso de que gane las elecciones. La noticia sorprendió a todo el mundo, salvo al propio Ocampo, que tenía esa confirmación desde hacía meses. De hecho, el líder libertario se limitó a enviarle un mensaje de Whatsapp para avisarle que había dado a conocer lo que ya estaba resuelto.
La definición de la conducción del Banco Central aclaró el terreno para tomar otro tipo de decisiones. Darío Epstein, que había estado trabajando en una alternativa para enfrentar los pasivos remunerados del Central, soltó el tema. Epstein, sin embargo, se dedica ahora a una de las cosas que mejor le salen.
¿Es posible guardar un secreto que está a la vista de todos? La ciudad de Buenos Aires parece ser testigo de eso. Esta semana se hizo una reunión reservada con personajes influyentes del mundo financiero internacional en Recoleta, aunque casi nadie lo notó. Es infrecuente que lleguen al país en esa proporción y con tanta estelaridad. Hubo gente de JP Morgan y Jefferies, por caso.
Se trató de una exposición itinerante. El epicentro fue el Sofitel, pero un grupo elegido debía trasladarse hasta el quinto piso del Ministerio de Economía, donde los recibió el viceministro Gabriel Rubinstein. La cita estaba pautada a las 15 del miércoles.
Una hora y media más tarde, debían estar en el piso 8 de Bartolomé Mitre al 430. Son las oficinas porteñas del Banco Provincia. Los esperaba Agustín Alvarez, subsecretario de Finanzas de Axel Kicillof.
En el Sofitel hubo dos platos fuertes en el piso 18. Carlos Melconian abrió el encuentro a las 9 del último martes. Lo hizo en nombre del “equipo económico de Juntos por el Cambio”.
A las 14.30 les tocó a Gustavo Neffa y al propio Epstein, invitados por la bandera de La Libertad Avanza. Epstein y Neffa debieron responder preguntas sobre si tendrán la gobernabilidad necesaria para avanzar en reformas, cuál será el equipo de Milei, cómo piensan bajar el déficit y los detalles de la dolarización. Siempre se filtran consultas psicológicas sobre la personalidad de Milei. Los inversores quieren saber cómo es.
¿Por qué 20 de los bancos y fondos de inversión encararon el viaje a Buenos Aires con la expectativa de egresados que van a Bariloche? La respuesta es más sencilla de lo que parece. Hoy, los precios en el país están de remate, y podrían bajar aún más según el resultado de las elecciones. En otros términos, sería un buen momento para comprar.
Hay algunas muestras de eso. Xerox empezó en las últimas semanas a analizar la posibilidad de dejar su negocio aquí en manos de una gestión local. Del otro lado encontró interesados con documento argentino. Hay más versiones sobre salidas en empresas relacionadas con la tecnología que dependen de las importaciones.
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Pisa el freno el crecimiento de un sector estratégico
En marzo producía 649.000 barriles diarios de petróleo y hoy la actividad cae a 632.000
SOFÍA DIAMANTE
La desaceleración del crecimiento expone el potencial de Vaca Muerta
A raíz de la leve caída de la producción petrolera, se encendieron alertas sobre Vaca Muerta, punta de lanza de un sector estratégico de la economía argentina, particularmente en tiempos de crisis.
El pico de 649.000 barriles diarios de petróleo registrado en marzo de este año descendió en julio pasado a 632.000 unidades, lo que refleja un estancamiento en la actividad.
La caída se atribuye a la falta de insumos para operar, una inquietante incertidumbre en torno al precio de referencia y la imposibilidad de girar divisas al exterior, a lo que se suma el cuello de botella para evacuar el petróleo.
La desaceleración del crecimiento expone nuevamente la falta de incentivos del Estado para que Vaca Muerta alcance su potencial.
El sector petrolero registró en marzo pasado un pico de producción total de 649.000 barriles diarios. Desde entonces, hubo un estancamiento en la actividad y los últimos datos muestran un nivel de producción de 632.000 barriles, en julio pasado. La situación tiene varias explicaciones y, si bien no es una preocupación en la industria, la desaceleración del crecimiento expone nuevamente la falta de incentivos del Estado para que Vaca Muerta alcance su potencial.
Falta de insumos para operar, incertidumbre acerca del precio de referencia, imposibilidad de girar divisas al exterior y cuello de botella para evacuar el petróleo son algunas de las razones que mencionan los principales actores del sector para explicar la desaceleración de la industria. En el último periodo, además, hubo malos resultados en la perforación de pozos, según explicaron.
La situación no impedirá que este año Vaca Muerta aporte una buena noticia al Gobierno: por primera vez, luego de 10 años, la balanza comercial energética estará en equilibrio y no presionará sobre las escasas reservas del Banco Central. A partir del año próximo, además, el sector comenzará a sumar dólares al país por las menores importaciones de gas y las mayores exportaciones de petróleo. El ritmo del crecimiento y el tamaño de la generación de divisas, sin embargo, dependerá de las condiciones económicas que ofrezca el Estado.
Luego de perder las elecciones primarias, el Gobierno intervino en el mercado de combustibles y pactó con las empresas un congelamiento en los precios de la nafta y el gasoil hasta fines de octubre.
Si bien el mercado no está regulado, como sucede con las tarifas de gas y electricidad, todos los gobiernos inciden en los precios a través de YPF. De esta manera, el precio del litro de la nafta súper vale en promedio 70 centavos de dólares ($250), cuando su valor histórico promedio fue un dólar ($350 al tipo de cambio oficial).
Para lograr que los precios de los combustibles no suban, el Ministerio de Economía también intervino en el valor doméstico del barril de petróleo, que quedó fijo en US$56, muy por debajo de los US$65 que valía a fines de 2022. A cambio, el ministro Sergio Massa les ofreció a las petroleras posponer el pago de los derechos de exportación (retenciones) para marzo de 2024.
“Para la implementación de este acuerdo, el Gobierno había prometido el diferimiento del pago de los derechos de exportación a los productores a partir del año próximo y en cuotas sin interés, como un gesto de parte del Estado a los fines de poner su parte en el costo del acuerdo de precios. Sin embargo, esta parte no fue cumplida, considerando que en la resolución de AFIP 5414/2023 se establece una tasa de interés mensual de 5,91%. Si bien está muy por debajo de la inflación, faltan nuevamente a una promesa anunciada en la reunión para cerrar el acuerdo”, dice el último informe del consultor energético y exsecretario de Energía Daniel Montamat.
El “barril criollo” a US$56 también quedó muy por debajo del precio internacional del Brent, la cotización que se toma de referencia en la Argentina, que vale US$96. Si bien en el sector admiten que llevar el precio interno de la nafta y el gasoil a valores similares a los internacionales “es imposible” en este contexto de caída del poder adquisitivo, también advierten que el valor doméstico está lejos de ser competitivo para atraer inversiones.
“Las empresas no van a frenar la actividad, pero no va a haber desarrollo masivo con un precio del barril a US$56”, dice el analista de energía Nicolás Arceo, director de la Economía & Energía. “El precio bajo del crudo local le quita capacidad de inversión a YPF, la mayor operadora del mercado, y eso afecta a la baja el nivel de actividad y dificulta la producción”, agregó.
El ministro de Economía y candidato presidencial de Unión por la Patria, Sergio Massa, anunció esta semana un nuevo dólar especial para las exportaciones de petróleo. Al igual que el dólar soja, los petroleros podrán liquidar el 25% de las divisas generadas por la exportación al tipo de cambio del contado con liquidación (CCL), que actualmente cotiza arriba de $822.
“Venimos en récord de producción de gas y petróleo, de inversión en hidrocarburos. Pero con el resultado electoral alguno pensó que la incertidumbre le ponía un freno al sector. No queremos que se pare de generar empleo y perforar para producir”, apuntó Massa durante un acto en el oleoducto norte de Vaca Muerta, donde estuvo acompañado por los dirigentes neuquinos Omar Gutiérrez y Rolando Figueroa; y el senador rionegrino Alberto Weretilneck.
Sin embargo, el anuncio no beneficiará a YPF, ya que la petrolera con control estatal todavía no exporta petróleo, sino que toda su producción está destinada al mercado
Massa anunció un nuevo dólar especial para exportaciones de petróleo
En 2024, el sector comenzará a sumar dólares al país
La balanza comercial energética estará en equilibrio después de una década
interno. Por lo tanto, mientras que YPF registrará ingresos por la venta de su petróleo a un valor de US$56 el barril y un tipo de cambio de $350, las empresas exportadoras podrán vender una parte de su petróleo al exterior a más de US$80 y el 25% de este total se podrá liquidar a más de $822.
Este año, el sector exportó en promedio 119.000 barriles diarios, lo que equivale a un 19% de la producción total, según cálculos de Economía & Energía. Esta semana, YPF anunció que luego de una inversión de US$250 millones, se extendió la capacidad de transporte del oleoducto Vaca Muerta Norte a 160.000 barriles diarios. La estrategia de la petrolera estatal es empezar este año a exportar de manera regular petróleo para obtener los beneficios de sus pares y bajar la dependencia del mercado doméstico.
El Gobierno dice que el costo de las medidas está compensado
Lo dijo el titular de la Aduana, Guillermo Michel, quien también descartó una posible hiperinflación; criticas a Guzmán
El titular de la Dirección General de Aduanas (DGA), Guillermo Michel, aseguró ayer que el crecimiento de la recaudación superará el 148% anual y compensará el gasto de las últimas medidas anunciadas por el ministro de Economía, Sergio Massa, al tiempo que descartó un escenario de hiperinflación.
Consultado sobre el financiamiento de medidas como la eliminación del impuesto a las ganancias para la mayoría de los trabajadores o el reintegro del impuesto al valor agregado (IVA), Michel señaló que al día 28 de septiembre “la recaudación va a superar los $4,1 billones”.
“Sacando comercio exterior, que no es comparable porque el dólar soja tuvo en septiembre del año pasado un récord histórico de US$ 8.163 de liquidación, los impuestos van a crecer por arriba del 148% interanual con un crecimiento del IVA superior al 180%, en débitos y créditos del 128% y en la seguridad social de 125%”, precisó Michel esta mañana en diálogo con Radio Mitre.
A esto se le suma –indicó– los ingresos derivados “del impuesto PAÍS al pago de importaciones del exterior que da una recaudación adicional”.
De igual forma a la devolución implementada desde 2001 y hasta diciembre de 2016 que reintegraba 5% a través del pago con tarjetas de débito, señaló que el programa Compre sin IVA apunta a la “expansión de la base imponible al haber un mayor blanqueo de la economía”.
Al día de ayer –agregó– “13.794.591 personas accedieron al beneficio por $ 21.300 millones”.
Por otro lado, Michel descartó la posibilidad de una hiperinflación.
“Hay opiniones de economistas que han trabajado con candidatos de la oposición que son muy serios, como Martín Redrado, que han descartado de plano el escenario de hiperinflación y yo también la descarto”, señaló el funcionario.
Según Michel, la clave para bajar la inflación es afianzar “un proceso de acumulación de reservas que nos permita defender el valor de nuestra moneda”.
“El proceso de inflación más estable que tuvo la Argentina, sacando la realidad económica ficticia que generó la convertibilidad, fue entre 2003 y 2008 porque hubo superávit fiscal”, recordó.
Del mismo modo, también descartó que haya un “cepo a las importaciones”.
“Se está importando en un volumen que es importante a niveles históricos. Claramente hay una serie de compañías que prefieren trabajar con un stock mayor de mercadería para seguir con los procesos y, por la sequía y la faltante de dólares, no tenemos los dólares disponibles para ese nivel de stock”, indicó.
En ese marco, criticó la falta “de un trabajo profesional” por parte del exministro de Economía, Martín Guzmán, respecto del control de divisas.
“Nosotros como Gobierno nos tenemos que hacer cargo porque los dólares que faltan para una tuerca o un repuesto de una pyme también faltan porque durante dos años durante el Ministerio de Economía no se aplicaron los controles necesarios para evitar el festival de importaciones que hubo con maniobras de sobrefacturación de guantes de látex, maquinaria y aviones; y cautelares por US$ 3.000 millones”, sostuvo el titular de la Aduana.
Por último, se refirió a los acuerdos de precios de consumo masivo.
“Hay productos donde es más fácil llegar a un esquema razonable como medicamentos y prepagas donde son pocos proveedores o los combustibles, mientras que en otros sectores como consumo masivo es más difícil. Sabiendo eso, en lugar de simplemente ir sobre la oferta, fuimos sobre la demanda devolviendo el IVA de la canasta básica de manera directa al consumidor”, concluyó Michel.
El funcionario salió a hablar después de una semana en la que el Gobierno sumó dos malas noticias: la pobreza del 40,1% y el despunte del dólar blue que perforó el techo de los $800.
Esta semana también se cerró el ciclo de megaanuncios que hizo en forma diaria Massa, como parte de la campaña electoral. Ocurre que venció el plazo durante el cual los gobiernos pueden hacer anuncios oficiales.
A raíz de la leve caída de la producción petrolera, se encendieron alertas sobre Vaca Muerta, punta de lanza de un sector estratégico de la economía argentina, particularmente en tiempos de crisis.
El pico de 649.000 barriles diarios de petróleo registrado en marzo de este año descendió en julio pasado a 632.000 unidades, lo que refleja un estancamiento en la actividad.
La caída se atribuye a la falta de insumos para operar, una inquietante incertidumbre en torno al precio de referencia y la imposibilidad de girar divisas al exterior, a lo que se suma el cuello de botella para evacuar el petróleo.
La desaceleración del crecimiento expone nuevamente la falta de incentivos del Estado para que Vaca Muerta alcance su potencial.
El sector petrolero registró en marzo pasado un pico de producción total de 649.000 barriles diarios. Desde entonces, hubo un estancamiento en la actividad y los últimos datos muestran un nivel de producción de 632.000 barriles, en julio pasado. La situación tiene varias explicaciones y, si bien no es una preocupación en la industria, la desaceleración del crecimiento expone nuevamente la falta de incentivos del Estado para que Vaca Muerta alcance su potencial.
Falta de insumos para operar, incertidumbre acerca del precio de referencia, imposibilidad de girar divisas al exterior y cuello de botella para evacuar el petróleo son algunas de las razones que mencionan los principales actores del sector para explicar la desaceleración de la industria. En el último periodo, además, hubo malos resultados en la perforación de pozos, según explicaron.
La situación no impedirá que este año Vaca Muerta aporte una buena noticia al Gobierno: por primera vez, luego de 10 años, la balanza comercial energética estará en equilibrio y no presionará sobre las escasas reservas del Banco Central. A partir del año próximo, además, el sector comenzará a sumar dólares al país por las menores importaciones de gas y las mayores exportaciones de petróleo. El ritmo del crecimiento y el tamaño de la generación de divisas, sin embargo, dependerá de las condiciones económicas que ofrezca el Estado.
Luego de perder las elecciones primarias, el Gobierno intervino en el mercado de combustibles y pactó con las empresas un congelamiento en los precios de la nafta y el gasoil hasta fines de octubre.
Si bien el mercado no está regulado, como sucede con las tarifas de gas y electricidad, todos los gobiernos inciden en los precios a través de YPF. De esta manera, el precio del litro de la nafta súper vale en promedio 70 centavos de dólares ($250), cuando su valor histórico promedio fue un dólar ($350 al tipo de cambio oficial).
Para lograr que los precios de los combustibles no suban, el Ministerio de Economía también intervino en el valor doméstico del barril de petróleo, que quedó fijo en US$56, muy por debajo de los US$65 que valía a fines de 2022. A cambio, el ministro Sergio Massa les ofreció a las petroleras posponer el pago de los derechos de exportación (retenciones) para marzo de 2024.
“Para la implementación de este acuerdo, el Gobierno había prometido el diferimiento del pago de los derechos de exportación a los productores a partir del año próximo y en cuotas sin interés, como un gesto de parte del Estado a los fines de poner su parte en el costo del acuerdo de precios. Sin embargo, esta parte no fue cumplida, considerando que en la resolución de AFIP 5414/2023 se establece una tasa de interés mensual de 5,91%. Si bien está muy por debajo de la inflación, faltan nuevamente a una promesa anunciada en la reunión para cerrar el acuerdo”, dice el último informe del consultor energético y exsecretario de Energía Daniel Montamat.
El “barril criollo” a US$56 también quedó muy por debajo del precio internacional del Brent, la cotización que se toma de referencia en la Argentina, que vale US$96. Si bien en el sector admiten que llevar el precio interno de la nafta y el gasoil a valores similares a los internacionales “es imposible” en este contexto de caída del poder adquisitivo, también advierten que el valor doméstico está lejos de ser competitivo para atraer inversiones.
“Las empresas no van a frenar la actividad, pero no va a haber desarrollo masivo con un precio del barril a US$56”, dice el analista de energía Nicolás Arceo, director de la Economía & Energía. “El precio bajo del crudo local le quita capacidad de inversión a YPF, la mayor operadora del mercado, y eso afecta a la baja el nivel de actividad y dificulta la producción”, agregó.
El ministro de Economía y candidato presidencial de Unión por la Patria, Sergio Massa, anunció esta semana un nuevo dólar especial para las exportaciones de petróleo. Al igual que el dólar soja, los petroleros podrán liquidar el 25% de las divisas generadas por la exportación al tipo de cambio del contado con liquidación (CCL), que actualmente cotiza arriba de $822.
“Venimos en récord de producción de gas y petróleo, de inversión en hidrocarburos. Pero con el resultado electoral alguno pensó que la incertidumbre le ponía un freno al sector. No queremos que se pare de generar empleo y perforar para producir”, apuntó Massa durante un acto en el oleoducto norte de Vaca Muerta, donde estuvo acompañado por los dirigentes neuquinos Omar Gutiérrez y Rolando Figueroa; y el senador rionegrino Alberto Weretilneck.
Sin embargo, el anuncio no beneficiará a YPF, ya que la petrolera con control estatal todavía no exporta petróleo, sino que toda su producción está destinada al mercado
Massa anunció un nuevo dólar especial para exportaciones de petróleo
En 2024, el sector comenzará a sumar dólares al país
La balanza comercial energética estará en equilibrio después de una década
interno. Por lo tanto, mientras que YPF registrará ingresos por la venta de su petróleo a un valor de US$56 el barril y un tipo de cambio de $350, las empresas exportadoras podrán vender una parte de su petróleo al exterior a más de US$80 y el 25% de este total se podrá liquidar a más de $822.
Este año, el sector exportó en promedio 119.000 barriles diarios, lo que equivale a un 19% de la producción total, según cálculos de Economía & Energía. Esta semana, YPF anunció que luego de una inversión de US$250 millones, se extendió la capacidad de transporte del oleoducto Vaca Muerta Norte a 160.000 barriles diarios. La estrategia de la petrolera estatal es empezar este año a exportar de manera regular petróleo para obtener los beneficios de sus pares y bajar la dependencia del mercado doméstico.
El Gobierno dice que el costo de las medidas está compensado
Lo dijo el titular de la Aduana, Guillermo Michel, quien también descartó una posible hiperinflación; criticas a Guzmán
El titular de la Dirección General de Aduanas (DGA), Guillermo Michel, aseguró ayer que el crecimiento de la recaudación superará el 148% anual y compensará el gasto de las últimas medidas anunciadas por el ministro de Economía, Sergio Massa, al tiempo que descartó un escenario de hiperinflación.
Consultado sobre el financiamiento de medidas como la eliminación del impuesto a las ganancias para la mayoría de los trabajadores o el reintegro del impuesto al valor agregado (IVA), Michel señaló que al día 28 de septiembre “la recaudación va a superar los $4,1 billones”.
“Sacando comercio exterior, que no es comparable porque el dólar soja tuvo en septiembre del año pasado un récord histórico de US$ 8.163 de liquidación, los impuestos van a crecer por arriba del 148% interanual con un crecimiento del IVA superior al 180%, en débitos y créditos del 128% y en la seguridad social de 125%”, precisó Michel esta mañana en diálogo con Radio Mitre.
A esto se le suma –indicó– los ingresos derivados “del impuesto PAÍS al pago de importaciones del exterior que da una recaudación adicional”.
De igual forma a la devolución implementada desde 2001 y hasta diciembre de 2016 que reintegraba 5% a través del pago con tarjetas de débito, señaló que el programa Compre sin IVA apunta a la “expansión de la base imponible al haber un mayor blanqueo de la economía”.
Al día de ayer –agregó– “13.794.591 personas accedieron al beneficio por $ 21.300 millones”.
Por otro lado, Michel descartó la posibilidad de una hiperinflación.
“Hay opiniones de economistas que han trabajado con candidatos de la oposición que son muy serios, como Martín Redrado, que han descartado de plano el escenario de hiperinflación y yo también la descarto”, señaló el funcionario.
Según Michel, la clave para bajar la inflación es afianzar “un proceso de acumulación de reservas que nos permita defender el valor de nuestra moneda”.
“El proceso de inflación más estable que tuvo la Argentina, sacando la realidad económica ficticia que generó la convertibilidad, fue entre 2003 y 2008 porque hubo superávit fiscal”, recordó.
Del mismo modo, también descartó que haya un “cepo a las importaciones”.
“Se está importando en un volumen que es importante a niveles históricos. Claramente hay una serie de compañías que prefieren trabajar con un stock mayor de mercadería para seguir con los procesos y, por la sequía y la faltante de dólares, no tenemos los dólares disponibles para ese nivel de stock”, indicó.
En ese marco, criticó la falta “de un trabajo profesional” por parte del exministro de Economía, Martín Guzmán, respecto del control de divisas.
“Nosotros como Gobierno nos tenemos que hacer cargo porque los dólares que faltan para una tuerca o un repuesto de una pyme también faltan porque durante dos años durante el Ministerio de Economía no se aplicaron los controles necesarios para evitar el festival de importaciones que hubo con maniobras de sobrefacturación de guantes de látex, maquinaria y aviones; y cautelares por US$ 3.000 millones”, sostuvo el titular de la Aduana.
Por último, se refirió a los acuerdos de precios de consumo masivo.
“Hay productos donde es más fácil llegar a un esquema razonable como medicamentos y prepagas donde son pocos proveedores o los combustibles, mientras que en otros sectores como consumo masivo es más difícil. Sabiendo eso, en lugar de simplemente ir sobre la oferta, fuimos sobre la demanda devolviendo el IVA de la canasta básica de manera directa al consumidor”, concluyó Michel.
El funcionario salió a hablar después de una semana en la que el Gobierno sumó dos malas noticias: la pobreza del 40,1% y el despunte del dólar blue que perforó el techo de los $800.
Esta semana también se cerró el ciclo de megaanuncios que hizo en forma diaria Massa, como parte de la campaña electoral. Ocurre que venció el plazo durante el cual los gobiernos pueden hacer anuncios oficiales.
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
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