miércoles, 10 de abril de 2024

CUOTAS E INFLACIÓN


Caputo criticó a las prepagas y el sector justificó la suba
Solo en cuatro meses, los precios subieron hasta un 165% por efecto de la desregulación dispuesta en diciembre por decreto
Silvia StangLuis Caputo
“Las prepagas le están declarando la guerra a la clase media. Nosotros desde el Gobierno vamos a hacer todo lo que esté a nuestro alcance para defender a la clase media”. La frase fue publicada ayer, pasado el mediodía, por el ministro de Economía, Luis Caputo, en la red social X. No fue la primera referencia que hizo sobre el tema del incremento de las cuotas de los planes de salud. El viernes último, en una entrevista televisiva en TN, el funcionario, que no comunicó ninguna medida concreta sobre la cuestión, había advertido: “Se les recontra fue la mano”.
La reacción de las empresas no tardó en llegar. En la misma tarde de ayer, tres cámaras que nuclean a entidades del sector financiador, Cimara, Ademp y Cempra, emitieron un comunicado y expresaron que le pedirían ayer mismo una audiencia al ministro de Economía, Luis Caputo, “a fin de acercarle toda la información con la que se cuenta y que explica –entre otras situaciones– el desfinanciamiento al que fue sometido el sector durante años”.
En el escrito, los directivos advirtieron que la situación es de “extrema gravedad” y señalaron que su intención es “no polemizar a través de los medios, sino, por el contrario, abrir una mesa de trabajo y debate que le permita al Gobierno comprender la real situación del sistema de salud privado”. Agregaron que las prepagas no son formadoras de precios y que la inflación “cruza transversalmente todos nuestros costos”.
En los primeros cuatro meses del año los precios de los planes de salud se incrementaron entre un 135% y un 165% aproximadamente. Para mayo, algunas entidades comenzaron a comunicar en estos días que aplicarán subas cercanas al 10%.
Todos esos aumentos fueron y son posibles porque el decreto de necesidad y urgencia (DNU) 70, emitido por el presidente Javier Milei a pocos días de asumir, liberó totalmente los precios de los planes. Hasta diciembre de 2023 las cuotas solo podían subir hasta un porcentaje establecido por la Superintendencia de Servicios de Salud, que estaba basado en la variación de un índice de costos.
Esa regulación vigente hasta la llegada del actual gobierno habilitó una suba acumulada de 137% para todo el año pasado, en el que la inflación fue de 211,4%. Ese retraso fue uno de los argumentos utilizados por referentes de la actividad cuando, en diciembre mismo, comenzaron a comunicar a sus afiliados que aplicarían subas de 40% en enero.
A ese fuerte reajuste que efectivamente se cobró en el primer mes del año, se sumó otro de alrededor de 29% en febrero. Luego, hubo diferentes niveles de subas en marzo, que llegaron hasta el 23%, y otro reajuste este mes, que ronda entre el 15% y el 19%, en promedio.
Según las entidades, ese nivel de alzas, ubicado muy por arriba de la inflación, fue necesario para ir reajustando los ingresos frente las subas de costos. Los directivos afirman que en los últimos años el esquema de regulación dejó las cuotas retrasadas frente a las subas de precios de los bienes y servicios necesarios para la atención de la salud. Y hay cuestiones, agregan, como el encarecimiento de los combustibles y de las tarifas de la electricidad, que suman un impacto significativo.
De acuerdo con un informe hecho por Hugo Magonza, presidente de la Asociación Civil de Actividades Médicas Integradas (Acami), entre enero de 2012 y febrero de este año las cuotas de las prepagas subieron un 13.326%, mientras que los medicamentos se incrementaron un 26.476%; el índice general de precios al consumidor avanzó un 19.362%; el dólar oficial, un 19.364%, y los salarios del convenio de la sanidad, un 12.823%. El informe toma 2012 como punto de partida, porque fue el primer año completo con la ley de regulación del sector vigente.
La decisión del gobierno actual, que se formalizó con lo dispuesto mediante el DNU que fue ideado por Federico Sturzenegger y firmado por todo el gabinete, implicó una liberación total de los precios, sin gradualismos y sin topes. La reacción del ministro de Economía llega cuando ya se aplicaron aumentos, al amparo de esa desregulación establecida por el Poder Ejecutivo, durante cuatro meses. Y no se anunció, por ahora, ninguna medida concreta. Si bien Caputo señaló el viernes que “tuvimos una reunión por este tema de las prepagas”, fuentes empresarias indicaron que no hubo en los últimos días un encuentro con funcionarios del cual el sector haya participado institucionalmente.
Entre los directivos hay quienes interpretan que la reacción del ministro Caputo surge ahora a causa del impacto negativo en la opinión pública de las subas de las cuotas; el tema suele ser tendencia en redes sociales cada vez que los usuarios reciben notificaciones sobre las alzas. “Estamos seguros de que con un diálogo responsable y transparente se podrá llegar a acuerdos que contemplen la necesidad de todos los actores. El sector está dispuesto a acompañar –dentro de las reales posibilidades– los esfuerzos del Gobierno por resolver los problemas de fondo de nuestro país”, expresó el comunicado de las cámaras.
Los aumentos impactaron con especial fuerza entre los jubilados, que tuvieron sus ingresos congelados en enero y febrero (pese a que la inflación del bimestre fue de 36,6%), por lo que el peso de la cuota de las prepagas, para quienes tienen un plan contratado, se hizo mucho más significativo, medido como porcentaje de los haberes percibidos. Hubo, de hecho, varias medidas cautelares a favor de jubilados que reclama ron en la Justicia contra los aumentos.

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El mercado ahora ve la inflación en un dígito desde mayo
La anual estaría debajo de 200%; el pronóstico es previo a que Caputo dijera que estuvo en torno a 10% en marzo
Javier Blanco
Los analistas del mercado recalcularon a la baja sus pronósticos de inflación para este año por tercer mes consecutivo: ahora estiman que cerrará con un aumento del índice de precios al consumidor (IPC) del 189,4%, más de veinte puntos porcentuales (p.p.) por debajo del 210% anual que habían estimado hace un mes y 37,6 puntos menos que la que imaginaban cuando 2024 apenas arrancaba.
De concretarse, resultaría inferior en 22 puntos a la del 211,4% anual registrada el año pasado.
El reajuste deviene principalmente de la revisión a la baja que debieron hacer de las proyecciones para marzo, que podaron del 14,3% al 12,5%, y del ajuste del 12% al 10,8% que hicieron en promedio del pronóstico que tenían para abril.
Los datos surgen del Relevamientode Expectativas de Mercado (REM), la encuesta que mes a mes realiza el Banco Central (BCRA) y que esta vez se desarrolló entre los días 25 y 27 de marzo recabando opiniones de 37 participantes (24 consultoras y 13 bancos locales).
Tal vez por ello las proyecciones quedaron por encima del “anticipo” realizado a fin de la semana pasada por el ministro de Economía, Luis Caputo, sobre un porcentaje que habría estado “en torno al 10%” en marzo, índice que se conocerá oficialmente este viernes.
La encuesta también revela que el conjunto de participantes del REM ubicó sus previsiones de inflación núcleo en 179% para todo el año (-27,3 p.p. que el REM previo).
Así, los analistas confirman que ven que la inflación está y estará transitando una pendiente descendente mayor que la que esperaban hasta hace algunas semanas, lo que los obligó a readecuar sus proyecciones para los meses que siguen hasta pasada la mitad del año.
Se trata de un ajuste derivado de un menor “arrastre estadístico”, de los anuncios que hizo en las últimas semanas el Gobierno vinculados a la postergación de algunos de los ajustes tarifarios previstos (para tratar de asegurar ese proceso) y del impacto que la recesión tiene en la demanda de bienes y servicios en general, según confiaron algunos de los encuestados.
No en vano calculan que la actividad caerá entre 3,5% y 4,1% este año, a partir de la contracción del 3,8% que estiman se habría registrado durante el primer trimestre del año. Ese cuadro de estanflación se mantendrá durante el trimestre en curso, meses en que la economía caería otro 0,1%, aunque ya contenida por el “efecto cosecha”.
Así, el nivel de actividad recién comenzaría a recuperarse en el tercer trimestre, cuando el PBI rebotaría un 0,6 % trimestral.
Según la nueva curva de expectativas inflacionarias, la posibilidad de alcanzar una inflación mensual de un dígito llegaría en mayo, cuando se ubicaría entre 9,3% y 9%, según se consideran los pronósticos del top 10 (los encuestados que demostraron ser más fiables) o el promedio en general.
De allí en más seguiría una lenta pero sostenida tendencia a la baja, que haría que el IPC general se ubique entre un techo de 7,3% y un piso 6,2% entre agosto y septiembre.
Las proyecciones incluyen un supuesto de mayor estabilidad cambiaria, que queda reflejado en el pronóstico de una devaluación anual del 124% para el peso, la que resulta 26,8 puntos inferior a la que habían hecho en el REM previo.
Para los analistas, el dólar oficial podría cruzar los $1000 en junio (lo ven a $1003,3), momento en que empezaría a correr a una velocidad más próxima a la que tenga la inflación. Eso lo llevaría a cerrar el año a $1438,3 que, así y todo, es menor en $160 al valor que esperaban para entonces hasta hace un mes.
El REM muestra además que el mercado espera que las exportaciones (FOB) totalicen US$80.842 millones y las importaciones (CIF) US$65.162 millones, de lo que resultaría un superávit comercial por encima de los US$15.000 (lo calculan en US$15.680 millones).
A su vez, proyectan una tasa de desocupación abierta que se habría ubicado en 7,1% en el primer trimestre, pero treparía al 7,5% durante el trimestre en curso, nivel en que se mantendría con leves variaciones hasta fin de año.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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