jueves, 2 de mayo de 2024

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Seis series imperdibles sobre empleados, empleadores y espacios laborales
The Office en su versión norteamericana, con Steve Carell a la cabeza: un clásico de los entornos laborales
Martín Fernández Cruz
El trabajo, como muchos ámbitos, es fuente inagotable para la ficción. Empleados descontentos, jefes manipuladores y toda clase de alianzas y rivalidades fueron retratadas en innumerables historias que hicieron de esos espacios el eje del conflicto. En el Día del Trabajador, un repaso por grandes series que, en tono de sátira o en clave de drama, homenajean las muchas dinámicas que surgen en cualquier tipo de empleo.
The Office (nueve temporadas)
Es un lugar tan común como inevitable, pero The Office puede que sea el título que mejor retrató las dinámicas laborales en el marco de una oficina. Tomando como punto de partida la ficción inglesa homónima, cuya duración es de apenas 14 episodios, el productor Greg Daniels trasladó esa propuesta de tensas relaciones laborales y jefes políticamente incorrectos, a una pequeña oficina ubicada en un pueblo de Estados Unidos. Y como el esperanto, Daniels descubrió que las apagadas rutinas de oficina son un idioma universal y que en todos lados hay empleados aburridos, cotidianeidades grises, compañeros chupamedias y jefes insoportables. De ese modo, como reza el dicho, Daniels pintó su aldea para pintar el mundo.
The Office hace foco en una pequeña empresa papelera, que en una época en la que imprimir documentos es cosa del pasado, se revela como un dinosaurio en tiempos de autos voladores. En ese marco de posible extinción, los empleados hacen lo que pueden: algunos trabajan lo justo y necesario, otros matan las horas con bromas pesadas y uno o dos se entregan en cuerpo y alma a su tarea, mientras el jefe triunfa a pesar de sus propias torpezas. Bajo ese disparador, el éxito de esta ficción fue convertir lo que pudo ser un retrato cínico de la vida laboral en un desafile de personajes genuinos, entrañables, incómodos, de esos con los que el televidente disfrutar pasar el tiempo. Dwight, Jim, Pam o Michael, entre muchísimos otros, son criaturas televisivas extraordinarias que supieron reflejar los sentimientos y pensamientos (y frustraciones) de millones de empleados alrededor del mundo. Una obra maestra, y quizás una de las mayores comedias del siglo XXI. The Office está disponible en Netflix y Amazon Prime Video.
Severance (una temporada)

El espacio laboral como experimento social, y un planteo sobre qué tanto podemos disociarnos de un trabajo y su rutina. El eje de este relato gira alrededor de una oficina que somete a sus empleados a una amnesia total durante sus horas laborales. O sea que al momento de entrar en su puesto, cada trabajador olvida por completo quién era o como era su vida civil, pero cuando sale de allí, dicha persona recupera su memoria sin tener consciencia sobre aquello que sucedió en su empleo.
De esa forma, cada persona vive dos realidades que no se cruzan en su mente, casi como un homenaje a Eterno resplandor de una mente sin recuerdos, pero en clave proletaria. Según avanza la trama, como es de esperar, la propia identidad de un trabajador vence a esa deshumanización, y se filtra a pesar de los estrictos controles tecnológicos que manipulan esas amnesias parciales. Severance es un título mutante, que va a contracorriente de las modas, y que le exige al televidente ingresar a un mundo de absoluta paranoia. Disponible en Apple TV+.
ER Emergencias (quince temporadas)

Pocas series envejecieron también como ER Emergencias, una propuesta televisiva producida por Steven Spielberg y creada por Michael Crichton. Pionera en el rubro de las ficciones ambientadas en el mundo de la medicina, ER Emergencias hace una radiografía (nunca mejor dicho) sobre la vida de un variopinto equipo de profesionales de la salud, en la estresante rutina de una sala de atención primaria. Pacientes tiroteados, niños víctimas de accidentes o personas al borde de la muerte, el grupo de médicos debe aprender a hacer a un lado sus vidas personales en pos de esa vocación que los enorgullece, pero también los absorbe.
Inicialmente, los episodios no necesitaban mostrar la vida privada de estos protagonistas, porque en los pasillos de esa sala de emergencias es en donde surgía la verdadera naturaleza de cada uno de ellos, y por ese motivo dicho ámbito era el más ruco para explorar. Con el correr de los capítulos, los espectadores se acostumbraban, un poco como esos doctores, a convivir con historias que pocas veces tenían finales felices. Claro que también había espacio para otras escenas, que sin golpes bajos, lograban alcanzar grandes cuotas de emoción. ER Emergencias está disponible en Max.
Mad Men (siete temporadas)

Hay algo con respecto a embellecer los años 60 que resulta terriblemente seductor en Mad Men. Las aventuras de oficina, el salvaje mundo de la publicidad, los tragos y la despreocupada rutina de esos ejecutivos que vendían la felicidad en forma de aviso, es un imán inmediato para quienes sienten nostalgia por una época no vivida. Y aunque Mad Men seduce desde su cáscara, pronto muestra el lado más salvaje de esa época atravesada por un machismo imperante, y una notable desigualdad en casi todos los escalafones sociales.
Alrededor de la figura de Don Draper (Jon Hamm), el guionista Matthew Weiner refleja en ese mundo laboral, las miserias de una época que brilló mucho menos de lo pensado. Agobiado por un pasado del que supo huir, Draper encuentra una válvula de escape en la frívola vida de los publicistas, y en un trabajo de suculentas ganancias en el que solo triunfan los creativos de mayor intuición. Mad Men vende el mundo de la publicidad como un paraíso arruinado, del que irónicamente, varios hubieran querido formar parte. Disponible en Movistar TV.
Succession (cuatro temporadas)

En este punto es redundante subrayar la importancia de Succession para el mundo de las series. La ficción creada por Jesse Armstrong se sumerge en el seno de un poderoso multimedio informativo, para reflejar las tragicómicas miserias de la familia Logan. Un patriarca egocéntrico y megalómano (como mínimo), somete afectivamente a sus hijos y alimenta una rivalidad que devora a ese clan desde las entrañas, como una termita insaciable. En ese retrato familiar, de reuniones infinitas, roscas continuas y favores de ética dudosa, los hermanos Logan utilizan el espacio del trabajo como una arena de batalla, en la que pelean incansablemente por el amor del peor padre televisivo jamás imaginado. Succession disponible en Max.
High Fidelity (una temporada)

Inicialmente la idea de trasladar la sensibilidad masculina del libro de Nick Hornby, a una mujer como eje del relato, parecía una tarea imposible. Pero nada más lejos de la realidad. La serie Alta Fidelidad es una maravilla injustamente tapada, víctima de una cancelación prematura. Para los melómanos empedernidos, un local de venta de vinilos es el paraíso en la tierra, un lugar en el que debatir sobre discos imprescindibles, músicos inmortales y canciones que son himnos. Y esta ficción captura la esencia del libro homónimo, y redescubre el romanticismo intrínseco de las disquerías tradicionales. En la piel de esa versión femenina de Rob, Zoe Kravitz compone a una heroína del vinilo con la que resulta imposible no empatizar, al menos si alguna vez lloraste una traición amorosa (eso sí, con Elliot Smith sonando de fondo). Disponible en Star+.
De yapa: Cheers

Un clásico ochentoso, que como muchas series de ese período, incomprensiblemente no se encuentra en ninguna plataforma streaming. Sin embargo, al momento de repasar ficciones sobre trabajos, es imposible no destacar aquel bar que fue cuna de 275 episodios, cuya magia radicaba en que “todos recordaban tu nombre”.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/INDECQUETRABAJA

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