Apuntada por la Justicia, Cristina sube su nivel de exposición política
EL PLAN POLÍTICO DEL kIrChNErIsmO La expresidenta y su entorno están resignados a la ratificación del fallo condenatorio por la causa Vialidad; se aferran al ejemplo de Lula y al más reciente de Trump; y buscan polarizar con Milei
Mariano SpezzapriaCristina Kirchner, durante su recorrida por el conurbano sur el último viernes
Para Cristina Kirchner, seguir con altos niveles de protagonismo político parece ser la mejor garantía ante lo que supone un final anunciado en su periplo judicial. El mundo le ofrece, de hecho, dos ejemplos resonantes a seguir: Donald Trump acaba de ser elegido nuevamente presidente de los Estados Unidos pese a que tiene una condena y cuatro causas pendientes de fallo en su contra; Lula da Silva volvió al poder en Brasil luego de haber pasado una temporada en prisión y de que la Corte revocara una sentencia que el propio tribunal había emitido en tiempos de Jair Bolsonaro.
En la intimidad, la expresidenta prefiere compararse con Lula antes que con Trump. A tal punto que el miércoles una periodista y política brasileña, Manuela Dávila, quien participó de la defensa de Lula, será una de las oradoras de la “clase pública” que se hará en la puerta de los tribunales de Comodoro Py antes de que la Cámara Federal de Casación Penal difunda el fallo por la causa Vialidad. “CFK, el poder real y la mafia judicial: un caso de estudio de lawfare”, es la consigna de la convocatoria. “Pero Cristina no va a estar presente, no es necesario que vaya”, anticiparon a fuentes la nacion de su entorno.
No es casual que en el Instituto Patria hayan pensado en el formato de una clase pública para manifestar su rechazo al fallo que, con alta probabilidad, ratificará la condena a seis años de prisión para la expresidenta. Los mentores de la reaparición pública de Cristina, que levantó su perfil desde que decidió avanzar sobre la jefatura del PJ, idearon una recorrida simbólica por “los sectores afectados por la política de Milei”. Así, se la pudo ver en visitas a universidades, a fábricas pyme y a un centro de reciclado manejado por cartoneros. “El Presidente solo va a foros empresarios”, contraponen.
Por eso el miércoles, frente a Comodoro Py, hablarán el exprecandidato presidencial Juan Grabois, el ministro bonaerense Juan Martín Mena y la decana de la Facultad de Derecho de la Universidad Avellaneda, Anabella Luccardi, además de la brasileña Dávila, pero en rigor lo que quedará será la imagen de unos 500 estudiantes universitarios sentados ante los tribunales federales. La foto buscará emular las convocatorias que se multiplicaron en facultades de todo el país en medio del conflicto que enfrentó al Gobierno con las universidades, sus docentes y alumnos.
En el plano estrictamente judicial, Cristina Kirchner no tiene expectativas de que su situación actual cambie drásticamente. “No vemos con mucho auspicio lo que vaya a suceder de acá en adelante”, deslizó un colaborador directo de la exmandataria, quien no obstante objetó la investigación de la causa Vialidad porque –a su criterio– “se juzga la supuesta malversación de fondos de un organismo provincial (por Vialidad de Santa Cruz) hacia (el empresario Lázaro) Báez y no se entiende qué tiene que ver en eso la presidenta, cuando no tenía responsabilidad directa y los retornos no están comprobados”.
En la lectura política que hace el kirchnerismo, más allá de cómo siga el derrotero judicial de Cristina –cuya defensa apelará el fallo de cámara ante la Corte Suprema–, empiezan a verificarse algunas señales de que una porción de la sociedad considera que la expresidenta sufre una “persecución”, porque de otro modo –advierten– no se estaría registrando el crecimiento en las encuestas que, a juicio de sus seguidores, la convierten “en forma clara en la líder de la oposición” a la administración libertaria. El intencionado desembarco en el PJ le sirvió, en ese sentido, para levantar el perfil y volver a posicionarse.
“La doctora está activa. En los últimos dos meses ha tenido más contacto con la gente que el propio Milei en todo el año”, sostienen cerca de la expresidenta, donde dan por concluida la interna del PJ –tras la fallida elección contra el gobernador riojano Ricardo Quintela– y afirman que llegó el momento de “ampliar” las fronteras partidarias para sumar sectores y referentes que están siendo perjudicados por el rumbo económico del gobierno nacional. No descartan, incluso, que Cristina proyecte sus recorridas más allá del conurbano bonaerense, donde hasta el momento focalizó sus salidas al territorio.
Kirchner, no Menem
La expresidenta mantendrá su nivel de actividad en los próximos meses, más allá de lo que suceda en las causas judiciales que la tienen como investigada, procesada o –como en el caso de Vialidad– directamente condenada. Imbuida de la lógica de quien fuera su marido y socio Néstor Kirchner, no habría que esperar de Cristina un discreto pase al ostracismo como el que hizo Carlos Menem, sentado por años en una banca del Senado sin participar de los debates y aferrado a los fueros parlamentarios. Por el contrario, redoblará la apuesta para revalidar su liderazgo.
Ese camino es, como lo demostró Trump y antes lo hizo Lula, el más factible para ensayar una “defensa pública” ante lo que considera una campaña judicial en su contra. “Este idiota, que está contento porque ganó Trump, que aprenda de Trump, que es nacionalista, quiere que las industrias de su país paguen buenos salarios y que los trabajadores vuelvan a tener buenos salarios. ¡Que aprenda! No que repita como un mono relojero todas las cosas que dice sin ponerse a pensar un poquito”, arremetió Cristina contra Milei el viernes. Su conveniencia es, otra vez, la polarización.
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Entre la “persecución” y el “último clavo del cajón”
En la antesala del fallo de la Cámara de Casación Penal, el kirchnerista Parrilli y el liberal Espert se cruzaron a través de los medios
El enfrentamiento entre el kirchnerismo y los libertarios volvió a quedar expuesto ayer en un cruce de declaraciones entre el senador Oscar Parrilli y el diputado José Luis Espert, quienes plantearon posturas diametralmente opuestas sobre el futuro político de Cristina Kirchner y su delicada situación judicial.
Parrilli, uno de los dirigentes de mayor confianza de la expresidenta y titular del Instituto Patria, la base orgánica del kirchnerismo, dijo que “de acá a fin de año intentarán meterla presa” a Cristina para que no pueda ser candidata en las elecciones legislativas de 2025.
Al ser consultado sobre si la exmandataria piensa ser candidata el año que viene –ya que activó varias recorridas en la provincia de Buenos Aires con discursos políticos incluidos–, Parrilli se limitó a decir: “Si Cristina va a ser candidata es algo que va a decidir ella, lo comunicará como corresponde. No soy su vocero ni su intérprete”. Pero Parrilli fue menos esquivo a la hora de hablar sobre la situación judicial de su jefa política: “Estamos en vista de una confirmación segura del fallo, va a salir condenatorio y no descartamos que el macrismo, junto con los grupos económicos y medios, intenten proscribirla, hacer que la Corte antes de diciembre confirme el fallo, sacar la ley de ficha limpia y meterla presa a Cristina de acá a fin de año”.
No obstante, el senador por Neuquén, que fue secretario general de la Presidencia durante los tres mandatos presidenciales del kirchnerismo y también jefe de la AFI (actual SIDE), reconoció: “No sé si lo van a lograr, pero lo están intentando”.
En diálogo con AM750, Parrilli aseguró que en el juicio de la causa Vialidad no se comprobó la existencia de delito, algo en lo que la expresidenta insistió durante todo el proceso. En 2022, la Justicia la condenó a seis años de prisión por el delito de defraudación a la administración pública en el marco de obras públicas viales en Santa Cruz. “Se demostró la falsedad de la acusación, que las obras fueron realizadas, que no hubo sobreprecios, que se licitó, todo lo que se la acusó no existía. Se la condenó por una comunicación telefónica entre [José] López y [Lázaro] Báez. No estamos frente a un fallo judicial, estamos frente a una decisión política”, subrayó.
“En esa causa es imposible condenar a CFK porque no se comprobó la existencia del delito. Hay que condenar esta atrocidad jurídica que vamos a ver cuando estos personajes sumisos condenen a Cristina el próximo miércoles”, dijo.
Réplica oficialista
Más allá de las declaraciones de Parrilli, en las filas de La Libertad Avanza (LLA) no tardaron en pronunciarse sobre la situación de Cristina Kirchner. El encargado de hacerlo fue el diputado Espert, a quien el presidente Milei suele llamar “profe”. El legislador, que tiene ambiciones electorales en la provincia de Buenos Aires, desafió a Cristina Kirchner a que compita en los comicios legislativos de 2025 en territorio bonaerense.
En las elecciones del año pasado en el territorio históricamente dominado por el peronismo, los libertarios –cuya candidata fue Carolina Píparo– salieron segundos y Axel Kicillof terminó siendo reelegido gobernador. “Ahora tenemos una enorme chance”, consideró Espert, que tiene entre sus objetivos políticos competir por la gobernación bonaerense en 2027.
Convencido de un buen desempeño de LLA para las legislativas 2025 –en las que tiene chances de integrar la lista del oficialismo–, al diputado le consultaron si les resultaría cómodo a los libertarios que Cristina Kirchner se postulara a un cargo, a lo que respondió: “Me encantaría porque tenemos una enorme chance los liberales el año que viene de ganarle en la provincia, donde el kirchnerismo ha hecho su nido”.
En diálogo con Radio Mitre, Espert sumó: “Sería bárbaro que compita en 2025 para ganarle y, como ha dicho el Presidente, meterle el último clavo al cajón del kirchnerismo”. Así, retomó una frase que semanas atrás pronunció el mandatario y que generó rechazos por parte de la oposición.
Durante una entrevista, Milei se había metido en la interna del PJ, que enfrentó a Cristina con el gobernador riojano, Ricardo Quintela, y dijo que le “encantaría poner el último clavo al cajón del kirchnerismo”. Luego la propia expresidenta le envió un mensaje por la red social X criticando sus dichos y su gestión socioeconómica. Eso derivó en un tenso cruce entre ambos.
“La libertad le va a ganar a Cristina Kirchner, va a arrasar al kirchnerismo en la provincia. Queremos liberarla del maldito kirchnerismo, que la ha convertido en una gigantesca villa miseria”, arremetió Espert, siguiendo la línea de Milei.
El cruce entre Parrilli y Espert ratificó, en los hechos, la intención de ambos espacios políticos de polarizar la elección del año próximo, como una forma de sacar de la cancha a otras fuerzas de oposición.
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