Huerta de Soto. El maestro “austríaco” que se convirtió en el guía de Milei desde España
El catedrático es una celebridad para los libertarios; asistió a una de sus charlas, que se han poblado de argentinos
Texto Iván RuizLas clases de Huerta de Soto son un decálogo de los principios libertarios
Las cámaras ya están encendidas. Los teléfonos apuntan a Jesús Huerta de Soto para filmar su clase magistral. Empresario madrileño, doctor en Economía, es un prócer de la Escuela Austríaca que se convirtió en un fenómeno viral en la pandemia, cuando sus excéntricas exposiciones lograron millones de reproducciones en YouTube. Un desconocido Javier Milei miraba esas clases para perfeccionar sus conocimientos sobre anarcocapitalismo. Años después, cuando asumió como presidente, el libertario citó al español como uno de sus mentores en su primer discurso ante el Congreso.
La admiración ya dejó de ser platónica: maestro y discípulo se conocieron personalmente y afianzaron la relación desde la fascinación mutua. Si Huerta de Soto es la guía, Milei es el único líder que ha logrado poner en la práctica una doctrina creada a finales del siglo XIX.
La comunicación entre ellos fluye por el WhatsApp del economista alemán Philipp Baus, ayudante del español. Chatean sobre la inflación argentina, los planes para dolarizar y la base monetaria del Banco Central. “Como hacen los médicos y los abogados con sus pares, Milei suele pedirles opinión sobre economía”, dijo un testigo de esos intercambios.
Huerta de Soto, 67 años, ya se subió al escenario. Traje azul, corbata roja y pañuelo blanco. invitado especial, está en primera fila. Es una clase de la Maestría en Economía Austríaca pero no habrá, durante los siguientes 90 minutos, ni un solo número anotado en el pizarrón.
También se sienta en primera fila Alejandro Nimo, agregado de Comercio Internacional de la Embajada Argentina en España. “Estamos en la meca del anarcocapitalismo”, dice, orgulloso. Sobre su banco, como el de los 50 alumnos que se preparan, descansa un tomo de La acción humana, un tratado económico de 1067 páginas conocido como “la biblia libertaria”, que será citada a pasajes por el profesor.
El tema: la pirámide de Friedrich Hayek. Huerta de Soto explica que el autor le atribuye a la economía el grado de máxima complejidad entre todas las ciencias que puede estudiar el ser humano. Grita, camina de un lado a otro, baja del escenario y hasta imita el aleteo de un pájaro para que sus alumnos lo entiendan: siempre hace falta una teoría –dice– para darle sentido al conocimiento, aunque la mayoría de las veces el resultado puede ser “trágico”.
“¿Qué es lo que pasa? Que la inmensa mayoría de la gente dispone de teorías falsas, teorías absolutamente erróneas. Burdas ideologías que los llevan a interpretar el mundo al revés”, lanza en una frase que en la Argentina podrían ser atribuidas a Milei.
Si YouTube popularizó sus clases, el desembarco de Milei en la Casa Rosada multiplicó sus alumnos: este año se abrió una lista de espera porque su maestría completó todos los cupos, cuentan fuentes académicas. La Argentina, además, se volvió un tópico recurrente para el profesor español.
Nuestro país es el primero que pretende aplicar las recetas de esta escuela económica ultraliberal, lo que despierta la continua atención de esta cofradía de “austríacos”, que sus detractores califican como una “secta”. Por eso, personajes hasta ahora desconocidos para el público europeo son ejemplos habituales de estas clases.
“En el orden más complejo de las ciencias, todo quisqui tiene su opinión: (Sergio) Massa, el papa Francisco, el doctor (Pedro) Sánchez, ¡por Dios!”, grita el economista, que engalana la voz para referirse al presidente español.
“¿Usted quiere que se suba el salario mínimo? Sí, sí. ¿Usted qué cree que hay que hacer con esto otro? Es tan compleja la sociedad que realmente podemos entender muy poco. Paradójicamente, esto da pie a que cada uno tenga su opinión para solucionar los problemas del mundo”. Suelta frases que cualquier libertario podría reconocer como “papá Estado” o “la batalla contra el estatismo”.
La clase se sumerge en la pirámide de Hayek, pura teoría científica, un postulado con casi un siglo de antigüedad. Aparece algún bostezo aislado y susurros entre los alumnos del fondo; el tema se torna repetitivo, pero el profesor hace lo imposible por sostener la atención. Y lo logra.
Una escena difundida en YouTube se repite en sus clases: toma un billete de 10 euros de su billetera y lo rompe en pedacitos ante la sorpresa de los más jóvenes. “Usted, ¿por qué se ríe? Pero si esto es una mierda. Es un trozo de papel, un pedazo de celulosa con un poco de tinta. ¿Por qué se ponen nerviosos?”, provoca. Y se sube a un pupitre para lanzar los papelitos al aire ante las risas de los estudiantes.
El dinero –asegura– tiene un valor subjetivo, aunque en su caso personal esos 10 euros representan poco y nada. Huerta de Soto es uno de los 350 españoles más ricos, según el ranking del diario El Mundo. Es propietario de España SA, una aseguradora que heredó de su abuelo, una compañía que maneja activos por 800 millones de euros. La empresa cuenta con más de 30 inmuebles, la mayoría en Madrid y Lisboa, que le aportaron una renta de 10 millones de euros en 2022, según el medio.
Huerta de Soto se deslumbra con Milei: dice que es el político libertario ideal y que, cuando termine su gestión, debería recibir el Premio Nobel de Economía, como el propio presidente postuló hace un tiempo.
“Se ha convertido en un modelo. Porque él, como economista consumado, ha sido capaz de darse cuenta con humildad de que solo se puede entender el mundo que nos rodea siguiendo el enfoque dinámico, empresarial y creativo de la Escuela Austríaca. Hoy nos toca rendir homenaje a un hombre que no tiene miedo, que no duda en inmolarse en su sed por cambiar el mundo”, dijo en junio en su discurso frente a Milei.
Huerta de Soto termina la clase agitado y vuelve a su despacho. Se sienta en su escritorio y pone música clásica en su radio portátil. Si su cátedra es una referencia para los libertarios del mundo entero, su despacho se ha convertido en una escala obligada para algunos funcionarios argentinos.
Hasta acá llegó el martes la ministra Sandra Pettovello, para reunirse con el mentor de Milei. La foto se colgó en la cuenta del Ministerio de Capital Humano para que circule en las redes, terreno fértil para los libertarios.
Caminar en su despacho es una prueba de equilibrio. Se trata de dar pasos entre decenas de libros; manuales de economía y separatas de su autoría ordenados en el suelo, que reparte al primer curioso que aparezca. Asoma en su escritorio un pequeño busto del economista austríaco Ludwig von Mises, el autor de la “biblia libertaria”, estatua que lleva a sus clases de los miércoles.
-¿Se pueden aplicar las teorías de la economía austríaca en un contexto como el argentino? –pregunta
-¿Y a mí qué me importa eso? Yo me muevo en el mundo de las ideas. Eso es lo único que me importa –responde.
Las paredes están atestadas de fotos con economistas. Los nombra de memoria, sin tomar aire, como si fuera la formación de su querido Real Madrid. Desde la comodidad de su sillón cuenta que, aunque no le gusta moverse de España, viajará a la Argentina el próximo abril. “Sería ingrato rechazar la invitación, porque tú no te imaginas los miles de mensajes que me llegan desde Argentina. Desde que ganó Milei, me escribe muchísima gente para agradecerme”. Aceptó la invitación de la Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas, que le entregará un honoris causa en Buenos Aires. Milei está invitado.
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Misiones. La red de opacos negocios que complica al poder local
El gobierno local repartió gratuitamente un producto con efectos nocivos; el operativo le habría costado $500 millones al Estado
Camila Dolabjian Enviada especialAgrosustentable, la empresa de la polémica, y su presidente, Joaquín Basanta
POSADAS. (De una enviada especial).– Por impulso del hombre fuerte de la provincia, Carlos Rovira, el gobierno de Misiones distribuyó gratuitamente un producto que tuvo efectos tóxicos y, según la oposición, le habría costado $500 millones al Estado. El caso forma parte de un entramado de oscuros negocios de distintos rubros que tienen como protagonista a Ramiro Rovira, el hijo mayor del mandamás provincial.
El primer unicornio de la tierra colorada. Esa es la definición con la que Carlos Rovira, jefe indiscutido del poder político de Misiones desde hace casi tres décadas, bautizó a la empresa Agrosustentable, una compañía productora de bioinsumos que tuvo un estrepitoso crecimiento al mismo tiempo que comenzó a hacer negocios con el Estado. De su fábrica en Posadas salieron miles de litros de un bioherbicida que, con el sello de distribución gratuita del gobierno provincial, se entregaron a los colonos agricultores de yerba, tabaco, té y otros cultivos, con efectos inesperados y potencialmente tóxicos. Lo que inquietó a la cúpula de la Renovación, el partido de Rovira, es que detrás del caso se esconden decisiones gubernamentales y relaciones comerciales que involucran a la familia del líder misionero. Detrás, un grupo de amigos empresarios del hijo de Rovira que hacen negocios con el gobierno y muestran un estilo de vida privilegiado.
Agrosustentable fue fundada en 2015 por seis personas, entre las cuales se encuentran Joaquín Basanta y Óscar Arellano, rector de la Universidad Nacional de Catamarca. Cuando inauguró su planta de producción en el parque industrial de la capital misionera, tuvo como principal asistente a Carlos Rovira. Se sentó a la derecha de Basanta, el actual presidente de la sociedad. Basanta es un joven oriundo de la provincia de Buenos Aires que, con 36 años, ya forma parte de por lo menos 11 empresas y tiene patrimonio suficiente como para realizar gastos en tarjeta por cerca de US$200.000 por mes en el último año, según registros crediticios. Entre las marcas y sociedades que inscribió se encuentra una que es de especial interés: Incertidumbre. La base de datos del Instituto de la Propiedad Industrial arroja que él y Ramiro Rovira, el hijo mayor del exgobernador, de 28 años, son los titulares de esta marca fundada para la realización de eventos, entre otros fines.
Basanta y Rovira están unidos por la amistad. En su círculo conviven otros empresarios que comparten viajes al exterior, fiestas en Punta del Este, autos deportivos de lujo y contratos con el gobierno misionero. Socio de Basanta también es Augusto Marini, otro joven empresario, de 28 años, dueño de Alegra Med, la empresa que provee el servicio de medicina online, turnos y gestión a la provincia. Los misioneros, para atenderse, deben bajarse la aplicación de la compañía de Marini.
Junto con Basanta tienen una empresa llamada IWP SA, fundada hace dos años con actividad principal de captación, depuración y distribución de agua. Marini, individualmente, tiene un grupo empresario llamado Cale Group y, entre otros negocios, es el inversionista detrás de los streamings Blender y Carajo.
Otro socio y conocido del grupo de Ramiro Rovira es Ulises Bestard, con quien el hijo del líder político tiene una marca de anteojos llamada Dignos, en la que sus amigos habrían invertido miles de dólares. En la apertura de sesiones de este año, el gobernador Hugo Passalacqua -exesposo de Viviana Rovira, prima de Carlos Rovira- anunció que Dignos comenzaría a producir sus armazones y ópticas en el Parque Industrial de Posadas. Los mencionados frecuentan una impresionante casa en Miami en la que descansa, entre otros vehículos, un Lamborghini.
Quienes han ido a ese inmueble aseguran que se la presentaban como propiedad de los Rovira, y que incluso no les permitían sacar fotografías. En las fiestas que organizan en el balneario oriental del Uruguay sí se pueden sacar fotos. Retrataron varias Ferrari estacionadas en la puerta, a políticos y a celebridades.
Rovira, de 68 años, fue gobernador entre 1999 y 2007, cuando fracasó en su intento de reformar la Constitución e instaurar la reelección indefinida. Aun así, se refugió en la Cámara de Representantes, desde donde digitó a todos los gobernadores que asumieron desde entonces. Actualmente es legislador provincial. Su equipo de comunicación no respondió las consultas para esta nota.
Los vínculos de amistad, poder y negocios del Estado con socios del hijo de Rovira revolvieron el avispero por el excéntrico estilo de vida que llevan los involucrados, y ocurrió por un escándalo en particular: el caso del herbicida distribuido gratuitamente por el gobierno sin aprobación de las autoridades nacionales para ese fin, con efectos prácticamente nulos en matar las malezas, pero que tuvo consecuencias negativas para la fauna alrededor. La decisión de distribuir ese producto ocurrió mientras el gobierno prohibía el uso del glifosato, el herbicida más utilizado. El bioinsumo ofrecido por el gobierno venía a reemplazar al producto más difundido en el agro. Pero salió mal.
La historia tiene su origen el 19 abril de 2023, cuando el entonces gobernador, Oscar Herrera Ahuad, firmó un decreto por el cual se instruyó a los ministerios de Salud Pública, del Agro y la Producción, y de Ecología y Recursos Naturales Renovables a llevar adelante todas las acciones y emitir todos los actos administrativos necesarios para evaluar y, de corresponder, aprobar la solicitud de autorización de Agrosustentable
para el uso del Bioherb como herbicida de contacto en la provincia. Esos ensayos, que suelen demorar meses o años, fueron resueltos tan solo 48 horas después
La caja del producto
El 21 de abril el ministro de Ecología y Recursos Naturales Renovables, Víctor Kreimer, autorizó a la empresa a usar el producto Esten 80 como herbicida, “en base a los satisfactorios resultados obtenidos en los ensayos realizados por el Ministerio de Agro y Producción y a iniciar la fase experimental del producto Bioherb en la provincia”. Lo que no aparece explícitamente en esa resolución es que el Bioherb era, en realidad, es el Esten 80.
Al día siguiente, 22 de abril, Rovira fue el expositor principal en la presentación de Agrosustentable en el parque industrial. Al lado estaba sentado Basanta y unas sillas al costado, Ramiro Rovira. Allí dijo: “Nació una startup y yo no tengo dudas de que esta startup, Agrosustentable, tiene destino de unicornio [...] Ahí está un producto inmediatamente asimilable y muy fácil de aplicar, total y absolutamente orgánico, y no solo a la salud, el impacto va a ser a la plusvalía, que significa al agricultor, al hortelano que está produciendo. Nuestro ministerio está capacitado, como lo ha hecho el gobernador con este decreto, para certificar institucionalmente el uso y la validez de este producto. Les va a permitir a los agricultores tener un respaldo institucional”.
¿Qué había dentro de la caja del herbicida? Un insecticida no producido en tierra misionera. El Esten 80 es un insumo orientado a matar bichos y ácaros en las plantaciones y no se hace en la Mesopotamia, sino en Tucumán. La empresa que lo fabrica se llama Tensac SH y tiene sede en San Miguel de Tucumán. Cuando el periodista Matías Longoni, del portal Bichos de Campo, publicó esta información, la cúpula política de la provincia lo acusó de divulgar fake news se presentó en la empresa, en el parque industrial, y encontró, en la parte exterior del galpón donde presuntamente se produce el Bioherb, por lo menos 30 contenedores de Esten 80, con registro de la marca tucumana y certificación del transporte de una provincia a la otra.
Frente a la visita un gerente de la empresa, de nombre Francisco, dijo que ese producto no era utilizado para el Bioherb, ya que era un insecticida. Sin embargo, este medio accedió a documentación del Senasa, solicitada por el diputado provincial Miguel Núñez, que da cuenta de dos hechos claves. Primero, confirma que el Bioherb era, de hecho, el Esten 80 tucumano. Esto quiere decir que se distribuyó un herbicida como insecticida. Lo segundo: el director nacional de Protección Vegetal, Diego Quiroga, confirmó el 8 de noviembre que el insumo no contaba con aprobación del Senasa ni poseía clase de uso como herbicida. Y añadió: “La empresa Agrosustentable SA no posee registros de sustancias activas ni productos formulados fitosanitarios bajo su titularidad, por lo que los productos fitosanitarios que distribuya deben estar identificados con sus rótulos aprobados a nombre de las empresas titulares de los registros, no pudiendo contener el logotipo del Senasa”.
No solamente el producto se distribuyó como algo que no era, sino que se repartió a los productores de manera gratuita, en manos del gobierno, en tiempos de campaña, y con un packaging que deja a la empresa y al Estado provincial sujetos a posibles infracciones. se hizo de varias de las cajas repartidas y detectó que contienen el logo del Senasa, sin la aprobación del producto por parte del organismo. Además, no contienen el nombre de la empresa productora en Tucumán y subrayan: “Hecho en Misiones, Argentina”.
La procedencia de Tucumán
A medida que los productores probaban el herbicida se multiplicaron las historias de sus problemas. Los colonos no lo querían utilizar por cuatro razones: según las indicaciones, había que colocar el producto al mediodía, algo que es inhumano pedirles a los trabajadores debido al calor y al sol; debe aplicarse cada 15 a 30 días, algo que insume mano de obra más intensiva que el glifosato, que se rocía una vez por año; debe rebajarse al 30%, lo que implica utilizar mucho más producto que el glifosato, que es al cerca de 1%, y genera problemas de aplicación ya que las bolsas contienen coágulos que traban las mochilas con las que se aplica el producto en las parcelas.
Si presentaba tantos inconvenientes, ¿por qué lo usaron en primera instancia? La razón es la misma por la que el gobierno comenzó a distribuir, y genera sospechas sobre el involucramiento de Rovira en beneficiar a la empresa no solo a través de la adquisición del producto por parte del gobierno, sino también por la aprobación de la ley que pretendía prohibir el uso del glifosato a partir de julio del año que viene.
En julio de 2023, tres meses después de que se autorizara el Bioherb a la sociedad del amigo del hijo de Rovira, se aprobó la norma promovida por el propio Rovira, llamada ley de promoción de la producción de bioinsumos.
El producto fue distribuido por el gobierno misionero. La oposición argumenta que se compró utilizando fondos provinciales y nacionales, provenientes del fondo especial del tabaco, por unos $511 millones, pero la resolución que aprueba esa adquisición no específica qué producto se compraría. consultó a Agrosustentable, que respondió que no se lo vendieron al sector público, ya que no tenían habilitada la comercialización. Entonces, ¿lo regalaron?
En la compañía transmitieron: “Estamos en etapa de investigación. Se está probando. No se vendió. No podía salir a la venta y surgieron problemas. No hubo transacciones y no hay una factura que pruebe lo contrario. Sin embargo, somos proveedores y le vendimos al Estado provincial los otros productos como el Bioinsect. Se hicieron pruebas en algunos campos de Misiones porque el gobierno tiene la intención de ser una provincia más ambiental”. Sobre la relación entre Rovira y el presidente, Basanta, comentaron: “Cuando nos instalamos en la provincia, se gestó una buena relación con el hijo de Rovira y armaron una marca”.
El caso fue llevado a los tribunales federales en Comodoro Py por el diputado provincial Núñez (Pro) y el juez federal Ariel Lijo la archivó el 1° de octubre pasado. Poco antes, el 6 de agosto, el gobierno de Passalacqua postergó por decreto hasta 2030 la fecha a partir de la cual se prohíbe el uso de glifosato
POSADAS. (De una enviada especial).– Por impulso del hombre fuerte de la provincia, Carlos Rovira, el gobierno de Misiones distribuyó gratuitamente un producto que tuvo efectos tóxicos y, según la oposición, le habría costado $500 millones al Estado. El caso forma parte de un entramado de oscuros negocios de distintos rubros que tienen como protagonista a Ramiro Rovira, el hijo mayor del mandamás provincial.
El primer unicornio de la tierra colorada. Esa es la definición con la que Carlos Rovira, jefe indiscutido del poder político de Misiones desde hace casi tres décadas, bautizó a la empresa Agrosustentable, una compañía productora de bioinsumos que tuvo un estrepitoso crecimiento al mismo tiempo que comenzó a hacer negocios con el Estado. De su fábrica en Posadas salieron miles de litros de un bioherbicida que, con el sello de distribución gratuita del gobierno provincial, se entregaron a los colonos agricultores de yerba, tabaco, té y otros cultivos, con efectos inesperados y potencialmente tóxicos. Lo que inquietó a la cúpula de la Renovación, el partido de Rovira, es que detrás del caso se esconden decisiones gubernamentales y relaciones comerciales que involucran a la familia del líder misionero. Detrás, un grupo de amigos empresarios del hijo de Rovira que hacen negocios con el gobierno y muestran un estilo de vida privilegiado.
Agrosustentable fue fundada en 2015 por seis personas, entre las cuales se encuentran Joaquín Basanta y Óscar Arellano, rector de la Universidad Nacional de Catamarca. Cuando inauguró su planta de producción en el parque industrial de la capital misionera, tuvo como principal asistente a Carlos Rovira. Se sentó a la derecha de Basanta, el actual presidente de la sociedad. Basanta es un joven oriundo de la provincia de Buenos Aires que, con 36 años, ya forma parte de por lo menos 11 empresas y tiene patrimonio suficiente como para realizar gastos en tarjeta por cerca de US$200.000 por mes en el último año, según registros crediticios. Entre las marcas y sociedades que inscribió se encuentra una que es de especial interés: Incertidumbre. La base de datos del Instituto de la Propiedad Industrial arroja que él y Ramiro Rovira, el hijo mayor del exgobernador, de 28 años, son los titulares de esta marca fundada para la realización de eventos, entre otros fines.
Basanta y Rovira están unidos por la amistad. En su círculo conviven otros empresarios que comparten viajes al exterior, fiestas en Punta del Este, autos deportivos de lujo y contratos con el gobierno misionero. Socio de Basanta también es Augusto Marini, otro joven empresario, de 28 años, dueño de Alegra Med, la empresa que provee el servicio de medicina online, turnos y gestión a la provincia. Los misioneros, para atenderse, deben bajarse la aplicación de la compañía de Marini.
Junto con Basanta tienen una empresa llamada IWP SA, fundada hace dos años con actividad principal de captación, depuración y distribución de agua. Marini, individualmente, tiene un grupo empresario llamado Cale Group y, entre otros negocios, es el inversionista detrás de los streamings Blender y Carajo.
Otro socio y conocido del grupo de Ramiro Rovira es Ulises Bestard, con quien el hijo del líder político tiene una marca de anteojos llamada Dignos, en la que sus amigos habrían invertido miles de dólares. En la apertura de sesiones de este año, el gobernador Hugo Passalacqua -exesposo de Viviana Rovira, prima de Carlos Rovira- anunció que Dignos comenzaría a producir sus armazones y ópticas en el Parque Industrial de Posadas. Los mencionados frecuentan una impresionante casa en Miami en la que descansa, entre otros vehículos, un Lamborghini.
Quienes han ido a ese inmueble aseguran que se la presentaban como propiedad de los Rovira, y que incluso no les permitían sacar fotografías. En las fiestas que organizan en el balneario oriental del Uruguay sí se pueden sacar fotos. Retrataron varias Ferrari estacionadas en la puerta, a políticos y a celebridades.
Rovira, de 68 años, fue gobernador entre 1999 y 2007, cuando fracasó en su intento de reformar la Constitución e instaurar la reelección indefinida. Aun así, se refugió en la Cámara de Representantes, desde donde digitó a todos los gobernadores que asumieron desde entonces. Actualmente es legislador provincial. Su equipo de comunicación no respondió las consultas para esta nota.
Los vínculos de amistad, poder y negocios del Estado con socios del hijo de Rovira revolvieron el avispero por el excéntrico estilo de vida que llevan los involucrados, y ocurrió por un escándalo en particular: el caso del herbicida distribuido gratuitamente por el gobierno sin aprobación de las autoridades nacionales para ese fin, con efectos prácticamente nulos en matar las malezas, pero que tuvo consecuencias negativas para la fauna alrededor. La decisión de distribuir ese producto ocurrió mientras el gobierno prohibía el uso del glifosato, el herbicida más utilizado. El bioinsumo ofrecido por el gobierno venía a reemplazar al producto más difundido en el agro. Pero salió mal.
La historia tiene su origen el 19 abril de 2023, cuando el entonces gobernador, Oscar Herrera Ahuad, firmó un decreto por el cual se instruyó a los ministerios de Salud Pública, del Agro y la Producción, y de Ecología y Recursos Naturales Renovables a llevar adelante todas las acciones y emitir todos los actos administrativos necesarios para evaluar y, de corresponder, aprobar la solicitud de autorización de Agrosustentable
para el uso del Bioherb como herbicida de contacto en la provincia. Esos ensayos, que suelen demorar meses o años, fueron resueltos tan solo 48 horas después
La caja del producto
El 21 de abril el ministro de Ecología y Recursos Naturales Renovables, Víctor Kreimer, autorizó a la empresa a usar el producto Esten 80 como herbicida, “en base a los satisfactorios resultados obtenidos en los ensayos realizados por el Ministerio de Agro y Producción y a iniciar la fase experimental del producto Bioherb en la provincia”. Lo que no aparece explícitamente en esa resolución es que el Bioherb era, en realidad, es el Esten 80.
Al día siguiente, 22 de abril, Rovira fue el expositor principal en la presentación de Agrosustentable en el parque industrial. Al lado estaba sentado Basanta y unas sillas al costado, Ramiro Rovira. Allí dijo: “Nació una startup y yo no tengo dudas de que esta startup, Agrosustentable, tiene destino de unicornio [...] Ahí está un producto inmediatamente asimilable y muy fácil de aplicar, total y absolutamente orgánico, y no solo a la salud, el impacto va a ser a la plusvalía, que significa al agricultor, al hortelano que está produciendo. Nuestro ministerio está capacitado, como lo ha hecho el gobernador con este decreto, para certificar institucionalmente el uso y la validez de este producto. Les va a permitir a los agricultores tener un respaldo institucional”.
¿Qué había dentro de la caja del herbicida? Un insecticida no producido en tierra misionera. El Esten 80 es un insumo orientado a matar bichos y ácaros en las plantaciones y no se hace en la Mesopotamia, sino en Tucumán. La empresa que lo fabrica se llama Tensac SH y tiene sede en San Miguel de Tucumán. Cuando el periodista Matías Longoni, del portal Bichos de Campo, publicó esta información, la cúpula política de la provincia lo acusó de divulgar fake news se presentó en la empresa, en el parque industrial, y encontró, en la parte exterior del galpón donde presuntamente se produce el Bioherb, por lo menos 30 contenedores de Esten 80, con registro de la marca tucumana y certificación del transporte de una provincia a la otra.
Frente a la visita un gerente de la empresa, de nombre Francisco, dijo que ese producto no era utilizado para el Bioherb, ya que era un insecticida. Sin embargo, este medio accedió a documentación del Senasa, solicitada por el diputado provincial Miguel Núñez, que da cuenta de dos hechos claves. Primero, confirma que el Bioherb era, de hecho, el Esten 80 tucumano. Esto quiere decir que se distribuyó un herbicida como insecticida. Lo segundo: el director nacional de Protección Vegetal, Diego Quiroga, confirmó el 8 de noviembre que el insumo no contaba con aprobación del Senasa ni poseía clase de uso como herbicida. Y añadió: “La empresa Agrosustentable SA no posee registros de sustancias activas ni productos formulados fitosanitarios bajo su titularidad, por lo que los productos fitosanitarios que distribuya deben estar identificados con sus rótulos aprobados a nombre de las empresas titulares de los registros, no pudiendo contener el logotipo del Senasa”.
No solamente el producto se distribuyó como algo que no era, sino que se repartió a los productores de manera gratuita, en manos del gobierno, en tiempos de campaña, y con un packaging que deja a la empresa y al Estado provincial sujetos a posibles infracciones. se hizo de varias de las cajas repartidas y detectó que contienen el logo del Senasa, sin la aprobación del producto por parte del organismo. Además, no contienen el nombre de la empresa productora en Tucumán y subrayan: “Hecho en Misiones, Argentina”.
La procedencia de Tucumán
A medida que los productores probaban el herbicida se multiplicaron las historias de sus problemas. Los colonos no lo querían utilizar por cuatro razones: según las indicaciones, había que colocar el producto al mediodía, algo que es inhumano pedirles a los trabajadores debido al calor y al sol; debe aplicarse cada 15 a 30 días, algo que insume mano de obra más intensiva que el glifosato, que se rocía una vez por año; debe rebajarse al 30%, lo que implica utilizar mucho más producto que el glifosato, que es al cerca de 1%, y genera problemas de aplicación ya que las bolsas contienen coágulos que traban las mochilas con las que se aplica el producto en las parcelas.
Si presentaba tantos inconvenientes, ¿por qué lo usaron en primera instancia? La razón es la misma por la que el gobierno comenzó a distribuir, y genera sospechas sobre el involucramiento de Rovira en beneficiar a la empresa no solo a través de la adquisición del producto por parte del gobierno, sino también por la aprobación de la ley que pretendía prohibir el uso del glifosato a partir de julio del año que viene.
En julio de 2023, tres meses después de que se autorizara el Bioherb a la sociedad del amigo del hijo de Rovira, se aprobó la norma promovida por el propio Rovira, llamada ley de promoción de la producción de bioinsumos.
El producto fue distribuido por el gobierno misionero. La oposición argumenta que se compró utilizando fondos provinciales y nacionales, provenientes del fondo especial del tabaco, por unos $511 millones, pero la resolución que aprueba esa adquisición no específica qué producto se compraría. consultó a Agrosustentable, que respondió que no se lo vendieron al sector público, ya que no tenían habilitada la comercialización. Entonces, ¿lo regalaron?
En la compañía transmitieron: “Estamos en etapa de investigación. Se está probando. No se vendió. No podía salir a la venta y surgieron problemas. No hubo transacciones y no hay una factura que pruebe lo contrario. Sin embargo, somos proveedores y le vendimos al Estado provincial los otros productos como el Bioinsect. Se hicieron pruebas en algunos campos de Misiones porque el gobierno tiene la intención de ser una provincia más ambiental”. Sobre la relación entre Rovira y el presidente, Basanta, comentaron: “Cuando nos instalamos en la provincia, se gestó una buena relación con el hijo de Rovira y armaron una marca”.
El caso fue llevado a los tribunales federales en Comodoro Py por el diputado provincial Núñez (Pro) y el juez federal Ariel Lijo la archivó el 1° de octubre pasado. Poco antes, el 6 de agosto, el gobierno de Passalacqua postergó por decreto hasta 2030 la fecha a partir de la cual se prohíbe el uso de glifosato
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