Esencialidad de los servicios públicos
Félix V. Lonigro
Los servicios públicos son aquellos que presta el Estado, por sí o mediante terceros, para satisfacer las necesidades de la población. Por eso, a la luz de la finalidad que tiene la prestación de esos servicios, una de sus características es la “continuidad”, es decir, la imposibilidad de que sean interrumpidos.
Sin embargo, como uno de los derechos constitucionales que se les garantizan a los gremios es el de huelga, es indispensable compatibilizar su ejercicio con la “continuidad” que tienen los servicios públicos. Para eso resulta necesario clasificarlos en “esenciales” y “no esenciales”, por un lado; y en servicios “de importancia trascendental” y “no trascendental”, por el otro. Estas clasificaciones han sido adoptadas por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) a la hora de admitir restricciones en los servicios públicos esenciales y en los de importancia trascendental. Incluso, dicho organismo llegó a admitir que si un servicio público es esencial, el derecho de huelga podría verse totalmente inhabilitado.
Es común definir a los servicios públicos esenciales como aquellos cuya “no prestación” puede poner en riesgo la vida, la salud o la educación de la población. Conceptualmente, la diferencia entre los servicios públicos esenciales y los de importancia trascendental es una cuestión de grado, y la consecuencia de calificar de uno u otro modo a esos servicios es el menor o mayor grado de admisión del ejercicio del derecho de huelga en unos y otros, respectivamente.
La OIT se creó en 1919, en el marco del Tratado de Versalles, y la Argentina adhirió a ella en ese mismo año. Sin embargo, en nuestro país, en el que derecho de huelga está expresamente contemplado en la Constitución nacional desde 1957, no se admite la posibilidad de prohibir totalmente el ejercicio de ese derecho, ni aun en el ámbito de los servicios públicos esenciales. En efecto, la ley 25.877 de 2004, que regula las relaciones individuales y colectivas de trabajo, establece que, en el caso de que se declare la huelga en un servicio público esencial, deberá prestarse un servicio mínimo, aunque no se especifica cuál es.
El decreto de necesidad y urgencia N° 70/23, dictado por el Presidente durante los primeros días de su gestión, entre otras cuestiones, modificó aquella ley, estableciendo que, cuando se trata de servicios públicos esenciales, una huelga no puede paralizar más del 25% de los estos; y cuando se trata de servicios públicos de importancia trascendental, una huelga no puede paralizar más del 50% de su prestación.
A tal fin, dicho DNU, que modificó a la ley 25.877, ha establecido que son esenciales los servicios públicos vinculados con la salud, los medicamentos y servicios farmacéuticos; la producción, el transporte y la comercialización de energía, gas, agua y combustibles; las telecomunicaciones, internet, las aduanas, migraciones, comercio exterior, educación preescolar, primaria y secundaria, y los servicios aeroportuarios comerciales y de carga. Al mismo tiempo, calificó como de importancia trascendental al transporte marítimo, fluvial y terrestre; radio y televisión; industria alimentaria, siderúrgica, de la construcción; bancos, hoteles, gastronomía y comercio electrónico.
A la luz de los conflictos que se vienen suscitando en la actividad aeronáutica de nuestro país, hace dos meses se publicó en el Boletín Oficial el decreto 825/24, en el que el Presidente procedió a reglamentar el ejercicio del derecho a huelga en los servicios públicos. No fue en este decreto en el que se declaró la esencialidad de la actividad aeronáutica, sino que, como se señaló, ella fue declarada en diciembre del año pasado, mediante el DNU 70/23. Lo que el primer mandatario hizo, recientemente, mediante el decreto reglamentario 825/24 es reglamentar el ejercicio del derecho a huelga en la mencionada actividad, lo cual deviene absolutamente necesario en función de los hechos de público conocimiento.
Sin embargo, teniendo en cuenta que el DNU 70/23, a través del cual se declaró la esencialidad de los servicios aeroportuarios, fue rechazado por el Senado, si eventualmente corriera la misma suerte en la Cámara de Diputados, dejaría de estar vigente y, con él, caerían la declaración de esencialidad del servicio aeroportuario y su reciente reglamentación. Así de jurídicamente insegura es la vida institucional cuando prolifera el ejercicio de facultades legislativas por parte del presidente, a través de esos problemáticos instrumentos denominados “decretos de necesidad y urgencia”, hijos dilectos de la reforma constitucional de 1994.
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Los 100 años de la embajada de Italia en la Argentina
Fabrizio Lucentini
El martes 5 de noviembre tuvo lugar en el Palacio Alvear el evento de celebración de los 100 años de la embajada de Italia en la Argentina.
Aunque las relaciones diplomáticas entre Italia y la Argentina se remontan al año 1861, fue solo en 1924, hace 100 años, que el Reino de Italia decidió elevar la entonces legación de Italia al rango de embajada. Nació así la necesidad de encontrar un edificio digno para representar ese cambio en las relaciones entre los dos países.
La búsqueda fue exitosa y ese lugar es hoy el espléndido Palacio Alvear, construido en la primera mitad del siglo XX, aunque inspirado en el estilo francés del siglo XVIII, diseñado por Federico de Alvear.
Por un lado, este palacio es hoy el símbolo de la presencia cultural, económica, comercial y social italiana en la Argentina y, sobre todo, de las relaciones bilaterales, que siguen fortaleciéndose cada día más, como demuestran las visitas de los tres ministros de la república italiana en los últimos meses –el canciller Antonio Tajani; la ministra de Turismo, Daniela Santanché, y el entonces ministro de Cultura Gennaro Sangiuliano–, más la posible llegada de la presidenta del Consejo de Ministros, Giorgia Meloni.
Por otro lado, el Palacio Alvear es un estímulo para mejorar y perfeccionar la fuerza de las relaciones bilaterales que encarna. Bajo este anhelo de querer mejorar, hemos recientemente llevado a cabo un proyecto de restauración de la fachada de la residencia, un gran aporte por parte de Italia al palacio, que en 2018 fue Declarado Monumento Histórico Nacional.
También en las relaciones económicas y comerciales sed estaca una fuerte conexión entre las empresas italianas y argentinas que, en sus respectivos mercados, cooperan para desarrollar sus actividades e incrementar las colaboraciones. Como prueba de eso, en 2023 el comercio entre la Argentina e Italia alcanzó los 2050 millones de euros y 250 empresas con capital italiano, presentes en las industrias de ganadería, agricultura, energía y productos mineros, ofrecieron 20.000 puestos de trabajo.
Más allá de las relaciones diplomáticas y comerciales, Italia y la Argentina demuestran cada día el fuerte lazo que las vincula a través de numerosos eventos culturales y de agregación social, como las actividades organizadas, por ejemplo, en el marco de la Semana de la Cocina Italiana en el Mundo, que empezará el 16 de noviembre con una feria gastronómica italiana en la Usina del Arte, en colaboración con el gobierno de CABA. Esto es testimonio de cuán conectadas están las tradiciones de los dos países y cuán palpable es el profundo sentido de unidad y cohesión presente en ambos pueblos. Las relaciones entre Italia y la Argentina son muy sólidas y el evento del martes pasado enfatizó 100 años de trabajo y de resultados logrados que funcionan como un estímulo para alcanzar objetivos cada vez más ambiciosos. Tenemos todavía un largo camino por recorrer.
Para celebrar este hermoso centenario, la embajada de Italia creó y presentó el libro de sus 100 años, que está disponible gratuitamente en el sitio web de la embajada, y algunas fotos están también expuestas en una muestra instalada en el perímetro exterior de la sede diplomática, en la que se exhiben imágenes antiguas y nuevas del Palacio Alvear, que invitamos a disfrutar para que todos puedan aprovechar este salto al pasado con vuelta al presente.
Viva Italia y viva la Argentina.
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Akamasoa en acción
En medio de la crisis, reconforta saber que ocurren buenas cosas. Akamasoa, el proyecto que nació en Madagascar hace 35 años de la mano del sacerdote argentino Pedro Opeka y que se replica en Lima, provincia de Buenos Aires, desde 2016, puja por sostener su crecimiento. Educación y trabajo son los motores de la ecuación que eligieron para reemplazar el asistencialismo.
Además de las más de 40 huertas para consumo familiar, 3 hidropónicas cubren más de 1000 m2 del predio ubicado a solo 100 km de la Capital, brindando una salida laboral para las familias de Akamasoa Argentina. La sinergia con Las Quinas, una empresa B que se sumó a la iniciativa, viene dando muy buenos resultados. Para el diseño de las etiquetas de las meren meladas de frutilla, la agencia Tridimage eligió reproducir las siluetas de las características viviendas que, con esfuerzo, los propios interesados construyen en Lima. Entre 65 países, ganaron con ellas el Oro en los Pentawards, concurso que reconoce lo mejor del diseño mundial en empaques, en la categoría identidad de marca, diseño con propósito y empaque conectado, mostrando el enorme poder del diseño para unir causas sociales con productos de consumo.
Gastón Vigo Gasparotti, líder de Akamasoa, cosechó en Madrid y Londres nuevos apoyos para el proyecto. Los cimientos de una escuela agrotécnica en el predio ya están, pero faltan fondos para continuar. Centro de acogida, jardín Montessori, espacio de apoyo escolar, domo geodésico para talleres, una cocina industrial de 95 m2 y 16 casas inauguradas para fin de año conforman la realidad de Akamasoa Argentina. Más de 6000 voluntarios ya pusieron el cuerpo a las obras. Cada ceremonia de entrega de un hogar es una fiesta: premio y estímulo para que los protagonistas sigan comprometidos en su esfuerzo e incontenible emoción para los testigos de esta hazaña que cambia vidas.
Akamasoa significa “buenos amigos”, esos que acompañan. Así fue que 40.000 salieron de la pobreza en Madagascar y por ese camino transita el proyecto que aquí se replica y que hoy más que nunca clama por donaciones. Cada centavo que llega a Lima confirma que ya no es un sueño, es una realidad que merece difundirse y ser apoyada.
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
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