Vientres subrogados. Investigan a una red de agencias que recluta madres
Por la anulación de un amparo y un fallo de la Corte, la Justicia busca dilucidar responsabilidades en embarazos por encargo
María Nöllmann
Con el primer embarazo, Yanina Carreras, de 34 años, cumplió el sueño de la casa propia. Con el segundo, aún en curso, planea terminar de construir el segundo piso y pagar la sucesión de la propiedad, un chalet en el barrio porteño de Villa Lugano. “La obra y la sucesión son carísimas, ni trabajando todos los días llego a pagarlo”, dice la mujer, madre de dos hijas.
A medida que avanza el embarazo, se mueve con mayor dificultad por el lavadero que maneja junto a su marido en su casa. Ya son cinco los meses de gestación, y el cuerpo le pide bajar el ritmo laboral. Pero lo que realmente le incomoda es la incertidumbre sobre lo que sucederá cuando termine el embarazo. Yanina lleva en su vientre un hijo que no es suyo, o que al menos biológicamente no lo es, pero que seguramente tendrá que anotar como propio tras el parto.
“Tengo mucho miedo. Me asusta ver que hay lío para inscribir a los bebés. Los padres de esta bebé son irlandeses, no sé si se la van a poder llevar del país. No quiero que la bebé se vaya a una casa hogar, pero tampoco quiero quedar anotada como la madre. Le pregunté qué pasará a la agencia que me contrató, pero no me dicen nada”, afirma Carreras.
La mujer está en medio de un tratamiento de gestación por sustitución coordinado por una agencia de subrogación que conecta gestantes argentinas con padres intencionales del exterior, una de las empresas investigada por la Justicia. A los irlandeses Carreras los vio una vez por videollamada. Desde entonces se envían mensajes, ella les escribe en español y ellos le contestan también en español, pero impostado: usan un dispositivo para traducir los mensajes de Carreras al inglés y luego responderle en su lengua.
La pareja planea viajar de Irlanda, donde la subrogación está prohibida, a la Argentina, donde la práctica goza de un vacío legal, un mes antes de la fecha de parto, y unos días después llevarse a la beba de regreso a su país, tal como todos los padres intencionales extranjeros venían haciendo de manera aceitada desde 2017, con la intermediación de agencias locales o internacionales que operan en la Capital. Pero es probable que no puedan resolverlo tan fácilmente: las reglas del juego cambiaron.
Como en otros cientos de casos, el embarazo de Yanina comenzó cuando en la ciudad de Buenos Aires aún regía una medida cautelar que autorizaba a inscribir, en términos preventivos, a los menores nacidos por “gestación solidaria” a nombre de los padres intencionales, sin necesidad de una autorización judicial. De esta manera, en esta jurisdicción, los menores nacidos en un vientre subrogado podían ser inscriptos a nombre de los padres intencionales solo mediante la aprobación por escribano de un “consentimiento previo, libre e informado” firmado por la gestante y el o los progenitores del menor.
Pero la situación en la Capital cambió radicalmente el 3 de junio pasado, cuando, en medio de un clima agitado por distintas investigaciones judiciales que involucran a clínicas y agencias que operaban en esta ciudad, la Justicia porteña revocó la medida cautelar. Desde entonces, afirman voceros del Registro Civil porteño, en la partida de nacimiento por vientres subrogados se inscribe como padres a la gestante y a uno de los padres intencionales.
A la caída de la cautelar se sumó, pocos meses después, un fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que determinó que los niños nacidos de vientre subrogado son hijos de la mujer que dio a luz y de quien quiso convertirse en padre o madre y prestó “su consentimiento previo, informado y libre” para ello, “con independencia de quién haya aportado los gametos”.
Tras el fallo, la mayoría de las agencias y clínicas con operaciones en la ciudad de Buenos Aires y el interior dejaron de aceptar nuevos casos de subrogación. Muchas, incluso, suspendieron las transferencias embrionarias que tenían agendadas. Los embarazos en curso y los nacimientos que tuvieron lugar después de la fecha de la resolución quedaron en medio de una encrucijada legal.
En este contexto, el de Carreras no es un caso aislado. En los grupos de Facebook, Telegram y WhatsApp que aglutinan gestantes y padres intencionales prima la incertidumbre sobre qué sucederá tras el nacimiento de los menores. La inquietud es mayor entre los progenitores de nacionalidad extranjera.
“Una amiga que está gestando para unos papás de China, y los papás están desesperados, quieren que ella se vaya a tener el bebé a Canadá. Le dicen que le van a pagar todo allá. Ya está de siete, ocho meses, y les tuvo que decir que no, que lo va a tener acá, porque tiene una hija a la que no puede dejar. No conoce a los padres, no sabe si realmente la van a ayudar allá”, afirma Carreras.
El problema es que a partir de ahora, al tener que inscribir a la gestante como madre del menor, no podrán llevarse al bebe del país sin un proceso judicial previo, que incluye la impugnación de la filiación de la gestante y la posterior adopción integrativa del menor por parte de los padres intencionales.
El primer freno a la salida del país de extranjeros que realizaron una gestación por sustitución en la Argentina ocurrió pocas semanas atrás, cuando la Justicia evitó que una pareja de italianos volara a Francia con la mujer que contrataron como gestante y la beba recién nacida, de la que es legalmente madre.
Según informaron fuentes cercanas a la causa, la Justicia tiene elementos para sostener que la mujer rosarina, de 28 años, subrogó su vientre por motivos económicos y no, como declararon en los papeles, con un fin altruista y sin contraprestación. Ella no tiene trabajo, no terminó el colegio, cría sola a una hija menor y, según un funcionario que conoce el caso, “está en una situación de extrema vulnerabilidad”.
La Justicia investiga unos 49 legajos que comparten varias similitudes con este caso. En todos hay involucrados padres comitentes extranjeros, gestantes argentinas, agencias de subrogación que hacían de intermediarias entre las partes y una clínica de fertilidad local. A las agencias y a las clínicas intervinientes en estos casos se las investiga por varios delitos penales que incluyen desde falso consentimiento de las partes hasta la trata y explotación de personas. En muchos de los casos investigados, los padres intencionales ya están fuera del país junto al menor.
Situación delicada
Actualmente, muchos de los extranjeros que realizaron gestación por sustitución en Buenos Aires permanecen en la Capital, a la espera de avanzar con los trámites para partir del país con el menor. Para ello primero deben impugnar la maternidad y, después, la adopción integrativa, contando con el consentimiento de la gestante.
La situación de las gestantes que dieron a luz en los últimos meses, también es delicada. En muchos casos ya fueron anotadas en la partida de nacimiento de los bebes que dieron a luz como sus madres, y por ende, son sus responsables legales.
Según pudo confirmar la nacion, así como hay clínicas de fertilidad que trabajan solo con padres intencionales que consiguen por su parte a una mujer dispuesta a gestar a su hijo –con convenios altruistas o comerciales de por medio–, hay otras que reclutan gestantes y las conectan con padres intencionales, a través de fundaciones propias o de agencias nacionales e internacionales dedicadas a ello.
En la Argentina, la gestación por sustitución no está legislada y se practica, en sus versiones altruista o comercial, bajo el amparo legal de que todo lo que no está prohibido está permitido. En este contexto, la medida cautelar que rigió en la ciudad de Buenos Aires durante siete años facilitó la proliferación de estas prácticas, que en muchos casos, sostienen especialistas consultados por la nacion, implican contratos que van “en contra de la dignidad de la gestante”. Consideran que, bajo esta resolución, al no precisar de una autorización judicial, cualquier persona podía acceder a este tipo de método de reproducción.
Durante la vigencia de la cautelar se realizaron en Capital Federal 151 inscripciones de nacidos en un vientre subrogado. Solo en 2023, se inscribieron en esta ciudad, sin autorización judicial, 65 menores, un 109% más que el año anterior, cuando se registraron 27, según el Registro Civil porteño. De estas 65 inscripciones, 34 fueron de progenitores argentinos y 31, de extranjeros.
En los 49 casos de “turismo de fertilidad” que investiga la Justicia, los nacimientos tuvieron lugar en la ciudad de Buenos Aires durante la
En los grupos de redes que aglutinan gestantes y padres hay incertidumbre
La Justicia analiza 49 situaciones similares de esta práctica no regulada
Trata y explotación de personas y falso consentimiento, entre los delitos posibles
vigencia de la medida cautelar. Uno de los factores comunes es la presencia de agencias que contrataban gestantes reclutándolas, muchas veces, en zonas vulnerables del país.
Según pudo saber la nacion, en algunos de los casos que se investigan la gestante y los padres intencionales se conocieron el día del parto y los comitentes partieron de la clínica con el bebe. Días más tarde, regresaron a sus países de origen con él.
Pese a que en todos estos casos los nacimientos tuvieron lugar en ciudad de Buenos Aires, algunas de las gestantes son del interior del país, detallaron personas cercanas a la causa. La Justicia investiga la existencia de departamentos en Buenos Aires administrados por las agencias intervinientes, donde se presume que permanecían las gestantes del interior del país durante el mes previo al nacimiento del bebe.
Entre las agencias de subrogación que operan en el país es usual la intermediación de mujeres que reclutan a gestantes en sus barrios o a través de grupos de Facebook o Telegram, incluso también usando folletos pegados en la calle y en las bocas de los subtes. Algunos de los anuncios que se encuentran en redes y en la vía pública tienen títulos como “Búsqueda de madres que quieran trabajar en alquiler de vientre” o “Subrogá tu vientre, ayudá a una familia”. En la mayoría se menciona una “importante compensación en dólares”.
Costos y comisiones
Según comentaron algunas de las mujeres que trabajan o han trabajado como reclutadoras, por su intermediación cobran una comisión de entre el 10% y 20% del valor del trato entre la empresa y la gestante. El monto que retiene la gestante varía entre los US$14.000 y los US$30.000, dependiendo del caso. Las agencias cobran a los extranjeros unos US$60.000.
Las clínicas más serias realizan numerosos exámenes psicológicos y médicos a las gestantes y a los padres intencionales antes de aceptar el caso. Las menos serias hacen una entrevista y un examen médico básico. Todas exigen que la gestante haya sido madre y esté en edad reproductiva.
En las ofertas que reciben las gestantes por parte de las agencias de subrogación suele aparecer un extra de entre US$1000 y US$2000 si acceden a un parto por cesárea. Las gestantes consultadas por este medio dicen que esto se debe a que facilita a los padres intencionales agendar la fecha de parto para, por ejemplo, coordinar la licencia en sus trabajos.
En todos los casos de padres intencionales extranjeros que son investigados por la Justicia, la agencia interviniente le pagó a la gestante un sistema de medicina prepaga, en muchos casos Swiss Medical. Según pudo saber la nacion, la contratación del servicio de salud se hacía por el portal online de la empresa y los pagos mensuales se hacían en efectivo a través de una sucursal de pagos electrónicos. Se supo también que la prepaga era dada de baja tras el parto, en algunos casos de manera inmediata y en otros, dos meses después.
Muchos de los partos se realizaron en el Sanatorio Otamendi y en la Clínica y Maternidad Suizo Argentino, dos instituciones abiertas: no tienen un cuerpo de obstetras propio, sino que un profesional externo puede acceder a hacer un parto allí previa autorización del centro médico. Sin embargo, mencionan fuentes cercanas a las investigaciones, se detectaron casos “en la mayoría de las maternidades privadas de la ciudad”. En los diferentes expedientes se repiten los nombres de los obstetras.
Voceros de Swiss Medical consultados consideraron que “habiendo procesos judiciales abiertos en etapa de investigación, no corresponde brindar información específica sujeta a dichas investigaciones”. Sin embargo, según pudo saber la
nacion, la empresa se identifica como perjudicada, y se encuentra en proceso de dar de baja de la cartilla a los médicos intervinientes, cuyos nombres se repiten en al menos 40 nacimientos que, según pudieron identificar a posteriori, ocurrieron en la Suizo Argentino, centro médico que es propiedad de la empresa.
Las investigaciones de la Justicia en esta materia comenzaron hace diez meses tras una denuncia del gobierno alemán que llegó a la Cancillería argentina. La denuncia surgió luego de que a principios de año un juez de Alemania le quitara momentáneamente la tenencia de una beba a una ciudadana de ese país por considerar que no estaba en condiciones de cuidarla. La beba de tres meses tenía nacionalidad argentina y, según investiga la Justicia, habría sido concebida a través de un vientre sustituto en la Argentina, procedimiento que habría sido posible por medio de una agencia internacional con operaciones en el país.
Las agencias con operaciones en el país firmaron diferentes tipos de acuerdos con las gestantes contratadas. En algunos de los contratos se incluía la compensación en caso de inconvenientes durante el embarazo, mientras que en otros no. Este último es el caso de D. R., una mujer de La Matanza que inició el proceso de gestación por sustitución dos veces y en ambas circunstancias tuvo abortos espontáneos.
“En el contrato no se mencionaba la posibilidad de perder el bebé. No vi ni un peso” dice la mujer, de 30 años, madre de cinco hijos. D. R. fue gestante y reclutadora de gestantes para diferentes agencias. “Me sentí usada, para las agencias y para las clínicas que trabajan con estas agencias sos una vasija. Me terminaron descartando cuando perdí el segundo bebé. El primer aborto espontáneo fue terrible, tuve hemorragias dos semanas, dolores fortísimos dos meses”, afirma la mujer, que por seguridad prefiere resguardar su identidad. Una de las mujeres a las que reclutó, detalla, sufrió una depresión posparto “fortísima”.
Según pudo confirmar la nacion, algunas de las agencias que actualmente son investigadas por la Justicia por “presunta explotación del cuerpo de mujeres gestantes”, siguen reclutando y entrevistando a quienes deseen ser gestantes.
Hay padres intencionales que conocen a la gestante el día del parto
Desde el fallo de la Corte, se suspendieron este tipo de prácticas
Muchos bebés nacidos por este sistema ya están fuera del país
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
La agenda globalista y el wokismo que enfurecen al Presidente
Maria Eugenia Talerico e Ignacio F. Bracht
La salida del Pacto del Futuro, el rechazo al wokismo y el alineamiento geopolítico del presidente Milei tienen mucha más nitidez y coherencia con sus ideales de libertad que su proclamada lucha contra la casta corrupta.
En efecto, la caída del Muro de Berlín y la disolución de la URSS significaron la derrota de la izquierda revolucionaria y de su modelo político, económico y social. Solo Cuba y Corea del Norte se mantuvieron como piezas prehistóricas y el resto de los movimientos izquierdistas se reinventaron como “socialismo del siglo XXI”, agrupándose en nuestra región en el Foro de San Pablo y más recientemente en el Grupo de Puebla.
La nueva consigna de las izquierdas travestidas es llegar al poder, ya no por la lucha armada, sino por el voto popular, para luego dinamitar desde adentro el sistema democrático, alterando las reglas de la alternancia política, la división de poderes, la libertad de prensa y la transparencia, para permanecer en el gobierno a toda costa. Los ejemplos se van esparciendo y en nuestra región sus máximos exponentes son las dictaduras chavistas y la nicaragüense.
Asimismo, y alumbrada por ideas izquierdistas, fue surgiendo en un mundo de posverdad una nueva denominación de esos pensares llamada “el progresismo”, que identifica a esta nueva versión de la gauche mundial y regional. Es este mismo movimiento el que da nacimiento al wokismo, con su neolenguaje, su narrativa o relato, y una dinámica de malversación discursiva.
A la “lucha de clases” se la trocó por “colectivos” que alimentan la guerra de sexos, la creación de minorías identitarias y empoderadas como el movimiento LGTB+, el feminismo radicalizado, el movimiento trans, el lenguaje “inclusivo”, el veganismo inquisidor, la promoción del aborto, la eutanasia y la eugenesia como “derechos humanos”, por encima del primer derecho humano fundamental, que es el de la vida.
No obstante la metamorfosis de la izquierda, mantiene de su origen, su vocación por la confrontación y el totalitarismo, de la mano de Planned Parenthood, la principal multinacional del aborto, o el narcorrégimen criminal de Nicolás Maduro, da igual.
Se la pasan promoviendo rupturas con las identidades nacionales, su historia y tradiciones, elevando la premisa de los separatismos, como en España; los neoindigenistas en Hispanoamérica, y movimientos extremistas con Black Lives Matter en los Estados Unidos.
Usan distintas estrategias para dividir, enfrentar sociedades y socavar sus fundamentos morales, culturales, hasta religiosos, siempre y cuando afecten la cosmovisión occidental, cuna de la libertad.
Estos son algunos ejemplos de esta nueva realidad que hace flamear la izquierda reformulada desde lo cultural, cuyo objetivo no cambió de la originaria, pero que ahora se presenta como lo políticamente correcto, aunque es tan intolerante como la predecesora, canceladora del disidente, evasiva ante el debate de ideas, promoviendo el pensamiento único, las memorias democráticas históricas parciales, sesgadas, constructoras de relatos que dejan a un lado los hechos históricos y que, desde una supremacía moral autogenerada, descalifican como antiprogresista a todo aquel que las cuestione, siendo que “su progresismo” incluye a dictaduras sangrientas o regímenes dictatoriales que violan derechos humanos o financian al terrorismo internacional.
Lo curioso, paradójico y novedoso es que esta “nueva” izquierda es funcional y parte de las premisas que los poderes globalistas buscan imponer desde los centros de control mundial por medio de normas, reglamentaciones y paradigmas de aplicación urbi et orbi, hoy enunciados desde la propia Organización de las Naciones Unidas y sus organismos subyacentes, sean la Organización Mundial de la Salud, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), con agendas globalistas de neto corte totalitario en cuanto y tanto dictaminan e imponen políticas sanitarias, alimentarias, migratorias, ambientales, poblacionales, energéticas, pregonando el multiculturalismo, y la ecología como dogma de fe, sin atender contextos, desarrollo y coyuntura diversa de los distintos países del globo.
En resumen, nos indican qué podemos comer, qué política de sanidad seguir, qué podemos sembrar, cómo y en qué debemos movilizarnos, afectado las soberanías nacionales, donde el Estado-nación se convierte en un mero ejecutor de los mandatos
El Estado-nación se convierte en un mero ejecutor de los mandatos que deciden los centros de poder mundialista, integrados por plutocracias económicas y financieras
que deciden los centros de poder mundialista, integrados por plutocracias económicas y financieras, grandes corporacio-nes, fondos de inversión, cadenas informativas, que constituyen los titiriteros de la gobernanza mundial.
Se da, así, una particular alianza entre las elites globalistas con el wokismo, donde gobiernos y fuerzas de “izquierdas” y de “derechas” se reafirman en el unificador credo de la Agenda 2030, ahora 2045 llamado “Pacto del Futuro”.
Los organismos internacionales, surgidos como una convergencia de naciones para el bien de sus miembros y el mantenimiento de la paz mundial, han pasado a ser burocracias supranacionales, imperativas y autoritarias que fijan los objetivos que, en la mayoría de las veces, avasallan las particularidades culturales, históricas, sociales y económicas de los países integrantes que deben acatarlos; de no hacerlo corren el precio de caerse del planisferio, pasar al rincón de los marginados de ayudas económicas y financieras para el desarrollo de sus comunidades. Una suerte de extorsión ideológica, so pena de recibir el Ostracon de la Grecia Clásica, pena más humillante que la de muerte.
A esto obedece el surgimiento en distintas geografías de fuerzas políticas nacionalizadoras o soberanistas (tildadas de “ultraderecha” u otros calificativos como fascistas) que cada día cobran más fuerza por negarse a aceptar el menú ya digerido por las elites globalistas y sus pretorianos de la izquierda woke que, desde los medios de comunicación, la universidad, fundaciones de todo tipo y color se acoplan en un solo fin: imponer la agenda común a elites e izquierdas del siglo XXI.
La izquierda fracasada y con su relato aniquilado por la verificación empírica del desastre provocado se ha reinventado y se unió de la mano con aquellos poderes que hace unas décadas eran el rostro del más depredador capitalismo y que hoy le pone alfombra roja al premier chino, Xi Jinping.
Estamos asistiendo, sin duda, a un fin de ciclo y el amanecer de nuevos paradigmas originales y controvertidos que responden y reaccionan ante los mandamases del globalismo y sus aliados del wokismo intolerante y supremacista, donde lo que está en juego va desde la libertad individual hasta la identidad de las naciones, sus tradiciones y modos de vida, en pos de una ingeniería social a nivel mundial que pretende imponer agendas que no resuelven los problemas de millones de personas, sino, por el contrario, las sumergen en un totalitarismo del número. La moneda está en el aire.
Con el primer embarazo, Yanina Carreras, de 34 años, cumplió el sueño de la casa propia. Con el segundo, aún en curso, planea terminar de construir el segundo piso y pagar la sucesión de la propiedad, un chalet en el barrio porteño de Villa Lugano. “La obra y la sucesión son carísimas, ni trabajando todos los días llego a pagarlo”, dice la mujer, madre de dos hijas.
A medida que avanza el embarazo, se mueve con mayor dificultad por el lavadero que maneja junto a su marido en su casa. Ya son cinco los meses de gestación, y el cuerpo le pide bajar el ritmo laboral. Pero lo que realmente le incomoda es la incertidumbre sobre lo que sucederá cuando termine el embarazo. Yanina lleva en su vientre un hijo que no es suyo, o que al menos biológicamente no lo es, pero que seguramente tendrá que anotar como propio tras el parto.
“Tengo mucho miedo. Me asusta ver que hay lío para inscribir a los bebés. Los padres de esta bebé son irlandeses, no sé si se la van a poder llevar del país. No quiero que la bebé se vaya a una casa hogar, pero tampoco quiero quedar anotada como la madre. Le pregunté qué pasará a la agencia que me contrató, pero no me dicen nada”, afirma Carreras.
La mujer está en medio de un tratamiento de gestación por sustitución coordinado por una agencia de subrogación que conecta gestantes argentinas con padres intencionales del exterior, una de las empresas investigada por la Justicia. A los irlandeses Carreras los vio una vez por videollamada. Desde entonces se envían mensajes, ella les escribe en español y ellos le contestan también en español, pero impostado: usan un dispositivo para traducir los mensajes de Carreras al inglés y luego responderle en su lengua.
La pareja planea viajar de Irlanda, donde la subrogación está prohibida, a la Argentina, donde la práctica goza de un vacío legal, un mes antes de la fecha de parto, y unos días después llevarse a la beba de regreso a su país, tal como todos los padres intencionales extranjeros venían haciendo de manera aceitada desde 2017, con la intermediación de agencias locales o internacionales que operan en la Capital. Pero es probable que no puedan resolverlo tan fácilmente: las reglas del juego cambiaron.
Como en otros cientos de casos, el embarazo de Yanina comenzó cuando en la ciudad de Buenos Aires aún regía una medida cautelar que autorizaba a inscribir, en términos preventivos, a los menores nacidos por “gestación solidaria” a nombre de los padres intencionales, sin necesidad de una autorización judicial. De esta manera, en esta jurisdicción, los menores nacidos en un vientre subrogado podían ser inscriptos a nombre de los padres intencionales solo mediante la aprobación por escribano de un “consentimiento previo, libre e informado” firmado por la gestante y el o los progenitores del menor.
Pero la situación en la Capital cambió radicalmente el 3 de junio pasado, cuando, en medio de un clima agitado por distintas investigaciones judiciales que involucran a clínicas y agencias que operaban en esta ciudad, la Justicia porteña revocó la medida cautelar. Desde entonces, afirman voceros del Registro Civil porteño, en la partida de nacimiento por vientres subrogados se inscribe como padres a la gestante y a uno de los padres intencionales.
A la caída de la cautelar se sumó, pocos meses después, un fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que determinó que los niños nacidos de vientre subrogado son hijos de la mujer que dio a luz y de quien quiso convertirse en padre o madre y prestó “su consentimiento previo, informado y libre” para ello, “con independencia de quién haya aportado los gametos”.
Tras el fallo, la mayoría de las agencias y clínicas con operaciones en la ciudad de Buenos Aires y el interior dejaron de aceptar nuevos casos de subrogación. Muchas, incluso, suspendieron las transferencias embrionarias que tenían agendadas. Los embarazos en curso y los nacimientos que tuvieron lugar después de la fecha de la resolución quedaron en medio de una encrucijada legal.
En este contexto, el de Carreras no es un caso aislado. En los grupos de Facebook, Telegram y WhatsApp que aglutinan gestantes y padres intencionales prima la incertidumbre sobre qué sucederá tras el nacimiento de los menores. La inquietud es mayor entre los progenitores de nacionalidad extranjera.
“Una amiga que está gestando para unos papás de China, y los papás están desesperados, quieren que ella se vaya a tener el bebé a Canadá. Le dicen que le van a pagar todo allá. Ya está de siete, ocho meses, y les tuvo que decir que no, que lo va a tener acá, porque tiene una hija a la que no puede dejar. No conoce a los padres, no sabe si realmente la van a ayudar allá”, afirma Carreras.
El problema es que a partir de ahora, al tener que inscribir a la gestante como madre del menor, no podrán llevarse al bebe del país sin un proceso judicial previo, que incluye la impugnación de la filiación de la gestante y la posterior adopción integrativa del menor por parte de los padres intencionales.
El primer freno a la salida del país de extranjeros que realizaron una gestación por sustitución en la Argentina ocurrió pocas semanas atrás, cuando la Justicia evitó que una pareja de italianos volara a Francia con la mujer que contrataron como gestante y la beba recién nacida, de la que es legalmente madre.
Según informaron fuentes cercanas a la causa, la Justicia tiene elementos para sostener que la mujer rosarina, de 28 años, subrogó su vientre por motivos económicos y no, como declararon en los papeles, con un fin altruista y sin contraprestación. Ella no tiene trabajo, no terminó el colegio, cría sola a una hija menor y, según un funcionario que conoce el caso, “está en una situación de extrema vulnerabilidad”.
La Justicia investiga unos 49 legajos que comparten varias similitudes con este caso. En todos hay involucrados padres comitentes extranjeros, gestantes argentinas, agencias de subrogación que hacían de intermediarias entre las partes y una clínica de fertilidad local. A las agencias y a las clínicas intervinientes en estos casos se las investiga por varios delitos penales que incluyen desde falso consentimiento de las partes hasta la trata y explotación de personas. En muchos de los casos investigados, los padres intencionales ya están fuera del país junto al menor.
Situación delicada
Actualmente, muchos de los extranjeros que realizaron gestación por sustitución en Buenos Aires permanecen en la Capital, a la espera de avanzar con los trámites para partir del país con el menor. Para ello primero deben impugnar la maternidad y, después, la adopción integrativa, contando con el consentimiento de la gestante.
La situación de las gestantes que dieron a luz en los últimos meses, también es delicada. En muchos casos ya fueron anotadas en la partida de nacimiento de los bebes que dieron a luz como sus madres, y por ende, son sus responsables legales.
Según pudo confirmar la nacion, así como hay clínicas de fertilidad que trabajan solo con padres intencionales que consiguen por su parte a una mujer dispuesta a gestar a su hijo –con convenios altruistas o comerciales de por medio–, hay otras que reclutan gestantes y las conectan con padres intencionales, a través de fundaciones propias o de agencias nacionales e internacionales dedicadas a ello.
En la Argentina, la gestación por sustitución no está legislada y se practica, en sus versiones altruista o comercial, bajo el amparo legal de que todo lo que no está prohibido está permitido. En este contexto, la medida cautelar que rigió en la ciudad de Buenos Aires durante siete años facilitó la proliferación de estas prácticas, que en muchos casos, sostienen especialistas consultados por la nacion, implican contratos que van “en contra de la dignidad de la gestante”. Consideran que, bajo esta resolución, al no precisar de una autorización judicial, cualquier persona podía acceder a este tipo de método de reproducción.
Durante la vigencia de la cautelar se realizaron en Capital Federal 151 inscripciones de nacidos en un vientre subrogado. Solo en 2023, se inscribieron en esta ciudad, sin autorización judicial, 65 menores, un 109% más que el año anterior, cuando se registraron 27, según el Registro Civil porteño. De estas 65 inscripciones, 34 fueron de progenitores argentinos y 31, de extranjeros.
En los 49 casos de “turismo de fertilidad” que investiga la Justicia, los nacimientos tuvieron lugar en la ciudad de Buenos Aires durante la
En los grupos de redes que aglutinan gestantes y padres hay incertidumbre
La Justicia analiza 49 situaciones similares de esta práctica no regulada
Trata y explotación de personas y falso consentimiento, entre los delitos posibles
vigencia de la medida cautelar. Uno de los factores comunes es la presencia de agencias que contrataban gestantes reclutándolas, muchas veces, en zonas vulnerables del país.
Según pudo saber la nacion, en algunos de los casos que se investigan la gestante y los padres intencionales se conocieron el día del parto y los comitentes partieron de la clínica con el bebe. Días más tarde, regresaron a sus países de origen con él.
Pese a que en todos estos casos los nacimientos tuvieron lugar en ciudad de Buenos Aires, algunas de las gestantes son del interior del país, detallaron personas cercanas a la causa. La Justicia investiga la existencia de departamentos en Buenos Aires administrados por las agencias intervinientes, donde se presume que permanecían las gestantes del interior del país durante el mes previo al nacimiento del bebe.
Entre las agencias de subrogación que operan en el país es usual la intermediación de mujeres que reclutan a gestantes en sus barrios o a través de grupos de Facebook o Telegram, incluso también usando folletos pegados en la calle y en las bocas de los subtes. Algunos de los anuncios que se encuentran en redes y en la vía pública tienen títulos como “Búsqueda de madres que quieran trabajar en alquiler de vientre” o “Subrogá tu vientre, ayudá a una familia”. En la mayoría se menciona una “importante compensación en dólares”.
Costos y comisiones
Según comentaron algunas de las mujeres que trabajan o han trabajado como reclutadoras, por su intermediación cobran una comisión de entre el 10% y 20% del valor del trato entre la empresa y la gestante. El monto que retiene la gestante varía entre los US$14.000 y los US$30.000, dependiendo del caso. Las agencias cobran a los extranjeros unos US$60.000.
Las clínicas más serias realizan numerosos exámenes psicológicos y médicos a las gestantes y a los padres intencionales antes de aceptar el caso. Las menos serias hacen una entrevista y un examen médico básico. Todas exigen que la gestante haya sido madre y esté en edad reproductiva.
En las ofertas que reciben las gestantes por parte de las agencias de subrogación suele aparecer un extra de entre US$1000 y US$2000 si acceden a un parto por cesárea. Las gestantes consultadas por este medio dicen que esto se debe a que facilita a los padres intencionales agendar la fecha de parto para, por ejemplo, coordinar la licencia en sus trabajos.
En todos los casos de padres intencionales extranjeros que son investigados por la Justicia, la agencia interviniente le pagó a la gestante un sistema de medicina prepaga, en muchos casos Swiss Medical. Según pudo saber la nacion, la contratación del servicio de salud se hacía por el portal online de la empresa y los pagos mensuales se hacían en efectivo a través de una sucursal de pagos electrónicos. Se supo también que la prepaga era dada de baja tras el parto, en algunos casos de manera inmediata y en otros, dos meses después.
Muchos de los partos se realizaron en el Sanatorio Otamendi y en la Clínica y Maternidad Suizo Argentino, dos instituciones abiertas: no tienen un cuerpo de obstetras propio, sino que un profesional externo puede acceder a hacer un parto allí previa autorización del centro médico. Sin embargo, mencionan fuentes cercanas a las investigaciones, se detectaron casos “en la mayoría de las maternidades privadas de la ciudad”. En los diferentes expedientes se repiten los nombres de los obstetras.
Voceros de Swiss Medical consultados consideraron que “habiendo procesos judiciales abiertos en etapa de investigación, no corresponde brindar información específica sujeta a dichas investigaciones”. Sin embargo, según pudo saber la
nacion, la empresa se identifica como perjudicada, y se encuentra en proceso de dar de baja de la cartilla a los médicos intervinientes, cuyos nombres se repiten en al menos 40 nacimientos que, según pudieron identificar a posteriori, ocurrieron en la Suizo Argentino, centro médico que es propiedad de la empresa.
Las investigaciones de la Justicia en esta materia comenzaron hace diez meses tras una denuncia del gobierno alemán que llegó a la Cancillería argentina. La denuncia surgió luego de que a principios de año un juez de Alemania le quitara momentáneamente la tenencia de una beba a una ciudadana de ese país por considerar que no estaba en condiciones de cuidarla. La beba de tres meses tenía nacionalidad argentina y, según investiga la Justicia, habría sido concebida a través de un vientre sustituto en la Argentina, procedimiento que habría sido posible por medio de una agencia internacional con operaciones en el país.
Las agencias con operaciones en el país firmaron diferentes tipos de acuerdos con las gestantes contratadas. En algunos de los contratos se incluía la compensación en caso de inconvenientes durante el embarazo, mientras que en otros no. Este último es el caso de D. R., una mujer de La Matanza que inició el proceso de gestación por sustitución dos veces y en ambas circunstancias tuvo abortos espontáneos.
“En el contrato no se mencionaba la posibilidad de perder el bebé. No vi ni un peso” dice la mujer, de 30 años, madre de cinco hijos. D. R. fue gestante y reclutadora de gestantes para diferentes agencias. “Me sentí usada, para las agencias y para las clínicas que trabajan con estas agencias sos una vasija. Me terminaron descartando cuando perdí el segundo bebé. El primer aborto espontáneo fue terrible, tuve hemorragias dos semanas, dolores fortísimos dos meses”, afirma la mujer, que por seguridad prefiere resguardar su identidad. Una de las mujeres a las que reclutó, detalla, sufrió una depresión posparto “fortísima”.
Según pudo confirmar la nacion, algunas de las agencias que actualmente son investigadas por la Justicia por “presunta explotación del cuerpo de mujeres gestantes”, siguen reclutando y entrevistando a quienes deseen ser gestantes.
Hay padres intencionales que conocen a la gestante el día del parto
Desde el fallo de la Corte, se suspendieron este tipo de prácticas
Muchos bebés nacidos por este sistema ya están fuera del país
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
La agenda globalista y el wokismo que enfurecen al Presidente
Maria Eugenia Talerico e Ignacio F. Bracht
La salida del Pacto del Futuro, el rechazo al wokismo y el alineamiento geopolítico del presidente Milei tienen mucha más nitidez y coherencia con sus ideales de libertad que su proclamada lucha contra la casta corrupta.
En efecto, la caída del Muro de Berlín y la disolución de la URSS significaron la derrota de la izquierda revolucionaria y de su modelo político, económico y social. Solo Cuba y Corea del Norte se mantuvieron como piezas prehistóricas y el resto de los movimientos izquierdistas se reinventaron como “socialismo del siglo XXI”, agrupándose en nuestra región en el Foro de San Pablo y más recientemente en el Grupo de Puebla.
La nueva consigna de las izquierdas travestidas es llegar al poder, ya no por la lucha armada, sino por el voto popular, para luego dinamitar desde adentro el sistema democrático, alterando las reglas de la alternancia política, la división de poderes, la libertad de prensa y la transparencia, para permanecer en el gobierno a toda costa. Los ejemplos se van esparciendo y en nuestra región sus máximos exponentes son las dictaduras chavistas y la nicaragüense.
Asimismo, y alumbrada por ideas izquierdistas, fue surgiendo en un mundo de posverdad una nueva denominación de esos pensares llamada “el progresismo”, que identifica a esta nueva versión de la gauche mundial y regional. Es este mismo movimiento el que da nacimiento al wokismo, con su neolenguaje, su narrativa o relato, y una dinámica de malversación discursiva.
A la “lucha de clases” se la trocó por “colectivos” que alimentan la guerra de sexos, la creación de minorías identitarias y empoderadas como el movimiento LGTB+, el feminismo radicalizado, el movimiento trans, el lenguaje “inclusivo”, el veganismo inquisidor, la promoción del aborto, la eutanasia y la eugenesia como “derechos humanos”, por encima del primer derecho humano fundamental, que es el de la vida.
No obstante la metamorfosis de la izquierda, mantiene de su origen, su vocación por la confrontación y el totalitarismo, de la mano de Planned Parenthood, la principal multinacional del aborto, o el narcorrégimen criminal de Nicolás Maduro, da igual.
Se la pasan promoviendo rupturas con las identidades nacionales, su historia y tradiciones, elevando la premisa de los separatismos, como en España; los neoindigenistas en Hispanoamérica, y movimientos extremistas con Black Lives Matter en los Estados Unidos.
Usan distintas estrategias para dividir, enfrentar sociedades y socavar sus fundamentos morales, culturales, hasta religiosos, siempre y cuando afecten la cosmovisión occidental, cuna de la libertad.
Estos son algunos ejemplos de esta nueva realidad que hace flamear la izquierda reformulada desde lo cultural, cuyo objetivo no cambió de la originaria, pero que ahora se presenta como lo políticamente correcto, aunque es tan intolerante como la predecesora, canceladora del disidente, evasiva ante el debate de ideas, promoviendo el pensamiento único, las memorias democráticas históricas parciales, sesgadas, constructoras de relatos que dejan a un lado los hechos históricos y que, desde una supremacía moral autogenerada, descalifican como antiprogresista a todo aquel que las cuestione, siendo que “su progresismo” incluye a dictaduras sangrientas o regímenes dictatoriales que violan derechos humanos o financian al terrorismo internacional.
Lo curioso, paradójico y novedoso es que esta “nueva” izquierda es funcional y parte de las premisas que los poderes globalistas buscan imponer desde los centros de control mundial por medio de normas, reglamentaciones y paradigmas de aplicación urbi et orbi, hoy enunciados desde la propia Organización de las Naciones Unidas y sus organismos subyacentes, sean la Organización Mundial de la Salud, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), con agendas globalistas de neto corte totalitario en cuanto y tanto dictaminan e imponen políticas sanitarias, alimentarias, migratorias, ambientales, poblacionales, energéticas, pregonando el multiculturalismo, y la ecología como dogma de fe, sin atender contextos, desarrollo y coyuntura diversa de los distintos países del globo.
En resumen, nos indican qué podemos comer, qué política de sanidad seguir, qué podemos sembrar, cómo y en qué debemos movilizarnos, afectado las soberanías nacionales, donde el Estado-nación se convierte en un mero ejecutor de los mandatos
El Estado-nación se convierte en un mero ejecutor de los mandatos que deciden los centros de poder mundialista, integrados por plutocracias económicas y financieras
que deciden los centros de poder mundialista, integrados por plutocracias económicas y financieras, grandes corporacio-nes, fondos de inversión, cadenas informativas, que constituyen los titiriteros de la gobernanza mundial.
Se da, así, una particular alianza entre las elites globalistas con el wokismo, donde gobiernos y fuerzas de “izquierdas” y de “derechas” se reafirman en el unificador credo de la Agenda 2030, ahora 2045 llamado “Pacto del Futuro”.
Los organismos internacionales, surgidos como una convergencia de naciones para el bien de sus miembros y el mantenimiento de la paz mundial, han pasado a ser burocracias supranacionales, imperativas y autoritarias que fijan los objetivos que, en la mayoría de las veces, avasallan las particularidades culturales, históricas, sociales y económicas de los países integrantes que deben acatarlos; de no hacerlo corren el precio de caerse del planisferio, pasar al rincón de los marginados de ayudas económicas y financieras para el desarrollo de sus comunidades. Una suerte de extorsión ideológica, so pena de recibir el Ostracon de la Grecia Clásica, pena más humillante que la de muerte.
A esto obedece el surgimiento en distintas geografías de fuerzas políticas nacionalizadoras o soberanistas (tildadas de “ultraderecha” u otros calificativos como fascistas) que cada día cobran más fuerza por negarse a aceptar el menú ya digerido por las elites globalistas y sus pretorianos de la izquierda woke que, desde los medios de comunicación, la universidad, fundaciones de todo tipo y color se acoplan en un solo fin: imponer la agenda común a elites e izquierdas del siglo XXI.
La izquierda fracasada y con su relato aniquilado por la verificación empírica del desastre provocado se ha reinventado y se unió de la mano con aquellos poderes que hace unas décadas eran el rostro del más depredador capitalismo y que hoy le pone alfombra roja al premier chino, Xi Jinping.
Estamos asistiendo, sin duda, a un fin de ciclo y el amanecer de nuevos paradigmas originales y controvertidos que responden y reaccionan ante los mandamases del globalismo y sus aliados del wokismo intolerante y supremacista, donde lo que está en juego va desde la libertad individual hasta la identidad de las naciones, sus tradiciones y modos de vida, en pos de una ingeniería social a nivel mundial que pretende imponer agendas que no resuelven los problemas de millones de personas, sino, por el contrario, las sumergen en un totalitarismo del número. La moneda está en el aire.
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.