Colegios en crisis: angustia y abrazos solidarios por el temor de no reabrir en 2024
Al menos 200 escuelas privadas bonaerenses atraviesan graves situaciones financieras; de ellas, 30 están en riesgo de cerrar; un pedido coincidente, subsidio estatal
Guillermina Leudesdorf El Vicente Francisco Saperi, de Monte Grande, corre riesgo de no abrir en 2024
Eran las 8. A esa hora la mayoría de los colegios de la Argentina comienzan su jornada. Sin embargo, el jueves pasado el colegio Vicente Francisco Saperi, de Monte Grande, no empezó con sus clases a horario. Abrió sus puertas, recibió a sus alumnos regulares, maestros, exalumnos, exmaestros, personal de maestranza, padres cuyos hijos cursan allí y de ya egresados. Todos unidos por una razón: un abrazo solidario. ¿El motivo? El peligro de que el colegio que se fundó en 1989 no abra sus puertas en 2024.
Silvia Saperi comenzó con una guardería en 1989. Veinte años después inauguró la primaria y en 2015, la secundaria. La institución no tiene subvención estatal, pero después de la pandemia la situación se complicó. “Tuvimos una fuga de 200 familias, chicos que se pasaron a escuelas estatales. Tampoco recibimos los aportes del Estado en la pandemia y con los aumentos salariales tuvimos que aumentar las cuotas. La mayoría de los padres son comerciantes, que quiere sostener una clase media, pero el país no los deja”, explicó Saperi, fundadora y directora del establecimiento.
Desde entonces, el colegio aumentó su deuda con el Estado por falta de pago de aportes, lo que ocurrió con muchas instituciones que pasan por esa situación, a la que todos califican de “angustiante e insostenible”.
En diálogo con la nacion, Martín Zurita, secretario ejecutivo de la Asociación de Institutos de Enseñanza Privada de la Provincia de Buenos Aires (Aiepba), explicó: “Agrupamos 2500 servicios educativos de la provincia de Buenos Aires. Ante las consultas permanentes y los problemas económicos que tenían muchísimos socios, hace dos meses hicimos un relevamiento de la situación. Surgió que hay 200 servicios en crisis económica, que tienen problemas importantes y de ellos, 30 que de no cambiar la situación están en riesgo de cierre”.
De esas 200 instituciones con distintos niveles de riesgo en su funcionamiento, 53 son maternales, 158 nivel inicial, 147 primarias, 134 secundarias, 16 de nivel superior y siete de modalidad especial.
Según el relevamiento, el 50% tiene entre un 20% y un 30% de morosidad en el pago de las cuotas; el 16%, un 40% de retraso. Ante la consulta sobre si las familias podrían soportar el último aumento salarial docente en los aranceles, el 48% dijo que parcialmente y el 45%, que no.
“En el partido no hay escuela para absorber a esta cantidad de alumnos. Los privados damos lo que el Estado no tiene, que es un edificio con buenas condiciones, un equipo de trabajo, continuidad pedagógica y el 100%de la responsabilidad”, dijo Saperi, y graficó con angustia: “Te encontrás sola en el medio del mar, en un bote con agujeros”.
Desde que la situación se tornó determinante decidieron informar a las familias: “Nuestra idea no era alarmarlos, pero teníamos que ser realistas y decir lo que nos pasaba, así fue como toda la comunidad se acercó al abrazo solidario”.
Según el informe, el 56% tiene deudas con el Instituto de Previsión Social (IPS) de la provincia y el 35% la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP). De ese total, la mitad generó el pasivo a partir de la pandemia. El 43% de los colegios proyecta disminuir personal de administración y/o maestranza.
“Tienen deudas con el IPS, con la AFIP. No pudieron trasladar los aumentos que deberían a las familias porque hay una limitación para pagar. Si no podés trasladar y no cobrás las cuotas como corresponde, vas a tener problemas. La mayoría de las escuelas priorizan el pago de los sueldos, pero después hay un montón de cosas que quedan a medio hacer. Pago del IPS, AFIP. La AFIP manda embargos, el IPS te hace juicios de apremio. Después, están los créditos, la mayoría ya pidió; ha vendido cosas. Hay situaciones muy particulares. Muchas comunicaron la situación a las familias y fueron ellas las que organizaron abrazos solidarios para que las escuelas no cierren y para que el Estado les pueda dar una subvención”, dijo Zurita.
Y aseguró: “En la pandemia cerraron 80 escuelas en la provincia. Y más de 200 en el país. La mayoría eran jardines de infantes y maternales. Muchos de los que no cerraron quedaron golpeados”.
“Morosos e incobrables”
El Instituto Modelo del Sur Avellaneda (IMSA), en ese partido del sur del conurbano, cerrará en 2024. “La escuela no llega a cubrir sus costos y aumentan las deudas. No pudo recuperar la matrícula los años posteriores a la pandemia. La cantidad de morosos e incobrables es otra variable, con un entorno inestable de aumentos permanentes”, anunció la institución en una carta a la comunidad, en la que aclara que no tiene subvención estatal.
Entre la desesperación y la incertidumbre, Saperi expresó: “Estamos esperando el llamado del Ministerio de Educación, necesitamos que nos den la subvención. Una de las cosas que te piden para recibir la carpeta es que la escuela no tenga deudas, pero si no tuviéramos deudas, ¿para qué estaríamos pidiendo la ayuda?”.
Lidia Laplagne manda a sus hijos al colegio de Monte Grande hace 16 años: Bautista, de 17 años, y Stefano, de 10: “Estoy extremadamente dolida. No es el colegio de mis hijos, es la casa de mis hijos. Les abrió las puertas a chicos a los que nadie se las abría ya sea por alguna discapacidad, condición o por su situación sexual. Es integrador en todos los aspectos”, explicó, y denunció: “Las autoridades que se tienen que ocupar no toman la dimensión de que si el colegio no puede abrir les van a hacer mucho daño a los nenes, a los papás, somos una comunidad”.
“Arranqué el jardín a los tres meses, el colegio para mí es todo. Necesitamos ayuda para seguir yendo. Lloré cuando nos avisaron sobre el posible cierre. Me sentía muy angustiado”, relató Stefano.
Sol Bonaiuto, es madre de dos varones: Francisco, de 12, y Valentino, de 10. El mayor va a la secundaria y el menor, al primario: “Estamos pasando una situación muy angustiante. No nos podemos imaginar en otro colegio. Los chicos no son cuotas, son personas. Es muy inclusivo”. “¿A dónde iríamos?, ¿iríamos todos juntos?”, se preguntó Valentino. Francisco se mostró muy inquieto: “Tengo maestros que me conocen de chico, un montón de amistades. Tengo fe en que no cierre”.
Alejandra Bethular es fundadora y representante legal del Nuevo Colegio Monte Grande. En 1992 nació como un jardín de infantes. Hoy tiene los tres niveles completos. “Las familias que vienen al colegio son gente trabajadora a la que se le hace muy difícil pagar las cuotas. Atendiendo a esto y habiendo establecido un vínculo por tantos años es que hemos ido sosteniendo el valor de la cuota casi como si tuviéramos un 40% de aporte estatal, pero no lo tenemos”, explicó.
Hizo hincapié en el drama de muchas escuelas: “La disyuntiva es que si subimos la cuota los papás no pueden sostenerla y deben irse a escuelas estatales, porque en las privadas más baratas no hay vacantes y esto provocaría el desarraigo de los niños de sus grupos de pertenencia, además de ver disminuido el nivel educativo”.
María del Rosario De Sarro es directora del primario de la Nueva Escuela Spegazzini, en Ezeiza. La mora es alta: “Desde junio no se pudo hacer frente a ningún pago de los planes ni de los meses vigentes. Nos encontramos en crisis, con riesgo de cierre. Transitamos los últimos aumentos de manera razonable para no ser impactados en la familia. Si encarecemos los costos, cerraremos matrícula porque los padres no pueden afrontar los pagos”.
Un grupo de familias decidió hacer un abrazo solidario para darle fuerza al pedido de aporte estatal que se pidió en 2021 a la provincia de Buenos Aires. “Se iba a realizar el 29 de septiembre, pero fuimos llamados por autoridades de Ezeiza, que dijeron que iban a tomar intervención para hablar con el ministro de Educación, Alberto Sileoni. Hace unos días nos informaron que están trabajando, pero no pueden garantizar con inmediatez la solución”, reveló De Sarro. Por eso mañana, a las 12.30, los padres volverán a hacer un abrazo solidario.
La situación del Instituto Aguilar, de Cuartel V de Moreno, es complicada. Existe hace 29 años y los últimos fueron una lucha por la crisis y la falta de subvención. “La cuota sube, es insostenible mantener los sueldos al día y cada vez que hay aumento de cuota los padres se acercan desesperados porque no tienen aumento de sueldo, no tienen trabajo en blanco, muchos piden el pase tristes porque quieren seguir acá, pero no pueden”, describió Cintia Musa, propietaria del instituto.
“En nuestro barrio hay pocas escuelas privadas y en el Estado tampoco hay vacantes. Como mamá soltera hice el esfuerzo de mandarlos, pero es complicado por los aumentos. Sin embargo, uno prioriza siempre la educación de los hijos. Esperamos que llegue la subvención porque la primaria es la base para un buen futuro”, dijo Roxana Acosta.
Autoridades de dos escuelas de Bahía Blanca contaron a la nacion que dependen de la subvención estatal para abrir sus puertas en 2024. Pero los padres no están enterados en profundidad sobre lo que sucede y no quieren alertarlos
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
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