Un ícono gastronómico de San IsidroCon nuevas propuestas, el corredor Dardo Rocha busca volver a su esplendor
Texto de Erica Gonçalves
Desde lejos, el muro de una esquina llama demasiado la atención: una caricatura irrumpe entre los tradicionales plátanos del boulevard. Con alas, anteojos y cruzado de brazos, un cerdo rosa de cinco metros vigila a peatones y conductores que deambulan por allí. A pocos metros, un cartel de luces magenta anuncia a “Cerdos Voladores”. El mural y los colores de las nuevas fachadas que se suceden a lo largo de las cuadras son solo un indicio del cambio: en el corazón del partido de San Isidro, la calle Dardo Rocha intenta entrar en una nueva era de esplendor. Después de la pandemia, el 53% de los locales que estaban en unos de los corredores gastronómicos más importantes de la zona norte cerraron sus puertas. Durante largos meses, las imágenes de Dardo Rocha fueron desoladoras: de un total de 19 restaurantes quedaron solo nueve. El ocaso de las estelares cocinas se reflejó en frentes descascarados e interiores en ruinas. Los carteles de “vende” borraron por un tiempo el nombre de lo que fueron alguna vez. La esperanza del sector gastronómico, sin embargo, parece haber regresado: a cuatro años de la irrupción del Covid-19, varios locales retiraron sus candados y volvieron a empezar. Un 38% de los 16 locales que hoy funcionan, abrieron entre noviembre de 2021 y fines de 2023. “Está funcionando muy bien: siempre está lleno y en marzo llegamos a los 10.000 cubiertos”, dice Lucas Saldaño, gerente de Adelmo, una cantina moderna que desde noviembre está emplazada en el lugar en donde muchos años funcionó La Bistecca. La nueva cocina de Dardo Rocha al 1700 es un ejemplo de confianza inversora: “Abrimos Amelí en noviembre de 2021 y como fue un éxito proyectamos Adelmo”, cuenta Sebastián Salas, socio del grupo gastronómico que tiene en total seis restaurantes en zona norte. “Como el corredor explotó en el pasado, creímos que podía volver a suceder lo mismo. No nos equivocamos”, se entusiasma.
Los empresarios gastronómicos celebran el boom de la calle Dardo Rocha, en San Isidro, con propuestas que se multiplican a cada paso
Cerdos Voladores abrió en abril de 2023 y reemplazó a un restaurante anterior que no logró superar la parálisis por la pandemia: el poco movimiento, la presión fiscal y los gastos fueron una combinación explosiva. “Elegimos el corredor porque vimos que empezó a levantar”, sostiene Gonzalo Piazza, socio de la marca que tiene además otro local en San Fernando. A pesar de la compleja situación económica, los propietarios aseguran que el local, al llenarse muchos días y alcanzar los 3000 cubiertos, superó las expectativas. “Me pasó que un jueves no conseguía lugar para cenar porque estaba todo repleto”, comenta Susana Luciani, una vecina de Martínez que es habitué del corredor. “Esta zona es la más linda y la más segura. Durante un tiempo hubo muchos locales cerrados. A los que conocíamos los restaurantes nos daba mucha tristeza cómo había decaído todo”, expresa.
El corredor gastronómico de Dardo Rocha
Épocas doradas El boom de la gastronomía en Dardo Rocha comenzó en los 90, cuando muchos empresarios lo eligieron como destino de sus inversiones. El recorrido de los caballos pura sangre y los studs le daban color al lugar y atraían al público. Por mucho tiempo, fue una alternativa interesante a los platos y servicios de Avenida del Libertador. De los primeros restaurantes en incursionar en la zona, el único que permanece es Rosa Negra. “La Caballeriza fue el pionero. Nosotros fuimos los segundos en 1992”, relata Alberto Blanco, que es director y forma parte de la empresa desde sus inicios. Es testigo de cómo las diferentes fluctuaciones económicas del país de las últimas décadas determinaron cambios en el corredor. “Nuestro restaurante siempre celebra que haya nuevos lugares porque le dan atractivo a la zona. Lamentablemente, varios locales cerraron en estos años. Muchos no pudieron resistir el pago de tan elevados alquileres”, señala. Predios inmensos, la necesidad de una gran dotación de empleados y servicios proporcionales a las dimensiones de los locales se vuelven muchas veces una carga pesada para los gastronómicos. Y la pandemia resultó un punto de inflexión: el corredor Dardo Rocha fue una de las zonas más afectadas. “Cerraron muchos restaurantes durante el aislamiento”, indica Adelina Silva, clienta y vecina de Acassuso. “Desde mediados de 2022 empezó a reactivarse de a poco, aunque todavía quedan algunos locales vacíos”. Según la inmobiliaria Ricardo Douer Propiedades, el valor de venta de un local ya construido ronda entre los U$S1500 y los 2500 el metro cuadrado. Dentro de estos rangos está el local de 452 m2 donde funcionó La Caballeriza, que se vende a U$S950.000, pero también está ofrecido en alquiler a U$S6000 por mes. “Nos consultan empresas gastronómicas, pero también empresarios que quieren poner oficinas o depósitos”, indica el corredor inmobiliario Rodrigo Gómez Urriza. El restaurante Hermanos del empresario gastronómico Christian Petersen tenía solo un mes de vida cuando se dispuso el confinamiento. “Nosotros pudimos aguantar un poco porque estábamos preparados para arrancar de cero, pero a los que ya venían golpeados los empujó al cierre”, dice. Según entiende, el corredor esta vez podría establecerse como una zona de buen servicio más que como un lugar de moda. “Tiene muchos lugares, está cerca de la Panamericana, y hay espacio para estacionar. Me encanta que la zona esté levantando. Siempre confié en el corredor”, expresa. Durante muchos años, fueron los oficinistas de la zona los que los mediodías le dieron vida al corredor. La prolongación del home office, luego del confinamiento, llevó a que los menúes ejecutivos no pudieran encontrar a quien seducir durante largo tiempo. El escenario parece haber cambiado ahora. “Un 85% de los actuales clientes del almuerzo son de las oficinas”, afirma Rocío Reynoso, encargada de El Picaflor. El restaurante, de paredes verde inglés y aberturas rojas, abrió en junio de 2023 y reemplazó a otra cocina que no logró superar el 2020. “El local está funcionando muy bien. La zona resurgió y revolucionó todo. Vienen muchos clientes que frecuentaban el Bajo de San Isidro y Capital Federal”, relata.El restaurante La Caballeriza fue pionero en la zona y hoy el local se vende a U$S950.000
Caballerizas y studs El Jockey Club inauguró las instalaciones de San Isidro en 1935, en una zona que, hasta ese entonces, había sido rural. Así lo señalan los documentos del museo, biblioteca y archivo histórico municipal doctor Horacio Beccar Varela. En los primeros años, Dardo Rocha fue un camino de tierra rodeado de maleza que solía empantanarse luego de las lluvias. Cuando la institución abrió y pavimentó las arterias que rodeaban al Campo de Deportes y al Hipódromo, la fisonomía empezó a cambiar. En los años que siguieron, caballerizas, studs, zonas de vareo e infraestructura general del turf se instalaron en la vía que hoy es gastronómica. Actualmente, suelen hallarse algunos vestigios de un pasado de establos: el predio que contiene al exclusivo restaurante Deriva, es un ejemplo.El Hipódromo de San Isidro, propiedad del Jockey Club, fue inaugurado el 8 de diciembre de 1935
El actual desarrollo excede algunos límites. Así como 1000 Rosa Negra hace varios años está dentro del Jockey Club, algunos emprendimientos se animaron a hacer lo propio del otro lado de la avenida Sir Alexander Fleming. Desde principios de 2023 la reconocida coctelería de Recoleta Presidente y el Club de la Birra están dentro del predio del Hipódromo de San Isidro. Actualmente, en su versión más ampliada, el centro gastronómico tiene 19 restaurantes. Una de las particularidades del corredor es la diversidad: cada local tiene su impronta. A lo largo de las más de 20 cuadras, hay desde parrillas y pizzas hasta sushi, comida italiana y otros platos gourmet. El escenario que describe la esquina de Dardo Rocha y Corvalán es una fracción de lo que fue: de los aires aztecas del antiguo restaurante María Félix solo quedan unos pocos muros color maíz ahora grafiteados. Algo similar sucede con los inmuebles en los que estuvieron La Caballeriza y Niza. Una farmacia, por su parte, reemplaza a Seven Eleven, y donde estaba Cardon se venden cajas de seguridad. “Algunos lugares que eran muy grandes mutaron a otras actividades, surgieron oficinas, y eso cambió un poco la fisonomía de la zona”, explican desde el Municipio de San Isidro. En este contexto, el gobierno local está analizando medidas para favorecer el desarrollo de la zona. “Una de las primeras será simplificar los procesos de habilitación”, anticipan En esa línea, los gastronómicos esperan que se descarten algunas exigencias: el requerimiento de una cochera cada tres comensales les resulta demasiado costoso a los empresarios.
Pese a la crisis económica, hay filas para entrar a los restaurantes en el corredor Dardo Rocha, que busca volver a su época de mayor auge
Los vecinos de San Isidro, agradecidos Los vecinos reciben con entusiasmo los nuevos tiempos de Dardo Rocha: la desolación del corredor afectó sus vidas. Cristina habita hace 40 años en Asunción al 900, a una cuadra del polo gastronómico, en una casa que desde la cuarentena está enrejada. “Me siento ahogada, pero no me quedó otra”, señala. Es que la caída del movimiento se notó en este área de manera estrepitosa. “Los ladrones usaban los locales desocupados para entrar a los fondos de las casas en pandemia. Fue terrible”, cuenta Silvia, de la calle Catamarca. “Ahora, de jueves a domingo hay mucha gente por el barrio y ya no hay tantos robos. Soy feliz cuando hay movimiento porque me siento segura. Gracias a Dios, Dardo Rocha volvió”, destaca. Eso sí: todavía falta. “Me encantaría que volviesen las épocas doradas del corredor”, acota Susana, otra vecina. En la esquina de Dardo Rocha y Habana, un grupo de personas esperan afuera de un restaurante. En el interior, abundan los aromas a especias. Un mapa europeo está arriba de las mesas, es parte del diseño de la carta. De tanto en tanto, se escucha un acento ajeno: es la voz de Alberto Giordano, un italiano que en 2012 dejó el restaurante familiar de Gallarate para abrir en Dardo Rocha Ike Milano. “Cuando vi las fotos de la zona y del Hipódromo que me mostró un argentino, me enamoré”, define. El empresario italiano sostiene que la zona sigue siendo uno de los centros gastronómicos más importantes de Buenos Aires y que por eso se queda. “El Bajo de San Isidro tendrá el río, pero nosotros tenemos el Hipódromo. Allá es más del estilo de cervecerías, acá es más gourmet. Estoy seguro de que, cuando se acomode un poco el país, Dardo Rocha va a volver a ser lo que supo ser. Si todos ponemos nuestro granito de arena, podremos devolverle el glamour que Dardo Rocha supo tener tiempo atrás. Yo todos los días pongo el mío”, cierra Giordano.
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
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