La empleadora más grande de la Argentina inicia un proceso para reducir su planta permanente
Las compañías estatales ferroviarias suman 30.092 empleados y la más grande la operadora OFSEO, con 23.800, abre un retiro voluntario; además, ya iniciaron los trámites para dejar de ser sociedades del Estado y convertirse en “anónimas”
Diego Cabot
Se inicia un proceso para reducir una nómina de más de 30.000 empleados
La empleadora más grande del país empieza a poner el foco en la reducción de personal. La Operadora Ferroviaria, principal empresa del conglomerado estatal Ferrocarriles Argentinos, pondrá en marcha un plan de retiros voluntarios, que provocará conflictos. Además, la empresa ya inició los trámites para que las compañías dejen de ser sociedades del Estado y se conviertan en anónimas. Se trata del inicio del “plan motosierra” pero aplicada a los rieles
Se trata de una medida contraria a lo que sucedió en los últimos años, cuando la operación de los ferrocarriles se convirtió en una monumental agencia de colocación de empleo para muchos intendentes y dirigentes del Frente Renovador, el partido de Sergio Massa, verdadero número uno de la empresa.
No solo eso. Los abogados de las empresas ferroviarias ya presentaron los primeros papeles para reencuadrar el tipo societario de las empresas: pasaran de ser sociedades estatales a sociedades anónimas.
Esta medida, que está en el decreto de necesidad y urgencia (DNU) con el que el presidente Javier Milei intenta desregular la economía, es una estación previa, necesaria aunque no suficiente, para avanzar con la privatización de las empresas. De ahí la importancia del asunto. “Si, ya se presentó en la IGJ [Inspección General de Justicia]”, confirmó una fuente de la Operadora Ferroviaria (OFSE), la principal de todas las empresas del grupo.
El mundo Ferrocarriles Argentinos, está compuesto por varias compañías. La OFSE es el principal empleador del país, supera a Personal, YPF, la AFIP y Cencosud. De acuerdo a datos oficiales que publica el Indec, en febrero tenía una planta de 23.675 empleados. “Acá no hay muchos contratados, salvo algunas excepciones. Son todos empleados en relación de dependencia”, aclaró uno de los principales ejecutivos. Para ese universo se abrirá el retiro voluntario.
28/09/2020 Sistema de control de acceso a los trenes en Buenos Aires (Argentina) que permite comprobar la temperatura y el uso correcto de la mascarilla
El punto es que la oferta no tendrá un atractivo extra como suele suceder muchas veces en el mercado laboral. Será a valores de mercado, es decir, un mes de indemnización por cada año trabajado, más los meses que corresponden por vacaciones, entre otros items. Esta modalidad no parece ser la más seductora. Pero habrá que esperar. Lo que sucede muchas veces es que quienes se presentan en estos planes suelen ser dos extremos. Por un lado, los buenos que pueden conseguir trabajo en el sector privado, con lo cual pierde capital humano la compañía; por el otro, los que llegaron de la mano de la política y ni siquiera van a trabajar o tienen funciones. Para estos últimos, el premio de una salida con plata es un premio grandioso.
Hay un dato no menor. Los gremios del sector, principalmente La Fraternidad, que tiene a todos los maquinistas; los señaleros y la poderosa Unión Ferroviaria, no están de acuerdo con que se achique su masa de afiliados. Parece una obviedad decirlo, pero seguramente vendrán tiempos de conflictividad en materia ferroviaria.
Ferrocarriles Argentinos, empresa que tiene bajo su órbita a todas las demás, era una suerte de repartición sin ninguna función operativa, al punto que en épocas de Mauricio Macri en la Casa Rosada, llegó a tener un puñado de empleados, entre el presidente y el directorio.
En julio de 2022, cuando empezó la serie de del Indec que informa mensualmente la cantidad de empleados públicos, contaba con 17 burócratas ferroviarios sin demasiadas tareas en la operación de los trenes. Pero ese lucrativo trabajo benefició a muchos más durante los dos últimos 2 años. De aquellos 17 de 2022 se pasó a los actuales 76. Es decir, en la gestión Massa la burocrática Ferrocarriles Argentinos creció un 347%.
Empezó un proceso para convertir a las sociedades estatales en sociedades anónimas
Nadie renunció cuando asumió Milei. Todos esperan el tiempo de las indemnizaciones en los cómodos sillones ferroviarios.
Belgrano Cargas y Logística, que ya es una sociedad anónima, es la segunda en cantidad de empleados, con una nómina de 4624. Ahí también se espera que se avance con un retiro voluntario por un mes, similar al que estuvo abierto en marzo en Aerolíneas Argentinas.
La Administración de Infraestructura Ferroviaria (ADIF), que es la firma estatal que maneja la infraestructura del sistema de trenes, tenía en diciembre de 2019 exactamente 565 empleados; el Indec informó que en febrero esa plantilla es de 656. Las incógnitas en la empresa son mayores ya que con la obra pública frenada, se dice que solo se van a mantener sólo las que tienen relación con la seguridad operacional, el destino de sus trabajadores es incierto.
Una incógnita ferroviaria
Una de las compañías más particulares del entramado de los trenes argentinos es Desarrollo del Capital Humano Ferroviario Sociedad Anónima de Participación Estatal Mayoritaria, la sucesora de la empresa Administradora de Recursos Humanos Ferroviarios. De acuerdo a su página, “fue creada con el objeto de diseñar, organizar, promover y realizar actividades de asistencia técnica, asesoría, capacitación, complementación, entrenamiento, especialización, formación y recalificación y gestión de recursos humanos, fortalecimiento organizacional y resguardo documental en materia ferroviaria”. Para esta tarea cuenta con 1.048 dependientes.
La firma es el departamento de recursos humanos más importante del país, dado que maneja la dotación del principal empleador de la Argentina. Entre la OFSE –el uno del mercado laboral, ya que superó a Personal (23.000), YPF (21.320), la AFIP (21.000) y Cencosud (20.915)– y las otras empresas estatales confeccionarán a fin de año 30.092 recibos de sueldo por mes.
El retiro voluntario que se inicia, se sabe, no generará un aluvión de empleados en busca de adherirse. Traerá conflictividad en el transporte, eso sí. Se trata de un mojón necesario que trazó el Gobierno antes de lo que ellos llaman “fuerte reestructuración”. En ese territorio no existe la palabra “voluntario”.
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Un estudio dividió en cuatro las áreas y se las estudia por separado para decidir el plan de acción
Ayer terminó la primera etapa de la reestructuración de Aerolíneas Argentinas. Se trata de la parte voluntaria, la menos conflictiva. Lo que vendrá, por lo menos si se siguen los lineamientos del gobierno de Javier Milei en otras áreas del Estado, será algo más complicado.
De hecho, mientras culmina esta oferta para quienes quieran dejar la línea aérea, los ejecutivos tomaron la decisión de dividir en cuatro las temáticas de estudio de la empresa. ¿Se podría dividir en porciones la compañía? Nadie lo sabe aún, pero así se encaró el estudio antes de la reestructuración. Tampoco es imposible descartar que algunas unidades de negocios se conviertan en sociedades separadas y se vendan.
“Vamos a terminar [el retiro voluntario] en un número cercano a los 600 anotados. Luego, claro está, empieza la negociación para llegar a un acuerdo. Pero es un buen número, dada la expectativa que había en la empresa”, dijo una fuente de la línea aérea que está al tanto de las cifras finales. La línea aérea tiene 11.851 empleados y la reducción que tiene en mente esta administración es de alrededor del 30% de la plantilla.
El estudio de la empresa se dividió en cuatro verticales. Por un lado está “Administración”, donde se encuentra la parte corporativa de la aerolínea. Ahí están las gerencias tradicionales, como Comercial, Recursos Humanos o Finanzas, por citar algunos departamentos. Habrá medidas concretas para esa área que, seguramente, pasarán por adecuar al plantel a las necesidades reales de la firma.
La segunda línea de análisis es Operación, sea en tierra como en el aire. Por lejos es el área donde se podrían generar los mayores conflictos. Además de pilotos y tripulación, cuando se mira esta parte de la compañía aparece Aerohandling, una firma que nació en 1997 y que prestó servicio de rampa y estiba de equipajes de Aerolíneas hasta 2015. Desde entonces, de acuerdo con los estados contables de Aerolíneas, la empresa está en liquidación, ya que todos los empleados y las funciones los asumió la línea aérea. No son pocos los que piensan que esos servicios podrían ser devueltos a AeEl rohandling y escindir esa sociedad para venderla posteriormente.
Finalmente, las otras dos áreas: Talleres y Capacitación. En la primera parte están todos los técnicos que dedican su tiempo al mantenimiento de las aeronaves, un servicio que hoy se presta la propia empresa. Por último, se mira al detalle “Capacitación”, el sector donde están los simuladores de vuelo. Para ambas áreas, todavía no hay planes concretos. Pero nadie descarta que esos servicios se tercericen. De hecho, es posible que, si hay un negocio, seguramente se explore la posibilidad de la venta.
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