lunes, 1 de abril de 2024

EL ANÁLISIS E INSEGURIDAD


Tan poderoso, tan frágil: la paradoja del Presidente
El Presidente afronta un momento clave de su gestión, entre el aval de los mercados y de la sociedad, y la imposibilidad de disipar la incertidumbre sobre el futuro
Jorge Liotti Milei encontró un estilo que lo mantiene en el centro de la escena
El fin de la Semana Santa extendida actuó como un oasis. Después de 100 días de vértigo, los actores políticos parecieron consensuar implícitamente una tregua. Muchos se replegaron, otros apagaron los celulares, algunos viajaron. Después de los largos remansos de la época albertista, estaban extenuados ante un frenesí imparable. Una dinámica que por el momento tiene un único ganador: Javier Milei, el autor y el motor de esa frenética realidad.
Pero ese protagonismo excluyente entraña una gran paradoja: el Presidente luce por momentos muy poderoso y de a ratos extremadamente frágil. Por la mañana es el león voraz que arrasa en las redes, recorta gastos y disciplina a la dirigencia; pero por la tarde es el mandatario que no puede aprobar las reformas, que no logra ordenar su gestión y que sufre traspiés insólitos.
Y esta paradoja parece ser el secreto de su éxito porque las limitaciones para lograr sus objetivos le permiten mantener vigentes a sus oponentes, a la “casta”, a los que obstruyen su camino. Milei gobierna hasta donde lo dejan, y entonces no es totalmente responsable de todo lo que pasa, se victimiza y comparte costos. “El Presidente ostenta no tener todo el poder y ahí radica parte de su poder real, porque lo habilita a culpar a los malos. No termina de ser un presidente completo porque le atribuye a la casta sus dificultades y las de los argentinos. Eso le permite hacer una ostentación del no poder, que le ha resultado eficaz”, señala el consultor Pablo Knopoff. Entonces todo es una transición infinita; nada es definitivo. Como si todavía fuera el tiempo de la campaña electoral.
Los sondeos de opinión pública muestran en forma coincidente que Milei conserva una mayoría del respaldo popular. El último trabajo de la consultora Fixer marca una recuperación de tres puntos en su imagen positiva en el último mes, y el de Opinaia, de dos puntos. En la misma línea el reciente informe de la Universidad de San Andrés le atribuye un 51% de aprobación. Estos estudios comparten además el diagnóstico de que la gente sigue identificando como el principal responsable de la crisis al gobierno anterior y, en forma incipiente, aparece un alza en las expectativas de mejora, por primera vez en mucho tiempo.
Es indudable que Milei ha logrado con su electorado un vínculo mucho más resistente que el de muchos otros dirigentes clásicos, a partir de su discurso contra la élite política tradicional. El enfrentamiento contra la “casta” es mucho más que un eslogan de campaña, es una fuente de identificación que genera identidad compartida con los argentinos desencantados. Él se indigna y representa a los indignados. Y no lo hace a partir de la sensibilidad, porque no es un actor que irradie empatía (que lo diga el estudiante desmayado en el acto del Colegio Cardenal Copello). Lo hace desde el enojo y la bronca. Pocos políticos lo logran. ¿Cómo un presidente que sube tarifas, recorta puestos de trabajo y devalúa la moneda puede conservar un respaldo social mayoritario? Sorprende la escasa resistencia política y hasta sindical que está encontrando en su avanzada. Nadie parece atreverse a pararse enfrente de él; los que lo hicieron cayeron en picada en la opinión pública.
A pesar de esa masa de adhesión social, Milei no logra todavía erradicar totalmente la sensación de incertidumbre. El tema apareció en las conversaciones del FMI con distintos actores del “círculo rojo”, disimulado detrás de la preocupación por la sustentabilidad del plan económico. No es que les haya nacido de pronto una veta de compasión social, lo que están observando es que el panorama se le puede complicar mucho al Gobierno si no hay una mirada menos rústica para reducir el déficit fiscal. Es lo que Rodrigo Valdés, director del Hemisferio Occidental, definió como la necesidad de “mejorar la calidad del ajuste, no la cantidad”. Una preocupación similar fue parte de conversaciones recientes entre diplomáticos europeos, donde también se reflexionó sobre los potenciales riesgos institucionales en el caso de que Milei vea frustradas sus reformas. Incluso el gobierno de Estados Unidos, que tanto respalda a la Casa Rosada, envió a asesores influyentes a auscultar las percepciones de los actores argentinos. Es evidente que el líder que seduce a una mayoría de los argentinos no logra aún superar las dudas del exterior.
De la excepcionalidad al minimalismo
Esa incertidumbre tiene mucho que ver con lo político, con la capacidad de gestión de los libertarios y con sus estrategias fallidas en el Congreso. El Gobierno se encuentra en un período de transición entre la fase 1, del “shock de excepcionalidad”, a la fase 2, de “minimalismo efectivo”. La primera etapa, que tuvo como símbolos el mega-dnu y la ley ómnibus, estaba sustentada en la creencia de que la gravedad de la crisis, sumada al carácter excepcional de Milei como figura, derivaría naturalmente en un trámite también excepcional de las reformas propuestas. En definitiva, que los actores del sistema político se rendirían ante la evidencia de su fracaso anterior y aceptarían a los libertarios como los únicos depositarios de la voluntad popular. Ese plan fracasó. La “casta” trituró la ley y desafió el DNU con amparos y rechazos parlamentarios. La segunda etapa se caracteriza, en cambio, por una moderación de las expectativas (“Ley de bases” bis) y una instrumentación de medidas por decreto y por goteo.
Supuestamente esta nueva fase también vino acompañada, desde el discurso de Milei del 1° de marzo, por una mayor disposición al diálogo. En vez de mandar 664 artículos sin hason blar con nadie, ahora hubo reuniones previas con los bloques legislativos. También se retomó la senda con los gobernadores, nexo que había quedado dinamitado. Pero hay un problema de base en este consensualismo tardío: Milei no confía en su efectividad. Él cree que a la larga los radicales lo van a traicionar y los gobernadores le van a correr el arco. Esa falta de convicción se refleja en los avances y enfriamientos constantes. Por ejemplo: después de la satisfactoria reunión de los mandatarios provinciales con Nicolás Posse y Guillermo Francos, no se avanzó en serio con el plan fiscal. No se convocó al consejo de ministros de Economía como se había acordado y la semana pasada se postergó la reunión prevista. El gobernador de una provincia importante lo sintetiza con una frase: “Hay buena disposición de ambas partes, pero por alguna razón nunca podemos cerrar ningún tema. Todo queda disuelto en el aire”. Hay muchas dudas con el impuesto a las ganancias e inquietud por la falta de señales para generar una reactivación económica. De hecho hay un documento en ese sentido que están elaborando 16 gobernadores, los 10 del extinto JXC y los 6 patagónicos.
Esta semana va a ser decisiva para testear si efectivamente el Gobierno logró mejorar su situación con los sectores dialoguistas. En el Congreso debería comenzar la discusión de la versión reducida de la “Ley de bases” y en la Casa Rosada esperan el jueves a un grupo de gobernadores para hablar del pacto fiscal. Entre ambos movimientos se empezará a definir si esta nueva etapa le puede deparar a Milei alguna satisfacción. En la intimidad, el Presidente admite que su verdadera preocupación es que no pierda vigencia el mega-dnu con un rechazo en Diputados. Pero en su entorno también reconocen que las leyes las necesitan no solo para avanzar con reformas más de fondo, sino para dar indicios de gobernabilidad. Saben que los mercados están muy atentos a esa señal.
Son los mismos mercados que hoy parecen bendecir el rumbo de la economía y que le ofrecen a Milei indicadores favorables. Está claro que el sector financiero ve una oportunidad para hacer negocios, en línea con lo que está ocurriendo a nivel global, donde hay un flujo de liquidez hacia los emergentes. Pero todavía no se visualiza un interés en inversiones genuinas, nadie compra empresas o entierra dólares en emprendimientos. En la economía real hay mucha cautela. Los mismos que ponderan la audacia para reducir el déficit fiscal advierten sobre los síntomas de recesión en sectores decisivos como el automotor, el de la construcción y el del comercio.
Los economistas coinciden en que el estancamiento era previsible y que era parte del plan oficial, pero difieren en torno de los plazos para lograr una reactivación. Hay escepticismo respecto de si la reacción va a ser tan ágil como pronosticó Milei esta semana al hablar de un rebote en forma de “V”. Algunos incluso se preguntan si el Gobierno realmente está pensando en el día después de que logre llevar la inflación a un indicador razonable. La sospecha es que Milei es un fundamentalista del equilibrio fiscal y que entiende que su misión es bajar la inflación. Ese sería el objetivo último de su mandato. Pero el interrogante es si esa moderación de los precios va a dar lugar a una recuperación económica o una mejora del poder adquisitivo.
En el medio cuelga otro debate creciente, que tiene que ver con lo monetario. Economistas de distinta extracción, como Martín Rapetti o Andrés Borenstein, advierten sobre las posibles consecuencias del atraso cambi ario, yen todo caso si puede haber re activación económica sin antes resolver este tema .“La Argentina se está poniendo cara en dólares antes de que empiece la recuperación, lleguen las inversiones y los grandes de Wall Street decidan volver a confiar. El problema es que justamente la apreciación puede llegar a abortar esa entrada de capitales que tanto necesitamos”, escribió Borenstein.
Pero debajo de las dudas cambiarias, de la incertidumbre sobre la reactivación, de las expectativas de los mercados, la incógnita más profunda es la que rodea el nivel de profundidad que logra la transformación social, cultural, laboral y productiva del país. En definitiva, si Milei puede convertir a la Argentina en un país auténticamente liberal. Si puede hacerlo a pesar de la histórica incidencia del Estado como actor de compensación social. Si consigue que el empresariado compita en un esquema real de libre mercado. Si alcanza a transformar una fuerza del trabajo diseñada para el siglo XX. Y sobre todo, si tiene chances de hacer todo esto sin que se le rebele la calle. En el fondo, si Milei es solo un paréntesis en la historia del país o el inicio de una nueva fase; si es un interregno o el reino naciente; o por utilizar una terminología de Semana Santa, si es el profeta o el mesías.
El recorte de empleos públicos
Todos estos enigmas volvieron a flotar esta semana, en la que el Gobierno encaró una etapa decidida de recortes en el número de empleados estatales. Más allá de los vaivenes con la cifra de cesanteados, dos cuestiones quedaron fuera de duda: la primera, que el kirchnerismo hizo un abuso histórico de la estructura del Estado para hacer política y sobredimensionar la planta; y la segunda, que el Gobierno encaró el proceso con un nivel de desprolijidad muy notorio. Y el problema va más allá de los detalles o los casos individuales injustos. Es una interpelación abierta al mercado laboral argentino, que demostró una atrofia crónica en la última década. En ese período, el trabajo formal privado creció solo el 2%, cuando la masa laboral total aumentó un 18%. ¿A dónde fue el resto? El sector público, nacional y provincial, creció un 33%, y el de los trabajadores independientes (monotributistas y autónomos), un 30%. Está claro que el Estado actuó como reservorio principal de los que no lograron un lugar en las empresas y eso contribuyó al déficit fiscal crónico. La pregunta sería: ahora que se está limando ese sostén, ¿el mercado está en condiciones de volver a recibirlos? Es la advertencia que hace el especialista del Ieral Jorge Colina, para quien “si la economía no empieza a funcionar antes, esas personas no se van a reintegrar e irán a la economía informal, al cuentapropismo”.
El otro inconveniente en este proceso es que se puede estar generando un grave perjuicio a futuro, ya que el Gobierno no está ofreciendo indemnizaciones por tratarse de contratados a los que no se les renueva el convenio. Es lo que figura en el artículo 9º anexo de la ley marco de empleo público N° 25.164. Sin embargo, quienes conocen el fuero laboral aseguran que ya hay fallos que aplicaron el criterio de que si el contratado lleva más de cinco años con renovaciones permanentes tiene los mismos derechos que un trabajador de planta. Esto podría generarle al Gobierno un flujo de demandas judiciales muy importantes. Lo mismo podría ocurrirle con la aplicación de la nueva fórmula jubilatoria por decreto. Es decir que el equilibrio fiscal de hoy puede estar anidando una mayor deuda para más adelante.
Milei simboliza la disrupción, el quiebre con el régimen anterior, es un presente continuo. Todavía debe demostrar si además es capaz de construir un futuro.
¿Milei puede convertir a la Argentina en un país auténticamente liberal?

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El Gobierno presenta un proyecto para bajar la edad de imputabilidad
Lo trabajó el ministro Cúneo Libarona; Bullrich lo quiere cuanto antes; ocurrió tras la detención de un adolescente de 15 años por el asesinato en Rosario en una estación de servicio
Hernán CappielloxCúneo Libarona ayer, en su casa, trabajando en el proyecto, según aclaró
El Gobierno acelera el ritmo para presentar en los próximos días un proyecto de ley que reforma el régimen penal juvenil de modo de bajar la edad de imputabilidad penal a los 14 años, en lugar de los 16 años como rige actualmente, dijeron fuentes oficiales
La urgencia del Gobierno se dio luego de la detención de un adolescente de 15 años, acusado de ser el sicario que mató al playero de una estación de servicio en Rosario el 10 de este mes, en medio de una ola de ataques de grupos de narcotraficantes para generar terror en la población.
El presidente Javier Milei celebró la detención: “El que las hace las paga”, tuiteó. Y el vocero presidencial, Manuel Adorni, completó: “Delito de adulto, pena de adulto”, dijo, propiciando un cambio en la normativa.
El ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, está terminando de pulir un proyecto de ley para bajar la edad de imputabilidad a los 14 años. Lleva al menos un mes en esta tarea. De hecho ayer difundió una foto en la que se lo ve en su casa trabajando en la iniciativa.
Pero la detención del adolescente en Rosario precipitó las necesidades del Gobierno. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, salió a urgirlo por X: “Ya está entrando al Congreso de la Nación la ley de imputabilidad, para que nunca más crímenes como estos queden impunes”, escribió en las últimas horas. De todos modos, si se presenta el proyecto y el Congreso lo convierte en ley, no se aplicará a este detenido, ya que les leyes penales no son retroactivas.
“Se está trabajando. No está terminado y aún no hay un borrador.
Estará cuanto antes. Se revisaron más de 30 proyectos para tener uno acabado y superador. En la mayoría de los proyectos revisados se habla como edad de imputabilidad los 14 años”, dijo a la nacion un colaborador de Cúneo Libarona.
Altas fuentes de la Casa Rosada señalaron que esa iniciativa se presentaría en los próximos días. En su plataforma electoral, Milei propuso unas 50 medidas relacionadas con la seguridad, entre las que se cuenta “estudiar la factibilidad de reducir la edad de imputabilidad de los menores”.
La detención del sospechoso del crimen de Bruno Bussanich la noche del jueves fue anunciada por la ministra Bullrich. El gobierno de Santa Fe, acuciado por la ola de violencia, había ofrecido una recompensa de 10 millones de pesos a quien pudiera aportar información sobre el asesinato, que solo buscó aterrorizar a la población y exhibir el poder de fuego de las bandas de narcotraficantes frente al Estado.
Se llegó a la detención del sospechoso merced a los datos que aportó una persona que se presentó ante la Justicia y señaló que sabía de quién se trataba el asesino, porque la madre del chico se lo había contado. Ese testimonio permitió llegar a la mujer y al propio sospechoso, que fue detenido y confesó haber sido quien disparó sobre el playero de la estación de servicio.
Su edad, 15 años, impide que sea detenido y juzgado como un mayor. Lo que no quita que la persona que aportó la información cobre la recompensa. Los fiscales Adrián Spelta y Patricio Saldutti comparten las sospechas que recaen sobre el detenido al igual que las autoridades nacionales.
Coincidiría la fisonomía del detenido con las imágenes de cámaras de seguridad que grabaron el asesinato al igual que los tatuajes que supuestamente tiene el adolescente preso con los que se ven en esas imágenes. Por ese crimen ya había dos detenidos de 19 años a los que se les secuestraron los teléfonos. Otros investigadores en cambio prefieren ser más prudentes y les llamó la atención la linealidad de los sucesos que llevaron al arresto del sospechoso, que permitió cobrar la recompensa sin que quede preso.
El crimen del playero de la estación Puma fue parte de una seguidilla de ataques contra dos colectiveros y un taxista, que llevaron además a anunciar una reforma en la ley de seguridad interior para que las Fuerzas Armadas puedan intervenir en el combate de los delitos comunes. Parte de esta sucesión de hechos de violencia fueron las amenazas contra el jugador de la selección Ángel Di María y su familia. Por las intimidaciones, hay dos personas detenidas.
En su primera entrevista televisiva luego de asumir al frente del Ministerio de Justicia, Mariano Cúneo Libarona había adelantado que una de las ideas que tenía en evaluación era lograr una modificación en la ley que permitiera bajar la edad de imputabilidad de los 16 a los 14 años. “Estamos en el análisis con una comisión para ver si es que es para todos los delitos o solo para algunos”, expresó en declaraciones a LN+ en ese momento.
Y después aclaró: “El menor necesita un cuidado, educación, resocialización, de nada sirve sacarlo de la sociedad y meterlo en una cárcel, porque se hace amigo de los otros menores y forma una banda”, observó, y reflexionó: “Frente al delito, su consecuencia tiene que ser una pena, que en los casos de menores tiene que ser educación”. “Si no, no te sirve, vas a seguir teniendo delincuentes menores”

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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