lunes, 1 de abril de 2024

EL ESCENARIO ECONÓMICO Y CAMPO


Nuevo ciclo en el Gobierno: química entre los preferidos de Milei y la receta para amortiguar el dolor en la recesión
Patricia Bullrich comenzó las pruebas piloto para lanzar una iniciativa que dará de qué hablar en un gobierno que no tiene plata; Caputo sigue su propio manual en la nueva etapa y comenzó una transformación de la que casi no hay referencias anteriores en las empresas del Estado
Pablo Fernández Blanco
Javier Milei, Luis Caputo, Patricia Bullrich
Patricia Bullrich se lo propuso y Javier Milei quedó encantado con la idea. Uno de los personajes escondidos, pero importantes, de la historia es Alejandra Caballero, una abogada especializada en temas comerciales que trabaja en el Ministerio de Seguridad y tiene la tarea de buscar mecanismos para construir cárceles sin poner dinero en un gobierno en el que no hay plata.
La idea de Bullrich tiene varios niveles, pero en su corazón es muy ambiciosa. Le pidió a su equipo que busque interesados en quedarse con los terrenos más caros en los que están ubicadas algunas prisiones federales.
El plan no solo es vender, sino recibir algo a cambio. Bullrich quiere ceder inmuebles a empresas que, en retribución, edifiquen más cárceles en lotes menos valiosos desde el punto de vista inmobiliario. Ya hay casos paradigmáticos, como Esquel, Resistencia y Río Gallegos.
Bullrich, Caputo, Cúneo Libarona y Petri; en el gobierno que no tiene plata para nadie, el ministro de Economía habilitó los recursos para terminar cárceles con alto grado de avance.
Es el principio de la privatización de recursos ociosos o subutilizados. La ministra de Seguridad entiende a Milei como casi nadie. De hecho, ya le pidió a la AABE, el organismo que administra los bienes del Estado, que le pase una lista con los inmuebles que pertenecen a las fuerzas de seguridad. Cada una tiene que identificar cinco terrenos que tengan valor comercial, pero no estén en uso.
Se armará una cartera y se pondrán a la venta. Una parte de lo recaudado irá para el Tesoro, y el resto, a la dependencia a la que pertenecen hoy. El Servicio Penitenciario tiene varios inmuebles de los que podría desprenderse.
Si aparece la posibilidad, se armará un esquema en el marco del sistema de concesiones del Estado con el objetivo de sumar cárceles sin que el Gobierno ponga plata, al menos hasta que termine el proyecto. Se están haciendo pruebas piloto.
Bullrich prepara en su galera un conejo que dará un golpe de efecto. Puso a evaluar la posibilidad de construir una megacárcel que podría convertirse en la más grande del país.
Las cárceles son el nexo entre los dos ministros preferidos de Milei. Luis Caputo, que no le da plata a casi nadie y todos los días acumula órdenes de pago sobre su escritorio, le dio el visto bueno a Bullrich para terminar los complejos penitenciarios de Santa Fe y de Mercedes, así como la ampliación del de Marcos Paz. Son las próximas sorpresas de la gestión.
Ambos son el punto de encuentro, también, de las dos demandas más importantes de la sociedad: seguridad e inflación. Son, también, las dos áreas que más mira Milei.
Hay una transformación silenciosa en las empresas públicas. AySA empezó a cobrar lo que antes canjeaba, y el Banco Nación ahora les presta a las personas y a las empresas, antes que al Gobierno.
Eduardo Endeiza es el director general de AySA, la empresa de agua y cloacas de la ciudad de Buenos Aires y 26 partidos del conurbano. No saca agua de las piedras, pero sí dinero de los recitales.
En marzo pasado, la empresa se lanzó a una aventura musical inédita: les cobró a los organizadores del Lollapalooza casi $19 millones por la provisión de agua potable en el festival que se hizo en el Hipódromo de San Isidro.
Le ofrecieron centenares de entradas para ver a Blink 182, The Offspring, Limp Bizkit, Phoenix, Miranda y el resto de las bandas que formaron parte del show. También stands para la empresa, pero rechazó todo. A su casi desconocido gestor le parecía ridículo recibir algo distinto a dinero cuando su mayor objetivo es dejar de pedirle plata al Estado.
Antes, AySA canjeaba el servicio por publicidad para concientizar acerca del uso del agua. Pero los tiempos cambiaron. La empresa que hasta diciembre pasado manejaba Malena Galmarini tiene que llegar al déficit cero en octubre. Endeiza recibirá cada vez menos dinero, por lo que los ingresos adicionales le vienen bien.
Habrá más casos similares en el año y un giro que sorprenderá a los clientes de AySA. Pondrá a todo el departamento comercial a pensar cómo aumenta la facturación. Es el plan acordado con Mauricio González Botto, secretario de Empresas y Sociedades del Estado. Su modelo es la empresa de agua de San Pablo (Brasil), Sabesp.
AySA también recortará gastos sensibles. La Jefatura de Gabinete debe decidir si mantiene o deja de pagar la logística de provisión de agua potable en las islas del Delta, una decisión de Malena Galmarini durante la pandemia. La gestión de Milei huele que es el producto de una generosidad nacida en la ambición política de la mujer de Sergio Massa.
A su manera, el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, también está colaborando con la causa. Esquivó el costo argentino para hacer billetes a través de Casa de Moneda y los mandó a traer directamente desde China. Son más baratos.
Javier Milei con empresarios del G6, hace dos viernes. Ni les convidó café. Solo hubo agua.
La política del ajuste es un invitado visible en las reuniones de Javier Milei. Viernes por la tarde de hace dos semanas, en Casa de Gobierno. El Presidente recibe por primera vez al G6, una de las dosis más concentradas de representación empresaria en la Argentina. No les dio ni café. Solo agua.
La carestía les cayó bien a los hombres de negocios, que ven en la contracara de la austeridad el germen de la inflación que les dificulta el trabajo para planificar un futuro estable.
Los factores económicos asumen que la pelea contra los precios profundizará la recesión. Quieren llevarse algo mientras sufren por la caída de la actividad. Se lo plantearon cara a cara a Milei.
Daniel Funes de Rioja, presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), le sugirió eliminar las restricciones para que la banca privada les dé crédito a las empresas, de manera que la transición hacia la estabilidad duela menos. Con matices, retoma una idea novedosa de Caputo: quiere que los bancos trabajen de bancos.
Es rupturista porque, hasta ahora, los bancos vivían de financiar el rojo del Estado en un negocio tan aburrido como redituable. Con la promesa de que no habrá déficit y la bola de Leliq desgranándose en la licuadora, los bancos tienen que buscar un nuevo horizonte.
Daniel Tillard es un cordobés “bueno” en el gobierno de Milei, que ya echó a Osvaldo Giordano, extitular de la Anses. Tillard está al frente del Banco Nación, que puso $600.000 millones en créditos en marzo para pequeñas y medianas empresas, individuos y comercio exterior. Es la impronta que le quiere dar junto a su vicepresidente, Darío Wasserman.
Tillard, que viene de manejar el Banco de Córdoba y tiene estrecha relación con el ministro del Interior, Guillermo Francos, dice que en 2023 el Banco Nación ganó plata, pero redujo los créditos a familias y empresas a un mínimo histórico. Eso se debió, según su diagnóstico, a que estaba dedicado a comprar Leliq y deuda del Tesoro. El nuevo escenario lo obliga a reconvertirse en la línea que quieren los industriales.
Algo similar ocurre con el acceso al dólar. Desde el punto de vista empresario, es mejor atravesar el invierno económico con divisas. En cuotas, se está normalizando el acceso, algo en lo que trabajan, en conjunto, el secretario de Comercio, Pablo Lavigne -el sucesor de Guillermo Moreno, Paula Español y Roberto Feletti, entre otros, tiene tareas completamente distintas-, y el vicepresidente segundo del Banco Central, Alejandro Lew.
El Gobierno está entrando en una nueva etapa que requerirá de decisiones diarias mucho más quirúrgicas en comparación con las que mostró hasta ahora.
De a poco, está ganando relevancia en el plan económico el ajuste real del gasto y la generación de recursos (los terrenos de Seguridad, la venta de servicios de AySA) en detrimento de la licuadora que le dio múltiples alegrías en materia de consolidación fiscal. Se está pasando gradualmente a un modelo que garantice un ajuste sustentable y duradero.
Los jubilados son los primeros testigos del cambio. Fueron perjudicados en la gestión de Alberto Fernández y de Cristina Kirchner. Esa tendencia continuó, acelerada, en los primeros meses de Milei en el poder. No podrán reclamarle a nadie por esos años perdidos, pero al menos le pondrán un freno a partir del mes próximo a la caída libre en la que venían sus ingresos.
La nueva receta está incluso más en línea con el reclamo del Fondo Monetario Internacional (FMI). Hace poco más de un mes, en su paso por la Argentina, la número dos del organismo, Gita Gopinath, había dicho públicamente que era necesario preservar el valor real de la asistencia social y de las jubilaciones. Es decir, ponerle un freno a la licuadora.
Gita Gopinath, número dos del FMI, y Caputo: el ministro le empezó a hacer caso al Fondo, que no solo pedía ajuste cuantitativo, sino calidad en los recortes....Ministerio de Economía
Rodrigo Valdés, director del Departamento del Hemisferio Occidental del organismo, fue un paso más lejos. A mediados de la semana pasada habló de continuar mejorando la calidad del orden fiscal. Y enfatizó: la calidad, y no la cantidad.
No hay un solo eslabón del equipo económico que esté dispuesto a sacrificar el objetivo de equilibrar las cuentas públicas este año, pese a que eso implique una profundización del estancamiento, el aumento de la pobreza y la pérdida del poder adquisitivo de casi todos quienes ganan en pesos.
El déficit cero es el principal objetivo. Hay dos más: que la inflación caiga como un piano y levantar las restricciones que pesan sobre el acceso al dólar.
En los últimos encuentros que tuvo Caputo con empresarios, sobrevoló tácitamente un número deseado. Nadie lo dirá de manera expresa, pero Economía podría celebrar efusivamente cualquier décima de inflación que esté por debajo del 10% y represente el regreso a niveles de un dígito en un mes estacionalmente complejo como marzo. En cualquier caso, se espera una cifra que muestre desaceleración.
Será una creación moldeada por las reglas de la libertad, pero también por el pragmatismo del ministro. Un miembro de su equipo, en clave misteriosa, reconocía esta semana que incluso las decisiones que aparentemente van en contra del corazón del plan (déficit cero) están contempladas en el objetivo mayor.
Es el pliegue en el que Caputo imprime su impronta fuera de cualquier dogmatismo austríaco. Ejemplos: le hizo llegar a YPF el mensaje para moderar las subas de los combustibles, se pelea por el precio del café y hasta diluye el ritmo de ajuste en las tarifas de los servicios públicos, cosas que repercutirán en el índice de inflación. En el ángulo que forman las antítesis de las escuelas económicas, el ministro elige en ocasiones su propia bisectriz.
Milei hizo una parte de lo que tenía decidido poner en práctica. Ahora, busca que los agentes económicos le crean y adecúen sus decisiones a la nueva realidad.
Es la diferencia entre tener un resultado fiscal equilibrado, bajar paulatinamente la inflación y mejorar el acceso al dólar en los primeros tres meses de gobierno y convencer a todos los factores de poder de que esos tres elementos convivirán entrelazados por mucho tiempo en el país.

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Cosecha: aumentó 162% el movimiento de camiones
Se constató en las terminales portuarias del Gran Rosario
Fernando BertelloLa zona productiva de Rosario volvió a exhibir su dinamismo
En la última semana, el movimiento de camiones en el Gran Rosario, donde se ubican las terminales portuarias desde las que se exporta el 76% de la producción de granos, creció en forma considerable. Ocurre cuando llega la etapa clave de la cosecha, por la que el Gobierno espera una fuerte inyección de dólares para fortalecer las reservas del Banco Central.
La mayor cosecha que este año tendrá la Argentina, luego del derrumbe de 2023 por la sequía, ya se está sintiendo en las terminales portuarias del Gran Rosario, desde las que se exporta el 76% de la producción. En la última semana creció un 162% la cantidad de camiones arribados a esa región versus la semana anterior. Luego de una reciente seguidilla de lluvias, se largó fuerte la recolección de los cultivos, en especial del maíz y algo de soja, y eso se está reflejando en un intenso movimiento de camiones. Llega así el momento más esperado por el Gobierno por la inyección de dólares que se espera que aporte la producción del campo. Este año los granos van a generar exportaciones por casi US$32.000 millones, un salto de casi US$10.000 millones en comparación con 2023.
Según datos de la posición de camiones que informa la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) con información de los entregadores de granos entre las 0 y 7 de cada día, entre el lunes y el viernes pasado arribaron 23.563 camiones, un 162% más versus la semana anterior, que había totalizado 8989 unidades. Se estima que el dato de la posición de camiones de la BCR representa la mitad del ingreso total. En rigor, Agroentregas, empresa de servicio de entrega de cereales, estimó que esta semana en total entraron en la zona del Gran Rosario 47.443 camiones que descargaron 1.518.176 toneladas de granos. En tanto, la semana pasada fueron un total de 16.237 camiones con 519.584 toneladas. Por otra parte, en la BCR indicaron que entre el 1° y el 29 de marzo se registraron 67.399 camiones, un crecimiento del 166% versus igual lapso de marzo de 2023.
El movimiento responde tanto a la mayor producción como a la cosecha que va saliendo de los campos, que, si bien viene atrasada luego de las lluvias, se aceleró en la última semana con los días de buen clima. También tiene que ver con los compromisos de exportación.
Respecto de la producción, la Bolsa rosarina estimó que la cosecha total este año se ubicará en 137,9 millones de toneladas, un salto del 67% versus el último ciclo agrícola.
Para la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, en tanto, la producción total será de 133,3 millones de toneladas. “Estimamos 133,3 millones de toneladas para esta campaña, en contraste con los 78,8 millones de toneladas de la campaña anterior. Esto representa un aumento del 69%, equivalente a 54,5 millones de toneladas adicionales este año”, señaló Ramiro Costa, economista jefe de la entidad. Costa añadió que las exportaciones agrícolas reportarán US$31.893 millones, 9493 millones de dólares más que la temporada anterior.
En cuanto a los compromisos de ventas al exterior, Emilce Terré, de la BCR, indicó que, según el registro de Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE), el volumen de compromisos de exportación para abril asciende a 5,3 millones de toneladas.
“El incremento se dio luego de atrasarse por lluvias y explotó esta semana”, dijo Fernando Turín, de Agroentregas, al referirse al movimiento de camiones. Señaló que esto se dio en maíz y soja. “Venía bastante demorado”, apuntó. Recordó que el movimiento se empieza a dar habitualmente después del 10 de marzo y luego se va incrementando. En rigor, sobre fin de abril y mayo es cuando se va dando un mayor volumen de llegada de camiones con accesos y rutas que suelen quedar saturadas.
Según aclaró, lo registrado en los últimos días “es más estacional que comercial” ya que se habían vencido contratos pactados y había mercadería por entregar que no se podía cosechar debido a las intensas lluvias.
Cuellos de botella
“Esto va a continuar: prácticamente todos los puertos, San Lorenzo, Timbúes, Puerto San Martín (los más grandes), trabajan corrido las 24 horas y el movimiento va a ser intenso siendo que no hay lluvias previstas, salvo en algunas zonas”, detalló. Señaló que desde el campo se está buscando “aprovechar al máximo para cumplir contratos establecidos o a fijar [ponerle precio a la mercadería entregada]”. Y agregó. “Aprovechan para ir cargando y enviar directamente a puerto”.
Recientemente, la Bolsa rosarina dio a conocer una proyección de ingreso de camiones para todo 2024. De acuerdo con la entidad, a los puertos y terminales del Gran Rosario se aguarda que lleguen 2.110.000 unidades durante este año, lo que duplicará lo ingresado en 2023. “La cosecha de maíz se largó a full. Apuraron porque el domingo 31 está pronosticado lluvia. Incluso levantan maíz con algo de humedad. En algunas plantas a principios de semana ya había entrado entre el 10 y el 20% del maíz de primera que esperan. Se trabaja a full el fin de semana; hay mucha demanda de cupos [para entrega de mercadería en maíz]”, afirmó Julio Calzada, experto de la BCR.
Hace unos días, la BCR había dado cuenta de que venía demorada la recolección en la zona agrícola núcleo. Sobre la soja indicó: “Las labores de recolección comenzaron con una buena foto ya que los primeros lotes cosechados de soja de primera promedian 44 quintales por hectárea”. Agregó: “Pero solo se trata del 3% de los lotes de soja de primera de la región núcleo. El atraso es de 8 puntos porcentuales del área respecto de las últimas cinco campañas, aguardándose la generalización de la cosecha en 10 días”.
Según esta entidad, en tanto la cosecha de maíz allí se encuentra un 30% retrasada respecto de las últimas cinco campañas. “Si bien las grandes lluvias de marzo siguen trabando el avance de las cosechadoras, el retraso en las labores de cosecha frente al patrón promedio está reflejando la misma demora escalonada que se vio en la siembra”, dijo.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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