El papa Francisco le pidió la renuncia al arzobispo de La Plata y provocó un terremoto en el Episcopado argentino
Gabriel Mestre, que había sucedido hace tan sólo ocho meses a Víctor “Tucho” Fernández en la segunda diócesis más importante del país, fue desplazado; en una carta explicó que el Pontífice le pidió dimitir por hechos ocurridos en su anterior diócesis de Mar del Plata
Elisabetta Piqué
CORRESPONSAL EN ITALIA
El papa Francisco con la Virgen de Luján
ROMA.- En lo que significó un terremoto para el episcopado argentino, tras un pedido del papa Francisco el arzobispo de La Plata, monseñor Gabriel Mestre, de 55 años, se vio obligado a presentar su renuncia, que fue aceptada este lunes por el Pontífice, según anunció hoy el boletín diario de la Santa Sede.
“El Santo Padre aceptó la renuncia al gobierno pastoral de la Arquidiócesis Metropolitana de La Plata (Argentina), presentada por su Excelencia Reverendísima monseñor Gabriel Antonio Mestre”, indicó el boletín vaticano que, como siempre, no explicó el motivo de la renuncia. Esta suele darse normalmente por una cuestión de edad (al cumplir 75 un obispo debe presentar su renuncia), pero, también, por motivos de salud o por algún escándalo o manejos cuestionables.
Mestre explicó en una carta que fue convocado a Roma para hablar de cuestiones ocurridas en Mar del Plata, su anterior diócesis y que el Papa le pidió que renunciara.
Mestre había sido designado por el papa Francisco el 28 de julio del año pasado en La Plata, la segunda diócesis más importante del país, para reemplazar al hoy cardenal Víctor Manuel “Tucho” Fernández, que trajo a Roma para presidir el Dicasterio para la Doctrina de la Fe. Ese nombramiento le había significado una promoción.
Gabriel Mestre, arzobispo de La Plata.
Mestre antes había sido designado por el papa Francisco obispo de Mar del Plata el 18 de julio de 2017, cuando se convirtió en el primer marplatense en ocupar ese cargo. Pero evidentemente sucedió algo que hizo ahora que el Papa le pidiera dar un paso al costado, como confirmó en su carta de despedida, difundida este lunes 27 de mayo.
“Días atrás, la Santa Sede me convocó a Roma a dialogar sobre algunos aspectos de la diócesis de Mar del Plata luego de mi traslado a la Arquidiócesis de Mar del Plata al ser designado arzobispo metropolitano por el papa Francisco”, escribió Mestre en la carta.
“En la Ciudad Eterna, después de confrontar algunas percepciones distintas con lo acontecido en la diócesis de Mar del Plata desde noviembre de 2023 hasta la actualidad, el papa Francisco me pidió la renuncia a la sede platense”, explicó, sin dar más precisiones. “Con profunda paz y total rectitud de conciencia ante Dios por cómo obré, confiando en que la Verdad nos hace libres y con obediencia filial y teologal al Santo Padre, inmediatamente redacté mi renuncia, que fue aceptada y hecha pública el día de hoy”, agregó.
En septiembre del año pasado, cuando Mestre asumió como arzobispo de La Plata, el Colegio de Consultores de Mar del Plata eligió como administrador diocesano al Padre Luis Albóniga, que se había desempeñado como su vicario general.
El 21 de noviembre, el papa Francisco nombró obispo de Mar del Plata a monseñor José María Baliña, hasta entonces obispo auxiliar de Buenos Aires. Sin embargo, el 13 de diciembre comunicó a la prensa su renuncia al nuevo cargo por problemas de salud, personales y familiares. Dijo que se había “apresurado” en aceptar esta nueva responsabilidad. Luego el Papa designó com o obispo a monseñor Gustavo Manuel Larrazábal CMF, que también presentó su renuncia -aceptada por el Papa-, antes de tomar posesión de la sede marplatense.
Para hacerle frente a esta situación de lo más extraña, el papa Francisco el 17 de enero decidió nombrar como administrador apostólico de la diócesis a monseñor Ernesto Giobando, jesuita que es uno de los obispos auxiliares de Buenos Aires.
En la carta en la que explicó su renuncia obligada, evidentemente relacionada a todo el desmanejo anterior, Mestre, que había oficiado el Tedéum del 25 de Mayo sin que nadie pudiera anticipar que era su última ceremonia, también se despidió de su grey.
“Hoy dejo de ser el pastor de ustedes. Quiero decirles que he sido muy feliz en estos ocho meses y medio y por eso se los agradezco de corazón. ¡Gracias por hacerme sentir en casa!”, agradeció. “Me duele partir, me duele dejarlos como pastor de esta iglesia particular que peregrina en La Plata, pero estoy seguro de que Dios tiene planes mucho mejores que hoy no puedo terminar de descifrar. Los llevaré siempre en mi corazón, rezaré por ustedes y los confío a la protección de la Bienaventurada Virgen María y la intercesión de la Beata Ludovica y el Beato Eduardo Pironio, para que puedan preparar esta nueva etapa en la espera del nuevo pastor que el Señor les regalará a través del querido papa Francisco”, concluyó.
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El analista político sostuvo que Javier Milei y el Gobierno se olvidó “que había dos Cámaras” en el Congreso y señaló que el oficialismo no le permitió a Victoria Villarruel mediar en la aprobación
El analista político Andrés Malamud
El analista político Andrés Malamud se refirió al tratamiento del proyecto de Ley Bases en la Cámara de Senadores y aseguró que esta semana podría “haber alguna pista” acerca de un avance en los intentos de convencer a los bloque opositores para avanzar con la norma, aunque advirtió que “en la oposición olieron sangre” y que por lo tanto, en lugar de intentar echarlo, “le quieren sacar concesiones”.
“Se dieron cuenta de lo débil que está el Gobierno. Ya no lo quieren echar, ni tirar. Vieron que está mal armado y más descompuesto que ellos”, sostuvo Malamud el domingo por la noche en diálogo con la señal TN. “El Presidente lleva seis meses y está invicto: no consiguió pasar una sola ley”.
El politólogo evaluó que la administración de la Libertad Avanza descuidó el tratamiento de su ley primera en el Senado, tras recalcular y rearmarse en Diputados. Habló de la necesidad de “rosquear” para conseguir convencer a la oposición: “Milei tiene una gran práctica en pensar. Piensa, escribe, publica y canta. Pero no tiene práctica en rosquear y gestionar. Ante esto tiene dos opciones: o aprende o delega. Está aprendiendo, pero sobre todo delegando. Sin embargo, se olvidó de delegar en el par de Martín Menem en el Senado, que es Victoria Villarruel”.
Andrés Malamud, politólogo. Se recibió con honores en la carrera de Ciencias Políticas, que cursó en la Universidad de Buenos Aires (UBA)
En ese sentido, Malamud se refirió a cantidad de senadores con los que cuenta, aparentemente, el Gobierno para avanzar en senadores, pero insistió en que si no trabaja de la misma forma que lo hizo en la Cámara baja, no podrá salir adelante con la Ley Bases. “Si bien Macri apoyó la ley, el Pro cuenta con seis senadores. ¿Cuántos tiene La Libertad Avanza? Siete. En total hay 13 senadores”.
“Solo el radicalismo ya tiene más que el Pro y LLA juntos: 14 senadores (13 en su bloque y una senadora en otro). Ellos también representa a las provincias y fueron votados democráticamente, no fueron puesto allí por un paracaidista ruso. El radicalismo tiene voluntad de cooperación. [Martín] Lousteau en parte se diferenció y pagó un costo. Tiene que liderar un partido, con gente que lo siga, así que habrá que ver como continúa”, explicó.
Tras ello consideró que todo el gobierno necesita tres cosas: programa, rosca y gestión. “Milei tiene programa, la rosca la está aprendiendo. En Diputados no le fue mal, pero se olvidó que había dos cámaras”. “Remar es conseguir que parte de la oposición esté de acuerdo con tu política. Los inversores piden que pactes. Él entiende la necesidad de pactar, pero no sabe cómo llegar a ello”, indicó el analista político.
“Para la rosca, tenés que convencer. El Gobierno empezó con cero, pero aprendiendo. En febrero, cuando le fue mal, hizo tuits apuntando contra los traidores, y cuando le fue bien en el Congreso, hizo tuits elogiando a los adeptos. Por suerte es una película y no una foto”, dijo y añadió: “Es un problema que no esté la ley porque los inversores están viendo eso. Cuando alguien invierte capital, y sabe que no lo va a recuperar por muchos años, quiere estar seguro de que la política que le conviene en ese momento va a continuar en el futuro”.
Javier Milei junto a Nicolás Posse, Karina Milei, Diana Mondino y Luis Caputo
Por otro lado, fue consultado respecto a sus consideraciones en torno a la interna en la Casa Rosada que hablan de una temprana salida del jefe de Gabinete, Nicolás Posse, motivada por el aumento salarial a funcionarios -del cual tuvo que retractarse e Gobierno- y la no aprobación de la Ley Bases. “Quizás hay algo personal. Pero es claramente una exhibición de la tercera dimensión del gobierno”, dijo.
“A este gobierno le falla la gestión, te lo dicen los propios. Hay funcionarios que no fueron nombrados, firmas que no están. Hay una medida que fue tomada y no es implementada porque no hay nadie que se haga cargo. Hay un gabinete descoordinado. Quizás Milei se haya enojado personalmente con Posse, pero el jefe de gabinete no estaba siendo jefe de nadie”, explicó.
En la misma línea, descartó que el asesor Santiago Caputo, o la secretaria de la presidencia, Karina Milei, pudieran tomar ese cargo. “Milei confía en pocas personas. Ni Santiago ni Karina tienen capacidad de coordinar la gestión. Necesita a alguien que administre la jefatura, pero le sigue faltando alguien para ese cargo. Karina tuvo práctica en Diputados, pero no lo consigue en el Senado donde se peleó con la otra mitad del sándwich”.
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