El BCRA licitó más Bopreal y ya colocó más de US$10.000 millones
Licitación. Debió prorratear el remanente de US$60 millones que le quedaba, aunque la demanda total fue de apenas US$90 millones; la entidad podría seguir emitiendo deuda
Javier BlancoLos analistas siguen de cerca la situación de las reservas
El Banco Central (BCRA) completó ayer la colocación de los Bonos para la Reconstrucción de una Argentina Libre (Bopreal), el título que diseñó para atender la deuda comprometida como parte de pago de importaciones que dejó la administración Fernández y para retirar pesos del mercado ofreciendo a las empresas involucradas en ello la promesa de acceso a los dólares en dos o tres años, cuando sus reservas ya estén recuperadas por los excedentes que se esperar de la balanza comercial.
Lo hizo al adjudicar, tras un noveno llamado a licitación, el remanente de US$60 millones que le quedaba aún de la serie III y tras recibir posturas de compra por US$30,8 millones de empresas con deudas por importaciones y por otros US$60,1 millones de otras que buscaban atender con ese instrumento el giro de utilidades que adeudan.
“Comolademandasuperóelcupo máximo residual de emisión, el mecanismo de adjudicación fue a prorrata de los montos demandados”, explicó la entidad que comanda Santiago Bausili en el comunicado.
Allí recordó además que con esta subasta el BCRA finalizó colocando el monto máximo de las tres series por un total de US$10.000 millones, algo con lo que logró reprogramar con un mecanismo de mercado las deudas pendientes con el exterior significativamente con “un instrumento novedoso que permite, a su vez, absorber una cantidad importante de pesos en circulación, contribuyendo a la reducción de la generación endógena de dinero”.
De este modo, según los números preliminares, el 83% del bono se lo quedaron las empresas con deudas con proveedores del exterior y el 17% compañías (básicamente bancos, por lo que trascendió) cuyas casas matrices aceptaron recibir el pago de ganancias por esta vía.
El mensaje oficial no aclaró si con esto se acababan las emisiones de este tipo de papeles para atender pasivos heredados en moneda extranjera, lo que motivó una consulta al respecto: “Hoy se acabaron la nacion los cupos y no creo que la semana que viene coloquemos nada. En adelante veremos si vienen pedidos o cómo queda la cosa antes de decidir el próximo paso”, contestaron al respecto desde la entidad.
Por lo pronto, las sucesivas colocaciones de este bono, realizadas en los últimos cinco meses, hicieron que los pasivos remunerados en dólares del BCRA (que ya habían crecido de cero más de US$5000 millones durante la parte final de la anterior gestión, básicamente por la emisión de letras internas –Lediv– cedidas como seguro cambiario a los importadores que hacían cola por obtener acceso al mercado de cambio oficial) escalen de los US$5050 millones a unos US$10.800 millones en lo que va de la gestión Milei.
La diferencia es que esas Lediv se liquidaban en pesos y no en dólares y solo una parte de la Serie I de los actuales Bopreales (el que las empresas compradoras usen para cumplir con el pago de impuestos en estos meses) podría ser “pesificada” en los hechos.
La suba constante de esta deuda del BCRA contrasta con el descenso que al fin muestran sus pasivos remunerados en pesos, una “bola” que se venía ya desinflando por los fuertes recortes de tasa y se derrumbó 30% a comienzos de esta semana (tras la licitación de deuda que favoreció que migraran unos $10 billones hacia letras del Tesoro): cayó de $35 a $25 billones, tras tocar un “piso” levemente inferior a los $22 billones el martes.
Es algo que miran con atención los analistas, dado que refuerza la necesidad de que el BCRA asegure una sostenida mejora de su tenencia propia de reservas en los próximos meses. “Sin duda, la dolarización de la deuda puede ser un problema a futuro, aunque hoy no lo represente y probablemente no había otra manera de enfrentar el tema. El compromiso asumido con Bopreales requiere que se asegure la generación e ingreso de divisas en adelante no solo para pagar las deudas contraídas, sino también para motorizar una economía muy dependiente de las importaciones”, apuntó al respecto el economista Federico Glustein.
“La sensación es que estamos en un camino correcto, aunque parecen un llamado de atención los problemas que muestra en los últimos días el BCRA para seguir sumando reservas a buen ritmo”, acotó.
La referencia alude a los magros volúmenes que, contra las predicciones, se siguen operando por la plaza cambiaria oficial en plena “temporada alta” de liquidación de divisas. “Hoy [por ayer] hubo una baja importante del volumen que cayó 28% con relación a ayer [anteayer]: se operaron apenas US$257 millones. Se confirma que la cosecha gruesa no se ve con la fuerza que el mercado esperaba”, observó al respecto Francisco Díaz Mayer, de ABC Cambios.
Esa menor afluencia de la oferta condicionó al BCRA, que, por segunda rueda consecutiva, solo pudo comprar US$59 millones, un ingreso que no alcanzó para evitar una merma de US$74 millones en las reservas totales que amenazan perforar el “piso” de US$29.000 millones superado a comienzos de semana (quedaron en US$29.008 millones ayer).
Desde la consultora 1816 adjudican tanto a la menor oferta como a las menores compras oficiales a la “semana de mayor debilidad desde principios de enero” que viene atravesando el peso, la moneda que más se había revalorizado globalmente en el primer cuatrimestre del año
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Se dio un paso clave para la competencia de monedas
El BCRA igualó las condiciones para abrir cuentas en pesos y dólares
El Banco Central (BCRA) completó ayer la colocación de los Bonos para la Reconstrucción de una Argentina Libre (Bopreal), el título que diseñó para atender la deuda comprometida como parte de pago de importaciones que dejó la administración Fernández y para retirar pesos del mercado ofreciendo a las empresas involucradas en ello la promesa de acceso a los dólares en dos o tres años, cuando sus reservas ya estén recuperadas por los excedentes que se esperar de la balanza comercial.
Lo hizo al adjudicar, tras un noveno llamado a licitación, el remanente de US$60 millones que le quedaba aún de la serie III y tras recibir posturas de compra por US$30,8 millones de empresas con deudas por importaciones y por otros US$60,1 millones de otras que buscaban atender con ese instrumento el giro de utilidades que adeudan.
“Comolademandasuperóelcupo máximo residual de emisión, el mecanismo de adjudicación fue a prorrata de los montos demandados”, explicó la entidad que comanda Santiago Bausili en el comunicado.
Allí recordó además que con esta subasta el BCRA finalizó colocando el monto máximo de las tres series por un total de US$10.000 millones, algo con lo que logró reprogramar con un mecanismo de mercado las deudas pendientes con el exterior significativamente con “un instrumento novedoso que permite, a su vez, absorber una cantidad importante de pesos en circulación, contribuyendo a la reducción de la generación endógena de dinero”.
De este modo, según los números preliminares, el 83% del bono se lo quedaron las empresas con deudas con proveedores del exterior y el 17% compañías (básicamente bancos, por lo que trascendió) cuyas casas matrices aceptaron recibir el pago de ganancias por esta vía.
El mensaje oficial no aclaró si con esto se acababan las emisiones de este tipo de papeles para atender pasivos heredados en moneda extranjera, lo que motivó una consulta al respecto: “Hoy se acabaron la nacion los cupos y no creo que la semana que viene coloquemos nada. En adelante veremos si vienen pedidos o cómo queda la cosa antes de decidir el próximo paso”, contestaron al respecto desde la entidad.
Por lo pronto, las sucesivas colocaciones de este bono, realizadas en los últimos cinco meses, hicieron que los pasivos remunerados en dólares del BCRA (que ya habían crecido de cero más de US$5000 millones durante la parte final de la anterior gestión, básicamente por la emisión de letras internas –Lediv– cedidas como seguro cambiario a los importadores que hacían cola por obtener acceso al mercado de cambio oficial) escalen de los US$5050 millones a unos US$10.800 millones en lo que va de la gestión Milei.
La diferencia es que esas Lediv se liquidaban en pesos y no en dólares y solo una parte de la Serie I de los actuales Bopreales (el que las empresas compradoras usen para cumplir con el pago de impuestos en estos meses) podría ser “pesificada” en los hechos.
La suba constante de esta deuda del BCRA contrasta con el descenso que al fin muestran sus pasivos remunerados en pesos, una “bola” que se venía ya desinflando por los fuertes recortes de tasa y se derrumbó 30% a comienzos de esta semana (tras la licitación de deuda que favoreció que migraran unos $10 billones hacia letras del Tesoro): cayó de $35 a $25 billones, tras tocar un “piso” levemente inferior a los $22 billones el martes.
Es algo que miran con atención los analistas, dado que refuerza la necesidad de que el BCRA asegure una sostenida mejora de su tenencia propia de reservas en los próximos meses. “Sin duda, la dolarización de la deuda puede ser un problema a futuro, aunque hoy no lo represente y probablemente no había otra manera de enfrentar el tema. El compromiso asumido con Bopreales requiere que se asegure la generación e ingreso de divisas en adelante no solo para pagar las deudas contraídas, sino también para motorizar una economía muy dependiente de las importaciones”, apuntó al respecto el economista Federico Glustein.
“La sensación es que estamos en un camino correcto, aunque parecen un llamado de atención los problemas que muestra en los últimos días el BCRA para seguir sumando reservas a buen ritmo”, acotó.
La referencia alude a los magros volúmenes que, contra las predicciones, se siguen operando por la plaza cambiaria oficial en plena “temporada alta” de liquidación de divisas. “Hoy [por ayer] hubo una baja importante del volumen que cayó 28% con relación a ayer [anteayer]: se operaron apenas US$257 millones. Se confirma que la cosecha gruesa no se ve con la fuerza que el mercado esperaba”, observó al respecto Francisco Díaz Mayer, de ABC Cambios.
Esa menor afluencia de la oferta condicionó al BCRA, que, por segunda rueda consecutiva, solo pudo comprar US$59 millones, un ingreso que no alcanzó para evitar una merma de US$74 millones en las reservas totales que amenazan perforar el “piso” de US$29.000 millones superado a comienzos de semana (quedaron en US$29.008 millones ayer).
Desde la consultora 1816 adjudican tanto a la menor oferta como a las menores compras oficiales a la “semana de mayor debilidad desde principios de enero” que viene atravesando el peso, la moneda que más se había revalorizado globalmente en el primer cuatrimestre del año
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Se dio un paso clave para la competencia de monedas
El BCRA igualó las condiciones para abrir cuentas en pesos y dólares
Javier Blanco
El Banco Central (BCRA) dio el primer paso formal hacia el bimonetarismo o la competencia de monedas, objetivo al que apunta la gestión Milei. Lo hizo al igualar, mediante la aprobación de la comunicación A 8027, las condiciones que los bancos deben cumplir para abrirle a un cliente una caja de ahorro en moneda extranjera con las que ya estaban establecidas para la apertura de cajas de ahorro en pesos.
La norma en cuestión, recientemente publicada, dispone que para la apertura y el funcionamiento de la caja de ahorros en moneda extranjera “serán de aplicación las disposiciones relativas a la caja de ahorros en pesos” contenidas en las normas sobre “depósitos de ahorro, cuenta sueldo y especiales”.
Deroga así la comunicación A 7105, de mediados de septiembre de 2020, que había establecido que “con carácter previo a la apertura de una caja de ahorros en moneda extranjera –excepto que se solicite para acreditar transferencias que provengan del exterior– las entidades financieras deberán obtener evidencia de la que surja que el cliente posee ingresos y/o activos consistentes con el ahorro en moneda extranjera”.
Además, excluía de esa posibilidad a cualquier persona que sea beneficiario “de algún plan o programa caracterizado como de ayuda social –incluyendo los subsidios de carácter alimentario–”, lo que no fue escollo para que, como mostraron auditorías oficiales y mantiene bajo investigación la Justicia, algunos de ellos incluso hayan logrado acceso al mercado cambiario local para concretar compras del cupo del denominado “dólar ahorro” por largo tiempo.
El Banco Central (BCRA) dio el primer paso formal hacia el bimonetarismo o la competencia de monedas, objetivo al que apunta la gestión Milei. Lo hizo al igualar, mediante la aprobación de la comunicación A 8027, las condiciones que los bancos deben cumplir para abrirle a un cliente una caja de ahorro en moneda extranjera con las que ya estaban establecidas para la apertura de cajas de ahorro en pesos.
La norma en cuestión, recientemente publicada, dispone que para la apertura y el funcionamiento de la caja de ahorros en moneda extranjera “serán de aplicación las disposiciones relativas a la caja de ahorros en pesos” contenidas en las normas sobre “depósitos de ahorro, cuenta sueldo y especiales”.
Deroga así la comunicación A 7105, de mediados de septiembre de 2020, que había establecido que “con carácter previo a la apertura de una caja de ahorros en moneda extranjera –excepto que se solicite para acreditar transferencias que provengan del exterior– las entidades financieras deberán obtener evidencia de la que surja que el cliente posee ingresos y/o activos consistentes con el ahorro en moneda extranjera”.
Además, excluía de esa posibilidad a cualquier persona que sea beneficiario “de algún plan o programa caracterizado como de ayuda social –incluyendo los subsidios de carácter alimentario–”, lo que no fue escollo para que, como mostraron auditorías oficiales y mantiene bajo investigación la Justicia, algunos de ellos incluso hayan logrado acceso al mercado cambiario local para concretar compras del cupo del denominado “dólar ahorro” por largo tiempo.
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
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