Se postergan las subas de gas, luz y el impuesto a combustibles en mayo
El aumento automático para las tarifas energéticas y la actualización del tributo debían empezar a regir a partir de ayer, pero el Ministerio de Economía decidió aplazarlos
Sofía DiamanteLuis Caputo decidió pisar varios aumentos en el mes
El Gobierno decidió postergar los aumentos de tarifas de gas y electricidad y la actualización del impuesto a los combustibles que tendrían que haberse aplicado a partir de ayer. Luego de un día de definiciones en el Palacio de Hacienda, fuentes oficiales confirmaron que “en mayo no hay aumentos de luz y gas”.
“Porque estamos cómodos en lo fiscal, priorizamos bajar la inflación y no cargar más con gastos de momento a la clase media”, dijo el ministro de Economía, Luis Caputo, en la red social X.
El Ministerio de Economía confirmó que se diferirá la actualización del impuesto a los combustibles a través de un decreto en el Boletín Oficial, puesto que la AFIP ya había oficializado la suba que iba a impactar en los precios del surtidor en al menos un 7% –las naftas igualmente aumentaron ayer 4,6% en promedio, pero no por ese tributo, sino por el alza de costo de las petroleras–. “La medida garantiza previsibilidad al sector y establece que no habrá incremento alguno por dichos conceptos en el mes de mayo”, dijeron.
A partir de ayer debía empezar a regir también la fórmula de actualización mensual de las tarifas de gas y electricidad que el Gobierno diseñó para que los aumentos otorgados no queden atrasados respecto de la inflación. Sin embargo, los entes reguladores de estos servicios, Enargas y ENRE, respectivamente, no publicaron los nuevos cuadros tarifarios a la espera de una definición de Economía.
Los entes reguladores tienen calculado de cuánto sería la suba que correspondería a las empresas: 10,69% para las distribuidoras eléctricas, 12,5% para las distribuidoras de gas y 12% para las transportistas de gas.
En el Palacio de Hacienda, Caputo y el secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, analizaron el impacto que iba a tener el nuevo aumento de tarifas sobre la inflación y decidieron demorarlo al menos un mes más.
Las empresas, por su parte, quedaron sorprendidas, sin haber tenido un anticipo de lo que iba a suceder. Entre ellas están Edenor, Edesur, Metrogas, Camuzzi, Naturgy, TGN y TGS. La postergación del aumento se tomó como una “mala señal”, ya que el plan de “normalización del sector” se pospuso antes siquiera de que se pusiera en marcha.
Una situación similar les ocurrió a las empresas de colectivos en el área metropolitana de Buenos Aires, al enterarse de la suspensión de los aumentos de boletos en abril y mayo.
Economía debía definir si avanzaba en una quita de subsidios para los sectores de ingresos bajos (N2) y medios (N3) en gas y electricidad; si aumentaba el costo que pagan los comercios, industrias y hogares de ingresos altos, y si autorizaba el ajuste mensual de tarifas para las empresas.
Al final, nada de eso sucederá y todo continuará como estaba o peor, ya que la inflación y la devaluación mensual se mantienen al ritmo del 7% y 2% mensual, respectivamente, y cada día que pasa los usuarios residenciales de ingresos bajos y medios demandan más subsidios.
La postergación de un mes de la actualización de tarifas no tendrá igualmente mayor impacto en las expectativas del mercado sobre el cumplimiento del superávit financiero. El ministro Caputo se aseguró un margen de maniobra con el feroz ajuste en el gasto aplicado en el primer trimestre y la media sanción de Diputados lo acerca cada vez más al objetivo de mejorar la recaudación con los cambios en Ganancias, Bienes Personales, monotributo, moratoria impositiva y regularización de activos (blanqueo).
Sin embargo, la obsesión del Gobierno por reducir la inflación podría colisionar con la base del programa económico, que es eliminar el déficit de las cuentas del Estado a través de una reducción del gasto.
La efectividad del Gobierno para implementar medidas económicas depende de que la popularidad del presidente Javier Milei se mantenga en terreno positivo, en un contexto donde gran parte del electorado convive con la disminución de su poder adquisitivo. Por eso la decisión de subir las tarifas podría socavar el ánimo de la sociedad
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Empiezan a llegar las primeras bajas de precios
Supermercados y mayoristas comenzaron a recibir listas de sus proveedores con rebajas de hasta 10%
Alfredo Sainz
El fantasma de la deflación ya recorre las góndolas de los supermercados argentinos. En medio de una profunda caída del consumo, en los últimos días las grandes cadenas de supermercados y los mayoristas empezaron a recibir algunas listas con bajas de precios de distintos proveedores. Por ahora no se trata de un proceso generalizado ni se siente en todas las categorías, pero en el sector ya hablan de un cambio de tendencia, después de la ola de aumentos de los últimos meses.
A la hora de explicar las causas, en los supermercados precisan que pueden influir varios factores, como el incipiente ingreso de productos importados –que ya empezó a registrarse en algunas categorías como cervezas o atún en lata, y que promete extenderse al pan lactal y las pastas–. Otras voces precisan que en algunos casos las empresas fabricantes se habían sobregirado en dólares y habían confeccionado sus listas pensando en un tipo de cambio mucho más alto.
Sin embargo, entre todos los jugadores del rubro existe un consenso de que detrás de las bajas de precios está un derrumbe de la demanda que obliga a todas las empresas a repensar sus estrategias comerciales. De acuerdo con los datos de la consultora Scentia, la caída del consumo se profundizó en marzo, que cerró con una baja del 7,5% en las ventas de la canasta básica (alimentos, bebidas, artículos de tocador y limpieza).
En el caso de las compañías que están reformulando a la baja sus listas de precios, la caída llega hasta el 10% y en muchos casos el dato viene disimulado bajo conceptos como “promociones” o “descuentos especiales”. La lista de empresas que comunicaron una baja en sus precios incluye a empresas líderes y también asegundas y tercer as marcas, principalmente en el rubro alimentos.
“Hace dos semanas habíamos salido para los comerciantes con una oferta de azúcar Ledesma a $950 y ahora la estamos vendiendo a $799, es decir, casi un 20% menos. Y algo parecido está ocurriendo en marcas de arroz como Molinos Ala y Dos Hermanos y en la harina de Morixe”, explicaron a en un distribuidor mayorista líder.
“Hay proveedores que están presentando listas con bajas de precios muy marcadas. Y algunos son grandes, como Molinos, que nos acaba de mandar una lista con una baja promedio del 10%”, dijeron en una de las grandes cadenas minoristas.
En otro mayorista tienen una mirada menos optimista en materia de precios. “En las listas nuevas no hay bajas, pero lo que sí están apareciendo son inversiones en actividades de dinámica para mover la mercadería. Por otro lado, lo que tampoco se ve son aumentos”, explicaron
En el sector, además, relativizan el papel que puede tener la importación en estos movimientos de los precios. “Recién en unos meses vamos a tener la oferta para competir en segmentos masivos como las pastas italianas a $3000 o las galletitas más populares
El fantasma de la deflación ya recorre las góndolas de los supermercados argentinos. En medio de una profunda caída del consumo, en los últimos días las grandes cadenas de supermercados y los mayoristas empezaron a recibir algunas listas con bajas de precios de distintos proveedores. Por ahora no se trata de un proceso generalizado ni se siente en todas las categorías, pero en el sector ya hablan de un cambio de tendencia, después de la ola de aumentos de los últimos meses.
A la hora de explicar las causas, en los supermercados precisan que pueden influir varios factores, como el incipiente ingreso de productos importados –que ya empezó a registrarse en algunas categorías como cervezas o atún en lata, y que promete extenderse al pan lactal y las pastas–. Otras voces precisan que en algunos casos las empresas fabricantes se habían sobregirado en dólares y habían confeccionado sus listas pensando en un tipo de cambio mucho más alto.
Sin embargo, entre todos los jugadores del rubro existe un consenso de que detrás de las bajas de precios está un derrumbe de la demanda que obliga a todas las empresas a repensar sus estrategias comerciales. De acuerdo con los datos de la consultora Scentia, la caída del consumo se profundizó en marzo, que cerró con una baja del 7,5% en las ventas de la canasta básica (alimentos, bebidas, artículos de tocador y limpieza).
En el caso de las compañías que están reformulando a la baja sus listas de precios, la caída llega hasta el 10% y en muchos casos el dato viene disimulado bajo conceptos como “promociones” o “descuentos especiales”. La lista de empresas que comunicaron una baja en sus precios incluye a empresas líderes y también asegundas y tercer as marcas, principalmente en el rubro alimentos.
“Hace dos semanas habíamos salido para los comerciantes con una oferta de azúcar Ledesma a $950 y ahora la estamos vendiendo a $799, es decir, casi un 20% menos. Y algo parecido está ocurriendo en marcas de arroz como Molinos Ala y Dos Hermanos y en la harina de Morixe”, explicaron a en un distribuidor mayorista líder.
“Hay proveedores que están presentando listas con bajas de precios muy marcadas. Y algunos son grandes, como Molinos, que nos acaba de mandar una lista con una baja promedio del 10%”, dijeron en una de las grandes cadenas minoristas.
En otro mayorista tienen una mirada menos optimista en materia de precios. “En las listas nuevas no hay bajas, pero lo que sí están apareciendo son inversiones en actividades de dinámica para mover la mercadería. Por otro lado, lo que tampoco se ve son aumentos”, explicaron
En el sector, además, relativizan el papel que puede tener la importación en estos movimientos de los precios. “Recién en unos meses vamos a tener la oferta para competir en segmentos masivos como las pastas italianas a $3000 o las galletitas más populares
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¿Del borde de la hiperinflación a la deflación?
Juan Carlos de Pablo
Inflación es el aumento sistemático del nivel general de los precios. Aumento de precios, no precios altos; sistemático, no ocasional, y del nivel general de los precios, es decir, de la enorme mayoría de los precios, aunque no todos suban a la misma velocidad. Deflación es lo contrario de inflación: disminución sistemática del nivel general de los precios.
Deflación alude a caída en los precios; recesión, a disminución de cantidades. Depresión es un término que se usa para caracterizar lo que ocurrió en el mundo durante la década de 1930: un episodio único por su duración, intensidad y extensión geográfica.
¿Deflación en la Argentina 2024? Según el Indec, en GBA (CABA más suburbios), a nivel precios al consumidor, la tasa de inflación fue de 25% en diciembre de 2023, 20% en enero de 2024, 15% en febrero y 11,5% en marzo. Si la tasa de inflación de abril fue de 9,8%, o de 10,2%, puede resultar importante en el plano estrictamente político, pero da lo mismo en el puramente económico.
Cualquiera de los dos guarismos indica un nuevo descenso de la tasa de inflación, pero están muy lejos de una deflación. Pudieron haberse registrado disminuciones generales en la última semana de abril, o en algunos productos, lo cual es otra cosa.
¿Es la deflación una buena noticia? Como todo en economía, la respuesta a este interrogante depende de la cuantía. Sigo el razonamiento, aunque nadie espera, en la Argentina 2024, que el fenómeno–si aparece–tengasuficiente dimensión como para demandar la acción pública.
En la historia económica argentina el episodio que viene a cuento se desarrolló, precisamente, en la década de 1930, cuando los precios internacionales de los productos que exportaba nuestro país cayeron aproximadamente ¡a la mitad!
En aquel momento algunos arrendamientos habían sido pactados en bienes, de manera que propietarios y arrendatarios sufrieron por igual; pero otros habían sido concertados en pesos, por lo cual –en términos de producción– el arrendatario tenía que pagar el doble. Tal como era de esperar, una ley corrigió el problema. Como digo, el ejemplo ilustra, pero nadie está esperando algo parecido, aquí y ahora.
¿Es posible crecer con deflación? El PBI real del mundo, no solamente el de la Argentina, creció con disminución sistemática del nivel general de los precios, pero en el último cuarto del siglo XIX.
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
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