martes, 17 de septiembre de 2024

LECTURAS....MIRADAS Y PABLO NERUDA


Soluciones kirchneristas para el Poder Judicial
Cristina Kirchner, que antes achicó la Corte, ahora la quiere volver a agrandar
 Pablo Mendelevich

Sin ponerse colorados, los operadores kirchneristas se enfervorizan con la idea de agrandar la Corte Suprema. Nada de discutir minucias, de tapar agujeros con la incorporación de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla, como propone el Gobierno. Hay que hacer una corte en serio, dicen.
En realidad, mucho no explican. Solo repiten que a la Corte hay que ampliarla. Lo que supone copiar el método empleado en 1990 por Menem. A quien, en el amanecer de la República Matrimonial, los Kirchner insultaban tres veces por día. Lo culpaban, entre otras cosas, precisamente de haber colonizado la Justicia mediante el disfraz de una Corte casi duplicada, el viejo truco de crear vacantes para llenarlas de amigos.
Cambiarle el talle a la Corte (que a lo largo de la historia casi siempre fue de cinco jueces) es mucho más sencillo que nombrar integrantes de a uno. Lo primero se hace con mayoría simple de los presentes en ambas cámaras del Congreso, mientras que lo segundo requiere los dos tercios.
Menem consiguió un éxito trascendental al llevar el máximo tribunal de cinco a nueve con el fin de hacerlo propio. Corte propia… hasta suena monárquico. Murió en 2021, a los 90 años, con decenas de causas abiertas y sin ninguna condena firme.
Ahora, para mejorar el servicio de justicia a nivel del máximo tribunal, la experta Cristina Kirchner ofrece la misma solución revolucionaria: se debe aumentar sin falta la cantidad de miembros. Wado de Pedro le llevó la oferta a Santiago Caputo, según se supo. Se puede estar tranquilo: dos prohombres de la república negocian el futuro institucional argentino.
Pese a que la expresidenta no cree demasiado en la división de poderes, en estos temas sabe más que nadie. Primero, como usuaria, dado que está condenada por administración fraudulenta a seis años de prisión y tiene además varios juicios orales pendientes, todo lo cual llegará, más tarde o más temprano, a la Corte Suprema.
Pero seamos justos, el dominio del tema le viene de lejos. Gracias a ella, en 2006 la Corte volvió al talle habitual de cinco miembros. Con argumentos republicanos y el principismo visceral de siempre, la entonces senadora fue la autora del proyecto que repuso a la Corte en su actual dimensión. La dimensión que ahora aborrece.
Los constituyentes no imaginaron los escenarios de los últimos años: vicepresidentes que regentean presidentes y refundan instituciones con el propósito explícito de zafar de procesos criminales personales. Y partidos políticos (o movimientos) que los respaldan, estimulados por un arraigado sistema de beneficios mutuos.
El asunto del tamaño de la Corte llegó a ser el cemento con el que se podía preservar adherido el peronismo al kirchnerismo, perdurable amalgama, a ratos inexplicable. Dos años atrás, cuando controlaba el Senado y le tumbaba ministros por carta a Alberto Fernández, Cristina Kirchner tentó a los gobernadores con una corte mastodóntica, capaz incluso de protagonizar un partido de fútbol sin necesidad de convocar equipo visitante. Todos iban a poder poner a sus amigos en esa Corte: tendría 25 lugares. Fue diseñada, bajo la épica transformadora de la expresidenta, por el gobernador Alberto Rodríguez Saá. Prometía convertir a los poderosos Lorenzetti, Maqueda, Rosenkrantz y Rosatti en cuatro gotas de agua arrojadas a la inmensidad de un mar de jueces. Las internas peronistas obligaron a rebanarle al modelo un 40%. Quedó en 15 miembros. Así lo aprobó el Senado en el comienzo de la primavera de 2022, casi a la misma hora en que Cristina Kirchner hacía su alegato de defensa en la causa Vialidad.
La escena no podía ser más elocuente: el Senado votaba una ley declamatoria (36 a favor, 33 en contra) para garantizarle impunidad a su mentora (quien por razones de modestia, seguramente, esa tarde no presidió la sesión y prefirió quedarse en su despacho). Poco después el Tribunal Oral Federal en lo Criminal N° 2 no solo condenaba a la vicepresidenta a seis años de prisión, sino que la inhabilitaba de por vida para ejercer cargos públicos. Condena que resolverá en última instancia la Corte. La Corte a la que ella pretendió aplicarle diluyente.
En rigor, la ampliación se aprobó, pero sin que Diputados le completase la movida: ley no hubo. Para consuelo, en 2023 Cristina Kirchner ordenó otra batalla, otra puesta en escena: de nuevo un juicio político a los miembros de la Corte, a sabiendas de que no tendría la fuerza necesaria para llevarlo adelante fuera del ámbito de la comisión parlamentaria. El rencor contra la Corte no es solo por el futuro, tiene también incontables razones originadas en el pasado, pero la que más le afecta a Cristina Kirchner es la referida a la declaración de inconstitucionalidad de la reforma del Consejo de la Magistratura que ella había elaborado, también en 2006
Lo último: se supo que eran espejismos las versiones de que ordenaría a sus senadores votar por el pliego de Lijo. Dejó correr que ese voto estaba condicionado a la posibilidad de poner también jueces a la carta. Es decir, a la posibilidad de ampliar el tribunal.
Quizá lo más inquietante de todo sea que se naturalice la idea de agrandar la Corte como si se tratara de una propuesta técnica, doctrinaria o cosa semejante. No hay motivos para pensar que se trate de algo diferente de lo que está a la vista, memoria mediante.

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Las musas que inspiraron los poemas de amor de Pablo Neruda
Fueron dos las mujeres que invocó el vate chileno para escribir versos que renovaron la poesía en español
Antonio RequeniPablo Neruda, con su última esposa, Matilde Urrutia, en Lima el comercio
Hace poco se cumplieron cien años de la publicación de Veinte poemas de amor y una canción desesperada, de Pablo Neruda, considerado el poemario amoroso por antonomasia del siglo XX, equivalente a las Rimas de Gustavo Adolfo Bécquer en el siglo anterior. Ambos libros coinciden en la temática, pero no en su enfoque y estilo. Mientras los versos del andaluz revelan el amor ideal de un espíritu soñador que se deshace en suspiros románticos, las composiciones del chileno, también teñidas de romanticismo, exponen una fuerte sensualidad, una pasión mucho menos meliflua.
Comparemos los versos de Bécquer: Por una mirada un mundo/ por una sonrisa un cielo,/ por un beso… ¡yo no sé/ qué te diera por un beso! con los de Neruda: Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos,/ te pareces al mundo en tu actitud de entrega./ Mi cuerpo de labriego salvaje te socava/ y hace saltar el hijo del fondo de la tierra.
Las Rimas, dedicadas a Julia Espín, fueron publicadas en 1871, un año después de la muerte de su autor. Los Veinte poemas aparecieron 53 años después, cuando Neruda tenía 20 años. Precozmente, un año antes había publicado Crepusculario, pero la inspiradora no fue una sino fueron dos: Teresa Vázquez, a la que Neruda llamaba Tarusa, y Albertina Azócar, a quien apodaba Netocha (un personaje de Dostoievski).
Netocha era hermana del poeta, amigo de Neruda, Rubén Azócar. En el libro de memorias Confieso que he vivido dedica, sin nombrarlas, apenas unos pocos párrafos a sus inspiradoras. Siempre se mostró reticente a hablar de ellas. Yo tuve el privilegio de entrevistar al futuro Premio Nobel a fines de los años 50 y eludió hábilmente el tema. Pero en el libro Neruda, de su amigo, confidente y correligionario comunista Volodia Teitelboim, que es la más completa biografía escrita después de la muerte del poeta, encontramos abundante información sobre las dos mujeres, datos reveladores que el autor me confirmó durante una visita que le hice en su casa de las afueras de Santiago.


Publicadas en vidaCrepusculario. Santiago, Ediciones Claridad, 1923.
Veinte poemas de amor y una canción desesperada. Santiago, Editorial Nascimento, 1924.
Tentativa del hombre infinito. Santiago, Editorial Nascimento, 1926.
El habitante y su esperanza. Novela. Santiago, Editorial Nascimento, 1926.
Anillos. Santiago, Editorial Nascimento, 1926 (prosa poética de Pablo Neruda y Tomás Lago).
El hondero entusiasta. Santiago, Empresa Letras, 1933.
Residencia en la Tierra (1925-1931). Madrid, Ediciones del Árbol, 1935.
España en el corazón. Himno a las glorias del pueblo en la guerra: (1936-1937). Santiago, Ediciones Ercilla, 1937.
Nuevo canto de amor a Stalingrado. México, 1943.
Tercera residencia (1935-1945). Buenos Aires, Losada, 1947.
Canto general. México, Talleres Gráficos de la Nación, 1950.
Los versos del capitán. Imprenta L'Arte Tipografica, Napoli, 1952, 184 pp.
Todo el amor. Santiago, Editorial Nascimento, 1953.
Las uvas y el viento. Santiago, Editorial Nascimento, 1954.
Odas elementales. Buenos Aires, Editorial Losada, 1954.
Nuevas odas elementales. Buenos Aires, Editorial Losada, 1955.
Tercer libro de las odas. Buenos Aires, Losada, 1957.
Estravagario. Buenos Aires, Editorial Losada, 1958.
Navegaciones y regresos Buenos Aires, Editorial Losada, 1959.
Cien sonetos de amor. Santiago, Editorial Universitaria, 1959.
Canción de gesta. La Habana, Imprenta Nacional de Cuba, 1960.
Poesías: Las piedras de Chile. Buenos Aires, Editorial Losada, 1960. Las Piedras de Pablo Neruda.
Cantos ceremoniales. Buenos Aires, Losada, 1961.
Memorial de Isla Negra. Buenos Aires, Losada, 1964. 5 volúmenes.
Arte de pájaros. Santiago, Ediciones Sociedad de Amigos del Arte Contemporáneo, 1966.
Fulgor y muerte de Joaquín Murieta. Santiago, Zig-Zag, 1967. La obra fue escrita con la intención de servir de libreto para una ópera de Sergio Ortega.
La Barcarola. Buenos Aires, Losada, 1967.
Las manos del día. Buenos Aires, Losada, 1968.
Comiendo en Hungría. Editorial Lumen, Barcelona, 1969 (en coautoría con Miguel Ángel Asturias).
Fin del mundo. Santiago, Edición de la Sociedad de Arte Contemporáneo, 1969. Con Ilustraciones de Mario Carreño, Nemesio Antúnez, Pedro Millar, María Martner, Julio Escámez y Oswaldo Guayasamín.
Aún. Editorial Nascimento, Santiago, 1969.
Maremoto. Santiago, Sociedad de Arte Contemporáneo, 1970. Con Xilografías a color de Carin Oldfelt Hjertonsson.
La espada encendida. Buenos Aires, Losada, 1970.
Las piedras del cielo. Editorial Losada, Buenos Aires, 1970.
Discurso de Estocolmo. Alpignano, Italia, A. Tallone, 1972.
Geografía infructuosa Buenos Aires, Editorial Losada, 1972.
La rosa separada. Éditions du Dragon, París, 1972 con grabados de Enrique Zañartu.
Incitación al Nixonicidio y alabanza de la revolución chilena. Santiago, Empresa Editora Nacional Quimantú, Santiago, 1973.
Geografía de Pablo Neruda. Editorial Aymá, Barcelona, 1973. Glosas autógrafas de Neruda, Fotos de Sara Facio y Alicia D'Amico.
Himno y regreso.
Que despierte el leñador.
Tentativa del hombre infinito.

DiscografíaArte de pájaros (1966, con Ángel Parra)

Publicación póstumaEl mar y las campanas. Editorial Losada, Buenos Aires, 1973.
2000. Editorial Losada, Buenos Aires, 1974.
Elegía. Editorial Losada, Buenos Aires, 1974.
El corazón amarillo. Editorial Losada, Buenos Aires, 1974.
Jardín de invierno. Editorial Losada, Buenos Aires, 1974.
Confieso que he vivido. Memorias. Barcelona, Seix Barral, 1974. (autobiografía)
Libro de las preguntas. Editorial Losada, Buenos Aires, 1974.
Cartas de amor de Pablo Neruda. Ediciones Rodas, Madrid, 1975.
Para nacer he nacido. Editorial Seix Barral, Barcelona, 1978.
Cartas a Laura. Centro Iberoamericano de Cooperación, Madrid, 1978.
Poesías escogidas. Biblioteca Premios Nobel. Aguilar S. A. de ediciones, 1980.
El río invisible Editorial Seix Barral, Barcelona, 1980.
Neruda/Eandi, Correspondencia durante Residencia en la tierra. Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1980.
El fin del viaje. Editorial Seix Barral, Barcelona, 1982.
Antología fundamental, prólogo de Jaime Quezada y selección de Jorge Baroos, Andrés Bello, 1997.
Pablo Neruda, Discursos Parlamentarios. (1945-1948). Editorial Antártica, Santiago, 1997.
Pablo Neruda, Cuadernos de Temuco Seix Barral, Buenos Aires.
Pablo Neruda, Prólogos. Editorial Sudamericana, Santiago, 2000.
Pablo Neruda, Epistolario viajero. (1927-1973), Editorial RIL, Santiago, 2004.
Pablo Neruda en O Cruzeiro Internacional. Editorial Puerto de Palos, Santiago, 2004.
Pablo Neruda. Yo respondo con mi obra: Conferencias, Discursos, Cartas, Declaraciones. (1932-1959). Ediciones Universidad de Salamanca, Salamanca, España, 2004.
Pablo Neruda, J. M. Coetzee, W. Faulkner, Doris Lessing, G. G. Márquez, Discursos, Alpha Decay, Barcelona, 2008.
Antología General, Real Academia Española, Asociación Chilena del Libro y Hernán Loyola, Alfaguara, Santiago de Chile, 2010.
La piel extensa, antología dirigida a un público juvenil, reúne cincuenta y cinco poemas en siete apartados temáticos; compilación de Gerardo Beltrán y Abel Murcia con ilustraciones de Adolfo Serra; Edelvives, Madrid, 2013.

TributosBusto de Neruda en Bremen.En el mural Presencia de América Latina, obra de Jorge González Camarena ubicada en el hall de acceso de la Casa del Arte de la Universidad de Concepción, sobre la punta de la cola de Quetzalcóatl puede leerse «Pablo Neruda», finalizando el extracto de su poema.1965 - Jorge González Camarena - Una sección de sus versos se encuentra en el mural Presencia de América Latina, los que pertenecen al poema América, del libro Canción de fiesta.
1986 - Alberto Cortez - '«Perdí tu dirección», canción homenaje del disco Sueños y Quimeras.
2006 - La Oreja de Van Gogh - «Canción desesperada» en su álbum Más Guapa, haciendo referencia al Soneto XLIV de Pablo Neruda.
2011 - Rayden - «Si vas», canción homenaje.

Álbumes1969 - Istros (Danai canta a Neruda) (por Danai Stratigopoulou)
1974 - Víctor Heredia canta a Pablo Neruda
1974 - Historia Natural de Pablo Neruda por Vincius de Moraes, Quarteto Em Cy & Toquinho, show grabado en vivo en el Teatro Tuca de São Paulo.
1977 - Paco Ibáñez canta a Pablo Neruda
1980 - Canto general, dirigido por Mikis Theodorakis (disco doble, con María Farantoúri y Petros Pendis)
1981 - Alturas de Machu Picchu por Los Jaivas
1999 - Marinero en Tierra Vol. 1. Tributo a Pablo Nerud​ (obra colectiva de varios artistas)
2004 - Marinero en Tierra Vol. 2. Tributo a Pablo Nerudaobra colectiva de varios artistas)
2004 - Neruda en el corazón (CD y DVD, varios artistas)
2004 - Sólo el amor (por Ángel Parra)

Artes escénicas

En la agenda vital de Pablo Neruda figuran tres matrimonios y una variada cantidad de aventuras ocasionales. Su primer casamiento fue con María Antonieta Hagenar, una holandesa que vivía en la isla de Java cuando Neruda se desempeñó diplomáticamente en el Asia meridional. Con ella tuvo una hija, Rosa Malva, que nació con una malformación y murió a los nueve años en Holanda, junto a su madre. Neruda ya se había separado.
El segundo matrimonio fue con Delia del Carril, hermana de Adelina del Carril, viuda de Ricardo Güiraldes. Delia –comunista– fue quien lo convirtió durante la guerra civil española. La tercera fue Matilde Urrutia, con la que vivió los últimos años y a la que dedicó Los versos del capitán.
Respecto de sus esporádicos amoríos, fueron muchos, pero no podemos dejar de referirnos a Blanca Luz Blum, periodista uruguaya, sobrina del presidente del Uruguay Baltasar Blum. Blanca Luz casó muy joven con el poeta peruano Parra del Riego y volvió a casarse con el muralista mexicano David Alfaro Siqueiros. Con él vino a la Argentina en 1933.
Aquí tuvo un affaire con Natalio Botana, director del vespertino Crítica, quien en una oportunidad invitó a la pareja a su quinta “Los Granados” en Don Torcuato (en cuyo sótano Siqueiros pintó el Ejercicio plástico) junto con otras personalidades, entre ellas Federico García Lorca, que estaba entonces en Buenos Aires, y el cónsul chileno Pablo Neruda. Allí Pablo tuvo un lance erótico con Blanca Luz, del que García Lorca fue testigo involuntario.
Neruda subió con ella al mirador de la quinta, donde consumó “el sacrificio al cielo estrellado de Afrodita nocturna”, como lo cuenta en su libro de memorias. Blanca Luz conoció a Juan Domingo Perón a fines de los años 30. Se dice que Cipriano Reyes y ella fueron los organizadores de la manifestación del 17 de octubre de 1945. Durante la primera presidencia de Perón, Blanca Luz fue su secretaria privada, pero por poco tiempo. Eva Duarte se encargó de desplazarla. Blanca Luz vivió sus últimos años en Chile. De militante de izquierda pasó a ser militante de derecha. Apoyó el golpe de Pinochet y murió en 1985 en la isla chilena de Juan Fernández, la de Robinson Crusoe.
Pero vayamos a las musas de los Veinte poemas. Teresa Vázquez, Terusa, había sido compañera de la hermana de Pablo, en Temuco. Sus padres gozaban de una desahogada posición económica y no veían bien la relación de los adolescentes (ambos tenían entre 15 y 16 años), no solo porque el muchacho era hijo de un humilde ferroviario sino porque tenía ínfulas de poeta, así que a la niña le esperaba un futuro de pobreza. Pero cuando a los 18 años Neruda dejó Temuco para ir a estudiar a Santiago, encontró otras fuentes femeninas de inspiración.
Sin embargo, nunca olvidó a su Terusa; diez de los veinte poemas y la “Canción desesperada” fueron para ella, según detalla la biografía de Volodia Teitelboim; así el poema que dice: Puedo escribir los versos más tristes esta noche./ Escribir, por ejemplo, “La noche está estrellada y tiritan, azules, los astros a lo lejos” (…)/ Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero./ Es tan corto el amor y es tan largo el olvido./ Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,/ mi alma no se contenta con haberla perdido. […]
Con Albertina coincidió como alumno de francés en el Instituto Pedagógico de Santiago; fue un noviazgo formal. Pablo siguió enviándole cartas cuando se trasladó a Oriente, proponiéndole que viajara y se casara con él. Pero la distancia y el tiempo hicieron su obra y ese amor también se fue desvaneciendo. Albertina contrajo matrimonio años después con otro poeta amigo de Neruda: Ángel Cruchaga Santa María. Cuando Pablo recibió el Premio Nacional de Literatura cedió parte del dinero a Ángel y Albertina, que pasaban una difícil situación económica.
En 1989, largamente octogenaria y ya viuda, Albertina Azócar encontró en una olvidada caja de zapatos las cartas, versos y dibujos dedicados a ella por Neruda y los puso en venta. El material fue adquirido por el Banco Exterior de España. Curiosamente, una institución financiera se interesaba por los versos de un poeta. Durante un viaje a Madrid tuve la suerte de poder comprar el último ejemplar disponible de un libro de edición reducida publicado por el Banco con los poemas, cartas y dibujos de Neruda, así como una hoja de formulario de aduana con el manuscrito facsimilar del poema que comienza: Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Veinte poemas de amor y una canción desesperada, el libro escrito por Neruda a los veinte años, tuvo enorme difusión en los países de lengua castellana y fue traducido a muchos idiomas, con millones de ejemplares vendidos. Los versos del chileno fueron, en relación al estilo y la original expresión de su contenido, una renovación del género en el ámbito de nuestro idioma. Como afirma Margarita Aguirre, autora de otra excelente biografía: “Fue un himno poético nuevo que arrasó con las viejas formas”.
Para terminar, una anécdota. Fui amigo del novelista Bernardo Kordon, el excelente narrador de Alias Gardelito. Una tarde lo visité en su departamento de la avenida Santa Fe y tomamos el té con Marina, su esposa chilena. Cuando en un momento de la conversación pronuncié el nombre de Albertina Azócar, Marina exclamó: “¿Albertina Azócar? Yo la conocí. Era feísima”.
Una de las dos inspiradoras de Veinte poemas de amor era una mujer muy fea. Es probable que, de joven, no lo fuera tanto. Recordé que Neruda, además de Netocha, la llamó también Marisombra y Cara de Crepúsculo. Evidentemente, el amor todo lo embellece.

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