martes, 17 de septiembre de 2024

SITIOS ILEGALES Y EDITORIAL


Influencer, cajero, prestamista. El detallado engranaje que lleva a los chicos a las apuestas online
Con un conjunto de roles establecidos funciona la trama que hace posible que, pese a los controles, los sitios ilegales capten cada vez a más menores de edad
Texto Evangelina HimitianEn cuestión de tres minutos, un adolescente puede entrar al oscuro mundo de las apuestas ilegales online
Tres minutos. Exactamente eso fue lo que le llevó a Florencia Gabutti, docente cordobesa especialista en ciudadanía digital, abrirse una cuenta en un casino ilegal y estar en condiciones de empezar a apostar. No le preguntaron nada, ni su documento, ni su edad, ni su apellido. Simplemente, cuando estaba deslizándose por las historias de Instagram, dio con una publicación de una influencer argentina que promocionaba los beneficios de un sitio de apuestas. Hizo clic en el link y en menos de un minuto ya estaba chateando por WhatsApp con un cajero, que le solicitó un nombre de pila, le dio un usuario y una clave, y le pidió que hiciera una carga mínima de 1000 pesos por transferencia a un CBU. Después, le tenía que mandar el comprobante. En cuestión de tres minutos, ella –o cualquier adolescente que hubiera hecho la transferencia– estuvo habilitada para entrar al oscuro mundo de las apuestas ilegales online, que por estos días se convirtieron en uno de los grandes problemas de los chicos.
No son pocos los menores que quedan atrapados en las telarañas de este comercio ilegal, que tuvo un crecimiento exponencial en los últimos dos años, dicen los especialistas. Según una encuesta que hizo en julio último el Ministerio de Salud bonaerense entre casi 500 adolescentes, casi el 40% de los consultados son parte del mundo de las apuestas, una cifra bastante elevada entre los que lo hacen con frecuencia, los que lo hicieron alguna vez, los que probaron y los que pensaban hacerlo. El 7,8% apostó una vez, el 14,1% lo hizo unas pocas veces, el 12,4% afirmó haber apostado muchas veces y el 5,5% pensaba hacerlo. Cuando se les preguntó cómo habían llegado a las apuestas online, el 31% dijo que un amigo le mostró. El 9,8% respondió que lo vio en un stream; el 8,7%, que la app es fácil de usar, y el 4,9%, que vio un tutorial online, entre otras respuestas.
Gabutti hizo la prueba de qué tan difícil era sacar un usuario en un casino ilegal, aun siendo menor de edad, para mostrarlo en una charla vía Zoom para padres que dio desde Creativos Digitales, un ámbito desnarcotráfico, el que se promueve el uso responsable de la tecnología. El resultado sorprendió, contó después en diálogo con No solo porque en cuestión de minutos cualquier adolescente puede estar apostando: también porque, como ella misma contó, la influencer que promocionaba el casino online había recibido una carta documento en julio último por difundir ese negocio ilegal y, sin embargo, el día anterior a la charla otra vez estaba allí conectando a los usuarios con un cajero.
Para que sea posible la captación de apostadores –que tanto sufrimiento está generando en familias, que ven a sus hijos atrapados en deudas, con intentos de suicidio o con amenazas de muerte, ataques de pánico y una ludopatía precoz– existe todo un andamiaje que cimienta la ilegalidad. Streamers, influencers, cajeros, prestamistas y administradores son algunas de las figuras que componen esa estructura. En muchos casos, explica el psiquiatra Federico Pavlovsky, especialista en adicciones y coordinador del libro Apuestas online, la tormenta perfecta, toma elementos del mundo del con una estructura similar al narcomenudeo.
“Tenemos que distinguir sitios legales de sitios ilegales. En la Argentina, tenemos dominios bet.ar, que aseguran una certificación. Existe cierta transparencia en cuanto al ingreso y el egreso de dinero; lo más importante es la protección de grupos vulnerables y menores. Tienen mecanismos de verificación para impedir que menores de 18 años apuesten”, aclara Gabutti. Se trata de un mercado legal que tuvo un crecimiento exponencial en el último año y medio, dicen los especialistas. El reflejo es la explosión de publicidad de sitios de apuestas legales.
Sin embargo, en el último tiempo internet también se llenó de sitios ilegales que ofrecen todo tipo de apuestas. “No existe control. En estos sitios somos muy vulnerables a estafas, porque nos pueden robar datos, tanto personales como de las cuentas. Podemos hacer transferencias y depósitos, y nunca recibir los créditos. No garantizan un juego justo. Y lo más conflictivo es la no verificación de la edad”, detalla Gabutti.
Después de mandar un mensaje al link de la historia de Instagram, Gabutti recibió un mensaje como este: “Soy uno de los cajeros oficiales, la creación del usuario es totalmente gratis, el mínimo de carga es de 1000 pesos, lo mínimo para retirar son 3000 pesos, las fichas se cargan a través de transferencia bancaria. Para cobrar, pasás tu CBU y te enviamos el importe del premio”.
“Las apuestas online las hacen los chicos que viven con una familia, que van a un colegio o a una universidad, a un trabajo, que escuchan a influencers y que quedaron habitadísimos por el paradigma de ganar dinero sin trabajar. Las apuestas online son promovidas por publicidades de la industria del juego, industria que debe ser regulada por el Estado, al menos por aquel que cuide la salud de sus ciudadanos”, apunta Débora Blanca, psicóloga especializada en ludopatía y otras adicciones, autora de cuatro libros.
Los influencers.
¿El influencer es el cajero? No. Aunque algunos pueden creer que sí, son roles distintos. Los influencers cumplen un rol importante en la promoción de las apuestas online: son la puerta de entrada. Hay algunos que promocionan sitios oficiales, pero la mayoría están en sitios no oficiales, explican los especialistas. Ellos reciben un pago por promocionar estos sitios; no siempre eso queda en claro para los seguidores. Lo que ellos hacen es derivar clientes al cajero. De acuerdo con la cantidad de personas que se unan a partir del enlace que ellos envían, es el rédito económico que van a recibir.
Los streamers.
Otra de las puertas de entrada al mundo de las apuestas son los streamers de juego. Cada uno tiene un código y gana cuando otros usuarios lo usan. Ver cómo ganan y pierden en vivo es una motivación para traccionar audiencia, pero a la vez actúa como un artilugio. Los streamers en realidad nunca pierden. En medio del entusiasmo de la partida en vivo, suelen regalar plata (créditos) a sus seguidores para que empiecen a apostar. Tomás Pergolini, creador de contenido de Vorterix, lo explica en un capítulo del libro coordinado por Pavlovsky.
“Twitch es la plataforma de streaming más grande del mundo. Casi todos los streamers, talentos y personas que ‘streamean’, lo hacen en esta plataforma. Los streamers grandes a veces hacen contenido en vivo que cae en la categoría de slots, reservada a las y los creadores de contenido que juegan a máquinas tragamonedas o a diferentes juegos de apuesta en sus canales. ¿Qué quiere decir? Que los streams que transmiten en la categoría slots van a tener en pantalla a un streamer jugando algún videojuego de alguna casa de apuestas y que su audiencia lo verá mientras apuesta, gana y pierde dinero”, detalla Pergolini.
“Estas páginas de tragamonedas online suelen contratar a streamers muy conocidos para que publiciten sus juegos. Y la manera que tienen de hacerlo es dándoles cuentas, usuarios, perfiles de sus páginas en las que tienen cargados muchísimos dólares para apostar en sus juegos. Es decir, les proporcionan cuentas con fondos para que jueguen en el casino. El creador de contenidos nunca utiliza su prode
pio dinero. Al mismo tiempo, al streamer le ofrecen un jugosísimo contrato que le exige pedir a sus seguidores que creen una cuenta en la página de juegos de ese casino”, apunta. Y destaca que no todos los streamers especifican que se trata de un contenido patrocinado.
Los cajeros.
En los casinos ilegales, el cajero es quien va a realizar las cargas para apostar. La figura es clave, porque es la forma real de entrar al casino ilegal. Se llega a él mediante un link o por un contacto. La mayoría llega por un link de un influencer. El cajero es simplemente una persona con un número de WhatsApp que va a generar usuarios y claves, y va a cargar crédito en la cuenta de la que recibe una transferencia de dinero vía CBU. No va a pedir datos personales. A partir de la carga, el apostador le va a decir a qué quiere apostar. Ocurre que se puede apostar a todo tipo de cuestiones: “Cuando uno dice apuestas online piensa en una partida de póquer o en la ruleta, pero en realidad la mayoría de las apuestas están relacionadas con el ámbito deportivo. Uno puede apostar en un partido de ping-pong que se está jugando en China o en el clásico de fútbol del domingo; podés apostar quién gana, quién pierde, cuántos córners va a haber, cuántas tarjetas amarillas, o sea, hay una amplitud de posibilidades que hace que uno esté de manera permanente en alerta y que aumente la cantidad de apuestas que un usuario puede hacer”, describe Gabutti.
El cajero va a ser el mediador con el sitio del casino para que se carguen las fichas y también para cobrar. Estos cajeros se llevan una buena tajada de cada apuesta: aproximadamente el 40%. En ocasiones, cuando los montos empiezan a ser muy altos, hay subcajeros, cajeros de cajeros, y cada uno se lleva el 20%. Sin embargo, ellos son los encargados de pagar también los premios. No está tan claro cómo es el mecanismo, ya que muchas veces deben afrontarlo de sus ganancias. Es entonces cuando ocurren los conflictos, con adolescentes que administraron una cifra astronómica y quedan atrapados en deudas siderales, imposibles de afrontar.
¿Por qué es tan importante la función del cajero? Como se trata de sitios ilegales, se necesita desviar la atención para poder hacer menos efectivos los mecanismos de control, ya que resulta muy difícil detectarlos porque son muchos. Así, el casino ilegal nunca se queda sin un cajero que esté favoreciendo el ingreso de dinero permanente.
Los especialistas revelan que hay muchos chicos menores que están “trabajando” de cajeros en los casinos ilegales y ganando mucho dinero por ello. Está muy naturalizado entre los jóvenes, muchos lo toman como una especie de emprendimiento. “Vemos chicos de 15 o 16 años vendiendo fichas de casino como si vendieran libros, sin la más mínima conciencia de nada”, cuenta Blanca.
¿Cómo llegan los chicos a los cajeros? “Por recomendaciones en Instagram, Facebook, Twitch, Kick, TikTok, hay incluso canales o sitios o personas que recomiendan cajeros. Vos decís ‘Quiero apostar que el primer tiro de esquina va a ser para tal equipo’ y entonces el cajero después te cobra o te paga según si ganaste o perdiste”, expresa Lucía Fainboim, consultora especializada en implementar proyectos que potencien vínculos saludables con las tecnologías digitales, de @Bienestardigital. “En YouTube y en cualquier plataforma hay un montón de tutoriales para aprender a ser cajero. Los propios sitios de apuestas ilegales tienen la posibilidad de anotarte como cajero. El cajero necesita que vos pierdas, porque cuando vos perdés, una parte queda para él”, aclara Fainboim.
Los prestamistas.
Empezar a apostar a veces no es un problema, ya que se inicia con cifras bajas. Además, generalmente los sitios ilegales ofrecen un incentivo de un bono para arrancar, y así muchas veces los chicos no necesitan usar su dinero al principio. Después, tendrán que arreglárselas para ver cómo seguir ingresando dinero. Allí aparece la figura del prestamista. Son chicos jóvenes de 17 a 20 años, hijos de familias con alto poder adquisitivo, que como tienen acceso a cuentas bancarias y billeteras digitales sin control de sus padres actúan como prestamistas para compañeros del colegio. Es la forma en que muchos adolescentes logran apostar en sitios ilegales sin que sus padres lo detecten.
Los prestamistas reciben transferencias frecuentes de compañeros, amigos, conocidos, hasta que el círculo se va haciendo más grande. “Dan préstamos en pesos o dólares. Cuando aquel a quien le prestaron no puede devolverles porque perdió, y perdió y perdió otra vez, entran en desesperación. ‘Pedile a tu mamá’, ‘hablá con tus padres, convencelos de que te den esa plata, la necesito’, sugieren, indican, exigen, frente a la imposibilidad de recuperar ese dinero prestado para apuestas”, relata Débora Blanca.
Los administradores.
En los barrios de contextos vulnerables, las redes narcos se metieron en el negocio de las apuestas y armaron estructuras que incluyen administradores que son los que reclutan cajeros. Cuando los chicos no pueden pagar, empiezan las amenazas, y muchas veces hay consecuencias físicas. “Hay una estructura muy similar a lo que nosotros venimos viendo en relación con el narcotráfico, los soldaditos, el narcomenudeo. Hay algo de la dinámica del mundo de las drogas que se desplazó al mundo de las apuestas. Y, en muchos casos, los que eran dealers hoy además son cajeros”, afirma Pavlovsky.
“Mucha estructura del servicio del consumo y distribución de drogas se ha fusionado con el mundo de las apuestas. Por eso, se ven tantas estructuras piramidales, sistema Ponzi. Tenés adolescentes que hacen de cajeros, que juntan plata, juegan a ser empresarios y tienen que responder con el dinero que a veces no tienen y se meten en líos fenomenales. Son chicos de 13, 14, 15 años que se ponen a jugar como si fuera el Fortnite y de pronto deben 10 millones de pesos a personas que son estafadoras de verdad”, sostiene Pavlovsky

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El rescate de un símbolo de Malvinas
Debe celebrarse que una emblemática embarcación de la Armada Argentina no sea subastada y desguazada y, en cambio, sea recuperada y puesta en valor
El aviso ARA Alférez Sobral permanece hoy amarrado en la Base Naval de Mar del Plata
Una medida acertada, fundada en razones de prudente sensatez y de gratitud hacia los héroes de Malvinas, constituye la decisión de frenar la subasta del aviso ARA Alférez Sobral, la embarcación de la Armada que perdió a su comandante y siete de sus tripulantes en una arriesgada misión humanitaria bajo el fuego de misiles de las fuerzas británicas.
En la madrugada del 3 de mayo de 1982, con la guerra ya iniciada, la nave ingresó en el teatro de operaciones para rescatar a dos pilotos de la Fuerza Aérea que se vieron obligados a eyectarse de un avión Canberra y lanzarse sobre el mar, tras el impacto de un misil Sidewinder lanzado por las tropas enemigas.
La decisión del ministro de Defensa, Luis Petri, llevó a la Armada a dar marcha atrás en lo que amenazaba con convertirse en un pasaporte seguro al desguace de un buque que hizo honor al compromiso de los marinos y defendió los derechos argentinos sobre las islas con la sangre de su tripulación. Primó el propósito de querer recuperar un valioso distintivo de aquella gesta por encima de la resignación de verlo convertido en chatarra.
Por severas restricciones presupuestarias, derivadas de una crisis económica profunda que se remonta a los años previos a la recuperación de la democracia, las autoridades navales habían resuelto despedir sin honores al aviso ARA Alférez Sobral, que había sido desactivado en 2018 ante la falta de recursos para mantenerlo. Desde entonces se encuentra amarrado a un muelle de la Base Naval Mar del Plata, sin dotación asignada y expuesto a los efectos corrosivos del mar sobre el casco, entre otros riesgos.
Igual destino se había fijado para otros navíos que también tuvieron participación en Malvinas, como la corbeta Guerrico, que transportó infantes de Marina y fue destinada a reafirmar la soberanía argentina en las islas Georgias, donde cayó el primer suboficial en combate durante la guerra, y la corbeta Drummond, que es gemela de la anterior y acompañó la flota anfibia en el desembarco del 2 de abril. A ellos se suma el buque hidrográfico ARA Comodoro Rivadavia. Los tres se encuentran en desuso en Mar del Plata y, a diferencia del ARA Alférez Sobral, ninguno de ellos podrá evitar la subasta, programada por la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) para el 23 de septiembre.
Construido en 1944 en astilleros de la Armada de Estados Unidos, el aviso ARA Alférez Sobral fue botado originalmente como USS ATA-187 y rebautizado cuatro años después como USS Salish. Participó en la Segunda Guerra Mundial y fue condecorado con una estrella naval. Transferido a la Armada Argentina en 1972, recibió otra medalla por su actuación en la Guerra de las Malvinas. Presenta 43,6 metros de eslora y un calado de cuatro metros, a lo que suma una capacidad para 49 tripulantes.
Veteranos de Malvinas y varias instituciones asociadas a los valores comprometidos con la patria encabezaron los reclamos por el heroico aviso ARA Alférez Sobral –primero en las redes sociales y luego en pronunciamientos más formales– para darle una vida más y evitar que arríe su pabellón. La embarcación lleva el nombre del militar, geólogo y explorador José María Sobral, el primer ciudadano argentino en invernar en la Antártida, entre 1901 y 1903, dando inicio a la ininterrumpida presencia de nuestro país en el continente blanco.
Más allá del valor simbólico de 14,2 millones de pesos con que se había fijado el precio base del buque ARA Alférez Sobral cuando fue incluido inicialmente en la subasta, la recuperación y puesta en valor para ser expuesto como museo requerirán el aporte de fondos que, en medio de la crisis, no podrán salir de las arcas oficiales.
Varias asociaciones vinculadas con la industria naval y con los veteranos de Malvinas coinciden en que el traslado del aviso Alférez Sobral de la Base Naval Mar del Plata a su aún incierto destino exigirá un desembolso que superará holgadamente los 300.000 dólares, además de trabajos de inspección y preparativos costosos. Advierten, como dato adicional, que tiene un peso de 840 toneladas. Una de las entidades que ya comenzaron a realizar gestiones con el Ministerio de Defensa y con la Armada es el Centro de Exsoldados Combatientes de Malvinas de Santa Fe, que evalúa desde hace tiempo dos espacios posibles para instalar el buque museo: el puerto local y un predio municipal de varias hectáreas sobre el río. También se movilizaron asociaciones de veteranos localizadas en Vicente López, con la idea puesta en el puerto de Olivos.
La definitiva localización, que dependerá también de la capacidad recaudadora de los autores de la propuesta que resulte elegida, deberá contemplar que en el Museo Naval de Tigre se exhibe el puente de navegación del ARA Alférez Sobral, en el que cayó el comandante Sergio Raúl Gómez Roca.
Surgieron, incluso, iniciativas para declarar monumento histórico nacional al emblemático buque. Y otras voces que se sumaban al pedido de su recuperación, al conocerse la elevada inversión que requeriría su traslado, comenzaron a preguntarse si no había otras prioridades en medio de la grave crisis social que aqueja a la Argentina.
La decisión de dar marcha atrás con la subasta de un buque de significativo valor histórico, arraigado en la memoria de los argentinos, representa, en definitiva, una oportunidad para medir en términos concretos el compromiso de la sociedad para evitar que el deterioro y el olvido sepulten los símbolos que se identifican con misiones emblemáticas. La recuperación exigirá el aporte de sectores privados y también la creatividad para atraer al público y mostrar que la inversión vale la pena.ß
Primó el propósito de querer recuperar un valioso distintivo de una gesta por encima de la resignación de verlo convertido en chatarra


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