jueves, 19 de septiembre de 2024

MISIÓN Y VIAJE A LA ONU


Estados Unidos espera a Milei con dudas, pero con buena predisposición
El Presidente no tiene agenda para su visita a Nueva York, más allá de la ONU; hay interrogantes sobre la sustentabilidad del plan
Maia JastreblanskyJavier Milei y la titular del FMI, Kristalina Georgieva 
Javier Milei emprenderá este sábado un nuevo viaje a los Estados Unidos, no para codearse con los empresarios más acaudalados del mundo, como hizo hasta ahora, sino para dar su primer discurso ante la Asamblea General de la ONU. El ministro de Economía, Luis Caputo, formará parte de la comitiva presidencial, según confirmaron fuentes oficiales. La agenda todavía no está cerrada, pero en principio toda la actividad estará concentrada en Nueva York y el ministro irá solo, sin otros cuadros técnicos de su cartera. Hasta ahora no hay apuntadas reuniones con funcionarios de la
Casa Blanca ni con el staff del Fondo Monetario Internacional (FMI).
El viaje de Milei y Caputo a los Estados Unidos se da mientras crecen los interrogantes en torno al inicio de la negociación con el Fondo. La discusión por un nuevo programa, que sería el tercero en seis años, aún no empezó. Es la Argentina la que debe dar el primer paso formal y acompañar el requerimiento con un plan económico sustentable de mediano y largo plazo, teniendo en cuenta la altísima exposición que el país tiene en el organismo. La pelota está del lado de Milei y eso se reforzó luego de que el director del Hemisferio Occidental del Fondo, Rodrigo Valdés, decidió, en una gestualidad inusual, retirarse de las conversaciones con la Argentina y dejar la negociación en manos de Luis Cubeddu, su número dos.
En las últimas horas, Guillermo Francos confirmó que el Gobierno buscará un nuevo entendimiento con el Fondo, pero no dio precisiones sobre los plazos. “Siempre el Gobierno tiene la intención de llegar a mejores entendimientos con el FMI. Ha habido algunas decisiones del Fondo en estos últimos días que demuestran también la intención que tienen de buscar un mejor diálogo con la Argentina. Así que ellos reconocen el esfuerzo que está haciendo el país por encauzarse, y nosotros somos optimistas en esto y lo vamos a intentar por los distintos medios”, dijo el jefe de Gabinete.
Valdés se apartó del caso argentino luego de que el Presidente lo tildó públicamente de “izquierdista” y le transmitió al management del Fondo su incomodidad con el economista chileno. Si bien la retirada de un negociador con un país deudor asoma como un gesto muy atípico para la burocracia del FMI, tanto en Washington como en Buenos Aires está claro que ningún nombre propio alterará los términos de un nuevo acuerdo.
Las decisiones del Fondo son de carácter institucional y son fruto de un largo circuito que incluye al staff técnico, al directorio a cargo de Kristalina Georgieva, y, lo más importante, al board del organismo, que tiene la última palabra y está controlado por los países del G7, con los Estados Unidos con un peso especial. La decisión de Valdés impedirá que el Gobierno recargue responsabilidades en una persona, pero difícilmente cambie los resultados de una negociación.
En Washington hay buena predisposición para ayudar a Milei porque observan con beneplácito que el Presidente esté cumpliendo las metas fiscales y que la caída de la inflación haya avanzado más rápido de lo previsto (si bien hubo una desaceleración en el último mes). Creen que la obsesión del Gobierno con el superávit logró anclar las expectativas y que Milei tiene la orientación correcta. La tarea de estabilización de Caputo, no obstante, suscita en los centros de decisión de los Estados Unidos serios interrogantes sobre el plan económico de mediano y largo plazo y sobre cómo logrará que la política monetaria sea coherente con el superávit fiscal.
Si un nuevo programa con el Fondo incluye dinero fresco, probablemente sea solo para ayudar a consolidar la estabilización. Pero está claro que la Argentina necesita bajar el riesgo país para financiarse en los mercados financieros. Las dudas que suscita un plan de crecimiento están acompañadas por la inquietud sobre la sustentabilidad política del proyecto libertario, que avanza siempre a fondo y a menudo choca con los límites que impone el Congreso. La cuestión política cobra especial relevancia porque cualquier acuerdo con el FMI deberá primero estar avalado por ley. En principio, Milei debe superar el test del presupuesto, que es la mejor señal que puede darle al mundo sobre la robustez de su gestión.
A sabiendas de que lo estarán midiendo por estos factores económicos y políticos, en Nueva York el Presidente pretende repetir, frente al atril de la ONU, el espíritu del mensaje que ofreció en enero en Davos, en donde desplegó su artillería verbal contra el “colectivismo” y denostó la Agenda 2030. Según repiten los libertarios, esta no debería ser la mirada que guíe las decisiones en los organismos multilaterales.
Aunque siempre quiere congraciarse con la Casa Blanca, Milei cree de sí mismo que es un líder mundial relevante y prioriza su batalla cultural en el principal ámbito donde confluyen las naciones. Ello, pese a que la administración de Joe Biden, que está llegando a su tramo final, no está dispuesta a resignar la agenda moral de derechos humanos, de género y cambio climático.
Eso sí, según deslizan en Balcarce 50, es posible que el Presidente se cuide en este tramo de la campaña
En Washington observan con beneplácito que el Presidente esté cumpliendo las metas fiscales
Si un nuevo programa con el Fondo incluye dinero fresco, es probable que sea para la estabilización presidencial de los Estados Unidos de exhibir su fanatismo por Donald Trump como hizo en el verano.
El entusiasmo que despertó la candidata demócrata Kamala Harris hoy exhibe una carrera extremadamente pareja a la Casa Blanca de acuerdo con las principales encuestadoras.
La sintonía de Milei con los Estados Unidos, más allá de las cuestiones partidarias, es una afinidad con un sistema económico. Por eso, en la Casa Rosada no descartan que Milei aproveche para diferenciarse de China.
Ese es, probablemente, el mayor gesto que Milei puede hacerle a Washington, gane quien gane la carrera a la Casa Blanca, ya que allí ven con preocupación que las cadenas de valor en América Latina son muy dependientes del gigante oriental y que hay inversiones chinas en infraestructura estratégica que pueden implicar vulnerabilidades en la región.

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El Presidente va a la ONU con críticas a la expansión de China
Viaja el sábado y en su discurso reprochará al organismo la adopción de la agenda 2030; pedirá la defensa de los “valores de Occidente”
Jaime Rosemberg
El sábado, luego de varias semanas sin viajes al exterior (el último fue hace más de un mes, a Chile), el presidente Javier Milei emprenderá su sexto viaje a Estados Unidos en lo que va de su mandato, esta vez de cinco días de duración.
La cita clave será, el martes próximo por la tarde, su primera participación en la Asamblea General de las Naciones Unidas, espacio que el primer mandatario utilizará, según cuentan a su lado, para cuestionar el rol de los organismos internacionales, como la propia ONU, que según el Presidente se equivoca al impulsar la Agenda 2030 y estar “sometidos” a la China gobernada por el Partido Comunista.
“Va a estar enfocado en el rol de los organismos internacionales”, adelantaron, entusiasmados, cerca del primer mandatario, a quien acompañarán, en principio, su hermana y secretaria general, Karina Milei; la canciller Diana Mondino, y, casi con seguridad, el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo. Regresará al país el próximo miércoles 25.
Las críticas a la ONU por la agenda 2030 –sobre todo la cuestión de género, el feminismo, el aborto y la lucha contra el cambio climático– tienen como antecedente la participación de la experta en temas de familia, Ursula Basset, en la reunión plenaria de la OEA de julio.
Allí, en algunas reuniones anexas, Basset llevó adelante la nueva posición argentina, opuesta a la sostenida por el gobierno de Alberto Fernández en foros internacionales. La asesora, cercana a Karina Milei, estuvo por estas horas en la Casa Rosada.
Se trata de un cambio evidente, como el vínculo con China, que desde la asunción de Milei tuvo sobresaltos e idas y vueltas, desde que en la campaña electoral el entonces candidato prometiera “no tener vínculos comerciales con gobiernos comunistas”.
El caso China
El Presidente, contaron cerca de él, hablará de la actitud “pro China” de la ONU y de la necesidad de la defensa de los “valores de Occidente”, que, según el gobierno libertario, ni la administración demócrata de Joe Biden defiende como debiera. “El Presidente sostiene más los valores occidentales que Estados Unidos”, se dice en las cercanías del despacho presidencial.
Resta ver la eventual respuesta de China, que a pesar de los vaivenes en el vínculo recibió con honores a Mondino a su paso por ese país, y en junio pasado renovó el swap de monedas, un paso que evitó a la gestión de Milei un desembolso de unos U$S5000 millones que habrían dejado al país casi sin reservas internacionales.
Más allá de su discurso ante la Asamblea General –le tocará en cuarto turno, lejos del representante de Irán, a quien intentará evitar–, Milei visitará el lunes Wall Street y disertará en el Council of the Americas. Tendrá tiempo para reuniones bilaterales con mandatarios, aunque hay un posible cónclave que genera expectativa: un encuentro con el expresidente y candidato republicano Donald Trump.
En principio, y mientras se sostiene el secretismo con el que el embajador argentino en Washington, Gerardo Werthein, maneja la agenda que mantendrá allí el Presidente, en Balcarce 50 afirman que el encuentro con Trump no está confirmado.
“A él le serviría una foto con Milei”, comentaron cerca del Presidente, tomando en cuenta que faltan menos de dos meses para las elecciones, en las que Trump competirá contra la candidata demócrata, Kamala Harris. Nadie descarta que esa foto efectivamente se produzca, como ya ocurrió en la convención conservadora del 24 de febrero pasado.
En el Gobierno afirman que el alineamiento con Estados Unidos “no va a cambiar” sea quien sea el ganador de los comicios, pero reconocen una “afinidad” mayor con Trump. La corriente de simpatía entre Milei y Trump es otro dato de la realidad, sostienen cerca del Presidente, que considera a ambos como “los dos mayores referentes de la libertad en todo el mundo”.
En el Gobierno esperan que un triunfo del candidato republicano abra las puertas para un nuevo acuerdo con el FMI, luego de la salida del economista Rodrigo Valdés, encargado del vínculo con Argentina y cuestionado duramente por la Casa Rosada.

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