miércoles, 18 de septiembre de 2024

DUDAS,, SIDE Y FONDOS EDUCATIVOS, POLÉMICA


Dudas entre los analistas sobre las metas del proyecto
Algunos creen que las proyecciones oficiales son difíciles de cumplir y demasiado “optimistas”
Sofía Diamante
Carlos Guberman
SECRETARIO DE HACIENDA

“Hay expectativa de precios de las commodities mejores que los de este año”
Menos de 24 horas después de que se presentara el proyecto de presupuesto para 2025, el texto que ingresó al Congreso ya fue revisado por analistas económicos, que resaltaron al menos cinco variables de “difícil” cumplimiento en las proyecciones del Gobierno. Las principales se centran en las estimaciones de inflación y de generación de dólares que espera el Ministerio de Economía para los próximos meses, que son consideradas demasiado “optimistas”.
Con relación a la inflación, el proyecto estima que este año finalizará con una de 104,4%. Eso significa que, en el último cuatrimestre, tiene que haber una tasa de inflación promedio mensual inferior al 1,2%, marcó la consultora Outlier. Hasta agosto el IPC acumulado fue de 94,8%.
Para 2025, el Gobierno estimó una inflación de 18,3%, mientras que para 2026 la variación promedio de precios sería de 11,6%. Además, Economía estima llegar a un dígito en su último año de mandato(7,4%). Estos datos se contraponen al REM del Banco Central. Según el último informe, la inflación cerraría el año en 122,9% y en ningún momento se perforaría el piso de 3% mensual. Asimismo, el mercado espera una inflación de 38,4% el año próximo (sería de 1,4% mensual) y de 25% en 2026.
Sobre el dólar, el Gobierno espera que el tipo de cambio oficial, que actualmente es $961, sea $1020 a fin de año. Es decir, es consistente con la estrategia de mantener la devaluación mensual de 2% hasta el último día de diciembre.
Para fin de 2025, Economía estimó un dólar oficial de $1207; es decir, subiría en línea con la inflación de 18,3% para el año próximo.
“El escenario 2025 solo sería consistente con una unificación cambiaria que logre que el CCL converja al oficial, que no se retrase demasiado en el año y que sea seguida por un régimen con nula o baja flotación. Lo dicho tiene requerimientos de reservas elevadas”, dijo Outlier. En el mercado surgen dudas acerca de la capacidad de sostener un tipo de cambio apreciado con reservas netas negativas en torno a los US$5000 millones. Sobre todo, teniendo en cuenta que, al eliminarse la aplicación del impuesto PAIS sobre la compra de dólares a fin de año, a partir de 2025, se abarata el tipo de cambio para transacciones con tarjeta y para las importaciones.
El Gobierno estima que la economía caerá 3,8% este año, en línea con las proyecciones del mercado, pero señala que habrá un rebote de 5% en 2025, más optimista que las estimaciones de crecimiento de 3,5% de analistas privados.
Pese a la fuerte apreciación del tipo de cambio, que permitirá abaratar las compras del exterior, y al rebote de 5% para la actividad económica, el presupuesto del año próximo cree que las importaciones subirán solo 13,4%. Sumado al aumento de las exportaciones, Economía estima que el año próximo tendrá un superávit comercial de US$20.748 millones, levemente menor que los US$21.972 millones que habría este 2024. “Las proyecciones de crecimiento no parecen consistentes con las del comercio exterior. Se proyecta una fuerte recuperación de la actividad económica en 2025 (+5% real), después de una caída de 3,8% en 2024. Sin embargo, el saldo de bienes y servicios casi no se resiente, reduciéndose solo en US$1000 millones, con valores exportados desacelerando e importaciones acelerando. La aceleración de las importaciones parece demasiado baja, especialmente si se considera que se proyecta para 2025 una fuerte recuperación de la inversión”, dijo Outlier.
En el proyecto de presupuesto, el Gobierno ratifica que el impuesto PAIS no se mantendrá en 2025. Este año, el tributo le generó al fisco ingresos por un total de casi $5,4 billones. Para compensar esa baja, Economía calcula que se duplicarán los ingresos por derechos de exportaciones (retenciones) con relación a este año, los ingresos por impuestos a los combustibles subirán 155% y el cobro por monotributo, 197%. Además, crecerá la recaudación por Seguridad Social, probablemente porque se supone una recuperación de los niveles de empleo y salarios reales, y de Ganancias. “Hay una expectativa de precios de commodities mejores que este año, como la soja. Ahora estamos pasando una etapa de precios de commodities muy malos. Hay expectativa de que eso mejore mucho, al igual que la producción. También vemos que se va a mover la exportación de otros sectores que van más allá de lo agrícola, como el energético y el complejo petroquímico”, explicó Carlos Guberman, secretario de Hacienda, en LN+.
“La administración de Javier Mil ei propone al Congreso un proyecto de presupuesto nacional que consagra el déficit fiscal cero para 2025, pero no presenta un plan consistente y creíble sobre cómo lograrlo. (...) En este sentido, con este conjunto de proyecciones y previsiones inconsistentes, el Gobierno demuestra que no está dispuesto ni interesado en entablar esa discusión, asegurándose así una considerable discrecionalidad en el asunto. Probablemente, al igual que sucedió este año, porque sabe que muchas decisiones las tomará sobre la marcha”, concluyó Outlier.

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Sergio Neiffert
interventor de la Side

el jefe de la central de inteligencia deberá presentarse hoy en la Comisión Bicameral de inteligencia del Congreso para exponer sobre el plan nacional de inteligencia y defender el destino de los 100.000 millones de pesos que el Presidente le destinó por decreto a la side. el dnU fue vetado el jueves pasado, pero el Gobierno habría avanzado en la ejecución de ese gasto.
Mientras la SIDE duplica partidas, se suspenden fondos educativos
El presupuesto de Milei quita la obligación de dirigir seis puntos del PBI a la educación media e inicial, pero eleva un 94% la partida de inteligencia
Laura Serra
Las prioridades de un gobierno suelen reflejarse en sus previsiones presupuestarias. El primer proyecto de ley de presupuesto que presentó Javier Milei al Congreso revela algunas paradojas. Una de ellas, por caso, es que mientras se les destina un aumento del 28% a las 60 universidades en todo el país y, en paralelo, se suspende la ley de financiamiento educativo, a la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) se le asigna un presupuesto que es el doble del actual.
El anunciado veto presidencial a la ley que aumenta el financiamiento de las universidades colocó a la comunidad educativa en estado de alerta. El Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) había solicitado al Gobierno un presupuesto de 7,2 billones de pesos para atender los gastos salariales y de funcionamiento el año próximo; la respuesta del Gobierno fue una asignación anual de 3,8 billones de pesos, casi la mitad (ver página 22).
“Es un presupuesto que no contempla una recomposición actualizada ni de los gastos salariales ni de funcionamiento de las universidades. Es, a todas luces, un presupuesto malo”, indican desde el CIN.
El dato no hará más que exacerbar el conflicto entre el sector universitario y el Gobierno ante el inminente veto que el presidente Javier Milei estampará en la ley que aprobó el Congreso el jueves pasado, por la cual se dispone una actualización de los gastos salariales y de funcionamiento de las casas de altos estudios de manera retroactiva y conforme a la inflación.
Desde la oposición, los promotores de la norma anticiparon que, ni bien Milei firme el veto, citarán a una sesión especial para insistir en la ley, previa convocatoria a una marcha universitaria nacional.
“Vamos a ir a un conflicto fuerte”, anticipan desde los claustros universitarios.
El Gobierno no solo puso en jaque el presupuesto de las universidades; en lo que respecta a la educación inicial y media, el proyecto de presupuesto libertario suspende, en nombre de la Ley Bases, el artículo 9° de la ley de financiamiento educativo, que garantizaba los fondos del sistema con un porcentaje del 6% del PBI considerando las asignaciones de la Nación, las provincias y la ciudad de Buenos Aires. Asimismo, se suspenden los pisos de recursos establecidos en la ley 27.614, de financiamiento del sistema nacional de ciencia, tecnología e innovación.
Aumento para la SIDE
En contrapartida, el proyecto de presupuesto del Gobierno dispuso
un aumento del 94% para la SIDE: pasará de una asignación actual de $101.816 millones a $197.238 millones para el año próximo, lo que representa un aumento del 94%. La inflación proyectada a diciembre de 2025 por el oficialismo es del 18,3%.
Estos pormenores presupuestarios en materia de inteligencia serán motivo de una intensa discusión cuando hoy se reúna la Comisión Bicameral de Fiscalización de los Organismos de Seguridad e Inteligencia, presidida por el senador Martín Lousteau (UCR). En esta oportunidad, los legisladores recibirán al titular de la SIDE, Sergio Neiffert, quien expondrá –tardíamente– sobre los detalles del plan nacional de inteligencia y responderá sobre el destino de los gastos reservados que el Gobierno le asignó a ese organismo por decreto.
El jueves último, un amplio abanico opositor en el Senado rechazó dicho decreto, por el cual la SIDE recibió $100.000 millones para gastos reservados para la SIDE. El Gobierno reaccionó duramente contra la oposición, a la que calificó de “irresponsable” y, sin dar el brazo a torcer, decidió asignarle al organismo de inteligencia una cifra similar para el año próximo.
“Los legisladores que rechazaron el decreto dejaron al sistema de inteligencia argentino sin recursos en un momento histórico del país”, indicó la Oficina del Presidente en un comunicado difundido en las redes sociales.
“Fue el Senado el que le falló al pueblo argentino. El kirchnerismo y el radicalismo deberán decidir si son parte de la transformación de la Argentina o son parte de lo peor del pasado. Rechazaron una ampliación de fondos que simplemente buscaba llevar el presupuesto de la SIDE a nivel de un promedio histórico y que tenía por objetivo garantizar su normal funcionamiento”, asestó.

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Polémica por la presión impositiva y las retenciones en la hoja de ruta para 2025
Será más alta con relación al PBI; la oposición criticó la suba en Ganancias; Economía afirmó que baja frente a la última década
Francisco Jueguen
Solo unas horas después de que el presidente Javier Milei presentara su proyecto de presupuesto 2025 en el Congreso y de que criticara el peso de los impuestos para el sector privado en la Argentina, una polémica se desató con los números finos de la “ley de leyes” y con cuál será la carga fiscal que impulsa el Gobierno para el año que viene.
Desde la oposición, pero también entre analistas privados, cuestionaron la relación entre algunas proyecciones y las subas previstas en la recaudación de impuestos. En el Palacio de Hacienda afirmaron que no hay ninguna suba nueva de gravámenes y que, en la comparación con el promedio de los últimos diez años, la recaudación tributaria cae un punto del PBI, pese a que el mismo mensaje del presupuesto incorpora un aumento de la presión fiscal frente a 2024. De hecho, el proyecto oficial ratifica la eliminación en diciembre del impuesto PAIS, que sería compensado con los incrementos de impuestos ya realizados este año y la expectativa de una mayor recaudación por el rebote de 5% de la economía.
“En la Argentina, más impuestos no puede haber. Es el país con mayor cantidad de impuestos del mundo, y si a eso le sumamos que el 50% de la actividad económica es informal, la presión impositiva en la Argentina ronda el 60%. Un verdadero disparate para un país que necesita desesperadamente acumular capital”, dijo el Presidente frente a los legisladores anteayer. ¿Cuál es el detalle de la presión tributaria en la Argentina? Lo dice el mismo proyecto en su estimación de recursos tributarios en el apartado 4.2 del mensaje del presupuesto.
“La recaudación de impuestos nacionales y de aportes y contribuciones a la seguridad social se estima que alcanzará en 2025 la suma de $175.035.832 millones, por lo cual será 37,6% superior a la proyectada para 2024, incrementándose 0,55 puntos porcentuales del PBI respecto del año anterior. La presión tributaria pasaría de 22,37% del PBI en 2024 a 22,92% en 2025”, se puede leer en el mensaje del proyecto de presupuesto 2025 en la página 47. En ese mismo párrafo se agregó: “Este cambio en la presión impositiva total responde al efecto neto de modificaciones en el contexto macroeconómico y de medidas de política y administración tributaria en 2024”.
“La típica: crecimiento y reducción de la evasión”, explicó un legislador de la oposición racional con experiencia económica sobre ese punto del proyecto del oficialismo. Otro hombre con que caminó el Palacio de Hacienda, en tanto, puso el foco en el paquete fiscal aprobado en conjunto con la Ley Bases meses atrás y también en las expectativas de mejoras en la economía, principalmente, las que tienen que ver con el empleo y los salarios.
El primero en poner el foco sobre este punto fue Guillermo Michel, extitular de la Aduana y especialista tributario del exministro de Econaron nomía Sergio Massa, en su cuenta de X. Allí enumeró la mejora en los recursos tributarios que aparecen en el texto oficial: el impuesto a las ganancias pasa de recaudar 4,42% del PBI en 2024 a 5,05% del PBI en 2025; los derechos de exportación, de 0,96% del PBI a 1,43% del PBI; el impuesto a los combustibles, del 0,38% del PBI al 0,73% del PBI, y el monotributo, del 0,04% del PBI a 0,09% del PBI el año que viene.
Tal suba, sugirió, es para compensar la eliminación del impuesto PAIS y otra baja de impuestos cuestionada por el kirchnerismo: “La recaudación del impuesto sobre los bienes personales se estima que alcanzará los $833.345,8 millones, mostrando una disminución de 22,7%. Esta merma se explica principalmente por las modificaciones introducidas por la ley 27.743, que incrementó el mínimo no imponible general y el vinculado a casa habitación. A su vez, redujo las alícuotas aplicables a bienes situados en el exterior (...). El régimen especial de ingreso del impuesto sobre los bienes personales afectaría negativamente la recaudación correspondiente a las personas humanas para 2025”.
En el Ministerio de Economía ratificaron a que los ingresos por el monotributo y Ganancias suben por las modificaciones del paquete fiscal aprobadas durante este año. Con relación a las retenciones a las exportaciones, indicaron que es por el mayor valor en pesos de las exportaciones y por una normalización en la forma de pago del impuesto. “Se va el impacto del dólar soja de Massa que nos erosionó los ingresos este año”, agregaron.
En el Palacio de Hacienda estimaron que la recaudación tributaria proyectada en el presupuesto 2025 cae un punto frente al promedio de la última década (de 24,2% a 23,1%). Más en detalle, Ganancias cae -0,2 puntos porcentuales; IVA (-0,1); premios de juego (-0, 3); Bienes Personales (-0,2); combustibles (+0,1); monotributo (0); créditos y débitos (0); sistema de seguridad social, (-0,4); derechos de importación (0); de exportación (+0,1), y la tasa estadística (0 puntos).
Empiria, consultora del exministro de Economía Hernán Lacunza, calculó que frente a 2024 la presión tributaria sube de 22,5% a 23%. Ganancias aportará un 0,6% más con relación al PBI. Otros rubros en alza son seguridad social (+0,5%); derechos a la exportación (+0,5%), combustibles (+0,3%) y derechos a la importación (+0,1%); los que aportarán menos serán, por otra parte, Bienes Personales (-0,1%), IVA neto (-0,3%) y el impuesto PAIS (-1,1%).
“Con proyecciones de crecimiento de exportaciones del 9% anual y un aumento del tipo de cambio oficial del 18% entre puntas, se proyecta recaudar el doble en materia de derechos de exportación”, cuestio
en la consultora Outlier. Allí indicaron que algo similar ocurre con los aranceles a las importaciones, ya que con un crecimiento de los valores importados del 15% y un ajuste del tipo de cambio oficial en 18%, se proyecta recaudar un 50% más en términos nominales. “De hecho, el proyecto supone que la presión tributaria sobre el comercio exterior se incrementa en 0,5 puntos porcentuales del PBI. Otro medio punto lo aportan, en primer lugar, la seguridad social, probablemente porque se supone una recuperación de los niveles de empleo y salarios reales; luego, los impuestos a los combustibles, debido al aumento de los montos fijos, y por último, el impuesto a las ganancias (aquí es 0,6 en realidad), como resultado de la contrarreforma de la cuarta categoría. Con esto, se compensan la disminución del impuesto PAIS y el deterioro en la recaudación de Bienes Personales, obteniendo medio punto más de ingresos tributarios”, cerraron.
Un especialista en presupuesto explicó –parafraseando al Gobierno– que en 2025 se plantea garantizar el equilibrio fiscal y que se afirma que eso se hará a través de un superávit primario que sea equivalente a los intereses de deuda (1,5% del PBI). “En función de esa regla, y dados los gastos, estructuraron los ingresos. Como perdieron la recaudación del impuesto PAIS, un 9% del total de los recursos, distribuyeron ese faltante fundamentalmente en los derechos de exportación, obviando la misma información para proyectar retenciones que surgen del presupuesto”, cuestionó.
Martín Vauthier, asesor de Luis Caputo en Economía, fue el encargado de explicar el misterio sobre el cálculo al que llega el Gobierno con las retenciones. “La recaudación está influida por factores adicionales a la nominalidad. El cambio en los plazos de pago de DEX [retenciones] y el dólar soja [el dólar especial para liquidación] hizo que la recaudación de DEX 2024 dejara una base de comparación baja, dados los mayores pagos en 2023. Esto afecta la variación interanual prevista en 2025”, escribió en su cuenta de X.
“En 2024, la recaudación estimada es menos de 1% del PBI, apenas por encima del 0,8% de 2023 (con sequía). En la recaudación influye el FX [tipo de cambio] promedio, las cantidades, los precios y otros factores como el plazo de pago, que no necesariamente coincide ni con la registración de DJVE ni con el embarque”, dijo y luego agregó: “En 2023, las tasas en pesos muy negativas versus la expectativa de devaluación generaban un incentivo a pagar los DEX [retenciones] en el menor plazo posible luego de la registración de DJVE. Esto se fue revirtiendo en 2024, dada la estabilización macro y la fuerte mejora en las expectativas. Al normalizarse el efecto de los plazos de pago y ya sin dólar soja el año previo, en 2025 puede esperarse una recaudación por DEX más cercana a la media de la última década. La variación interanual nominal ‘alta’ se explica por una base de comparación ‘baja’ en 2024”, cerró.
La única eliminación anunciada, por ahora, es la del impuesto PAIS a fin de este año

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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