jueves, 19 de septiembre de 2024

Bullrich ,Villarruel, GRITOS Y PORTAZOS


Bullrich criticó a los gobernadores por las quejas ante el ajuste
Dijo que las provincias deben reducir el empleo público; tensión por los bloqueos en Vaca Muerta
Matías Moreno
Patricia Bullrich intenta ganar peso político en el Gobierno y posicionarse como un escudo de Javier Milei ante las críticas de la oposición. Pocas horas después de que concurriera a una nueva reunión de la mesa de discusión política en la Casa Rosada, la ministra de Seguridad objetó las quejas de los gobernadores por el pedido de ajuste a las provincias que hizo el Presidente durante la inédita presentación del presupuesto 2025 en el Congreso.
En el tradicional almuerzo del Club del Petróleo, que aglutina a los principales empresarios del sector de hidrocarburos, Bullrich pidió a los mandatarios provinciales que hagan un “esfuerzo” para “achicar” el tamaño del Estado en sus distritos y recorten el empleo público. También arremetió contra los legisladores opositores que impulsaron leyes que, según la visión de Milei, ponen en riesgo el equilibrio fiscal. “Acá hay una realidad: esto es como un drogadicto, que siempre cree que no puede salir de consumir ni cambiar el chip de la cabeza. Con más estructura y más gasto, no se soluciona nada”, expresó.
Luego de desmenuzar las medidas que aplicó para combatir los bloqueos en sectores productivos, polos industriales y mineros, la ministra de Milei puso la mira en los gobernadores que criticaron el pedido de ajuste. Sugirió que “algunos” caciques provinciales presumen tener las cuentas ordenadas en sus distritos, pero ostentan una alta dotación de empleados estatales que superan las personas registradas en el sector privado. “Si tenés 80% de empleados públicos… no estás en déficit, pero no sos una provincia, sino una caja registradora que no tiene ningún tipo de producción y está subsidiada por las provincias que tienen más producción”, lanzó Bullrich.
En ese sentido, los instó a tener “un Estado adecuado” y generar “más producción privada que empleo público”. El domingo, el jefe del Estado prometió “blindar el equilibrio fiscal sin importar el escenario económico” y pidió a los gobernadores que hicieran recortes por US$60.000 millones. Los dichos de Milei generaron un fuerte malestar, sobre todo, en los mandatarios que se enrolan en el universo de la oposición dialoguista.
El lunes, en una cumbre virtual con gobernadores, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el ministro de Economía, Luis Caputo, habían intentado calmar los ánimos en la antesala de la discusión legislativa por el presupuesto.
En ese contexto, Bullrich ratificó que el objetivo del Gobierno es que las provincias ejecuten una poda por US$60.000 millones, aunque no aclaró si el Presidente espera que los gobernadores lo hagan durante el próximo año. “Tienen que bajar diez puntos del PBI; el Estado nacional ha bajado 12 puntos. ¿Se puede bajar más? Sí, pero otra parte la tienen que bajar las provincias”, resaltó Bullrich.
Con críticas a la oposición por impulsar la ley de movilidad jubilatoria, que fue vetada por Milei, y el aumento de fondos para las universidades nacionales, que fue sancionado por el Senado el viernes y será rechazado por el Poder Ejecutivo, Bullrich reiteró que el Gobierno no se moverá de su “regla de oro” de intentar blindar el equilibrio fiscal.
“La idea es que se ordenen la política, los empresarios y los sindicatos. Y todos, por las buenas o por las malas; nosotros de este camino no nos movemos”, enfatizó.
Los empresarios no ocultaban su inquietud por la debilidad parlamentaria de La Libertad Avanza después de que Milei atravesara semanas complicadas que volvieron a abrir interrogantes sobre la gobernabilidad. “¿Qué pasa con gran parte de la política? No quiere esas restricciones. Entonces, va a endeudarse y emitir moneda”, sostuvo.
Luego, la ministra de Seguridad dijo que “los empresarios y la ciudadanía tienen que reaccionar” y presionar a la política para que reduzca los gastos o la carga tributaria.
Ante un auditorio repleto de CEO petroleros, la ministra de Seguridad confirmó su enfrentamiento con el gobernador de Neuquén, Rolando Figueroa, por el abordaje de los bloqueos que realizan desde el lunes integrantes de la comunidad mapuche en puntos estratégicos de Vaca Muerta. “Hace dos días estamos hablando con el gobernador y nos dicen: denme quince o veinte minutos más. Así hace dos días. Y hoy dije basta, le mando la Gendarmería y se terminó”, anunció.

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Villarruel denunció adoctrinamiento en la UBA



Victoria Villarruel cuestionó a las “oligarquías” que en las universidades públicas les “lavan el cerebro” a los estudiantes y “penetran sus mentes”, para pervertirlos. Sin nombrarlo, la vicepresidenta le respondió así a Emiliano Yacobitti, vicerrector de la UBA, al exponer ayer durante un panel sobre “educación, desarrollo y libertad” en el Senado

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El bloque de la UCR quedó anoche al borde de la fractura
La conducción de la bancada resistió la orden del partido para que se separe a los cinco diputados que cambiaron su voto y sostuvieron el veto de Milei a la ley jubilatoria
Laura Serra
El presidente Javier Milei metió la cola y el bloque de diputados de la UCR quedó al borde de la ruptura. Luego de que la Convención Nacional del partido suspendiera preventivamente las afiliaciones de cuatro de los cinco diputados conversos que ayudaron a blindar el veto presidencial a la ley jubilatoria, el jefe de la bancada, Rodrigo de Loredo, impuso su postura y evitó que los rebeldes fueran separados del bloque.Esta decisión, lejos de amalgamar la bancada, profundizó el malestar interno.
La reunión de bloque, celebrada anoche a puertas cerradas, fue más que tensa. Hubo gritos y algún portazo. La conducción de De Loredo quedó tambaleante y la bancada terminó balcanizada en distintas tribus. El oficialismo se regodea: la división de la UCR es toda ganancia en votos para la bancada libertaria.
Quienes esperaban que se separara a Mariano Campero, Pablo Cervi, Luis Picat, Martín Arjol y José Tournier –el único que no es afiliado radical– se retiraron indignados.
“No vamos a seguir participando de reuniones de bloque mientras permanezca esta agrupación libertaria adentro”, bramó el formoseño Fernando Carbajal, una de las voces más potentes que responde a Facundo Manes, quien estuvo ausente en la reunión. Su hermano, Gastón, preside la Convención Nacional, fue quien recomendó separar a los conversos, postura que avaló Martín Lousteau, jefe del Comité Nacional.
Sin embargo, De Loredo y el resto de la conducción rechazaron la orden. “Acá no se echa a nadie”, confirmaron. De todas maneras, no fueron contemplativos con los rebeldes. “Fue una foto desafortunada [la que compartieron con Milei]. Eso no hizo más que exponernos a todos en esta pelea interna”, coincidieron.
El tucumano Campero no se dio por aludido. Ingresó con el pecho en alto a la reunión de bloque y confirmó que no tenía ninguna intención de dar el portazo. Acto seguido, y sin ningún tapujo, se marchó para asistir al asado convocado por el Presidente en Olivos para homenajear a los “87 héroes” que sostuvieron el veto a la ley jubilatoria. “Al radicalismo le voltearon dos gobiernos. No se lo vamos a entregar a estos perdedores, sin gestión”, aseveró Campero 
En respaldo a Campero, el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, salió duro a cuestionar el pedido de sanción a los rebeldes. “Si es por votar distinto al bloque, tenemos toda la historia de estos últimos meses: los diputados que responden a Manes y a Lousteau votaron en contra de lo que votó la mayoría en la Ley Bases y en el paquete fiscal, y no fueron suspendidos ni expulsados”, cuestionó. Asimismo, afirmó que el presidente de la UCR tiene 12 senadores que dieron su apoyo al paquete de normas impulsadas por el Gobierno y “solo él votó en contra”.
La situación de los rebeldes no fue, sin embargo, el punto más tenso de la reunión. La polémica estalló cuando la cúpula del bloque, encarnada por De Loredo y la vicejefa Karina Banfi, procuró instaurar como método para definir las futuras votaciones que deberá imperar lo que acuerde una mayoría dentro del bloque.
“Es clave que podamos dirimir nuestras diferencias con una metodología que genere un resultado representativo de nuestras posiciones mayoritarias”, planteó Banfi. De Loredo ya se había retirado de la reunión: adujo –para sorpresa de los presentes– que tenía un vuelo programado de regreso a la provincia.
La decisión no hizo más que exacerbar los ánimos. “¡Por esta falta de conducción este bloque está prácticamente roto!”, exclamó Pablo Jiuliano, también enrolado en el sector que conduce Manes, y se retiró de la reunión. Al poco rato lo siguieron las diputadas Danya Tavella y Mariela Coletta, quienes responden a Lousteau.

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