jueves, 19 de septiembre de 2024

EL ANÁLISIS Y CASA ROSADA


Milei, presidente y agitador
Joaquín Morales Solá

Podrá decirse que el presupuesto de Javier Milei les reduce recursos a las universidades y aumenta los fondos reservados de los servicios de inteligencia. Escándalo seguro. Podrá señalarse que la recuperación del salario, como consecuencia de la caída en los niveles de inflación, se licuó con los incrementos de las tarifas. Debate político inevitable. No obstante, es des ta cable que un presidenteargentino sea consciente de que la mejor economía es la que no tiene déficit.
Mauricio Macri suele recordar que su experiencia fue estéril: era él, cuando fue presidente, quien debía advertirles a sus funcionarios sobre la necesidad de gastar de acuerdo con lo que se recauda. Al revés de la mayoría de los presidentes argentinos, Milei no necesita que nadie le aclare la necesidad de una economía sin déficit; es él quién propaga la doctrina.
Si se mira bien lo que Milei dijo el domingo, sus prioridades son solo dos: déficit cero en las cuentas del Estado y el pago en tiempo y forma de la deuda. Todo lo demás es y será motivo de discusión política.
De hecho, el conflicto interno del radicalismo (partido que no necesita mucho para descerrajar una guerra entre propios) por la relación con el Gobierno no hizo más que escalar en las últimas horas. Suspensión de la afiliación de cuatro de los cinco diputados nacionales que ayudaron a preservar el veto del Presidente al proyecto de ley de movilidad jubilatoria que había aprobado el Congreso. Disidencia con esa decisión de la conducción partidaria por parte de dirigentes tan importantes como el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, y el presidente del bloque de diputados radicales, Rodrigo de Loredo.
El Presidente es un elemento novedoso y agitador en todas las orillas de la política. También hay gobernadores peronistas que prefieren estar más cerca de Milei que de Cristina Kirchner, a la que consideran una dirigente predominante, pero sin futuro político. Puede advertirse fácilmente en esa posición a los gobernadores de Tucumán, Osvaldo Jaldo; de Catamarca, Raúl Jalil, y de Salta, Gustavo Sáenz, aunque este último viene del massismo, no del kirchnerismo. Siempre hiperbólico, la cena de anoche de Milei con los “87 héroes” (diputados que simplemente votaron a favor de él en la cuestión de los aumentos a los jubilados) fue una prueba más de que al jefe del Estado le gustan dos cosas: respetar la coherencia cuando se trata de las cuentas públicas y revolver en las discordias intestinas de los otros partidos. Hay alguien que también lo sabe: Patricia Bullrich, que salió a diferenciarse de su teórico jefe político, Macri, con un apoyo sobreactuado y poco creíble a la candidatura del juez Ariel Lijo como eventual miembro de la Corte Suprema. “Antes decía todo lo contrario. Quiere ocupar el lugar de Santiago Caputo en el entorno presidencial”, advirtió sin ironía, con supuesta información fidedigna, un dirigente de Pro.
Es probable que el gobierno de Milei conserve el próximo año el déficit cero. En primer lugar, porque la propuesta del Presidente es colocar la recaudación antes que el gasto; esto es: primero recaudar y después gastar. Es una diferencia crucial con los tres gobiernos kirchneristas: ellos gastaban y después veían cómo pagaban. La consecuencia fue un déficit insoportable para los gobiernos no peronistas que los sucedieron.
La excepción en los 16 años de gobiernos inspirados por los Kirchner fueron los dos años en los que Roberto Lavagna fue ministro de Economía; en ese breve período se impuso el criterio de los superávits gemelos: el de las cuentas públicas y el de la balanza comercial.
Los economistas serios destacan tres decisiones que ayudarán a mantener el equilibrio entre la recaudación y el gasto. El primero de ellos es que el Gobierno tendrá un sistema normalizado de las retenciones a los productos agropecuarios, sobre todo en la soja. Este año la recaudación de las retenciones fue más baja de lo habitual porque muchos productores aprovecharon el “dólar soja” de Sergio Massa y liquidaron entonces sus cosechas. El año próximo se volverá a la normalidad. El “dólar soja” fue una de las tantas medidas electoralistas de Massa cuando él era candidato a presidente de la Nación; hubo también este año una sobrecarga de impuestos porque Massa había postergado el pago de algunos de ellos.
Varios economistas prevén, además, una recuperación de la economía y, por lo tanto, de la recaudación general de impuestos. Ya se observa una reactivación suave (vale la pena recalcar que es suave, no brusca ni rápida) de algunas variables económicas, sobre todo en las que tienen que ver con el consumo de la clase media alta. Por ejemplo, observan ciertos movimientos en la venta de automóviles, que estaba totalmente paralizada en los primeros meses del año.
La situación es heterogénea. Por un lado, hay factores, como los módicos aumentos en alimentos, que benefician a la clase baja, y hay otros factores, como los importantes aumentos en la educación privada y en el consumo de gas, que perjudican a la clase media y a la media alta. Pero, al mismo tiempo, se recupera la venta de automóviles y continúa estancada la venta de gaseosas, que es un producto que compran los sectores bajos de la sociedad.
Por eso, se derrumbó nuevamente el consumo en los supermercados (un 17,2 por ciento en agosto), que es donde se abastecen mayoritariamente las franjas menos pudientes de la sociedad. Sin embargo, comienza a percibirse cierta recuperación en la industria y la construcción, sectores de la economía que venían aquejados de una parálisis total. Si se desperezaran la industria y la construcción (y la tendencia se mantiene en el tiempo), podría ir mermando también el temor de vastos sectores sociales a perder el trabajo o a la imposibilidad de recuperarlo después de haberlo perdido.
El Gobierno prevé también en el presupuesto una nueva baja en los subsidios a los servicios públicos, que todavía están pagados por el Estado en más del 50 por ciento de su valor real. Desde ya, esto significará más ahorro para el Tesoro y agilizará el camino hacia la preservación del déficit cero. La administración de Milei debería plantearse si le sirve conservar a funcionarios de los Kirchner en cargos cruciales del Gobierno, como lo es, por ejemplo, la Aduana nacional. Hace poco, el respetado economista Juan Carlos de Pablo advirtió públicamente que funcionarios del Estado siguen cobrando sobornos para agilizar los trámites en la administración pública. En el acto, aclaró que no se trata de funcionarios designados por el gobierno de Milei, sino de jerarcas heredados del último gobierno kirchnerista. Nadie los vio hasta ahora. Nadie hizo nada.
Un impuesto menos
Una novedad que pasó inadvertida es que el presupuesto prevé una percepción cero del impuesto PAIS que se recauda con las compras en el exterior, ya sea durante viajes o desde el país. El impuesto PAIS vencerá en diciembre próximo (fue instaurado por Alberto Fernández en 2019 por cinco años) y Milei debería, si quisiera prorrogar su vigencia, pedirle al Congreso una nueva ley. Sería una contradicción con su discurso liberal.
De todos modos, ninguna prórroga está prevista en el presupuesto.
Puede enfatizarse, por lo tanto: no habrá más impuesto PAIS desde el 1º de enero próximo. La última vez que se eliminó el impuesto a las compras en dólares fue durante el gobierno de Mauricio Macri, cuando se levantó el cepo al dólar. Esta vez, no mediará una eliminación, sino una caída natural de un impuesto distorsivo e injusto. Sin embargo, el presupuesto de Milei no deja entrever nada sobre un eventual levantamiento del cepo en el mercado cambiario.
Milei necesita que ningún “cisne negro” aparezca en el horizonte del próximo año, porque en 2025 deberá enfrentar las primeras elecciones de mitad de mandato desde que fue ungido presidente de la Nación. A pesar de ciertas diferencias en temas institucionales y en la instrumentación de algunas políticas públicas, ni Milei ni Macri imaginan un destino electoral inminente alejado el uno del otro. “Separados, perderían los dos”, dice uno de los principales dirigentes macristas. Más allá de la discordia entre Macri y su antigua protegida Patricia Bullrich (protección que esta no reconoce ni agradece), lo cierto es que la mayoría de Pro está dispuesta a esa alianza electoral.
Solo falta saber qué hará Horacio Rodríguez Larreta, más volcado hacia una política como la que encarna Martín Lousteau. Cerca de Milei intuyen que también podrían trabar alianzas electorales con sectores del radicalismo que están más cerca de él que del presidente de la UCR, Lousteau.
La fractura expuesta del radicalismo, que se observa en estas horas, es un ejemplo de ese cisma ideológico (o político, quién lo sabe) en puerta. Todo es posible, a fin de cuentas, siempre que Milei pueda conservar sus principales promesas: disciplina en las cuentas públicas y la consecuente baja de la inflación.
Su próximo desafío consistirá en demostrar que puede perforar el nivel del 4 por ciento mensual de inflación. El vocero Manuel Adorni, exaltado a la condición de ministro en las últimas horas, dijo en días recientes que la inflación de septiembre será de poco más del 3 por ciento. En cambio, el exministro de Economía Hernán Lacunza, que desempeñó ese cargo durante la gestión de Macri, advirtió que será “difícil” perforar el 4 por ciento mensual, aunque aceptó que los números del presupuesto presentado por el Presidente son “verosímiles”.
Más previsible es qué hará Milei con el interminable conflicto en Aerolíneas Argentinas. Algo hará, y pronto. Funcionarios que conocen bien al Presidente sostienen que no está en su condición dejar sin resolver un conflicto que se alarga semana tras semana. Diputados de Pro y del propio Milei promueven una ley para privatizar esa empresa, que no tendrá muchos interesados si el Gobierno no resuelve antes la enmarañada situación gremial de la compañía. Después tendrán que lidiar con peronistas y radicales que creen que Aerolíneas Argentinas es la patria. No importa cuáles sean las mañas de los dirigentes gremiales que deciden desde esa empresa sobre lo que ocurre en la tierra y en el cielo.
Hace poco, el respetado economista Juan Carlos de Pablo advirtió públicamente que funcionarios del Estado siguen cobrando sobornos para agilizar los trámites en la administración pública

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Adorni asciende en el Gobierno: tendrá rango de ministro
El portavoz pasará a depender directamente del Presidente; suma poder en el esquema oficial
Jaime RosembergManuel Adorni, vocero presidencial
En medio de las serias restricciones fiscales que impone el presupuesto para el año próximo, presentado el domingo pasado por el presidente Javier Milei, la Casa Rosada prepara nuevos cambios en la estructura del gabinete nacional.
En realidad, se trata de un ascenso: según pudo saber el portavoz presidencial, Manuel Adorni, hasta ahora con cargo de secretario, pasará en las próximas horas a integrar el grupo de funcionarios que dependen directamente del Presidente y tienen rango de ministros.
Ese papel lo equipara con la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei; el secretario de Legal y Técnica, Javier Herrera Bravo; el secretario de Prensa, Eduardo Serenellini, y el titular de la SIDE, Sergio Neiffert. Al cierre de esta edición, se preveía que su nombramiento apareciese hoy en el Boletín Oficial.
El cambio formal en sus atribuciones refuerza las acciones del portavoz presidencial, cercano a los hermanos en el poder nacional, mientras otros secretarios continúan con el mismo rango. Por caso, el Ministerio de Capital Humano, de Sandra Pettovello, sigue incluyendo a exministerios como el de Desarrollo Social, Educación y Trabajo, con secretarios o subsecretarios a cargo de esas áreas. También Luis Caputo, el ministro de Economía, sigue con el control de Producción e Infraestructura, que durante los gobiernos de Mauricio Macri y Alberto Fernández funcionaron como ministerios.
La modificación más reciente en el mapa del Estado se dio hace dos semanas, en el ámbito de la Cancillería. Entonces, se incorporaron dos subsecretarías: una de Culto y otra de Asuntos Internacionales en Derechos Humanos y Civilización, las dos dentro de la Secretaría de Culto, que pasó a conducir el joven libertario Nahuel Sotelo.
De exposición permanente desde que comenzó el gobierno de Milei y con participación desde el inicio de la gestión en las reuniones de gabinete, Adorni no descarta, al menos en público, ser candidato a legislador nacional en las próximas elecciones de 2025. “Si el Presidente me lo pide, lo voy a hacer”, expresó en una entrevista con El Cronista, en junio pasado, más allá de aclarar que le “encanta” su actual rol. Adorni encabeza conferencias de prensa por las mañanas, en la Casa Rosada, en las que son habituales sus fuertes cruces y chicanas con periodistas.
Alto perfil
Protagonista de las conferencias de prensa diarias en la Casa Rosada, y siempre cercano al Presidente, Adorni pasó a integrar la mesa chica de coordinación política, inaugurada la última semana de agosto y compuesta por el “triángulo de hierro” (el Presidente, Karina Milei y el asesor todoterreno Santiago Caputo), más el jefe de Gabinete, Guillermo Francos; la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, además del portavoz. Una reunión que volvió a repetirse este martes, con los mismos protagonistas y cuyo contenido se mantendrá en reserva como las anteriores, según afirmaron cerca del Presidente.
Otro de los cambios que se vienen es la mudanza de la Secretaría de Cultura, que encabeza Leonardo Cifelli, del ministerio de Pettovello a la órbita de la Secretaría General de la Presidencia. En los hechos, comentan fuentes del sector, Cifelli sostiene desde hace rato un vínculo cercano y de confianza con la secretaria general de la Presidencia, que acumula así más y más funciones a su cargo.
El traspaso, según fuentes oficiales, se daría formalmente a principios de octubre, aunque Cifelli seguiría en sus oficinas del Palacio Libertad –que según el Gobierno ya no se llama más CCK– más allá de que alguna dependencia de la secretaría podría mudarse a Balcarce 50, donde ya le reservaron algunas oficinas. Antes de la mudanza formal, según fuentes de Gobierno, Cifelli culminará el cambio en la cartelería del palacio, que aún contiene en su frente externo la sigla “Centro Cultural Néstor Kirchner”, rebautizado con el nombre del expresidente Domingo Faustino Sarmiento.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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