domingo, 3 de noviembre de 2024

Batalla cultural, regulación de criptomonedas y cómo “reiniciar” la Argentina Y Ruth Kedar, la artista latinoamericana que diseñó el logo de Google


Batalla cultural, regulación de criptomonedas y cómo “reiniciar” la Argentina
Durante la conferencia Labitconf, referentes de La Libertad Avanza y de Pro discutieron sobre la relación entre Estado y nuevas tecnologías
Victoria Menghini
Referentes de LLA dijeron que el Congreso no debe convertirse en una traba para el crecimiento del sector cripto en el país
Mientras el ecosistema cripto crece en la Argentina, los debates en torno a su regulación comienzan a formar parte de la discusión política. La inclusión de activos digitales en el blanqueo y la creación del Registro de Proveedores de Servicios de Activos Virtuales (PSAV), son algunas de las medidas que se implementaron en los últimos meses.
“En esta nueva etapa de la Argentina, hay lugar para darle paso a todo tipo de nuevas tecnologías. Desde nuestra ideología, compartimos la idea de que tiene que ver con el tamaño del Estado. Cuando el Estado abarca mucho, la tecnología termina muy al costado y se queda con sistemas analógicos”, sostuvo Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, en un panel abierto a preguntas del público, acompañado por Ramón Lanús, intendente de San Isidro; Martín Yeza, diputado de Pro; Alejandro Bongiovanni; Alberto Benegas Lynch; y Daiana Fernández Molero durante la conferencia de blockchain y criptomonedas Labitconf.
“Soy un estudioso del tema bitcoin y lo veo como una defensa de las libertades individuales de la gente, en contra de los bancos centrales del mundo. Yo no creo en el dinero del Estado, creo en el libre intercambio de bienes y servicios. Hay que ir hacia ese objetivo, creciendo paso por paso”, añadió, frente a un auditorio repleto de empresarios, emprendedores, jóvenes y periodistas.
Si bien expresó que es necesario un debate sobre las criptomonedas, remarcó que el Congreso no debe convertirse en una traba para el crecimiento del sector en el país: “Queremos que las nuevas tecnologías sean parte de nuestra agenda legislativa, pero tenemos que ser cuidadosos con que la agenda legislativa no sea un obstáculo”.
En este sentido, se refirió al poder que tienen los ciudadanos para intervenir en estas discusiones: “Nosotros debemos ser lo suficientemente inteligentes para corrernos lo más posible, porque el ciudadano en libertad tiene soluciones mucho más novedosas, rápidas y eficientes”.
A su vez, Bongiovanni opinó que “es mucho lo que se puede arruinar del ecosistema bitcoin con la regulación” y espera “que dentro de alguna generación, el Congreso tenga una visión más liberal”.
En línea con las críticas a varios diputados y senadores, Fernández Molero hizo un llamado de atención al público para que los ciudadanos no pidan más cosas al Congreso. “Hay una obsesión por la regulación muy fuerte. Yo puedo presentar un proyecto fantástico, pero después necesito los votos de 257 diputados y el Congreso todavía no hizo el catch up que hizo el Gobierno. Hay que ser cuidadosos con eso”, advirtió la diputada.
Con respecto a la adopción no solo de criptomonedas, sino también de inteligencia artificial (IA) en el país, Lanús señaló que el Estado no debe ser el encargado de desarrollar las innovaciones, sino de facilitar la información y generación de datos al sector privado.
Yesa coincidió con este punto y añadió: “Tenemos que repensar es el hardware de las instituciones y el diseño de las normas, porque el problema son los procesos burocráticos del Estado que hacen que vos puedas reparar un error”.
Bertie Benegas Lynch, Ramón Lanús, Daiana Fernández Molero y Martín Menem en Labitconf
Por último, Benegas Lynch y Menem reflexionaron sobre el escenario actual de la Argentina y los esfuerzos del Gobierno por sacar al país de la crisis social y económica de los últimos años. “No se pueden dar todas las batallas al mismo tiempo. Yo siempre ilustro que estamos en el quinto subsuelo del infierno. Así nos dejó el kirchnerismo y 100 años con distintos matices del socialismo más oscuro. Estamos subiendo algunos peldaños para subir al cuarto subsuelo del infierno, donde hace muchísimo calor todavía, pero hay que ver el norte y la tendencia hacia donde vamos. Hoy el foco está puesto en la reforma del Estado y el ajuste fiscal”.
Por su parte, Menem subrayó que “hay que achicar el Estado” y que la motosierra “no es de ahora, es de siempre”.
“Tenemos un horizonte, que es apuntar siempre a bajar impuestos. No se hizo un esfuerzo ahora para equilibrar solamente. Está en la cabeza, en la impronta y en el ADN de este Gobierno. Al mismo tiempo, todos los días encontramos muchísimas regulaciones que siguen trabando la libre producción de bienes y servicios de todos ustedes. Si las fuerzas del cielo nos acompañan, se vienen más bajas de impuestos y más bajas de regulaciones, porque eso al final va a colaborar con la creación de nuevos puestos de trabajo, más inversión, menos pobreza”, concluyó Menem.
“El botón de reiniciar”
Antes del panel, los diputados de La Libertad Avanza (LLA) Benegas Lynch y Fernández Molero, y Bongiovanni, de Pro, participaron de otra charla, donde explicaron los que son, para ellos, los pilares fundamentales para el progreso de la Argentina. Los resumieron en tres claves: reiniciar, reformatear y hackear el sistema.
“El año pasado, la sociedad argentina apretó con furia el botón de reiniciar. El sistema le estaba dando la espalda, se había frizado, no había respuesta. Afortunadamente, hay muchas cosas que están siendo reinicidas en la Argentina”, disparó Bongiovanni frente a un auditorio repleto de empresarios, emprendedores, jóvenes y periodistas.
Y continuó: “Una de ellas es la cuestión fiscal. Creo que hay un horizonte fiscal claro, una idea de un presupuesto. También en materia de seguridad hubo un reinicio, con la policía en la calle y los piquetes en la vereda. Hacia adelante, además de un reinicio, vamos a tener que hacer un reformateo del sistema tributario y que no existan más aberraciones como las retenciones, impuesto al cheque y los ingresos brutos a las provincias”.
Bongiovanni también destacó el rol del ministro de Desregulación y Transformación del Estado de la Nación, Federico Sturzenegger, y que hay que hackear a “jugadores muy grandes” del espectro político, como la Confederación General del Trabajo (CGT) y los sectores empresariales que “viven del abrazo y la protección del Estado”.
“Hay que insistir con el antivirus. La mentalidad de los argentinos ha cambiado mucho, afortunadamente. Hoy, creo que la Argentina todavía no despegó, pero está carreteando la pista”, expresó el diputado.
Bajo esta línea, Fernández Molero se refirió a la importancia de la “batalla cultural” liderada por el presidente Javier Milei. “Hasta hace diez minutos, capitalismo, mercado y empresarios eran malas palabras. Va a costar, pero al fin del día se va a lograr que el mercado y tener plata en la Argentina sea bien visto y es algo que va a tener continuidad”, sostuvo.
Al respecto, Benegas Lynch dijo que “ya no hay tantos políticos hablando del Estado y que hay que pagar los impuestos con alegría, porque cambió el mindset de la gente”.
“Los quiero llevar a volver a instalar el tema del individualismo, que muchas veces lo tomamos de forma culposa porque lo relacionamos con el egoísmo, y en realidad tiene que ver con la cooperación social. El individualismo parte del interés personal que todos por naturaleza tenemos, incluso Myriam Bregman”, dijo el diputado liberal.
Además, se mostró firme en su postura con respecto a cerrar el Banco Central (BCRA). “La moneda tiene que volver a las manos de sus dueños. Queremos Gobierno para que se protejan los derechos y autonomías individuales e imparta justicia, nada más. Si pedimos más, tenemos que estar dispuestos a perder libertades, derechos y que nos metan la mano en los bolsillos”, señaló.
Y disparó: “Es indispensable cerrar el BCRA. El BCRA es para afanarte”. Los aplausos inundaron la sala.
Por último, hizo una fuerte crítica a los diputados y senadores de los partidos opositores, como Unión Por la Patria (UXP). “El Congreso me lo imagino como la estructura de una empresa de Elon Musk, dispuesta a poner un cohete en la luna, y el problema son los diputados y senadores. Ponen a dos astronautas que son unos monos, se emborrachan y juegan a las cartas. Hay que elevar el estándar y sacarle a la gente el peso del Estado”, expresó Benegas Lynch.


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Ruth Kedar, la artista latinoamericana que diseñó el logo de Google que millones ven a diario en todo el mundo
La historia de ese logotipo comienza en una clase de artes marciales en 1998 y con una mujer nacida en Brasil; este es el camino que recorrió

Exploración del diseño del logotipo de Google
Cortesía de Ruth Kedar, kedardesigns.com
¿Qué hacés a diario? ¿Caminar, hablar, comer, tomar, comprar y, quizás, googlear o guglear? Aunque ninguno de esos dos últimos términos aparece en el diccionario de la Real Academia, y lo correcto es decir “buscar en Google”, el verbo se fue colando en el lenguaje cotidiano desde que la compañía fue fundada en 1998.
La marca global, con todas sus manifestaciones actuales, comenzó en California, en la Universidad de Stanford, donde dos estudiantes, Larry Page y Sergey Brin, decidieron que la búsqueda en Internet se podía hacer mucho mejor.
Así nació el motor de búsqueda, cuyo nombre iba a ser Backrub, pero pasó a llamarse Google, que viene de gúgol o googol en inglés, el nombre que le dio un niño de 9 años al número 10¹⁰⁰. Para Page y Brin, reflejaba su misión de proveer grandes cantidades de información.
Millones de nosotros vemos el nombre todos los días, en esas letras que tienen cada una un color diferente de la que está al lado. La historia de ese logotipo comienza en una clase de artes marciales en 1998, y con una mujer llamada Ruth Kedar, quien había nacido en Brasil y vivido en Israel antes de mudarse a California, Estados Unidos.
“Practico Aikido, que es un arte marcial japonés”, cuenta Ruth al programa de la BBC Witness History. “Después de clase, estaba barriendo la colchoneta cuando un compañero practicante de Aikido se me acercó y me dijo ‘¿eres Ruth Kedar? ¿La Ruth Kedar que hace esto y aquello y lo otro?’, porque yo trabajaba antes en Adobe y enseñaba en la Universidad de Stanford. Solo nos conocíamos en el tatami con el quimono, así que me sorprendió un poco, pero entablamos una conversación”.
Cita a ciegas
El tiempo pasó, y un día Ruth recibió un correo electrónico de un extraño: Larry Page. “No sabía quién era. Decía que la persona que estaba en Aikido le había hablado muy bien de mí. ‘Acabamos de crear una nueva empresa y estamos buscando a alguien que haga el diseño de nuestro logotipo. ¿Te interesaría conocernos?’, preguntó”.
Los fundadores de Google, Sergey Brin (izq), y Larry Page, en el ascensor de la oficina de la empresa en Mt. View en 2003, rodeados por los colores que los identificarían desde la creación del logo 5 años antes
Larry Page y Sergey Brin ahora son famosos, pero ese no era el caso hace 26 años, cuando Ruth fue a conocerlos. “Fue increíble verlos. Me parecieron unos niños, totalmente intrépidos y tan seguros de sí mismos. Eran encantadores. Y creían mucho en lo que estaban haciendo”.
Ruth tuvo una larga conversación con ellos sobre cómo querían que se viera el logotipo. “Me dijeron ‘estamos buscando diferentes diseñadores, tratando de averiguar quién es el más adecuado para nosotros’. Les di las gracias y me fui”. Cuando volvieron a contactarla fue para decirle que querían que fuera ella quien diseñara el logotipo.
Las ‘G’
Ruth regresó a la oficina de su casa, que estaba repleta de libros y computadoras grandes y torpes, y comenzó a diseñar un logotipo para esta joven empresa. “No era como ahora en cuanto a la tecnología. La resolución de las pantallas era muy pobre. Los logotipos eran un poco toscos, pixelados”.
Desde el principio tenían claro “que no íbamos a crear un logotipo con el nombre del producto y un ícono: solo nos íbamos a centrar en las letras”, de manera que tenía que encontrar una fuente que superara esos problemas técnicos.
Con la idea de “la búsqueda” siempre en mente, pensó que al buscar algo, te valés del conocimiento del pasado para poder encontrar una idea para algo que vas a hacer en el futuro. Así que quiso encontrar “una tipografía que evocara el pasado, pero se viera moderna, y se me ocurrió Catull”.
“Tenía unas características realmente únicas para cada una de las letras del nombre de Google, particularmente la G mayúscula y minúscula. Supe que ese tipo de letras crearían algo que sería inmediatamente reconocible”.
Ruth Kedar ya era una diseñadora y profesora de Stanford muy experimentada cuando dos estudiantes le pidieron que diseñara un logotipo para su pequeña empresa emergente
Ruth cuenta además que al diseñar el logotipo, pensó en los juegos infantiles, lo que la llevó a escoger los colores primarios -rojo, azul y amarillo-, “asociados con la infancia y el juego”.
Pero recuerda, Google no era como cualquier otra empresa. No seguían las reglas. Querían ser los renegados del mundo. “Así que no íbamos a poner los colores en su orden tradicional” de la teoría del color. Además, no dejaba de pensar que en la investigación ampliás tu comprensión de lo que sea que estés buscando. Entonces de ahí surgió la idea de introducir un color secundario, y por eso tenemos el verde en el logo”.
Divertido
Ruth entregó el logotipo y se empezó a utilizar en el buscador. “Cuando terminé el proyecto, realmente no volví a pensar mucho en él. Y recuerdo que en algún momento mi hija viajó por el mundo, y cuando regresó me contó que estando en Nepal, tuvo la oportunidad de ayudar a un pequeño pueblo y que ahí alguien tenía una computadora portátil con el logotipo de Google en la pantalla. Fue la primera vez que pensé ‘¡esto está ya en todas partes!’”.
Pero, Ruth todavía no era muy conocida por su diseño... Hasta 2008. “Al llegar el 10° aniversario de Google, de repente la gente empezó a ponerse en contacto conmigo y a querer hablar sobre el logotipo de Google como parte de la historia de la empresa”.
El logotipo que diseñó Ruth apareció en la página de búsqueda principal durante 16 años. En septiembre 1 de 2015, Google estrenó un nuevo logo, con los mismos colores pero con un tipo de letra distinta: Product Sans.
“Ahora tienen un gran departamento que se ocupa de eso y creo que lo hicieron bien en el sentido de que mantuvieron esos elementos realmente importantes”, opina Ruth. Agrega que cuando lo diseñó nunca pensó que sería un logo tan exitoso, “pero tengo que decir que es uno de los mayores logros de mi carrera. Y fue muy divertido hacerlo”. Kadar sigue trabajando como diseñadora.

http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA

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