Los amigos de Storani se mantienen unidos en el reclamo de justicia
Los compañeros de colegio de una de las tres víctimas del choque de lanchas siguen cada audiencia del juicio que se desarrolla en los tribunales de San Isidro
Matías BianchiUn grupo de amigos sostiene el recuerdo de Manuel Storani
Firmes, por momentos en silencio, también llorando, pero siempre dando su presente en las dos últimas hileras de butacas en la sala de audiencias de los tribunales de San Isidro durante la primera semana del juicio por la muerte de su amigo en un choque de lanchas. Lorenzo, Martín, Ignacio, Guillermo, Manuel, Ulises, Facundo, Lautaro, Giuliana, Octavia, Francisco y Gina son algunos de los 30 compañeros del colegio Cristoforo Colombo que hoy tienen entre 21 y 22 años y que perdieron a su amigo Manuel Storani en un trágico siniestro en el Delta del Paraná en Tigre la noche del 31 de marzo de 2016.
Según la acusación de la fiscalía, la lancha Shark II, tripulada por Pablo Torres Lacal al timón y por David Hernán Di Rico y Javier Gotti, venía a gran velocidad zigzagueando y embistió a la lancha Mad II, que tenía a Lucas Sorrentini al volante. En esa embarcación también estaban Alejandro Obludzyner; su esposa, María Cassina; su hija Federica Obludzyner; Manuel Storani, y su madre, María de los Ángeles Bruzzone. El hijo del dirigente radical Federico Storani y su exesposa murieron por ese choque, al igual que Gotti.
Más de siete años después comenzó el juicio, a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal N° 1 de San Isidro, con los jueces Alberto Ortolani, Sebastián Urquijo y Gonzalo Aquino y el fiscal Diego Callegari. Mañana, a las 9, se darán a conocer los alegatos en el debate oral que tiene a Torres Lacal como acusado de triple homicidio con dolo eventual. Mientras esperan el veredicto, los amigos de Storani recuerdan a su compañero.
“Fue muy fuerte, teníamos 14 años cuando perdimos a nuestro amigo. Esta fue una semana muy emocional, dura y muy estresante. Escuchamos cosas que hubiese sido mejor no saberlas. Es una herida que se volvió a abrir. Algunos estuvimos durmiendo bastante mal. Nos da alivio que por fin se llegó a esta instancia y que de a poco fue saliendo a la luz lo que pasó. Queremos justicia para tener paz”, comentaron a la nacion los amigos de una de las tres víctimas.
Y, en voces que se agruparon en un mismo concepto, agregaron: “Los argumentos del imputado nos parecieron cínicos. Incluso percibimos sorna por momentos. No tienen pies ni cabeza. Hay tales incongruencias en el relato, detalles de la reconstrucción que se contradicen. Dieron una imagen de Torres Lacal que no se condice con lo que realmente es, si no, ¿por qué habría una testigo sin identificar con miedo? Eso dice mucho de él. Los que declararon son empleados que dependen de él, no vimos amigos suyos. Fue un discurso armado. No hablaron desde el corazón”. Esa sensación les dejó la semana de debate oral, en la que escucharon a Torres Lacal y a la defensa plantear la teoría del accidente.
“No vemos que sienta culpa. Lo notamos abstraído, no lo vimos genuinamente dolido. Simplemente no le creemos”, comentaron en diálogo con la nacion. Y señalaron: “Manuel no se llegó a ir de egresados y él se fue a la India a los pocos meses del hecho”.
“Ver al imputado me da miedo. Me genera pesadillas”, expresó Gina, apoyada por el comentario de Ulises: ”Nos da mucha bronca verlo, es provocador y desafiante”. Lorenzo fue directo: “Le quise gritar cosas. Tuve impulsos que tuve que contener. No fue algo que pasó sin querer, él (por Torres Lacal) generó que eso pasara. Manuel debería estar estudiando una carrera como nosotros en este momento; debería estar con nosotros”.
Ninguno es indiferente ante la posición de quien está acusado por la muerte de su amigo. “A mí me da bronca, creo que es un h... de p... y un cobarde”, expresó Giuliana.
Uno de los jóvenes, camino a ser ingeniero, se apoyó en los conocimientos que adquirió en los últimos años para definir: “No hay chance de que termines cuarenta metros metido en tierra si venís despacio, como él dijo”, en referencia a la lancha Shark II, que se encontró a esa distancia en la isla del Club San Fernando al lado del canal Vinculación, donde ocurrió el siniestro.
“El dolor queda para siempre”
Sobre la demora del proceso judicial manifestaron: “La verdad no entendemos bien por qué se demoró tantos años el juicio, no hubo explicación clara, para nosotros es una vergüenza. Les debe haber pasado esto a muchos que no tuvieron cobertura mediática y quedaron en la nada. Gracias al papá de Manu (por el histórico dirigente radical Freddy Storani) estamos acá. Si no, probablemente ni hubiese habido juicio”.
Los amigos de Manuel Storani esperan un veredicto que señale la culpabilidad del acusado. “Yo creo que está rejugado, creo que va a ir preso. Están queriendo evitar el dolo a toda costa. Si es solo homicidio culposo, sería muy doloroso para nosotros”, dijo Lautaro. Algo similar manifestó Guillermo: “Una sentencia justa generaría esperanzas en el sistema. Nos traería algo de paz, nos daría un cierre, pero el dolor queda para siempre”. Y, en un comentario compartido por la ronda de amigos, Lorenzo aseveró: “Lo justo sería que se pudra dentro de la cárcel. Que tenga una vida larga y la pase dentro de la cárcel”.
“Como mínimo, la máxima condena para el sistema legal de acá. Que no salga por la misma puerta que nosotros de los tribunales y que salga esposado. Es alguien peligroso”, expresó Ignacio. En ese aspecto, cada uno de los amigos de Manuel tiene su propia idea sobre lo que esperan en el final del juicio.
“Para mí lo justo sería que él (por Torres Lacal) pueda reconocer lo que hizo”, manifestó Ulises. “Que todo el mundo sepa lo que hizo para mi ya es un alivio”, expresó Manuel. “El momento para pedir perdón pasó”, dijo Octavia. “Justo no va a haber nada porque la vida de Manuel está perdida, no hay compensación. No hay condena suficiente”, agregó Giuliana.
El impacto emocional
“La muerte de Manuel nos hizo crecer repentinamente porque no es normal perder a un amigo a los 14 años. Uno se imagina que se va a morir a los 80, no te imaginás perder a alguien de tu edad. Presenciar un velorio a los 14 años es muy fuerte. Recuerdo el entierro, no lo podíamos creer. Nos hizo más fuertes, porque sufrimos mucho”, explicó Giuliana y agregó: “Recuerdo que tuvimos esperanzas en los tres días de búsqueda. Yo fui a Prefectura a tratar de ayudar. Vi a mis papás llorar”.
“De un día para el otro desapareció una familia del colegio. Ese año lo tabiqué emocionalmente. Su muerte me deprimió, me generó una profunda tristeza e impotencia”, expresó Lorenzo.
“Manuel no tenía una pizca de maldad. La casa de Ángeles –también víctima mortal del choque de lanchas– era punto de encuentro para nosotros, éramos siempre bienvenidos, sea a jugar, charlar o pasar el rato. Se podía caer sin avisar y éramos siempre bienvenidos. Le pedíamos a Ángeles que pidiera pizzas, era una madre muy presente y muy buena. Manu tenía muchos grupos de amigos, era muy sociable para su edad”, explicaron sus amigos.
“Siempre ponía buena onda. Una vez nos hizo hamburguesas a todos con 12 años. Hacía trucos de magia muy malos, pero nos hacía reír. Íbamos juntos al cine”, contó Gina. “Era muy atento y cariñoso. Te escuchaba, te impulsaba a hacer lo que te costaba. Estaba siempre bien predispuesto”, dijo Giuliana.
“Yo admiraba su creatividad, su vitalidad, tenía mucha energía. Era aplicado y humilde. Iba a tener una vida linda y activa, sin dudas. Nos hubiese gustado tener más recuerdos con él, pero lo perdimos”, comentó Lorenzo.
El recuerdo de Manuel Storani quedó en su colegio. Así lo expresó la docente Nancy Mauro, que fue su maestra en quinto grado y declaró la semana pasada en el juicio por las muertes en el Delta: “Los maestros estamos acostumbrados a despedir a los alumnos cuando van a la universidad, pero no estamos acostumbrados a despedirlos de la vida: en el patio del colegio hay un árbol, un jacarandá plantado hace ya siete años y medio, que está lindo y alto. Muchos chicos se nos acercan en los recreos para que les expliquemos qué significa la placa. Significa que lo tenemos presente, reivindica la presencia en la ausencia. Su memoria persiste y nos da fuerzas, un árbol resiste más allá de las inclemencias”.
El recuerdo del adolescente fallecido se mantiene entre sus amigos y familiares. Constanza Storani, su hermana mayor, escribió: “Siempre será claro, transparente y calmo, como se observa en su mirada que solo podemos ver desde el 2016 en fotografías. Dueño de una picardía respetuosa, reflexiva y sagaz que hacía repensar cualquier actitud fuera de lugar. Lo que pasó no debió pasar y nos condenó a la pena del dolor perpetuo”
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Mataron a un joven de una puñalada en Palermo
La víctima fue acuchillada durante una refriega callejera
Un hombre fue asesinado ayer a puñaladas y otro resultó herido tras una pelea en la zona de Plaza Serrano, en el barrio porteño de Palermo, y por el crimen detuvieron a un sospechoso, según informaron fuentes policiales. El hecho ocurrió alrededor de las 6.30 en Serrano al 1500, donde hubo una pelea entre un grupo de personas que culminó con un homicidio.
El presunto asesino fue detenido por efectivos de la Policía de la Ciudad, que identificaron a ese sospechoso con las iniciales R.J.R., de 30 años y nacionalidad paraguaya. En su poder su hallado el cuchillo utilizado en el crimen.
Según informaron fuentes vinculadas con la causa, el sangriento episodio se registró tras una discusión en una pizzería ubicada en Plaza Serrano, una zona rodeada de comercios gastronómicos y uno de los puntos de la vida nocturna en la ciudad. Por motivos que aún no fueron develados, el agresor participó de una pelea entre dos grupos de jóvenes frente a ese local. En sus manos portaba un largo cuchillo de cocina, de unos 17 centímetros de hoja.
Ese hombre se metió en la refriega callejera y atacó con su arma. Hirió en un brazo a una de las personas que participaban de la pelea y apuñaló mortalmente a un joven de 23 años, que habría sido identificado como Agustín Adrián Luna.
Con una herida en el estómago, esa víctima fue trasladada al Hospital Fernández, donde falleció poco después. El otro lesionado se recupera del corte sufrido en uno de sus brazos.
El agresor escapó de la zona, pero a partir de los datos aportados por los testigos, efectivos de la División de Investigaciones Comunales 14 logró encontrar al sospechoso que portaba una llamativa campera negra con mangas rojas y una sigla en el frente. Al ser identificado se halló el cuchillo, que sería el arma homicida.
Tomó intervención el Juzgado Criminal y Correccional N° 2.
Si bien los investigadores reconstruyeron las circunstancias que rodearon al homicidio en Plaza Serrano como una pelea callejera entre dos grupos, la mecánica del crimen, una profunda puñalada con un cuchillo de cocina, entrega a este caso cierta semejanza con el asesinato de Mariano Barbieri, también en Palermo.
Ese ingeniero de 42 años fue apuñalado en Plaza Sicilia –a 25 cuadras de Plaza Serrano–, la noche del 30 de agosto pasado. El homicida fue un hombre que tenía numerosos antecedentes penales, pero que una y otra vez quedaba en libertad por sus supuestos problemas de salud mental. Esa noche, Barbieri realizaba un ejercicio de yoga conocido como meditación de la luna -–que se realiza en un particular ciclo lunar– cuando fue sorprendido por el atacante, que buscó apropiarse del celular de la víctima. Tras un forcejeo, Barbieri, que era jugador de handball, recibió una puñalada letal en el corazón
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
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