“No se reconoce la violencia de género contra la mujer israelí”
la especialista Ruth Halperin-Kaddari acusa a los organismos de derechos humanos de silencio ante los crímenes perpetrados por Hamas en su ataque del 7 de octubre
Daniel Helft
Manifestantes ante la sede de la ONU en Nueva York, el lunes
Doctora en leyes graduada en la Universidad de Yale en los Estados Unidos, Ruth Halperin-Kaddari dedicó toda su vida profesional a defender y promover los derechos de las mujeres en el mundo. Esta abogada israelí y profesora universitaria, de 57 años, ejerció durante 12 años cargos de liderazgo en el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra las Mujeres, un organismo de Naciones Unidas conocido por sus siglas en inglés Cedaw. Fue premiada por el gobierno norteamericano con el galardón Mujeres Internacionales de Coraje y estuvo entre las 100 personas más influyentes en el mundo en temas de defensa de los derechos de la mujer.
Ser judía e israelí no le impidió colaborar con organizaciones feministas árabes tales como Musawah, una prestigiosa entidad dedicada a lograr la igualdad de derechos para las mujeres de familias musulmanas.
Hoy, la doctora Kaddari se manifiesta en estado de shock. Las mismas personas y organizaciones con quienes compartió décadas de lucha en pro de las mujeres del mundo, han desertado de sus funciones básicas y evitan salir en defensa de las decenas de mujeres israelíes brutalizadas y sometidas sexualmente por los terroristas de Hamas durante el ataque en el sur de Israel el 7 de octubre último.
Organismos especializados en Israel, tales como Médicos para los Derechos Humanos, han relevado videos posteados por los propios terroristas que documentan las violaciones, la gran mayoría de ellas seguidas de asesinato. Los expertos encargados de analizar los cuerpos de mujeres israelíes asesinadas en el festival musical Nova encontraron contundentes signos de violencia sexual. Decenas de mujeres que ingresaron a la morgue lo hicieron con su ropa interior desgarrada, sangre y lastimaduras en la zona pélvica. Sobrevivientes dicen haber presenciado el asesinato de mujeres mediante un tiro en la cabeza en el momento mismo de la violación. Hasta ahora, solo activistas independientes, bajo el lema “Rape is not resistance” (La violación no es resistencia) están reclamando hoy para que se reconozcan las atrocidades de género perpetradas el 7 de octubre último.
“Cuando las mujeres israelíes sufrieron los hechos más terroríficos de violencia de género que uno pueda imaginar, las organizaciones internacionales respondieron con un completo silencio”, dice Kaddari, en diálogo vía zoom con La Nacion. Más flagrante aún es la omisión, señala, en vistas de que el 25 de octubre se cumplieron 23 años de la resolución 1325 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que decretó que todas las partes involucradas en un conflicto armado deben evitar la violencia de género, en particular la violación, contra niñas y mujeres. Kaddari dice que 800 abogados, tanto israelíes como de otras partes del mundo, reclamaron infructuosamente para que se reconozcan estos crímenes, al que no dudan en categorizar de lesa humanidad.
Recién esta semana activistas de los derechos de la mujer y diplomáticos se reunieron en la sede de la ONU en Nueva York para asistir a una exposición de las pruebas de esta violencia sexual, con testimonios de testigos. “El silencio es complicidad”, dijo allí Sheryl Sandberg, exejecutiva de Meta y una de las principales organizadoras del acto, informó The New York Times.
–¿Le sorprendió esta falta de reacción de estos organismos internacionales?
–Sí. Estoy shockeada y sorprendida. No tenía grandes expectativas de los órganos políticos de Naciones Unidas, tales como el Consejo de Seguridad y la Asamblea General. O incluso ONU Mujeres, que es parte de los cuerpos políticos de Naciones Unidas. Ellos emitieron un comunicado en el que solo se refieren al estado de las mujeres en Gaza, lo que es una omisión inexcusable. Pero sí tenía expectativas respecto de los cuerpos más profesionales de Naciones Unidas, en los que prestan servicios expertos independientes. Esos son los organismos en los cuales tuve el privilegio de servir durante doce años de mi vida. Y sigo shockeada que en sus comunicados no hay referencia alguna a las atrocidades perpetradas por Hamas. No hay mención sobre el ejercicio de la violencia sexual, que es la razón principal por la cual existen estos organismos. Ese es su papel. Con su silencio no solo le fallan a las mujeres israelíes, sino que debilitan todo el sistema, dado que pierden toda credibilidad. Y al no hablar de esto se puede decir que son cómplices de estos crímenes.
–¿Cómo se puede entender semejante omisión? ¿Es antisemitismo? ¿Es la creencia de que, por alguna razón política, las mujeres israelíes no merecen siquiera un reconocimiento frente a estas atrocidades? ¿Cómo lo explica?
–Efectivamente, es una combinación de factores. Fundamentalmente, es la incapacidad de aceptar que el cuadro de situación es complejo y no un blanco sobre negro. Que Israel no es solo el opresor y los palestinos las víctimas. En esta instancia Hamas, que a su vez victimiza a los palestinos, representa a Palestina y en este caso es el agresor. Un agresor que lanzó un ataque contra civiles, apuntando contra mujeres, niños y ancianos. Y que premeditadamente utilizó el cuerpo de las mujeres como un arma de guerra para generar temor. Y para estos organismos de derechos humanos es difícil aceptar que el bando que es visto como la víctima pase a ser el agresor más cruel que uno pueda imaginar. Eso obliga a un giro de 180 grados en su visión del conflicto. Y por eso eligieron de forma casi instantánea mostrar solamente el sufrimiento de los palestinos. Pero la falta de reconocimiento para el sufrimiento de las mujeres israelíes es inexcusable y extremadamente grave. Uno puede expresar su preocupación por el sufrimiento de los ciudadanos de Gaza, pero es indispensable que se condenen las atrocidades y los crímenes de lesa humanidad perpetrados por Hamas el 7 de Octubre.
–Debe de ser devastador esa falta de respaldo para alguien que trabajó tantos años en la defensa de las mujeres del mundo.
–Hemos sido completamente traicionados por los organismos internacionales de derechos humanos y por las organizaciones de los derechos de las mujeres. Estos organismos, en el momento en que nosotros, las mujeres israelíes, sufríamos los hechos más horroríficos de violencia de género, hicieron silencio absoluto. Junto con mis colegas más prestigiosos les explicamos y les rogamos reconocer lo que había ocurrido. Que eran crímenes de lesa humanidad. Les tomó tres semanas emitir un comunicado que no tenía una palabra sobre las atrocidades de Hamas. Fueron rápidamente a señalar simetrías por el sufrimiento de las mujeres en ambos lados del conflicto. Y quiero ser clara. No estoy negando el sufrimiento de las mujeres y las niñas de Gaza, que además sufren porque Hamas las utiliza como escudos humanos. Pero no hay manera de sostener una simetría frente a lo que ocurrió el 7 de octubre, que es algo enteramente distinto. Es uno de los crímenes mas horribles de la historia reciente.
–Sin embargo, ya hay quienes tienden a relativizar o incluso negar estos crímenes.
–Con su silencio, estos organismos proveen munición a quienes ya están involucrados en una campaña de negación de lo sucedido. Increíblemente, ya hay una campaña de negación, pese a toda la evidencia existente. Yo estuve pensando mucho en lo sucedido. Soy descendiente de segunda generación de sobrevivientes del Holocausto y nunca pude entender cómo se pudo haber intentado negar semejante hecho. Y ahora estamos presenciando una negación de lo que ocurrió dos meses atrás, que fue filmado en tiempo real y publicado en redes en tiempo real. Hay una encuesta realizada por The New York Times que muestra que un tercio de los jóvenes americanos dice que cualquier cosa que diga Israel es un invento. Esto desafía los límites de lo comprensible, dado que hay tanto volumen de documentación sobre lo sucedido. Y allí es donde retorno a la inexcusable falla de estos organismos de derechos humanos.
–¿Cómo sigue su trabajo en este campo, luego de tanto silencio y negación?
–Seguiremos con nuestros esfuerzos por contactar a todas las organizaciones posibles y ya estamos observando un interés creciente por la evidencia que se está acumulando, los testimonios de sobrevivientes y de quienes respondieron a la catástrofe, la evidencia digital. Creo que las primeras páginas de silencio absoluto y negación van a cambiar. Tienen que cambiar.
Doctora en leyes graduada en la Universidad de Yale en los Estados Unidos, Ruth Halperin-Kaddari dedicó toda su vida profesional a defender y promover los derechos de las mujeres en el mundo. Esta abogada israelí y profesora universitaria, de 57 años, ejerció durante 12 años cargos de liderazgo en el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra las Mujeres, un organismo de Naciones Unidas conocido por sus siglas en inglés Cedaw. Fue premiada por el gobierno norteamericano con el galardón Mujeres Internacionales de Coraje y estuvo entre las 100 personas más influyentes en el mundo en temas de defensa de los derechos de la mujer.
Ser judía e israelí no le impidió colaborar con organizaciones feministas árabes tales como Musawah, una prestigiosa entidad dedicada a lograr la igualdad de derechos para las mujeres de familias musulmanas.
Hoy, la doctora Kaddari se manifiesta en estado de shock. Las mismas personas y organizaciones con quienes compartió décadas de lucha en pro de las mujeres del mundo, han desertado de sus funciones básicas y evitan salir en defensa de las decenas de mujeres israelíes brutalizadas y sometidas sexualmente por los terroristas de Hamas durante el ataque en el sur de Israel el 7 de octubre último.
Organismos especializados en Israel, tales como Médicos para los Derechos Humanos, han relevado videos posteados por los propios terroristas que documentan las violaciones, la gran mayoría de ellas seguidas de asesinato. Los expertos encargados de analizar los cuerpos de mujeres israelíes asesinadas en el festival musical Nova encontraron contundentes signos de violencia sexual. Decenas de mujeres que ingresaron a la morgue lo hicieron con su ropa interior desgarrada, sangre y lastimaduras en la zona pélvica. Sobrevivientes dicen haber presenciado el asesinato de mujeres mediante un tiro en la cabeza en el momento mismo de la violación. Hasta ahora, solo activistas independientes, bajo el lema “Rape is not resistance” (La violación no es resistencia) están reclamando hoy para que se reconozcan las atrocidades de género perpetradas el 7 de octubre último.
“Cuando las mujeres israelíes sufrieron los hechos más terroríficos de violencia de género que uno pueda imaginar, las organizaciones internacionales respondieron con un completo silencio”, dice Kaddari, en diálogo vía zoom con La Nacion. Más flagrante aún es la omisión, señala, en vistas de que el 25 de octubre se cumplieron 23 años de la resolución 1325 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que decretó que todas las partes involucradas en un conflicto armado deben evitar la violencia de género, en particular la violación, contra niñas y mujeres. Kaddari dice que 800 abogados, tanto israelíes como de otras partes del mundo, reclamaron infructuosamente para que se reconozcan estos crímenes, al que no dudan en categorizar de lesa humanidad.
Recién esta semana activistas de los derechos de la mujer y diplomáticos se reunieron en la sede de la ONU en Nueva York para asistir a una exposición de las pruebas de esta violencia sexual, con testimonios de testigos. “El silencio es complicidad”, dijo allí Sheryl Sandberg, exejecutiva de Meta y una de las principales organizadoras del acto, informó The New York Times.
–¿Le sorprendió esta falta de reacción de estos organismos internacionales?
–Sí. Estoy shockeada y sorprendida. No tenía grandes expectativas de los órganos políticos de Naciones Unidas, tales como el Consejo de Seguridad y la Asamblea General. O incluso ONU Mujeres, que es parte de los cuerpos políticos de Naciones Unidas. Ellos emitieron un comunicado en el que solo se refieren al estado de las mujeres en Gaza, lo que es una omisión inexcusable. Pero sí tenía expectativas respecto de los cuerpos más profesionales de Naciones Unidas, en los que prestan servicios expertos independientes. Esos son los organismos en los cuales tuve el privilegio de servir durante doce años de mi vida. Y sigo shockeada que en sus comunicados no hay referencia alguna a las atrocidades perpetradas por Hamas. No hay mención sobre el ejercicio de la violencia sexual, que es la razón principal por la cual existen estos organismos. Ese es su papel. Con su silencio no solo le fallan a las mujeres israelíes, sino que debilitan todo el sistema, dado que pierden toda credibilidad. Y al no hablar de esto se puede decir que son cómplices de estos crímenes.
–¿Cómo se puede entender semejante omisión? ¿Es antisemitismo? ¿Es la creencia de que, por alguna razón política, las mujeres israelíes no merecen siquiera un reconocimiento frente a estas atrocidades? ¿Cómo lo explica?
–Efectivamente, es una combinación de factores. Fundamentalmente, es la incapacidad de aceptar que el cuadro de situación es complejo y no un blanco sobre negro. Que Israel no es solo el opresor y los palestinos las víctimas. En esta instancia Hamas, que a su vez victimiza a los palestinos, representa a Palestina y en este caso es el agresor. Un agresor que lanzó un ataque contra civiles, apuntando contra mujeres, niños y ancianos. Y que premeditadamente utilizó el cuerpo de las mujeres como un arma de guerra para generar temor. Y para estos organismos de derechos humanos es difícil aceptar que el bando que es visto como la víctima pase a ser el agresor más cruel que uno pueda imaginar. Eso obliga a un giro de 180 grados en su visión del conflicto. Y por eso eligieron de forma casi instantánea mostrar solamente el sufrimiento de los palestinos. Pero la falta de reconocimiento para el sufrimiento de las mujeres israelíes es inexcusable y extremadamente grave. Uno puede expresar su preocupación por el sufrimiento de los ciudadanos de Gaza, pero es indispensable que se condenen las atrocidades y los crímenes de lesa humanidad perpetrados por Hamas el 7 de Octubre.
–Debe de ser devastador esa falta de respaldo para alguien que trabajó tantos años en la defensa de las mujeres del mundo.
–Hemos sido completamente traicionados por los organismos internacionales de derechos humanos y por las organizaciones de los derechos de las mujeres. Estos organismos, en el momento en que nosotros, las mujeres israelíes, sufríamos los hechos más horroríficos de violencia de género, hicieron silencio absoluto. Junto con mis colegas más prestigiosos les explicamos y les rogamos reconocer lo que había ocurrido. Que eran crímenes de lesa humanidad. Les tomó tres semanas emitir un comunicado que no tenía una palabra sobre las atrocidades de Hamas. Fueron rápidamente a señalar simetrías por el sufrimiento de las mujeres en ambos lados del conflicto. Y quiero ser clara. No estoy negando el sufrimiento de las mujeres y las niñas de Gaza, que además sufren porque Hamas las utiliza como escudos humanos. Pero no hay manera de sostener una simetría frente a lo que ocurrió el 7 de octubre, que es algo enteramente distinto. Es uno de los crímenes mas horribles de la historia reciente.
–Sin embargo, ya hay quienes tienden a relativizar o incluso negar estos crímenes.
–Con su silencio, estos organismos proveen munición a quienes ya están involucrados en una campaña de negación de lo sucedido. Increíblemente, ya hay una campaña de negación, pese a toda la evidencia existente. Yo estuve pensando mucho en lo sucedido. Soy descendiente de segunda generación de sobrevivientes del Holocausto y nunca pude entender cómo se pudo haber intentado negar semejante hecho. Y ahora estamos presenciando una negación de lo que ocurrió dos meses atrás, que fue filmado en tiempo real y publicado en redes en tiempo real. Hay una encuesta realizada por The New York Times que muestra que un tercio de los jóvenes americanos dice que cualquier cosa que diga Israel es un invento. Esto desafía los límites de lo comprensible, dado que hay tanto volumen de documentación sobre lo sucedido. Y allí es donde retorno a la inexcusable falla de estos organismos de derechos humanos.
–¿Cómo sigue su trabajo en este campo, luego de tanto silencio y negación?
–Seguiremos con nuestros esfuerzos por contactar a todas las organizaciones posibles y ya estamos observando un interés creciente por la evidencia que se está acumulando, los testimonios de sobrevivientes y de quienes respondieron a la catástrofe, la evidencia digital. Creo que las primeras páginas de silencio absoluto y negación van a cambiar. Tienen que cambiar.
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
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