domingo, 31 de diciembre de 2023

¡¡¡Qué Haya Poca Pirotécnia !!!! ....HACE DAÑO A PERSONAS Y MASCOTAS


En la víspera de Año Nuevo. Dudas sobre si habrá tan poca pirotecnia como en Nochebuena
La crisis económica y la concientización de los perjuicios en personas y animales por los tradicionales fuegos de artificio con estruendos del 24 y del 31 de diciembre parecen ser las razones de esa escasa actividad en noches icónicas
Evangelina Himitian
Varios distritos argentinos impusieron restricciones al uso de la pirotecnia

La sensación fue generalizada. ¿Me pareció a mí o este año hubo muchos menos fuegos artificiales y pirotecnia? La pregunta se la hizo Raquel Lof a Claudio, su marido, en la mañana de Navidad, mientras se preparaban para recibir nuevamente a la familia en su casa. “Me llamó la atención porque a la noche, nos dimos cuenta que eran las 12, tres minutos tarde. Siempre explotaba todo a la medianoche y Fluffy, nuestro perrito se superalteraba. Pero este año no se escuchó nada. Es más, mi hija mayor me pidió subir a la terraza con los primos. Fueron y volvieron desilusionados, porque no se veía nada. Apenas algunos juegos de luces, pero lejos”, cuenta Raquel, que vive en Olivos.
No fue solo una sensación suya. Después de los festejos, fueron muchos los que hicieron el mismo comentario. ¿La razón? “Probablemente hayan sido varias: las campañas de concientización que se hicieron, tanto por cómo afectan a los animales como por el impacto negativo en chicos con autismo y otros diagnósticos. También se sumó el hecho de que estaba anunciada lluvia y por supuesto, la crisis económica que debe haber restringido bastante el presupuesto”, apunta Isabel de Estrada, fundadora de la Fundación Zorba, que se dedica a la protección de los animales y que, en la previa a Navidad, publicó un artículo en el que relataba los efectos del día después sobre todo en animales por los estruendos de la pirotecnia. Allí, contaba cómo todos los años solía salir a hacer una recorrida y se encontraba con animales confundidos, perdidos, aturdidos y hasta accidentados por las explosiones de Navidad o Año Nuevo.
En cambio, este año, cuando salió a recorrer la zona por la que vive, en el corredor norte, se encontró con que el impacto había sido mucho menor que en fechas anteriores, por la suma de varios factores. “Este año hubo mucho menos que otros años y es una buena noticia”, cuenta.
De todas formas, en algunas zonas se escucharon más estruendos que en otras. Así fue cómo en la zona de Don Torcuato, dos caballos se perdieron, según publicó en sus redes El Refugio de Tigre, contando que los dueños relataron que los caballos se asustaron por la pirotecnia y se escaparon del corral.
Los datos que maneja el Ministerio de Salud porteño pueden confirmar que no se trata solo de una percepción. Todos los años, en las medianoches del 24 y del 31 de diciembre, las guardias de los hospitales oftalmológicos Lagleyze y Santa Lucía suelen llenarse de pacientes accidentados durante los festejos, muchos de ellos con pirotecnia. Pero este año, el panorama fue otro: fueron apenas 9 los pacientes accidentados con pirotecnia o que se lastimaron al destapar una botella. Durante la Nochebuena y la Navidad se registraron un total de 13 heridos, 11 de ellos en el Santa Lucía y 2 en el Lagleyze. En total, 9 se accidentaron al usar pirotecnia. De estos, cuatro presentaron cuadros quirúrgicos y dos, permanecen en estado reservado. En tanto, el Hospital de Quemados, en el barrio de Caballito, este año no recibió heridos. El año pasado, habían sido 32 los pacientes accidentados en esos tres hospitales.
Que haya habido menos fuegos artificiales fue una gran noticia para muchas familias. Como por ejemplo, para la nutricionista María Gracia Vicari, del Barrio Buenaventura, en Berazategui. “Sí, fue muy llamativo. Este año se sintieron muy pocos fuegos artificiales, ¡Gracias a Dios! Yo tengo mis dos hijos con TEA (Trastorno del Espectro Autista) y la pasan muy mal con los ruidos”, cuenta.
Un mismo resultado
La baja en el uso de pirotecnia tiene varias explicaciones, pero un mismo resultado. “Nosotros vivimos en San Isidro. Y hay barrios que literalmente explotan a la medianoche; este año fueron muy pocos”, cuenta Sofía R., “Me da la impresión de que por fin muchos fueron comprendiendo el impacto que produce, pero también creo que influyó la crisis, porque hacer estallar el cielo como otros años, no es nada barato”, cuenta.
Para darse una idea, un combo de varios fuegos artificiales cuesta desde $55.000 y puede llegar hasta los $300.000.
Daniel Landeira, gerente general de la empresa Cienfuegos confirma que este año se vendieron menos fuegos artificiales que en años anteriores: “Hemos tenido una baja en ventas, pero la cantidad de tickets en nuestras tiendas han sido similares al año anterior; este año los clientes compraron productos más económicos, esto es entendible ya que el poder adquisitivo de los clientes ha bajado”, cuenta.
El uso de pirotecnia sonora afecta a personas con distintos problemas de salud y también a los animales
Cuando se le pregunta si impactaron más las campañas antipirotecnia tipo “Una Navidad sin Ruido” o la crisis económica, Landeira cuenta que ellos mismos han ido modificando su oferta por esa demanda.
“Cienfuegos, en los últimos años, ha promocionado el consumo de fuegos artificiales lumínicos, año tras año va creciendo la aceptación de estos productos. Por otro lado, hemos dejado de fabricar productos exclusivamente de estruendo”, confirma. Y agrega: “La impresión de que se utilizaron menos productos en esta Navidad se debe a que los clientes utilizaron más productos lumínicos, sumado a la crisis económica. Pero creemos que el consumo para este fin de año, a pesar de todo, va a aumentar”.
Algunas jurisdicciones ya impulsaron legislación sobre el tema. “En la provincia de Buenos Aires y en más de la mitad de las provincias argentinas, el uso de pirotecnia está prohibido y se aplican multas. La Ciudad de Buenos Aires, mediante la ordenanza 38.400/1982, detalla: ‘Queda prohibido para fines de entretenimiento, el uso de artificios pirotécnicos de ‘venta controlada’, con riesgo de explosión en masa, los de trayectoria impredecible y los que emiten señales luminosas, fumígenas o de estruendo, suspendidas en paracaídas´”, explica Isabel de Estrada. Claro que el cumplimiento de estas medidas es dispar y poco se controla.
La gran incógnita es qué ocurrirá este domingo, durante el festejo de Año Nuevo. No son pocos los que creen que también los festejos sonoros y lumínicos este año serán más modestos que otros años.

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