Heladerías destacadas: 5 propuestas para darle vida al mejor plan
En esta nueva vida del helado, los sabores son cada vez más gourmet.
Con su estilo propio y diversos enfoques y especialidades, las heladerías argentinas continúan creciendo y sofisticándose.
Vicky Guazzone di Passalacqua
Se dice mucho y desde hace rato: el helado argentino no tiene nada que envidiarle al gelato italiano. De perfecta cremosidad, con ingredientes originales y frescos y técnica rigurosa, tienen el sello de los maestros heladeros locales que llevan años sofisticando su propuesta. En los últimos años surgieron diversos emprendimientos, cada uno con su estilo, enfoque y clientela fiel.
1. Scannapieco
La que nació en la costa amalfitana
Andrés Scannapieco llegó directo de Italia y aplicó su oficio de maestro pastelero. Hoy la tercera generación de su familia trabaja en el negocio.
En tiempos de pre Guerra Mundial, Andrés Scannapieco llegó a Argentina con su mujer. Venían de la costiera amalfitana cuando el panorama de Italia se anticipaba complejo. Maestro pastelero de oficio, al establecerse en el país se vinculó con un compatriota y prestó su sabiduría en la antigua heladería Saverio, en La Boca. Hasta que sintió la necesidad de independizarse y desarrollar sus propias recetas. Así nació el primer local de Scannapieco, sobre avenida Córdoba 4826 (en ese entonces Rivera 826). Corría 1938. “La apuesta fue al estricto respeto por la calidad de los productos y su óptimo tratamiento”, describe Juan Andrés, tercera generación de heladeros. Esa tradición se fue combinando en un libro de recetas de familia que atraviesa las décadas y hoy enfrenta el desafío de adaptarse a la nueva tecnología sin traicionar el espíritu artesanal y natural.
En el último tiempo abrieron otra sucursal en el Paseo La Plaza, pero no están pensando en ampliarse. Quieren mantener la impronta de "atendido por sus dueños":
Actualmente este legado continúa en Colegiales y con una nueva sucursal en el Paseo La Plaza, sin querer expandirse demasiado más para no perder aquel encanto de “atendido por sus dueños”. En ambos locales ofrecen sus hitos: pistacho, dulce de leche, sambayón y el chocolate de la casa. “Lo más distintivo es que nuestros helados continúan la tradición italiana sobre la elección de productos de primera calidad para su elaboración y la sencillez y pureza en su utilización, para que el gusto final responda a la expectativa”, puntualiza Juan Andrés. Consultado sobre los planes para la marca, es claro: dejar la vara lo más alta posible para las generaciones que vendrán.
Av. Álvarez Thomas 10, Colegiales, y Avenida Corrientes 1660, Centro. Instagram: @scannapiecohelados.
2. Obrador Florida
La más particular y gourmet
En Obrador Florida los sabores rotan con cada estación, respetando a rajatabla la temporalidad de los ingredientes y utilizando todo lo que el fruto tiene para dar, desde la semilla al tallo.
En marzo de 2022, una nueva heladería irrumpió en el panorama. Aunque es difícil clasificar a Obrador Florida como una clásica heladería… Basta con saber que su creadora, Mecha Román, es diseñadora gráfica, comunicadora, cocinera, experta en branding y arte culinario, además de actual emprendedora. Desde ese amplio bagaje y haciéndose algunas preguntas vitales, como “¿por qué no respetar el dulzor natural que ya contienen los frutos sin sobresaturarlos con ingredientes que oculten su verdadero sabor?”, nació esta exitosa y particular creación. Con la influencia de una abuela bioquímica y otra cocinera, Román se dio a esta tarea como una suerte de alquimia: “siempre tuve interés por la ciencia, y la cocina se vuelve un escenario de laboratorio que solo la heladería propone de un modo tan complejo, hermoso e interesante”.
¿A qué se debe lo rupturista de la propuesta? En Obrador Florida no hay carta estable, sino que los sabores van rotando por temporada, y se experimenta con mucho más que el fruto: el jugo, la piel, las semillas, las hojas, los tallos y las raíces también son parte. Aquí se realiza el proceso completo de cada ingrediente, tostando, asando, reduciendo y trabajando lo que haga falta para llegar a la materia prima necesaria. “Por sobre todas las cosas, respeto la temporalidad. Cuando un producto está en su esplendor, buenísimo. Cuando ese producto ya no está, el helado tampoco”, describe tajante la emprendedora.
Cacao Bar x Obrador es una sección del emprendimiento que ofrece chocolatadas frías de chocolates 38% y 62% de origen latinoamericano.
En estos días, por caso, eso se traduce en una carta que incluye Higuera, una crema infusionada con las hojas de la planta y la confitura de sus frutos. “Nuestra amiga productora Nury cosecha las hojas por la mañana, nos las alcanza al mediodía y se convierte en helado por la tarde. ¿Cuándo fue esta dinámica concebida en los helados antes?”, destaca. Otros 11 gustos acompañan la carta veraniega, una de las más coloridas, aromáticas y divertidas para Román. Estos sabores representan las diferentes familias del helado (como la del chocolate, los frutos secos o el queso), y cada uno puede acompañarse con diferentes toppings. ¿Un distintivo más? Lanzaron la colección verano de Cacao Bar x Obrador, con chocolatadas frías de chocolates 38% y 62% de origen latinoamericano.
Soler 5063, Palermo. Instagram: @obradorflorida.
3. Rapa Nui
La que creó su propia categoría de producto
Rapa Nui se inició con chocolates, pero en 2009 también incluyó helados. Y lo hizo con la misma premisa de innovación y búsqueda de sabores disruptivos.
A veces el alumno supera al maestro. Así podría sintetizarse la historia de Rapa Nui, emprendimiento nacido de las huestes de la chocolatería Fenoglio, pionera en el rubro y un clásico de Bariloche desde 1948. Aquí plantó las bases Aldo Fenoglio, un italiano llegado al país tras la guerra con un gran expertise en el negocio chocolatero. Regenteó su marca hasta 1969, cuando falleció y dejó el control en manos de su hijo Diego. Este mantuvo la impronta, al tiempo que aportaba recetas innovadoras, hasta 1990, cuando dejó el rol principal en manos de su hermana. Con el tiempo vendería su parte y abriría su propio negocio: Rapa Nui, inaugurado junto a sus hijos Leticia y Aldo, y posteriormente incorporando también a Julián.
Los Franuí, la creación más exitosa de la marca, que incluso los llevó a abrir una segunda planta de producción en Valencia, España.
El primer foco serían los chocolates, pero hacia 2009 llegaría una nueva categoría: los helados. Y el furor fue casi inmediato. Para 2012 ya tenían sucursal en Buenos Aires, y hoy cuentan con 13 en todo el país, cada una en una casona emblemática que invita a recorrer cada rincón en un ambiente hogareño. Además, en 2013 crearon su producto más exitoso dentro del rubro, los Franuí, frambuesas bañadas en distintas versiones de chocolate. Es tal su éxito que en 2020 la compañía abrió una segunda planta de producción en Valencia, España, con el objetivo de convertirla en una marca global. “Desde la planta en la Patagonia vendemos a toda Latinoamérica y desde España al resto del mundo”, ilustran. Así, sus frambuesas bañadas se comercializan en más de 25 países. Para continuar tal producción, planean una pronta inauguración de una quinta planta en Fátima, Pilar, que se centrará en abastecer la demanda de Franuí en América Latina.
En lo que a sabores de helado “tradicional” respecta, se enorgullecen de ofrecer versiones disruptivas que cosechan fans: algunos de sus éxitos son el Rapanuino (semi amargo con trozos de frutos secos), el dulce de leche con leche de cabra, el milhojas, la vainilla con nueces pecan caramelizadas y el Patagonia Mía, con frutas del Calafate. “La innovación y la búsqueda de la mejora constante son elementos clave para nosotros, y creemos que son la base para un futuro sostenible”, apuntan desde la compañía.
Malabia 2014, Palermo, y sucursales. Instagram: @chocolates_rapanui.
4. Américo
La extra respetuosa del producto
Desde Américo aseguran que no apuestan a la larga lista de sabores sino a una selección “corta pero contundente”.
En diciembre de 2017, Américo abrió su primera sucursal en Rosario. Lo hizo con una premisa clara: usar solamente ingredientes naturales y elaborar todos los días. Así, su fábrica funciona como un laboratorio del helado, en el que no solamente hacen las versiones clásicas sino que también experimentan con gustos originales. “Nuestra intención desde el inicio fue hacer el helado honrando los sabores naturales de cada fruta o alimento y realizándolo de acuerdo a procedimientos no industriales: elaborar helado como lo hacían nuestros abuelos”, relata Vale Vrech, socia. Bajo este estándar buscan frutas frescas de quintas seleccionadas preferentemente cerca de Rosario, otras de diversas regiones productoras, cremas de leche de alta calidad, y no utilizan esencias, conservantes, colorantes ni bases de sabores. Incluso traen ingredientes de diversos puntos del mundo, como la vainilla desde Madagascar o un chocolate 80% cacao de origen belga. “Y nuestro dulce de leche es casero”, se enorgullecen. Entre los sabores más exitosos resaltan chocolate 80% con almendras, chantilly con frutillas, dulce de leche casero y crema catalana.
El estilo retro de los locales es otro punto atractivo de su propuesta.
A este cuidado en el producto lo acompañaron con una estética sumamente instagrameable, con locales de impecables aires retro y una presentación delicada en cada helado entregado. La iluminación estratégica y la música a tono completan la ambientación, mientras suman pastelería y café de especialidad para otros gustos y momentos del día. “Quisimos que la experiencia de tomar un helado fuera plenamente agradable”, sintetizan.
A la sucursal original hoy se suman varias más en Fisherton, Funes y Puerto Madero, y están preparando otro espacio nuevo y más joven para Rosario.
Córdoba 1813, Rosario, y Puerto Madero (Juana Manuela Gorriti, Av. Alicia Moreau de Justo 876). Instagram: @americohelados.
5. Lucciano’s
La que llegó a Roma
En Lucciano's buscan que el consumo sea toda una experiencia, y por eso ponen especial énfasis en sus locales. Aquí, el recién abierto en Coghlan.
Aquella idea de que el helado argentino no tiene nada que envidiarle al gelato italiano es especialmente cierto en el caso de Lucciano’s, que escaló su éxito a Roma, con un formidable local a una cuadra de la Fontana di Trevi y otro frente al Ponte Sisto. Y de alguna forma simboliza el broche de oro para esta empresa familiar que se inició precisamente con un viaje a Italia, en el que buscaron la última tecnología para fabricar helado, así como a los mejores maestros heladeros. “Lucciano’s nace del deseo de atender al segmento de consumidores de helado artesanal más exigente”, describen sus creadores, los marplatenses Christian y Daniel Otero (padre e hijo). Así, combinaron materias primas nacionales e italianas junto a chocolates belgas y lanzaron un producto premium al mercado en una época en la que la industria parecía quedada en el tiempo (su apertura fue en enero de 2011).
En las sucursales de Roma, los ice pops de Lucciano's son alusivos.
A esta búsqueda le sumaron las ganas de hacer del consumo una experiencia, lo que los llevó a crear locales frescos y modernos, en los que los helados se presentan como joyas en vitrinas, y donde las paletas con formas y diseños (sus famosos ice pops) atraen a grandes y chicos. El elemento sorpresa también es fundamental: sus sabores nunca son de un único componente. Por ejemplo, el coco es Coco Rock, con helado a base de coco de Malasia, chocolate blanco, obleas crujientes y coco rallado, el dulce de leche granizado tiene stracciatella italiana semi amarga y la frambuesa es a la crema con veteado de Avella Bianca, entre otras combinaciones osadas y deliciosas. También tienen versiones sin gluten, raw y veganas.
La apuesta al segmento más alto funcionó con creces: actualmente cuentan con 68 locales ubicados en Argentina, Uruguay, Estados Unidos, Italia y España, y más de 1500 pedidos de franquicias nacionales e internacionales.
Avenida Paso 2002, Mar del Plata, y sucursales. Instagram: @luccianos_.
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
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