Milei abre una nueva era: “No hay alternativa al ajuste y al shock”
En un discurso ante la multitud reunida frente al Congreso, trazó un cuadro dramático; dijo que el kirchnerismo “dejó plantada” una inflación del 15.000% anual; advirtió que vendrán tiempos difíciles, pero que hay esperanza a largo plazo
Laura SerraJavier Milei, en la explanada del Congreso, durante su discurso tras el acto de traspaso de mando
De espaldas a la Asamblea Legislativa y frente a una multitud agolpada en la Plaza del Congreso, Javier Milei lanzó un diagnóstico demoledor sobre la herencia económica y social recibida de la gestión de su antecesor Alberto Fernández. “No hay otra alternativa al ajuste y al shock”, repitió el Presidente, en referencia a las medidas económicas que comenzarían a anunciarse en las próximas horas.
Momentos antes había sido investido con los atributos presidenciales en el traspaso de mando, junto a Fernández y la vicepresidenta saliente, Cristina Kirchner. “Ningún gobierno ha recibido una herencia peor que la que estamos recibiendo”, sentenció, y aseguró que, sin medidas duras, sobrevendría una inflación “del 15.000 por ciento” anual.
El Presidente adelantó que las primeras medidas que adoptará su gobierno “impactarán de modo negativo sobre la actividad, el empleo, la cantidad de pobres e indigentes”.
Milei eligió hablar fuera del Congreso, en un quiebre con la tradición de los actos de asunción presidencial. Estuvo acompañado, entre otros, por el presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, que capturó el mayor interés entre los invitados extranjeros. Por la tarde, el nuevo mandatario tomó juramento a los ministros y a su hermana Karina Milei, que asumió como secretaria general de la Presidencia, y saludó a miles de seguidores en la Plaza de Mayo. Luego participó de una ceremonia interreligiosa en la Catedral. Finalmente, a la noche, encabezó una gala en el Teatro Colón.
En los mercados se aguardan con expectativa los anuncios del ministro Luis Caputo, que incluirían un salto del dólar oficial a $650. Ayer había trascendido que se harían hoy, pero hasta anoche esto no se había confirmado.
De espaldas a la Asamblea Legislativa y frente a una multitud enfervorizada agolpada en la Plaza del Congreso, Javier Milei trazó ayer en su primer mensaje como presidente un diagnóstico demoledor sobre la herencia económica y social recibida de la gestión de su antecesor Alberto Fernández, al tiempo que aseveró que, para superar esta etapa –a la que calificó de “decadencia” y “declive”–, “no hay otra alternativa al ajuste y al shock”. Sin embargo, en su discurso el flamante presidente evitó precisar qué medidas económicas instrumentará su gobierno en esta primera etapa.
“Ningún gobierno ha recibido una herencia peor que la que estamos recibiendo nosotros”, sentenció el primer mandatario. “Esa es la herencia que nos dejan, una inflación plantada del 15.000% anual que vamos a luchar con uñas y dientes para erradicarla”, enfatizó.
Milei adelantó que las primeras medidas que adoptará su gobierno “impactarán de modo negativo sobre la actividad, el empleo, la cantidad de pobres e indigentes”. “Habrá estanflación, pero no es algo muy distinto de los últimos 12 años. Este es el último mal trago para comenzar la reconstrucción de la Argentina”.
En al menos tres oportunidades, el nuevo presidente remarcó en su discurso –que se prolongó por media hora– que no hay otra alternativa que el ajuste del gasto público para combatir el déficit fiscal. “No hay plata”, machacó. Aclaró, no obstante, que esta poda recaerá principalmente “sobre el Estado, no sobre el sector privado”, lo que desató una ovación entre los manifestantes.
“No existe solución donde se evite atacar el déficit fiscal. De los 15 puntos de déficit, 5 corresponden al Tesoro nacional. La solución implica un ajuste fiscal en el sector público fiscal, que caerá sobre el Estado y no sobre el sector privado”, subrayó.
Con el mismo tono severo, Milei embistió contra la política de emisión monetaria que ejecutó el anterior gobierno, a su juicio causante de haber colocado al país “al borde de la inflación”. “Dado que la política monetaria actúa con un rezago que oscila entre 18 a 24 meses, aun cuando hoy dejemos de emitir dinero, seguiremos pagando los costos del desmadre monetario del gobierno saliente –enfatizó–. Haber emitido por 20 puntos del PBI como se hizo en el gobierno saliente no es gratis. Lo vamos a pagar en inflación”.
“Nos han arruinado la vida y nos han hecho caer por diez veces nuestros salarios. Por lo tanto tampoco nos debería sorprender que nos estén dejando 45% de pobres y 10% de indigentes”, reprochó.
En este sentido, fustigó las políticas de seguridad y de educación emprendidas por la anterior gestión. “Si se levantara Sarmiento y viera qué hicieron con la educación”, se quejó Milei al enfatizar que solo “16 de cada 100 chicos terminan el colegio en tiempo y forma”.
Fue dramático cuando describió el cuadro de situación en materia de seguridad. “La Argentina se ha convertido en un baño de sangre –advirtió–. Los delincuentes caminan libres, mientras los argentinos de bien se encierran tras las rejas. El narcotráfico se apoderó lentamente de nuestras calles, a punto tal que una de las ciudades más importantes de nuestro país ha sido secuestrada por los narcos y la violencia”. Y remató: “Se acabó el siga siga de los delincuentes”.
Parecía un discurso de campaña. A pocos metros de él, su hermana Karina –quien tuvo un rol protagónico a lo largo de la jornada– se mostró erguida junto a los mandatarios extranjeros que, apostados bajo los rayos del sol, viajaron especialmente para asistir a la asunción del nuevo presidente argentino. Allí se vio al rey Felipe VI de España; el uruguayo Luis Lacalle Pou; el chileno Gabriel Boric, y el ucraniano Volodimir Zelensky. El expresidente brasileño Jair Bolsonaro –admirador de Milei– también ocupó un lugar preferencial.
Aunque no dio precisiones sobre las medidas a instrumentar en el corto plazo, Milei buscó que su primer discurso tuviera un carácter fundacional. Planteó, en este sentido, un “nuevo contrato social” y la inauguración de una “nueva era” a partir de la “contundente voluntad de cambio” expresada por los argentinos en las urnas.
“Este nuevo contrato social nos propone un país distinto, un país en el que el Estado no dirija nuestras vidas, sino que vele por nuestros derechos, un país en el que el que las hace las paga”, enfatizó. “Un país en el que el que corta las calles, violando los derechos de sus conciudadanos, no recibe la asistencia de la sociedad. El que corta no cobra”, exclamó.
El flamante presidente inauguró su mandato tras recibir los atributos del mando de parte del presidente saliente. A su lado, la ahora exvicepresidenta Cristina Kirchner –quien había hecho su ingreso al Congreso con un polémico gesto tras recibir insultos de manifestantes libertarios– mantuvo su rostro adusto toda la ceremonia. Todo un contraste frente a la algarabía en las galerías del recinto, colmadas de simpatizantes libertarios, desde donde brotó una ovación al grito de “libertad, libertad” cuando Milei empuñó el bastón presidencial. Los aplausos se propagaron por todas las bancadas salvo en la de Unión por la Patria.
Tras un fugaz saludo a la Asamblea Legislativa, Milei dio media vuelta y se encaminó hacia las escalinatas del palacio para dirigirse a la multitud. En el recinto, los legisladores de Unión por la Patria partieron raudamente; los diputados y senadores de Juntos por el Cambio, descolocados, no sabían qué actitud tomar: finalmente decidieron partir. Los únicos que permanecieron en el recinto, con los puños en alto, fueron los representantes libertarios.
En la calle, mientras tanto, una multitud fervorosa vitoreaba al presidente electo. Como en campaña, Milei utilizó un tono rugiente para embestir contra la dirigencia política, responsable, a su juicio, de haber dejado al país “al borde de la crisis más profunda de nuestra historia”.
“Vamos a tomar todas las decisiones necesarias para arreglar el problema que causaron cien años de despilfarro de la clase política aun cuando el principio sea duro”, machacó. “Cada uno de ellos tendrá que hacerse cargo de su propia responsabilidad” dijo, aunque a renglón seguido les dio la bienvenida a todos aquellos dirigentes que estén dispuestos a acompañar las reformas estructurales que planea instrumentar. “No venimos a perseguir a nadie, no venimos a saldar viejas vendettas o discutir espacios de poder, nuestro proyecto no es un proyecto de poder, es un proyecto de país. No pedimos acompañamiento ciego, pero no vamos a tolerar que la hipocresía interfiera con el cambio. A todos aquellos dirigentes políticos, sindicales y empresariales que quieran sumarse los recibimos con los brazos abiertos”, enfatizó. Sobre el final, buscó llevar entusiasmo frente al desafío a encarar, que calificó de “titánico”. “Vamos a salir adelante. Será difícil, pero lo vamos a lograr”, arengó.
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
Los palcos en la era libertaria: sin sindicalistas, con los padres de Milei y caras poco conocidas
A diferencia de otros tiempos, sobresalieron los empresarios y la familia Menem; también hubo referentes de la Justicia, como los miembros de la Corte Suprema y Arroyo Salgado
Gustavo YbarraAlicia Luján Lucich y Norberto Milei, padres del presidente, y, en medio, Fátima Florez
Otros tiempos, otras caras. Los palcos del recinto de la Cámara de Diputados mostraron con crudeza el cambio de época que viene de la mano de la asunción de Javier Milei como presidente de la república, en una escenografía que mostró muchos rostros nuevos y en la que sobresalió la ausencia de algunas figuras tradicionales de la política.
Habituales invitados a este tipo de ceremonias, los grandes ausentes fueron los dirigentes sindicales. Siempre ubicados en el primer piso de palcos, a la derecha del proscenio de la presidencia de la Cámara alta, los “gordos” de la CGT esta vez no fueron de la partida.
En lugar central y destacado se ubicaron los padres del unevo del jefe del Estado. Norberto Milei y Alicia Luján Lucich se sentaron en el palco central, donde tuvieron una visión privilegiada de la jura de su hijo, quien les tiró un beso una vez que Alberto Fernández terminó de entregarle el bastón y la banda, atributos del mando presidencial. Una fila atrás, se ubicó Fátima Florez, la artista y actual pareja del Presidente, acompañada por su padre, Oscar.
Karina Milei siguió la Asamblea Legislativa desde el palco bandeja reservado a los ministros, ubicado a la derecha del estrado de la presidencia de la Cámara baja. Fue ella, “la jefa, como le dicen Milei y los libertarios, quien acompañó al Presidente a bordo del auto descapotable, un Mercedes-Benz negro, en su trayecto del Congreso a la Casa Rosada a lo largo de la Avenida de Mayo.
No fue el único palco familiar. Al lado de los padres del jefe del Estado se ubicaron los Menem, en su regreso a la primera línea de la política nacional de la mano del gobierno de La Libertad Avanza. Eduardo Menem y Zulemita Menem, hermano e hija del fallecido expresidente, ocuparon la primera línea de asientos.
Unos metros más a la izquierda estaban los Caputo: Agustín, Luis Nicolás y Alexia acompañaron al ministro de Economía, Luis Caputo, que participó de la Asamblea Legislativa desde el palco bandeja reservado para el gabinete presidencial.
Sentado en primera fila, el funcionario estuvo acompañado por Luis Petri, Diana Mondino, Guillermo Francos, Patricia Bullrich y Nicolás Posse. Los empresarios dijeron presente. Se mostraron distribuidos en las diferentes galerías. Allí estuvieron Eduardo Elsztain (Grupo IRSA), Cristiano Rattazzi, Alejandro Bulgheroni, Sebastián Bagó y Sebastián Braun (La Anónima). La familia Neuss se quedó casi con la totalidad de uno de los palcos del primer piso. La familia judicial también dijo presente con Sandra Arroyo Salgado, viuda del fiscal Alberto Nisman, que se ubicó en una de las galerías, y las autoridades de la DAIA, encabezadas por Jorge Knoblovits, presidente de la entidad judía.
Como suele ser tradicional en estos casos, los jueces de la Corte Suprema se ubicaron en sillas a la derecha de la presidencia. Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz, Juan Carlos Maqueda y Ricardo Lorenzetti ingresaron al recinto de la Cámara baja apenas unos minutos antes del arribo del jefe del Estado, todavía electo en ese momento, acompañados por el abogado y en ese momento ministro de Justicia designado, Mariano Cúneo Libarona. También se ubicó en ese lugar Eduardo Casal, procurador interino. Mezclado entre las gente en las galerías del segundo piso estuvo Ted Cruz, senador de los Estados Unidos, representante del Partido Republicano.
Los gobernadores también dijeron presente en gran cantidad. Sentados detrás de los expresidentes y a la izquierda de la presidencia de la Cámara baja, se ubicaron Jorge Macri (Pro-Capital), Rogelio Frigerio (Pro-Entre Ríos), Gustavo Valdés (UCR-Corrientes), Claudio Poggi (Juntos por el Cambio-San Luis) y Maximiliano Pullaro (UCR-Santa Fe). También estuvieron los expresidentes Mauricio Macri y Eduardo Duhalde. Tampoco faltaron a la cita los peronistas Axel Kicillof (Buenos Aires), Martín Llaryora (Córdoba), Sergio Ziliotto (La Pampa), Gildo Insfrán (Formosa), Raúl Jalil (Catamarca), Gustavo Sáenz (Salta) y Ricardo Quintela (La Rioja), y el provincial Claudio Vidal (Santa Cruz).
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
Una manifestación espontánea acompañó al nuevo presidente
El núcleo duro de seguidores del flamante mandatario se concentró frente al Congreso con banderas argentinas; llegó mucha gente del interior del país y hasta simpatizantes peronistas
De espaldas a la Asamblea Legislativa y frente a una multitud agolpada en la Plaza del Congreso, Javier Milei lanzó un diagnóstico demoledor sobre la herencia económica y social recibida de la gestión de su antecesor Alberto Fernández. “No hay otra alternativa al ajuste y al shock”, repitió el Presidente, en referencia a las medidas económicas que comenzarían a anunciarse en las próximas horas.
Momentos antes había sido investido con los atributos presidenciales en el traspaso de mando, junto a Fernández y la vicepresidenta saliente, Cristina Kirchner. “Ningún gobierno ha recibido una herencia peor que la que estamos recibiendo”, sentenció, y aseguró que, sin medidas duras, sobrevendría una inflación “del 15.000 por ciento” anual.
El Presidente adelantó que las primeras medidas que adoptará su gobierno “impactarán de modo negativo sobre la actividad, el empleo, la cantidad de pobres e indigentes”.
Milei eligió hablar fuera del Congreso, en un quiebre con la tradición de los actos de asunción presidencial. Estuvo acompañado, entre otros, por el presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, que capturó el mayor interés entre los invitados extranjeros. Por la tarde, el nuevo mandatario tomó juramento a los ministros y a su hermana Karina Milei, que asumió como secretaria general de la Presidencia, y saludó a miles de seguidores en la Plaza de Mayo. Luego participó de una ceremonia interreligiosa en la Catedral. Finalmente, a la noche, encabezó una gala en el Teatro Colón.
En los mercados se aguardan con expectativa los anuncios del ministro Luis Caputo, que incluirían un salto del dólar oficial a $650. Ayer había trascendido que se harían hoy, pero hasta anoche esto no se había confirmado.
De espaldas a la Asamblea Legislativa y frente a una multitud enfervorizada agolpada en la Plaza del Congreso, Javier Milei trazó ayer en su primer mensaje como presidente un diagnóstico demoledor sobre la herencia económica y social recibida de la gestión de su antecesor Alberto Fernández, al tiempo que aseveró que, para superar esta etapa –a la que calificó de “decadencia” y “declive”–, “no hay otra alternativa al ajuste y al shock”. Sin embargo, en su discurso el flamante presidente evitó precisar qué medidas económicas instrumentará su gobierno en esta primera etapa.
“Ningún gobierno ha recibido una herencia peor que la que estamos recibiendo nosotros”, sentenció el primer mandatario. “Esa es la herencia que nos dejan, una inflación plantada del 15.000% anual que vamos a luchar con uñas y dientes para erradicarla”, enfatizó.
Milei adelantó que las primeras medidas que adoptará su gobierno “impactarán de modo negativo sobre la actividad, el empleo, la cantidad de pobres e indigentes”. “Habrá estanflación, pero no es algo muy distinto de los últimos 12 años. Este es el último mal trago para comenzar la reconstrucción de la Argentina”.
En al menos tres oportunidades, el nuevo presidente remarcó en su discurso –que se prolongó por media hora– que no hay otra alternativa que el ajuste del gasto público para combatir el déficit fiscal. “No hay plata”, machacó. Aclaró, no obstante, que esta poda recaerá principalmente “sobre el Estado, no sobre el sector privado”, lo que desató una ovación entre los manifestantes.
“No existe solución donde se evite atacar el déficit fiscal. De los 15 puntos de déficit, 5 corresponden al Tesoro nacional. La solución implica un ajuste fiscal en el sector público fiscal, que caerá sobre el Estado y no sobre el sector privado”, subrayó.
Con el mismo tono severo, Milei embistió contra la política de emisión monetaria que ejecutó el anterior gobierno, a su juicio causante de haber colocado al país “al borde de la inflación”. “Dado que la política monetaria actúa con un rezago que oscila entre 18 a 24 meses, aun cuando hoy dejemos de emitir dinero, seguiremos pagando los costos del desmadre monetario del gobierno saliente –enfatizó–. Haber emitido por 20 puntos del PBI como se hizo en el gobierno saliente no es gratis. Lo vamos a pagar en inflación”.
“Nos han arruinado la vida y nos han hecho caer por diez veces nuestros salarios. Por lo tanto tampoco nos debería sorprender que nos estén dejando 45% de pobres y 10% de indigentes”, reprochó.
En este sentido, fustigó las políticas de seguridad y de educación emprendidas por la anterior gestión. “Si se levantara Sarmiento y viera qué hicieron con la educación”, se quejó Milei al enfatizar que solo “16 de cada 100 chicos terminan el colegio en tiempo y forma”.
Fue dramático cuando describió el cuadro de situación en materia de seguridad. “La Argentina se ha convertido en un baño de sangre –advirtió–. Los delincuentes caminan libres, mientras los argentinos de bien se encierran tras las rejas. El narcotráfico se apoderó lentamente de nuestras calles, a punto tal que una de las ciudades más importantes de nuestro país ha sido secuestrada por los narcos y la violencia”. Y remató: “Se acabó el siga siga de los delincuentes”.
Parecía un discurso de campaña. A pocos metros de él, su hermana Karina –quien tuvo un rol protagónico a lo largo de la jornada– se mostró erguida junto a los mandatarios extranjeros que, apostados bajo los rayos del sol, viajaron especialmente para asistir a la asunción del nuevo presidente argentino. Allí se vio al rey Felipe VI de España; el uruguayo Luis Lacalle Pou; el chileno Gabriel Boric, y el ucraniano Volodimir Zelensky. El expresidente brasileño Jair Bolsonaro –admirador de Milei– también ocupó un lugar preferencial.
Aunque no dio precisiones sobre las medidas a instrumentar en el corto plazo, Milei buscó que su primer discurso tuviera un carácter fundacional. Planteó, en este sentido, un “nuevo contrato social” y la inauguración de una “nueva era” a partir de la “contundente voluntad de cambio” expresada por los argentinos en las urnas.
“Este nuevo contrato social nos propone un país distinto, un país en el que el Estado no dirija nuestras vidas, sino que vele por nuestros derechos, un país en el que el que las hace las paga”, enfatizó. “Un país en el que el que corta las calles, violando los derechos de sus conciudadanos, no recibe la asistencia de la sociedad. El que corta no cobra”, exclamó.
El flamante presidente inauguró su mandato tras recibir los atributos del mando de parte del presidente saliente. A su lado, la ahora exvicepresidenta Cristina Kirchner –quien había hecho su ingreso al Congreso con un polémico gesto tras recibir insultos de manifestantes libertarios– mantuvo su rostro adusto toda la ceremonia. Todo un contraste frente a la algarabía en las galerías del recinto, colmadas de simpatizantes libertarios, desde donde brotó una ovación al grito de “libertad, libertad” cuando Milei empuñó el bastón presidencial. Los aplausos se propagaron por todas las bancadas salvo en la de Unión por la Patria.
Tras un fugaz saludo a la Asamblea Legislativa, Milei dio media vuelta y se encaminó hacia las escalinatas del palacio para dirigirse a la multitud. En el recinto, los legisladores de Unión por la Patria partieron raudamente; los diputados y senadores de Juntos por el Cambio, descolocados, no sabían qué actitud tomar: finalmente decidieron partir. Los únicos que permanecieron en el recinto, con los puños en alto, fueron los representantes libertarios.
En la calle, mientras tanto, una multitud fervorosa vitoreaba al presidente electo. Como en campaña, Milei utilizó un tono rugiente para embestir contra la dirigencia política, responsable, a su juicio, de haber dejado al país “al borde de la crisis más profunda de nuestra historia”.
“Vamos a tomar todas las decisiones necesarias para arreglar el problema que causaron cien años de despilfarro de la clase política aun cuando el principio sea duro”, machacó. “Cada uno de ellos tendrá que hacerse cargo de su propia responsabilidad” dijo, aunque a renglón seguido les dio la bienvenida a todos aquellos dirigentes que estén dispuestos a acompañar las reformas estructurales que planea instrumentar. “No venimos a perseguir a nadie, no venimos a saldar viejas vendettas o discutir espacios de poder, nuestro proyecto no es un proyecto de poder, es un proyecto de país. No pedimos acompañamiento ciego, pero no vamos a tolerar que la hipocresía interfiera con el cambio. A todos aquellos dirigentes políticos, sindicales y empresariales que quieran sumarse los recibimos con los brazos abiertos”, enfatizó. Sobre el final, buscó llevar entusiasmo frente al desafío a encarar, que calificó de “titánico”. “Vamos a salir adelante. Será difícil, pero lo vamos a lograr”, arengó.
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
Los palcos en la era libertaria: sin sindicalistas, con los padres de Milei y caras poco conocidas
A diferencia de otros tiempos, sobresalieron los empresarios y la familia Menem; también hubo referentes de la Justicia, como los miembros de la Corte Suprema y Arroyo Salgado
Gustavo YbarraAlicia Luján Lucich y Norberto Milei, padres del presidente, y, en medio, Fátima Florez
Otros tiempos, otras caras. Los palcos del recinto de la Cámara de Diputados mostraron con crudeza el cambio de época que viene de la mano de la asunción de Javier Milei como presidente de la república, en una escenografía que mostró muchos rostros nuevos y en la que sobresalió la ausencia de algunas figuras tradicionales de la política.
Habituales invitados a este tipo de ceremonias, los grandes ausentes fueron los dirigentes sindicales. Siempre ubicados en el primer piso de palcos, a la derecha del proscenio de la presidencia de la Cámara alta, los “gordos” de la CGT esta vez no fueron de la partida.
En lugar central y destacado se ubicaron los padres del unevo del jefe del Estado. Norberto Milei y Alicia Luján Lucich se sentaron en el palco central, donde tuvieron una visión privilegiada de la jura de su hijo, quien les tiró un beso una vez que Alberto Fernández terminó de entregarle el bastón y la banda, atributos del mando presidencial. Una fila atrás, se ubicó Fátima Florez, la artista y actual pareja del Presidente, acompañada por su padre, Oscar.
Karina Milei siguió la Asamblea Legislativa desde el palco bandeja reservado a los ministros, ubicado a la derecha del estrado de la presidencia de la Cámara baja. Fue ella, “la jefa, como le dicen Milei y los libertarios, quien acompañó al Presidente a bordo del auto descapotable, un Mercedes-Benz negro, en su trayecto del Congreso a la Casa Rosada a lo largo de la Avenida de Mayo.
No fue el único palco familiar. Al lado de los padres del jefe del Estado se ubicaron los Menem, en su regreso a la primera línea de la política nacional de la mano del gobierno de La Libertad Avanza. Eduardo Menem y Zulemita Menem, hermano e hija del fallecido expresidente, ocuparon la primera línea de asientos.
Unos metros más a la izquierda estaban los Caputo: Agustín, Luis Nicolás y Alexia acompañaron al ministro de Economía, Luis Caputo, que participó de la Asamblea Legislativa desde el palco bandeja reservado para el gabinete presidencial.
Sentado en primera fila, el funcionario estuvo acompañado por Luis Petri, Diana Mondino, Guillermo Francos, Patricia Bullrich y Nicolás Posse. Los empresarios dijeron presente. Se mostraron distribuidos en las diferentes galerías. Allí estuvieron Eduardo Elsztain (Grupo IRSA), Cristiano Rattazzi, Alejandro Bulgheroni, Sebastián Bagó y Sebastián Braun (La Anónima). La familia Neuss se quedó casi con la totalidad de uno de los palcos del primer piso. La familia judicial también dijo presente con Sandra Arroyo Salgado, viuda del fiscal Alberto Nisman, que se ubicó en una de las galerías, y las autoridades de la DAIA, encabezadas por Jorge Knoblovits, presidente de la entidad judía.
Como suele ser tradicional en estos casos, los jueces de la Corte Suprema se ubicaron en sillas a la derecha de la presidencia. Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz, Juan Carlos Maqueda y Ricardo Lorenzetti ingresaron al recinto de la Cámara baja apenas unos minutos antes del arribo del jefe del Estado, todavía electo en ese momento, acompañados por el abogado y en ese momento ministro de Justicia designado, Mariano Cúneo Libarona. También se ubicó en ese lugar Eduardo Casal, procurador interino. Mezclado entre las gente en las galerías del segundo piso estuvo Ted Cruz, senador de los Estados Unidos, representante del Partido Republicano.
Los gobernadores también dijeron presente en gran cantidad. Sentados detrás de los expresidentes y a la izquierda de la presidencia de la Cámara baja, se ubicaron Jorge Macri (Pro-Capital), Rogelio Frigerio (Pro-Entre Ríos), Gustavo Valdés (UCR-Corrientes), Claudio Poggi (Juntos por el Cambio-San Luis) y Maximiliano Pullaro (UCR-Santa Fe). También estuvieron los expresidentes Mauricio Macri y Eduardo Duhalde. Tampoco faltaron a la cita los peronistas Axel Kicillof (Buenos Aires), Martín Llaryora (Córdoba), Sergio Ziliotto (La Pampa), Gildo Insfrán (Formosa), Raúl Jalil (Catamarca), Gustavo Sáenz (Salta) y Ricardo Quintela (La Rioja), y el provincial Claudio Vidal (Santa Cruz).
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
Una manifestación espontánea acompañó al nuevo presidente
El núcleo duro de seguidores del flamante mandatario se concentró frente al Congreso con banderas argentinas; llegó mucha gente del interior del país y hasta simpatizantes peronistas
Delfina CelichiniJavier Milei y su hermana Karina, a bordo del descapotable que los trasladó desde el Congreso a la Casa Rosad
Yaquelina tiene 45 años y trabaja por horas como empleada doméstica. Tiene cinco hijos y vive en Libertad, partido de Merlo. Si bien se considera a sí misma una militante peronista, ayer esperaba bajo el sol para escuchar al presidente que votó: Javier Milei.
“No hubo cambio, no hubo nada y siempre se olvidaron de la gente de abajo”, dijo sobre la dirigencia justicialista, y destacó que donde ella vive “hay mucho transa”. Sobre el gobierno que asumió ayer, señaló: “Espero que traiga más seguridad, trabajo y que se vuelva al respeto”.
Al igual que Yaquelina, la militancia libertaria comenzó a llegar a la Plaza del Congreso alrededor de las ocho. Las banderas argentinas monopolizaron rápidamente el paisaje y las motosierras, los leones y los carteles “anticasta” resultaron ser una minoría.
“Pre-si-dente, pre-si-dente”, coreaban quienes esperaban por el primer discurso en la Plaza del Congreso. Con las banderas argentinas en alto, algunos gritaban “no vuelven más”, mientras que otros no sacaban la vista de la pantalla que marcaba la llegada del flamante primer mandatario.
Ya en la puerta del Palacio Legislativo, la multitud se enfervorizó con el saludo de Milei desde las escalinatas, que generó gritos y el canto de “libertad, libertad”. La aparición de Cristina Kirchner en la pantalla desencadenó abucheos y saltos al ritmo de “el que no salta es un ladrón”.
En el desarrollo del discurso en las escalinatas del Congreso, los simpatizantes acompañaban los dichos del nuevo presidente. “Milei, querido, el pueblo esta contigo”, cantaron los militantes cuando el jefe del Estado habló de la herencia que recibe.
Ante la ya famosa frase “no hay plata”, el público presente en la Plaza del Congreso la repitió junto al nuevo presidente. La mención de la gestión de la pandemia durante el gobierno de Alberto Fernández tocó una fibra sensible en parte de la ciudadanía, que gritó: “Hijos de puta”.
“Se moderó en el discurso, pero no tanto en las propuestas. Tiene que mostrar gobernabilidad”, razonó Iván Folco, un estudiante de programación, de 20 años. Estaba junto a su amigo Tobías Mancuso, de 19. Si bien señalaron a que no son militantes, subrayaron que siguen a Milei “desde 2018”. “Sabemos que los primeros meses van a ser duros, pero si puede encarrilar la economía, vamos a salir adelante rápido”, evaluaron sobre el futuro.
El nuevo presidente adoptó de su exrival Patricia Bullrich el pedido de incorporar banderas y camisetas de la Argentina a los actos militantes después de las elecciones generales. Con la intención de sumar adhesiones de cara al balotaje, Milei dejó atrás algunas de sus declaraciones más disruptivas y suavizó su discurso.
Por eso, el economista libertario convocó a la ciudadanía a asistir ayer a las inmediaciones del Congreso nacional, donde se realizó la ceremonia de traspaso y asunción del nuevo gobierno. “Asunción presidencial. Domingo 10 de diciembre 11 horas. Congreso de la Nación. Traé tu bandera argentina”, decía el flyer publicado el martes en donde él ya aparecía con la banda presidencial.
Matías Amarilla, de 28 años, y Guido Barbieri, de 26, siguieron al pie de la letra la consigna del nuevo presidente. Vestían camisetas de la selección de fútbol y sostenían banderas albicelestes. Viajaron toda la noche desde la ciudad de Formosa en colectivo y llegaron ayer por la mañana a la Capital Federal. Se apostaron apenas pudieron en las vallas dispuestas para contener al público.
“Nací y crecí bajo el mismo gobierno de [Gildo] Insfrán -gobernador de Formosa desde 1995- y tenemos la esperanza de que con esto haya más libertad y menos gente oprimida. Insfrán agobia a las empresas de impuestos y allá reina el sector público. Con eso domina a la gente”, explicó Amarilla a
Si bien es técnico agropecuario, no consigue trabajo y sobrevive gracias a que pudo crecer como revendedor de cosméticos para Avon. “Tengo gente a cargo y me va bien. Nadie me puede controlar”, agregó.
Edgardo, de 39 años, y Antonio, de 23, se encontraban bajo el reparo de las sombras de unos árboles. Son de General San Martín, Chaco, y vinieron “para mostrar apoyo a Milei”. Según contaron a este medio, votaron a Leandro Zdero para gobernador. Sin embargo, advirtieron: “Nuestro pueblo sigue siendo peronista”. Por eso, no quisieron decir su apellido. “Los Leiva -por Aldo, el padre, y Mauro, su hijo, hoy intendentecontrolan todo. La Justicia, la policía, todo”, señalaron. Están cansados de la impunidad de los políticos en su provincia, agregaron, y destacan que el crimen de Cecilia Strzyzowski no los sorprendió.
“Es el discurso más duro que tuve que escuchar de un presidente”, analizó Emmanuel Lorenzo, de 29 años, en diálogo con la nacion. Lorenzo es ingeniero en software y reconoció que si bien estaba “eufórico”, esperaba “un discurso más esperanzador”. “Escuchar toda la situación del país me dio escalofríos”, indicó.
Cerca de las 13.30, con Milei ya en la Casa Rosada, la zona del Congreso se fue despoblando de los militantes libertarios
Yaquelina tiene 45 años y trabaja por horas como empleada doméstica. Tiene cinco hijos y vive en Libertad, partido de Merlo. Si bien se considera a sí misma una militante peronista, ayer esperaba bajo el sol para escuchar al presidente que votó: Javier Milei.
“No hubo cambio, no hubo nada y siempre se olvidaron de la gente de abajo”, dijo sobre la dirigencia justicialista, y destacó que donde ella vive “hay mucho transa”. Sobre el gobierno que asumió ayer, señaló: “Espero que traiga más seguridad, trabajo y que se vuelva al respeto”.
Al igual que Yaquelina, la militancia libertaria comenzó a llegar a la Plaza del Congreso alrededor de las ocho. Las banderas argentinas monopolizaron rápidamente el paisaje y las motosierras, los leones y los carteles “anticasta” resultaron ser una minoría.
“Pre-si-dente, pre-si-dente”, coreaban quienes esperaban por el primer discurso en la Plaza del Congreso. Con las banderas argentinas en alto, algunos gritaban “no vuelven más”, mientras que otros no sacaban la vista de la pantalla que marcaba la llegada del flamante primer mandatario.
Ya en la puerta del Palacio Legislativo, la multitud se enfervorizó con el saludo de Milei desde las escalinatas, que generó gritos y el canto de “libertad, libertad”. La aparición de Cristina Kirchner en la pantalla desencadenó abucheos y saltos al ritmo de “el que no salta es un ladrón”.
En el desarrollo del discurso en las escalinatas del Congreso, los simpatizantes acompañaban los dichos del nuevo presidente. “Milei, querido, el pueblo esta contigo”, cantaron los militantes cuando el jefe del Estado habló de la herencia que recibe.
Ante la ya famosa frase “no hay plata”, el público presente en la Plaza del Congreso la repitió junto al nuevo presidente. La mención de la gestión de la pandemia durante el gobierno de Alberto Fernández tocó una fibra sensible en parte de la ciudadanía, que gritó: “Hijos de puta”.
“Se moderó en el discurso, pero no tanto en las propuestas. Tiene que mostrar gobernabilidad”, razonó Iván Folco, un estudiante de programación, de 20 años. Estaba junto a su amigo Tobías Mancuso, de 19. Si bien señalaron a que no son militantes, subrayaron que siguen a Milei “desde 2018”. “Sabemos que los primeros meses van a ser duros, pero si puede encarrilar la economía, vamos a salir adelante rápido”, evaluaron sobre el futuro.
El nuevo presidente adoptó de su exrival Patricia Bullrich el pedido de incorporar banderas y camisetas de la Argentina a los actos militantes después de las elecciones generales. Con la intención de sumar adhesiones de cara al balotaje, Milei dejó atrás algunas de sus declaraciones más disruptivas y suavizó su discurso.
Por eso, el economista libertario convocó a la ciudadanía a asistir ayer a las inmediaciones del Congreso nacional, donde se realizó la ceremonia de traspaso y asunción del nuevo gobierno. “Asunción presidencial. Domingo 10 de diciembre 11 horas. Congreso de la Nación. Traé tu bandera argentina”, decía el flyer publicado el martes en donde él ya aparecía con la banda presidencial.
Matías Amarilla, de 28 años, y Guido Barbieri, de 26, siguieron al pie de la letra la consigna del nuevo presidente. Vestían camisetas de la selección de fútbol y sostenían banderas albicelestes. Viajaron toda la noche desde la ciudad de Formosa en colectivo y llegaron ayer por la mañana a la Capital Federal. Se apostaron apenas pudieron en las vallas dispuestas para contener al público.
“Nací y crecí bajo el mismo gobierno de [Gildo] Insfrán -gobernador de Formosa desde 1995- y tenemos la esperanza de que con esto haya más libertad y menos gente oprimida. Insfrán agobia a las empresas de impuestos y allá reina el sector público. Con eso domina a la gente”, explicó Amarilla a
Si bien es técnico agropecuario, no consigue trabajo y sobrevive gracias a que pudo crecer como revendedor de cosméticos para Avon. “Tengo gente a cargo y me va bien. Nadie me puede controlar”, agregó.
Edgardo, de 39 años, y Antonio, de 23, se encontraban bajo el reparo de las sombras de unos árboles. Son de General San Martín, Chaco, y vinieron “para mostrar apoyo a Milei”. Según contaron a este medio, votaron a Leandro Zdero para gobernador. Sin embargo, advirtieron: “Nuestro pueblo sigue siendo peronista”. Por eso, no quisieron decir su apellido. “Los Leiva -por Aldo, el padre, y Mauro, su hijo, hoy intendentecontrolan todo. La Justicia, la policía, todo”, señalaron. Están cansados de la impunidad de los políticos en su provincia, agregaron, y destacan que el crimen de Cecilia Strzyzowski no los sorprendió.
“Es el discurso más duro que tuve que escuchar de un presidente”, analizó Emmanuel Lorenzo, de 29 años, en diálogo con la nacion. Lorenzo es ingeniero en software y reconoció que si bien estaba “eufórico”, esperaba “un discurso más esperanzador”. “Escuchar toda la situación del país me dio escalofríos”, indicó.
Cerca de las 13.30, con Milei ya en la Casa Rosada, la zona del Congreso se fue despoblando de los militantes libertarios
http://indecquetrabajaiii.blogspot.com.ar/. INDECQUETRABAJA
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.