Crece la presión opositora a Milei con el proyecto de presupuesto universitario
Convocaron a una sesión especial para el 4 de junio, el mismo día en que se debatirá la nueva fórmula jubilatoria
Laura SerraLos diputados Espert, Giudici y Finocchiaro
En desafío a la advertencia del presidente Javier Milei de que vetaría cualquier ley que atente contra el equilibrio de las cuentas públicas, los principales bloques de la oposición en la Cámara de Diputados avanzaron ayer en sendos dictámenes que, con matices, apuntan a un mismo objetivo: garantizar un aumento, este año, de las partidas para el funcionamiento de las universidades conforme al índice de inflación y, en paralelo, disponer un reconocimiento por la no actualización durante 2023.
La intención de Unión por la Patria es llevar la iniciativa al recinto el 4 de junio, el mismo día al que fue convocada una sesión especial para debatir otra cuestión urticante para el Gobierno: una nueva fórmula de movilidad jubilatoria y la recomposición de los haberes para los jubilados y pensionados.
El radicalismo –bloque clave para el quorum en el recinto– prefiere ser cauto antes de llevar la embestida contra el Gobierno tan lejos. Sucede que el vocero presidencial, Manuel Adorni, anticipó el martes pasado que se accedería a reforzar en un 270% las partidas de funcionamiento de las universidades y en un 300% la de los hospitales universitarios. Dicho compromiso, indicó Adorni, se sellaría el lunes próximo en acuerdo con el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN). Sin embargo, los rectores universitarios, desconfiados de que el anuncio se cristalice, optaron por el silencio y dejaron que los bloques de la oposición hagan el juego de presionar al Gobierno con la amenaza de sancionar una ley de financiamiento que pueda desbarajustar el equilibrio fiscal.
“Si este lunes finalmente se concreta el aumento presupuestario que anunció Adorni, la ley carecería de sentido y la tensión en el Congreso aflojaría”, sintetizaron voces del radicalismo y de Hacemos Coalición Federal.
Mientras esos aumentos presupuestarios no se traduzcan en hechos, la ofensiva opositora –motorizada por la marcha multitudinaria que tuvo lugar hace un mes en defensa de la universidad pública– promete seguir su curso. El martes pasado emplazó a las comisiones de Educación y de Presupuesto a que se dictamine sobre los proyectos presentados para aumentar el presupuesto. Reunidas en plenario, estas comisiones emitieron ayer cuatro dictámenes.
El oficialismo, aliado al bloque de Pro, presentó su propio proyecto: allí insiste en que las subas en las partidas universitarias sean las que acuerden el Gobierno y los rectores del CIN. Asimismo, autoriza al Ejecutivo a actualizar al 1º de enero de 2024 el presupuesto prorrogado a las universidades nacionales por el índice de inflación.
“Que las partidas se actualicen conforme al acuerdo con el CIN no tiene sentido –replicó Maximiliano Ferraro (Coalición Cívica)–. Es una expresión de deseo porque todavía no está suscripto y tampoco sabemos cómo eventualmente se va a suscribir”.
Coincidencias
Tanto el dictamen de mayoría, impulsado por Unión por la Patria, como el que elaboraron, en conjunto, los bloques de la UCR, Hacemos Coalición Federal e Innovación Federal, tienen un denominador común: ambos proponen actualizar al 1º de enero de 2024 los gastos de funcionamiento y de los hospitales universitarios. Es decir, proponen una recomposición retroactiva por la no actualización presupuestaria del año pasado.
Además, ambos dictámenes proponen que este año se actualicen de manera bimestral las partidas para el funcionamiento de las casas de altos estudios con el índice de inflación.
“Están dadas las condiciones para tener una sesión con quorum y con los votos para aprobar este núcleo común que proponen ambos proyectos”, enfatizó el jefe del bloque de Unión por la Patria, Germán Martínez.
La diferencia entre ambos proyectos es que el del kirchnerismo es más ambicioso, al menos en lo presupuestario. Propone que, además de las partidas de funcionamiento, también sean actualizados por inflación los programas “Fortalecimiento de la ciencia y la técnica en las universidades”, “Desarrollo de proyectos especiales”, “Desarrollo de institutos tecnológicos” y “Fortalecimiento de la actividad de extensión universitaria”.
Asimismo, el proyecto kirchnerista instruye al Ejecutivo a que retome el financiamiento de todas las obras de infraestructura universitaria, actualmente suspendido; también lo conmina a que actualice las partidas salariales tanto de docentes como de no docentes del sector.
El proyecto de UP, además, pretende que no haya discriminación en el financiamiento a las más de 60 universidades emplazadas en todo el país. Se entiende: el kirchnerismo, durante su gobierno, se encargó de sembrar de casas de altos estudios casi todas las provincias, sobre todo en Buenos Aires, una política que la oposición supo criticar de electoralista y prebendaria a favor de gobernadores e intendentes peronistas.
Es por ello que la iniciativa que promueven la UCR, Hacemos Coalición Federal e Innovación Federal establece criterios objetivos para la distribución de los fondos, entre ellos, el número de ingresantes, alumnos y egresados.
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Se agudiza la crisis en Pro por la pelea entre Macri y Bullrich por el vínculo con el Gobierno
Diego Valenzuela se sumó al grupo que se acerca a los libertarios ante la popularidad del Presidente; diferencias por la eventual “fusión”
Matías Moreno
Corría el mes de abril y en los rincones del Congreso se desataba la última batalla legislativa por la Ley Bases. Apenas Diego Santilli se asomó en la reunión de bloque, Hernán Lombardi lo recibió con una chicana por una entrevista en la que había defendido a rajatabla a Javier Milei. “¡El nuevo diputado de La Libertad Avanza! Qué chupamedias”, gritó Lombardi, y soltó una carcajada. Santilli clavó la vista en su compañero y replicó: “¿Perdón? Yo no soy el que tiene gente en el Gobierno”. Hacía pocas horas, Cristian Larsen, un hombre de Lombardi, había sido nombrado al frente de Parques Nacionales.
Pro quedó atrapado en una insondable crisis de identidad por el sorpresivo triunfo que condujo a Milei al poder. Con el correr de la gestión libertaria, las diferencias internas en el seno de la fuerza que fundó Mauricio Macri se acrecentaron por el poder de seducción de las “fuerzas del cielo”. En otras palabras: Milei dispone de cargos o contratos en el Estado y lugares de mayor visibilidad en el Congreso para comprar lealtades en Pro.
Atentos al nivel de popularidad que ostenta el Presidente, hay dirigentes de Pro que optaron por tomar el camino de Bullrich y mutar al mileísmo para sobrevivir en la nueva configuración política, garantizarse puestos de poder o pujar por lugares en las listas en 2025. Están convencidos de que el electorado macrista ya se corrió al campamento libertario y que el lugar de la oposición al Gobierno quedará invariablemente en manos del kirchnerismo y el peronismo. Son los conversos de Pro.
Sobran los ejemplos de referentes de Pro que hasta hace poco apoyaban a Larreta, Macri o Bullrich, y ahora cambiaron de piel para apuntalar al Gobierno. Muchos de ellos fueron atraídos por Milei y sus armadores, quienes postergan la discusión con Macri sobre un acuerdo para conformar una coalición y apuestan a seducir a dirigentes de Pro con caudal electoral o experiencia en el Estado.
“Aquí uno que la está viendo”, escribió Milei en su cuenta de X para felicitar a Diego Valenzuela, intendente de Tres de Febrero, por reducir las tasas municipales. Valenzuela, quien tiene un vínculo con Milei hace años –cursaron en la Universidad de Belgrano–, fue uno de los socios de Larreta en el conurbano en 2023. Con el triunfo del economista, cerró filas con los libertarios y asoma como un potencial aliado de la Casa Rosada en el territorio bonaerense, bastión del PJ. ¿Quiere abrir una puja con Santilli o Ritondo por la embajada libertaria en Buenos Aires?
De hecho, Valenzuela se puso al frente de la jugada para vaciar de intendentes de Pro el acto en el que Axel Kicillof anunció la entrega de fondos a municipios. Y participó este fin de semana en el acto en Esteban Echeverría que organizó Bullrich junto a los “liberales de Pro”, tras la asunción de Macri. Ese día estuvo Sebastián Pareja, funcionario y armador de LLA en Buenos Aires. Al cónclave también concurrió otro converso: Juan Curutchet, actual director del BCRA. Curutchet supo ser macrista, vidalista y bullrichista antes de convertirse en un defensor de la prédica ultraliberal de Milei.
La misma atracción evidenció el filósofo Alejandro Rozitchner, exasesor de Marcos Peña y Macri. Rozitchner, que suele visitar al jefe del Estado en Olivos, al igual que Fernando Iglesias o Valenzuela. Dispara mensajes en las redes como si fuera un “talibán” de Milei. De “halcón” a “león”.
Guillermo Dietrich, uno de los exministros de Macri que se jugó por Larreta en la interna con Bullrich, también salió a pedir paciencia para los nuevos funcionarios y a respaldar el rumbo que trazó el Presidente. Tiene lazos estrechos con el jefe de la AFI, Silvestre Sívori. No obstante, no se involucra en actos o se reúne a solas con Milei.
Ritondo logró evitar fisuras en el bloque de Diputados de Pro durante la votación de la Ley Bases. Entre los conversos al mileísmo que integran la bancada sobresalen Santilli y Silvia Lospennato. Otro exlarretista que se pintó de violeta es Omar De Marchi.
Anteayer, varios conversos, como Damián Arabia, Lombardi, Sabrina Ajmechet o el exlarretista Julio Garro, actual secretario de Deportes, y Claudio Avruj, a cargo del INAI, fueron al show musical de Milei en el Luna Park. Ritondo y Santilli no se quisieron perder la chance de ubicarse en las primeras filas para sacarse un selfie. Asistieron acompañados por Alejandro Finocchiaro y Martín Maquieyra. “Milei mantiene el apoyo de nuestros votantes”, justifican. En cambio, las macristas Daiana Fernández Molero o Laura Alonso criticaron el tono festivo.
Con ese telón de fondo, Macri tomó el control de Pro. El martes reunió a su tropa de leales y marginó a los bullrichistas, como Arabia, vicesegundo, con la excusa de que se juntaba con el Consejo Directivo. Consumada la ruptura con Bullrich, Macri bajó un mensaje a su grupo. “Tenemos que hacer lo correcto, no lo conveniente”, repite. Consciente de que enfrenta una encerrona, el expresidente apuesta a resaltar la identidad del partido y descarta una fusión en 2025, como promueve Bullrich.
Corría el mes de abril y en los rincones del Congreso se desataba la última batalla legislativa por la Ley Bases. Apenas Diego Santilli se asomó en la reunión de bloque, Hernán Lombardi lo recibió con una chicana por una entrevista en la que había defendido a rajatabla a Javier Milei. “¡El nuevo diputado de La Libertad Avanza! Qué chupamedias”, gritó Lombardi, y soltó una carcajada. Santilli clavó la vista en su compañero y replicó: “¿Perdón? Yo no soy el que tiene gente en el Gobierno”. Hacía pocas horas, Cristian Larsen, un hombre de Lombardi, había sido nombrado al frente de Parques Nacionales.
Pro quedó atrapado en una insondable crisis de identidad por el sorpresivo triunfo que condujo a Milei al poder. Con el correr de la gestión libertaria, las diferencias internas en el seno de la fuerza que fundó Mauricio Macri se acrecentaron por el poder de seducción de las “fuerzas del cielo”. En otras palabras: Milei dispone de cargos o contratos en el Estado y lugares de mayor visibilidad en el Congreso para comprar lealtades en Pro.
Atentos al nivel de popularidad que ostenta el Presidente, hay dirigentes de Pro que optaron por tomar el camino de Bullrich y mutar al mileísmo para sobrevivir en la nueva configuración política, garantizarse puestos de poder o pujar por lugares en las listas en 2025. Están convencidos de que el electorado macrista ya se corrió al campamento libertario y que el lugar de la oposición al Gobierno quedará invariablemente en manos del kirchnerismo y el peronismo. Son los conversos de Pro.
Sobran los ejemplos de referentes de Pro que hasta hace poco apoyaban a Larreta, Macri o Bullrich, y ahora cambiaron de piel para apuntalar al Gobierno. Muchos de ellos fueron atraídos por Milei y sus armadores, quienes postergan la discusión con Macri sobre un acuerdo para conformar una coalición y apuestan a seducir a dirigentes de Pro con caudal electoral o experiencia en el Estado.
“Aquí uno que la está viendo”, escribió Milei en su cuenta de X para felicitar a Diego Valenzuela, intendente de Tres de Febrero, por reducir las tasas municipales. Valenzuela, quien tiene un vínculo con Milei hace años –cursaron en la Universidad de Belgrano–, fue uno de los socios de Larreta en el conurbano en 2023. Con el triunfo del economista, cerró filas con los libertarios y asoma como un potencial aliado de la Casa Rosada en el territorio bonaerense, bastión del PJ. ¿Quiere abrir una puja con Santilli o Ritondo por la embajada libertaria en Buenos Aires?
De hecho, Valenzuela se puso al frente de la jugada para vaciar de intendentes de Pro el acto en el que Axel Kicillof anunció la entrega de fondos a municipios. Y participó este fin de semana en el acto en Esteban Echeverría que organizó Bullrich junto a los “liberales de Pro”, tras la asunción de Macri. Ese día estuvo Sebastián Pareja, funcionario y armador de LLA en Buenos Aires. Al cónclave también concurrió otro converso: Juan Curutchet, actual director del BCRA. Curutchet supo ser macrista, vidalista y bullrichista antes de convertirse en un defensor de la prédica ultraliberal de Milei.
La misma atracción evidenció el filósofo Alejandro Rozitchner, exasesor de Marcos Peña y Macri. Rozitchner, que suele visitar al jefe del Estado en Olivos, al igual que Fernando Iglesias o Valenzuela. Dispara mensajes en las redes como si fuera un “talibán” de Milei. De “halcón” a “león”.
Guillermo Dietrich, uno de los exministros de Macri que se jugó por Larreta en la interna con Bullrich, también salió a pedir paciencia para los nuevos funcionarios y a respaldar el rumbo que trazó el Presidente. Tiene lazos estrechos con el jefe de la AFI, Silvestre Sívori. No obstante, no se involucra en actos o se reúne a solas con Milei.
Ritondo logró evitar fisuras en el bloque de Diputados de Pro durante la votación de la Ley Bases. Entre los conversos al mileísmo que integran la bancada sobresalen Santilli y Silvia Lospennato. Otro exlarretista que se pintó de violeta es Omar De Marchi.
Anteayer, varios conversos, como Damián Arabia, Lombardi, Sabrina Ajmechet o el exlarretista Julio Garro, actual secretario de Deportes, y Claudio Avruj, a cargo del INAI, fueron al show musical de Milei en el Luna Park. Ritondo y Santilli no se quisieron perder la chance de ubicarse en las primeras filas para sacarse un selfie. Asistieron acompañados por Alejandro Finocchiaro y Martín Maquieyra. “Milei mantiene el apoyo de nuestros votantes”, justifican. En cambio, las macristas Daiana Fernández Molero o Laura Alonso criticaron el tono festivo.
Con ese telón de fondo, Macri tomó el control de Pro. El martes reunió a su tropa de leales y marginó a los bullrichistas, como Arabia, vicesegundo, con la excusa de que se juntaba con el Consejo Directivo. Consumada la ruptura con Bullrich, Macri bajó un mensaje a su grupo. “Tenemos que hacer lo correcto, no lo conveniente”, repite. Consciente de que enfrenta una encerrona, el expresidente apuesta a resaltar la identidad del partido y descarta una fusión en 2025, como promueve Bullrich.
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